Trece

—Mierda.

Aprieto los ojos y hago lo mismo con mis manos sobre el cabello de Vincent, mis labios se separan y mi cuerpo se tensa, hundo los dedos en su cuero cabelludo y me inclino un poco hacia adelante, gimiendo y sintiéndome avergonzada.

Los labios de Vincent dejan ir mi centro, para mirarme con una sonrisa pícara.

—No digas nada. —Exijo.

—No he dicho nada. — Gatea como un bebé hasta llegar a mi altura y se recuesta a mi lado.

Me quedo mirándolo.

¿Cómo llegamos a esto?

No me lo explico.

No encuentro explicación alguna, pero cuando me besa...

—Sabes bien, Hanna.

Solo pierdo el control.

¿Esto es a lo que llaman que los opuestos se atraen?

Me sonrojo al escucharlo y él no deja escapar ningún segundo, me cubre con su cuerpo, siento su erección apretando mi estómago.

Ay, no otra vez su polla.

Parece que esa cosa tiene vida propia.

Cada vez que me siente se levanta, al menos cuando estamos así.

—Vamos a llegar tarde al trabajo.

— Uhmm. —Sus labios se presionan sobre mi nariz. —No creo que por un día que faltemos le importe a Harold, además... estamos trabajando en un caso juntos.

—Compitiendo. —Le corrijo.

—Bien, compitiendo, lo cual podría justificar nuestra falta.

Enarco una ceja.

—Nos reunimos para discutir sobre el divorcio de nuestros clientes.

— Ahh..¿Esto es discutir nuestro caso?. —Digo llena de sarcasmo.

Una sonrisa contagiosa aparece en su rostro, de inmediato estoy riendo.

Los labios de Vincent vuelven a presionar mi nariz, mis ojos suben a los suyos, golpeo su pecho con ambas manos y bajo la mirada un poco.

—Tengo que ir a trabajar.

El guarda silencio un momento, pero finalmente entiende y por primera vez me siento tan a gusta con él.

—Entonces deberíamos desayunar.

Lo observo apoyada con mis manos en el colchón, Vincent se levanta dejándome una perfecta vista de su trasero, me muerdo los labios y mis ojos se quedan por largo tiempo en ese lugar.

Pervertida.

¿Por algo tengo ojos, no?

Finalmente encuentra sus bóxer y se los pone, bajo los pies de la cama y me cubro con las sábanas hasta que me llama la atención cuando sale por la puerta.

—¿Tú vas a prepararme el desayuno?

Se encoje de hombros. — Vivo solo ..¿Qué pensabas?

—Que tomabas desayuno en las cafeterías antes de llegar al trabajo.

—No, no lo hago. —Me señala. —Y tienes suerte, porque hoy vas a probar mi sazón.

Pero que honor..

— ¿Sarcasmo?

Niego despacio y luce feliz.

Me pongo de pie y algo pasa.

—¿Bruja..?

Veo borroso y niego con la cabeza, Vincent se acerca a mi mientras yo me recupero de mis ganas de caer.

— No es nada.— Llevo las manos a mi rostro.—Solo es un mareo, Vincent.

—¿Te ha sucedido antes?

—Si. — Enarca una ceja, peor se lo aclaro. —Es el caso, estoy estresada y he estado trabajando mucho en él.

Agreguémosle el hecho de que mi hermana está en la ciudad y aunque se fue de mi departamento al día siguiente como dijo, sus llamadas me recuerdan que sigue aquí.

Me observa preocupado. —Deberías ir al doctor.

—No es nada, ya lo dije. no es nada de qué preocuparse.
















—¿Lista para admitir que te gusto?

Recibo el café que me trajo Vincent. —Que reciba tu café no cambia nada.

—¿Aun me odias, brujita?

—Nunca deje de hacerlo.

Por primera vez esa palabra no ha salido nada honesta de mis labios.

¿Aun odio a Vincent?

No tengo dudas sobre eso.

¿Entonces por qué carajos me sigo acostando con él?

Bebo de mi café y con mis ojos sobre él, me está sonriendo y vamos, claro que es sexy, en muchos sentidos, por presencia, en la cama y podría enumerar muchas más, pero cuando habla.

¿Ahora estoy admitiendo que es sexy?

Me atrae, solo es eso.

No tenemos que llegar a más y creo que me estoy preocupando por nada.

Vamos. ¿Cuantos Crush he tenido durante mis 31 años?

Exacto.

Respiro aliviada.

Vincent debe ser de esos que me duren igual, además no es como si nos fuéramos a casar y tener una docena de hijos.

H-I-J-O-S

Hijos con Vincent.

Escupo mi café llamando su atención.

—¿Hanna?

Me mancho la blusa y cojo servilletas de mi sitio.

—No paso nada, solo.

Solo pensaba en ti y en mí..

Y nuestros futuros hijos.

Diablos..

¿Qué sucede con mi cabeza?

—Necesito ir al baño.

No lo anuncies..

Me pongo de pie y él sigue observándome confundido, le repito que no se preocupe y voy directo a los servicios.

Las chicas de otras áreas y que me encuentro en los baños, me observan igual de confundidas y más a mi blusa llena de café, lo limpio sacando con los papeles de la maquinita y me termino quitándola al no hallar otra solución y cuando ellas se marchan ,quedándome solo con un top color blanco debajo.

Trato de quitar la mancha, pero no funciona, es más, lo hago crecer y quiero morirme.

No he traído cambio.

Hago mi mejor esfuerzo y la termino secando con el secador de mano automático pegado a la pared, tardo mucho y lo consigo apenas, aun esta húmeda y no me atrevo a salir del baño así.

Resignada lo dejo y entro a los baños privados cuando escucho a un grupo de chicas venir conversando, me meto y espero a que se vayan, pero me dan ganas de hacer pis, sin embargo, mis ganas quedan ahí cuando bajo la mirada a mis bragas celestes.

¿Qué carajos es esto?







Hola..

Holaa..

Si tienen dudas sobre que pasó al final, se los aclaro, por si unas personitas no saben de que se trata.

Aquí también aprendemos algo de biología JAJAJAJAJ

Hanna a sufrido el llamado "Sangrado de implantación".

Busquen en San Google,san google lo sabe todo AJAJA.

Lo explicaré más detallado cuando nuestra Hanna se entere de su embarazo.

Por mi parte, he pasado por eso y casi se me salió el corazón, al final fue una falsa alarma (O eso espero) :O :O

D:

Nos leemos.

>> Yiemir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top