Dieciocho
Llevo a Dylan a mi habitación cuando lo veo dormido sobre el mueble, luego de una maratón de dibujos en Discobery Kids, lo cargo en mis brazos y lo recuesto dentro de las sabanas, le cubro con ellas y aunque llevamos poco tiempo de habernos encontrado, se lo suficiente para saber que le tiene miedo a la oscuridad como cualquier niño a su edad, incluso como yo mismo le temía a su edad, así que dejo la lámpara del escritorio encendido y junto la puerta antes de salir de la habitación.
Me encamino a la sala para encontrar a Crystal.
—Gracias por dejar que se quede.
Solo asiento.
—Es tarde. — Señalo con mi pulgar la habitación. —Puedes usar la cama también.
Ella baja la mirada un poco mientras yo me dirijo al mueble, tomo asiento y
—¿Dónde vas a dormir tú?
—No te preocupes por eso, Crystal.
— Es tu casa, no quiero incomodar.
Sonrio. —¿A qué viene ese comportamiento ahora?
—Solo intento llevar esto en paz, por Dylan..
Se acerca a mí y me observa de pie.
Cierro los ojos y me froto la frente con las manos, ha sido un día largo y no necesito tener una discusión con Crystal para agregarlo a este día tan horrible.
—Es tarde, solo ve a descansar con el niño.
Las últimas palabras salen de mis labios para sentir como el peso de su cuerpo cae sobre mi regazo, me aparto las manos de la cara y lo observo lleno de confusión y enojo.
—¿Qué crees que haces?
Se mantiene callada y sus manos comienzan a acariciar mi rostro, se pierde en mis labios y vuelve a subir la mirada a mis ojos.
—Tenemos un hijo, Vincent.
Frunzo el ceño.
—Solo pienso en lo mejor para él y ambos sabemos que lo que necesita Dylan es que sus padres estén juntos.
Sonríe y yo no puedo creer lo que mis oídos están escuchando, despues de todo lo que me hizo ¿Ella realmente me está pidiendo eso?
¿Se ha atrevido a hacerlo?
Estoy tan sorprendido que no reacciono hasta que ella toma mi descuido y me besa, sus labios buscan los míos y antes de poder ir más allá, le cojo las muñecas con ambas manos apartándola de mí, la quito de mi encima y me pongo de pie.
—¡Vincent!
—¡Déjalo ahí, Crystal!
No quiero hablar con ella, ni siquiera quiero mirarla.
—Pero.. ¿Qué sucede contigo? ¿Acaso no te importa Dylan?
Me vuelvo hacia ella conteniendo todo el enojo
—¿Qué no me importa?. — Pregunto crédulo ante sus palabras. —Si no me importara, ese niño no estaría durmiendo ahora mismo en la habitación de lado...¡Claro que me importa!
Crystal se cruza de brazos y niego.
—Pero eso jamás va a volver a pasar.
—Íbamos a casarnos, Vincent. — Baja los brazos. —Y al fin tenemos algo que puede unirnos de nuevo y te niegas a..
—Sí, casarme contigo..
Crystal guarda silencio.
—Eso era lo que quería hasta que descubrí realmente qué clase de persona eras. —Continuo. —Escúchame bien, Crystal.. eres la madre de mi hijo y solo por eso te respeto, te soporto y estoy decidido a tolerarte, pero créeme que si no fuera porque él está aquí, ya te hubiera echado de mi casa.
Su boca se abre.
—Tú me hiciste quien soy y sinceramente te lo agradezco, gracias a que me rompiste el corazón soy más desconfiado a la hora de tomar decisiones, pero así como me ayudaste también me jodiste.
—Vinc..
—Así que .. ¿Realmente crees que yo iba a volver contigo?
En ese momento..¿Qué rayos estaba pensando para pedirle matrimonio?
Lo sé.
Era joven.
No sabía que era lo que quería, Hanna.
Ella fue la primera mujer que ame y me rompió el corazón, no voy a permitir que lo vuelva a hacer.
—No uses la excusa de que Dylan nos necesita juntos, Crystal, no tengo que volver contigo para que mi hijo me quiera y me tenga siempre que me necesite. —Le hago saber.—Dylan siempre va a tenerme, contigo o sin ti.
