➳Capítulo 3➳
Taehyung observaba atento aquella muchachita, había algo en ella que le llamaba profundamente la atención, pero de una forma inexplicable, muy extraña, que ni él mismo estaba comprendiendo.
Sacudió su cabeza y observó a Yoongi.
—¿Esta hermosura viene contigo? —Preguntó.
Yoongi observó a Taehyung que no dejaba de mirar a Nari. Le estaba jodidamente molestando, ¿Por qué mierda entró Nari ahí? Ignorando la pregunta de Taehyung, camino hacia Nari y la tomó de la muñeca ejerciendo un poco de presión.
Ella lo miró de mala manera e hizo una mueca.
—¡Auchs! Yoongi. —Le reprochó e hizo el intento de quitar su agarre. —Es tu celular que no deja de sonar y la notificación dice que es importante…
Le decía mientras forcejeaba.
—¿Eres inútil? Solo contesta y ya.
Yoongi le soltó molesto, cuando él sabía que si ella hubiese contestado la llamada igual se hubiera enojado, si ella hubiera ignorado que era urgente también se hubiese enojado; Entonces todo ese puto malestar no venía de la llamada. Venía más bien de que ella entró y Taehyung la estaba mirando como si quisiera descifrar un mapa del tesoro.
El pelirrojo frunció el ceño al ver lo descortés que era Yoongi, si bien sabía que su actitud era esa, le parecía bastante fuera de lugar el comportamiento que estaba teniendo con esa chica que nada le había hecho, le molestaba tremendamente, pero no entendía el porqué.
—Calma las hormonas gato, la chica no ha hecho nada. —observó a Nari y le habló. —¿No quieres otro empleo? Deberías dejar que este infeliz conviva con sus demonios solo, que se hunda en su propia mierda.
Dijo burlesco y Yoongi miró de mala manera a Taehyung. Quería mandarlo a callar de una buena vez, pero tenía algo de razón, no debía tratarla así, pero nunca lo aceptaría.
—Oye pelirojito de estética. —Le dijo molesto. —Está de aquí es mi puta, deberás conseguirte una propia.
Le dijo de mala manera. Nari se había mantenido callada todo ese tiempo, observando sin poder evitar al pelirrojo frente de ella; un extraño sentimiento se había adueñado de su pecho con solo escucharlo, no entendía porqué pero pese a toda la mierda que Yoongi estaba soltando ella solo podía pensar en la mirada profunda de el hombre frente de ella; solo esas palabras le bastaron para volver a la realidad, ¿Le había dicho puta? Si bien era verdad que tenía encuentros con él, eso no le daba derecho a expresarse así de ella. Se sintió molesta genuinamente y Nari era impulsiva una vez sintiéndose molesta. No esperó más y le dio una bofetada a Yoongi aunque al momento se arrepintió ya no había vuelta atrás.
—No te permito que me hables así. —apenas le dijo con su respiración acelerada y con esas increíbles ganas de llorar que no entendía por qué las estaba sintiendo, estaba tan avergonzada, que mala impresión daría a aquel hombre, ¿Pero por qué debería importarle? No entendía.
Taehyung rió abiertamente cuando vio como la cara de Min se giraba hacia un lado producto del impacto.
Y se apresuró a ponerse delante de la chica en el momento exacto en que Yoongi se giró enfurecido hacia ella.
El pelirrojo levantó sus manos a la altura de su pecho y observó a Yoongi con burla.
—Vamos, no fue nada, estás bien, no vas a llorar como nenita, solo fue una caricia. —dijo divertido. —Me la quedaré, esta belleza trabajará en mi bar, así no vuelves a recibir una bofetada.
Le dijo acariciando su rostro levemente. Yoongi estaba tan molesto, quería quitarlo de un lado y que no estorbara. Le enseñaría a la atrevida que debería respetarlo por muchos motivos, pero cuando menos pensó la caricia de Taehyung sobre su rostro hizo que saliera de sus pensamientos. Tragó saliva al sentirlo y no quería seguir sintiéndose así de jodido.
—Haz lo que te venga en gana, quédatela si quieres. —Le dijo molesto tratando de ignorar las emociones que se apoderaban de él, si bien no estaba enamorado de Nari, tenía algunos meses estando con ella y quizá se había acostumbrado un poco al entusiasmo de la chica, pero también lo había jodido así que se resignó. —Tú verás lo que mejor te convenga Nari.
Le dijo mirándola fijamente a los ojos por encima del hombro de Taehyung. Después de decir esto le dio una última mirada a Taehyung para hacerse a un lado y caminar rumbo a la salida sin esperar por Nari ni por Taehyung, quería largarse de ahí y tratar de entender que mierdas le había pasado.
Taehyung giró hacia la chica, quien lo observaba con ojos brillantes y le sonrió.
—No sé si estarás tan feliz cuando sepas el trabajo que harás.
Le dijo un poco burlesco, comenzando a caminar atrás Yoongi, aún debían resolver el asunto para el que se habían reunido. Al llegar a la puerta se giró hacia Nari una vez más y con aires de grandeza le habló:
—Bienvenida al “Golden” pequeño ángel.
Ella no entendía por completo qué diablos había sucedido, todo fue tan rápido que no tuvo oportunidad. Además no podía correr atrás de Yoongi y pedirle perdón, él también se habia comportado como un idiota, no sabía si debía ir pero sus pies no le obedecieron, así que solo se quedó ahí, mirando hacia los lados, sin entender qué tipo de trabajo le hablaba aquel hombre. ¿De pronto estaba nerviosa? Sí, eso le indicaba sus manos temblorosas.
En cambio Yoongi no esperaba que Taehyung fuera atrás de él, al sentir que alguien lo detenía, sonrió triunfal, creía que era Nari quien se había arrepentido de ofenderlo delante de Taehyung.
—¿Asi que no puedes vivir sin mí? —dijo sin antes ver que no era Nari y al percatarse que era Taehyung su sonrisa se borró.
—Pobre Yoongi, pensaste que la chica correría tras de ti y solo corrí yo. Y eso debido a que tienes mi 45% —Se burló. —Dame la dirección iré a hacer el trabajo, en cuanto esté listo quiero fondos en mi cuenta bancaria.
Le dijo mientras arrastraba su mano por el brazo de Yoongi, haciendo un recorrido hasta llegar a su intimidad, dónde apretó descarado, sintiendo que se endurecía. —Ve a casa, necesitas bajar esa mierda ahora que no tienes quien te ayude.
Taehyung tenía un poder desconocido sobre los deseos de Yoongi, él simplemente no podía ignorar la ganas que le daban solo de verlo o escucharlo hablar.
—Eventualmente ella volverá a mí, todas lo hacen, solo es cuestión de tiempo para que se desencante de ti. —Yoon le dijo acercándose más a él, aún se sentía molesto por lo sucedido reciente. —Logra que ese idiota te pague sin que yo recurra a la violencia y tendrás tu 45% y quizá una mamada.
Le dijo mirándolo fijamente a los ojos, después de eso por impulso y sin entender, lo atrajo hacia sus labios enredando sus dedos en la nuca del contrario y estando así de cerca se permitió recorrer con su lengua los labios ajenos pero sin llegar a besarlo. —Nari es buena, pero es irritante con su misión de salvar a los chicos malos, y créeme que jamás te dará una mamada como te la podría dar yo.
Concluyó sobre sus labios y después sacó su teléfono celular y envió una ubicación a Taehyung por mensaje de texto, indicando donde era el lugar del casino al que tendría que ir.
Antes que Yoongi se fuera, Taehyung sonrió ladino, viendo cómo ese hombre se volvía tan descarado, solo por el calor que se presentaba en su entrepierna cada vez que lo tenía cerca.
Estaba seguro que si quisiera, haría que Yoongi besara el suelo por dónde pisa.
—¿Va a desencantarse igual que tú? —se acercó a sus labios. —¿Cómo lo llevas gato, ya no te provoco nada verdad? —pasó su lengua sobre los labios ajenos, y luego los chupo con descaro, sintiendo como el pálido respiraba pesado. —Buena suerte con eso, que mi encanto no te afecte.
Dijo para luego girar sobre sus talones y alejarse del mayor, quien quedó estático en su lugar con el ceño fruncido por la erección que el maldito Taehyung le había generado en los pantalones.
La noche estaba en su apogeo, el ruido de las ruletas y la música era algo tranquilizador para los sentidos de un alterado Jungkook. Quien estaba muy frustrado por la reciente presión sobre el negocio y su futuro, había también algunos detalles con su padre que lo tenían con los nervios de punta, así que lo que mejor podía hacer era ir a su casino, prender un cigarrillo y perderse entre las máquinas y las miradas de algunas damas que quizá más tarde las podría llevar a su oficina.
Sonrió ante el pensamiento y después de pasear por su negocio y ver todo en orden camino hacia su oficina donde más tarde tendría que solucionar algunos asuntos legales que requerían de su atención.
Taehyung luego de haberle dado a Nari la ubicación del bar y decirle que esperara allí, se encaminó a realizar el trabajo de Yoongi. Se encontraba fuera de aquel enorme casino, observando el lugar fascinado, era realmente majestuoso.
Camino a paso seguro, peino sus cabellos hacia atrás y entro al lugar.
Una vez en el interior se acercó hasta uno de los guardias, hombres gigantescos que asustarían a cualquiera, pero que para él solo significaban, buenas vistas.