Sus ojos se llenan de lágrimas y esa técnica ya no funciona conmigo, me la uso muchas veces y mi relación con ella se volvió toxica sin darme cuenta
Esta vez no sera igual.
Cortare todo de raíz.
—Aun te amo, Vincent.
La respiración se me acorta por la sorpresa de seguir con sus mentiras.
—Te amo.—Repite.
Mi garganta se aprieta.—Es una lástima que ya no tengas mi corazón, Crystal.
—Estas enamorada.
Mis ojos se abren mucho al oír a Dafne.
—Lo veo. —Señala su rostro y hace un circulo invisible.—Tienes los síntomas en todo el rostro.
Sí, tengo los síntomas, pero de algo llamado "Embarazo".
—¿Así? ¿Y cuáles son?
—Los mismos que yo tengo cuando veo a Kevin. — Cabecea a unos escritorios de nosotros, donde Dallas y Peggie lucen muy bien juntos. —Además te ves Igual que ellos dos.
—No estoy enamorada.. — Trato de que olvide el tema. —¿Por qué no me dices como vas con Kevin?
—Claro, cámbiame de tema. —Levanta la mirada y al seguirla, veo que está observando a Marcus. —Pero puedo descartar que no se trata de el... entonces..
Suspiro cansada de todo esto. — Es Vincent.
Sus ojos se abren mucho y ríe, no piensa que estoy hablando en serio.
—¿Qué?
Alzo ambas cejas.
—¿Vincent? ¿Nuestro Vincent?
Hago una mueca. —Sí, ese Vincent.
—¿Estas enamorada de Vincent?
Me sonrojo. — ¡Claro que no!
—No te entiendo, Hanna.
Me paso las manos por la cara y sin mirarla, respondo. —Nos acostamos.
Aparto mis manos y la veo en completo shock, pasa unos segundos para que se recupere y me golpea en el hombro.
—¿Por qué no me lo has contado?
—Lo estoy haciendo ahora.
Al soltar una parte de lo que tengo guardado, lo siento más aliviado, no he podido hablar con nadie sobre lo que me pasa desde que este fin de semana descubrir que estaba embaraza y no me he atrevido a soltárselo a Lizbeth porque no me cabe duda que en lugar de apoyarme, me juzgara e intentara buscar "Un padre para mis bebés".
Lo menos que necesito ahora es escuchar los reproches de mi hermana y tampoco pienso soltárselo todo a Dafne porque sus preguntas no tardaran en embestirme.
—¿Entonces... estas..?
—Aun lo odio. —Le aclaro y ella ríe.
—¿Estas segura de eso, Hanna?
Le lanzo una mirada fulminante, pero ella sigue hablando.
—Yo no me acuesto con tipos que odio.
No respondo.
— Así que es cierto que del odio al amor hay un paso.
— No estoy enamorada.
— Claro, Hanna.
Observo a Vincent, quien no ha volteado ni una sola vez, no intercambiamos palabras desde nuestra discusión, pero existen los saludos ¿No?
No tiene por qué ser descortés, además por el caso de divorcio voy a tener que seguir viendo a Vincent aunque el mismo no quiera.
—¿Anular el divorcio?. —Repito es apalabra de ocho letras sin creerlo.
Si ya me parecía increíble que Oscar y Judith Anderson nos pidieran una cita juntos, ahora me encuentro sin palabras después de esta repentina decisión.
¿En qué momento pasó?
Hace una semana Judith estaba decidida a quitarle todo a Oscar y Viceversa, aunque el solo quería deshacerse de ella.
Busco respuesta en Vincent, quien está igual de sorprendido que yo, ha sido una decisión repentina para ambos.
Judith Anderson tiene una sonrisa de oreja a oreja, su brazo se encuentra envuelto alrededor del de Oscar.
Vincent sale del Shock y decide hablar.—Oscar.. Creo que debemos hablarlo.
—No hay nada de qué hablar, Vincent. —Oscar Anderson sonríe y pone los ojos en su esposa. — Hemos decidido darnos una última oportunidad.
—Nos queremos. —Me dice Judith.—Queremos intentarlo.. —Pasa la mirada de mi a Vincent.—Creo que cuando hay amor una pareja puede aprender a perdonar y salir adelante.
Mi corazón se acelera y antes de mirarlo, descubro que ya está viéndome.
Ayy, mierda..
Eso ha sido una directa muy directa.
Carraspeo.—¿Entonces están decididos a anular el divorcio?
Ambos comparten una mirada y sin quitar la mirada del uno del otro, asienten.
—Si..
Vincent luce incómodo.
—Lo lamento, Vincent. — Oscar Anderson se dirige a el al darse cuenta de su actitud.—Lamento que tomaras mi caso y perdieras tu tiempo..
—Tranquilo, es mi trabajo, Oscar, no hace falta disculparse.
Oscar sonríe.
—Yo también lo siento, Hanna... si algo sirve, terminare de pagar tus servicios.
Alzo las manos.—No, está bien.., no es necesario—Sonrio.—Si eso es lo que quieren.
Ellos se disculpan una vez más y salen de la sala de reuniones como una pareja de recién casado, ya saben de esas que recién llevan un día conviviendo y creen que siempre será así, cero problemas.
Me vuelvo hacia Vincent.—Esto no le gustara a Harold.
—Puedo apostarlo, seré yo quien se lo diga, no te preocupes.
Asiento y bajo la mirada un momento, cuando la subo, me atrevo a volver a hablar.
—Supongo que ya no tenemos más motivos por el que vernos más.
Hanna, eres una mentirosa.
Tienes dos motivos grandes para seguir viéndolo.
Vincent tensa la mandíbula.—No, no lo hay.
Tomo mi cartera de la silla cunado creo que ya no hay nada que decir, pero el vuelve a hablar.
—¿Piensas igual?
—¿Qué?
—Sobre lo que dijo Judith Anderson.
Mi corazón se acelera.
—"Cuando hay amor una pareja puede aprender a perdonar y salir adelante".
Me quedo sin habla.
—¿Qué piensas, Hanna?
Me lamo el labio inferior.—Creo que es depende de lo que estén dispuesto a perdonar porque si no se volvería algo repetido y toxico.
—Toxico ..¿Eh?
Trago saliva y sus ojos me miran decididos.
—¿Y qué hay de nosotros?
—Vincent...
—¿Crees que somos tóxicos, Hanna?
Un silencio incomodo nos rodea.
Nos odiamos..
¿Eso es toxico, no?
—¡Dios!.—Exclama cansado.—Sigo enojado contigo, Bruja.
—Irónico, yo también lo estoy. —Confieso.
Sus ojos brillan al verme.—Pero aun cuanto me obligue a odiarte ahora, necesito decirte algo. Algo que no me dejaste decirte la última vez.
—Vincent..no..
—No.—me interrumpe.—Esta vez no vas a callarme y no voy a dejarme llevar por el enojo para no decírtelo, así que solo escucha ¿Vale?
Cierro la boca y escucho atenta como me lo dice.
—No solo me gustas, Hanna Ross —Me confiesa una vez más y suena tímido.—Es cierto que durante todo el tiempo que te conozco me esforcé en hacer que me odies porque me encantaba ver ese carácter tuyo, me encantaba ver tu fuerza y hasta envidiaba la confianza que tenías para afrontar cada proyecto, pero debajo de todo eso, había algo más porque descubrí que aunque te rechazaran todas oportunidades, tu seguías intentándolo , no te dabas por vencida y eso me gusto.
Estúpidas hormonas.
—Te encontré en mi peor momento y tú me impulsaste y sacaste lo mejor de mí, siempre has sacado lo mejor de mí, Hanna y ni siquiera te has percatado, eres tan despistada que he tenido que decírtelo.
Dejo escapar una sonrisa y las lágrimas siguen llenando mis ojos.
—Entonces estoy seguro que caí por ti desde ese momento, desde que te vi, caí cuando vi lo fuerte que eras, caí en tu hechizo de amor, bruja.
Aprieto los labios y separo los labios para responder, sin embargo, él se me adelanta, sorprendiéndome de nuevo.
—Estoy jodido, brujita.
Me quedo sin habla.
—Estoy tan jodido y enamorado de ti, Hanna.
Hola...
¿Se emocionaron como yo?
Diganme que les pareció.
>> Yiemir.
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