—¡Ey! Grandulón, tengo algo que podría interesarle a tu jefe. —dijo sacando un fardo de billetes, dejando a los hombres con la boca abierta. —Trae aquí a Jeon JungKook, si es que no tiene miedo de apostar con un forastero.
Dijo tranquilo mientras los guardias miraron de mala manera al tipo, aunque algo sorprendidos. Su misión en el lugar era cuidar del bienestar de Jeon, pero también sabían que el joven estaba últimamente estresado y alguna diversión extra le vendría bien.
Uno de ellos solo rio burlesco y después de eso se dirigió al interior de la oficina de su jefe. Al llegar con él le explico de la figura que estaba afuera pidiendo verlo y que a su ver, era un tipo que pedía a gritos le dieran una paliza.
Jungkook no se dejaba llevar por ese tipo de situaciones, más sin embargo por esta vez, solo por esta noche, aceptaría. Necesitaba despejarse y era una buena oportunidad.
Camino hacia afuera, no sabía lo que le esperaba, ni mucho menos se imaginaba que al llegar a donde le llamaban una presencia imponente le estaría esperando. Su rostro en facciones perfectas, su piel, su pelo, esa penetrante mirada que de pronto le hizo dudar si era un matón.
—¿Tú eres el forastero? —Le preguntó mirándolo de arriba hacia abajo sin perder detalle de todo en él. No era cualquier persona, su ropa, sus joyas y su fragancia se lo gritaba.
Taehyung devolvió la mirada de inmediato, detallando cada detalle de la anatomía de aquel hombre, un maldito Adonis, solo era cosa de verlo para darse cuenta que ese hombre era la perfección, aunque también podía advertir que sería un dolor de cabeza con esa aura arrogante, que en vez de asustarle le causaba curiosidad.
—Mucho gusto, Jeon. —sonrió ladino, mientras peinaba su cabello hacia atrás. —Es un placer conocerte. —Dijo recalcando aquella palabra. — Puedes decirme Kim, tú y yo tenemos un pequeño asunto que tratar.
Aclaró sin rodeos y Jungkook lo miró extrañado, ¿De que tenía que hablar con ese hombre? No entendía nada pero estaba sumamente curioso por descubrirlo. Lo miró fijamente a los ojos y después sonrió de manera burlesca, agacho su rostro negando con la cabeza y después volvió a su posición normal mirándolo por encima y sacando un poco el pecho.
Sabía que era fuerte y no lo tenía reparos en mostrar su masculinidad.
—Mira… Kim. —Hizo una pausa. —Si es por alguna mujer… aquí vienen infinidad de esposas dolidas así que… atiéndela bien y te aseguro que no buscará que alguien más se la ponga en cualquier parte del casino.
Concluyó con una sonrisa de satisfacción.
Taehyung sonrio abiertamente, totalmente divertido con el vano intento de ese hombre de verse tan genial y desinteresado.
—¿Mujeres? —preguntó recibiendo un asentimiento de parte del pelinegro —Tengo de todo, mujeres y hombres a mi entera disposición, libremente, sin ataduras, no necesito atender a nadie, solo que me dejen tener un buen polvo y ya. —volvió a reír. —Eres gracioso, vamos a hablar, a Min no le gusta perder el tiempo.
Le dijo cambiando su semblante a uno serio, viendo cómo el del contrario también cambiaba al escuchar aquel nombre.
Jungkook sintió un hueco en el estómago. Otra vez ese puto tipo pidiendo lo que no le corresponde, no se pondría nervioso ante él, le enseñaría que no debería mandar a ninguna de sus perras y debería ir él en persona.
—Otra vez con eso. —Bufó frustrado y después llevó su lengua hacia su mejilla y sonrió con cinismo. —¿Tenía que enviar a una de sus perras?
Le dijo dando un paso enfrente, quedando más cerca de él y sin dejar de mirarlo se giró para caminar a su oficina, indicando a sus guardias que lo hicieran pasar junto con él.
El pelirrojo lejos de molestarse, solo lo observó divertido, como si ese hombre realmente fuese un puto payaso que lo había divertido durante toda su estadía.
—La perra de Min suena bien. —dijo tranquilo. —No necesito explicarte eso, guapo, tarde o temprano entenderás quien es la perra de quién y te sentirás tan estúpido. —soltó burlesco. —Ahora vamos a un lugar mas privado, arreglemos este puto asunto para poder volver a mi maldito bar y buscar algún culo que me saque el mal sabor de boca que tengo al estar cerca de un maldito insolente, guapo, pero insolente al fin.
Caminó como si el lugar fuese suyo, como si fuese el puto amo, adentrándose a la oficina del pelinegro, importandole muy poco si estaba molesto, jamás había temido a nadie y esta no sería la ocasión.
¡Llego Jk a la historia!
¿Que les parece?
Espero sus comentarios, muchas gracias por leer.
🌸 ErLith_ 🌸
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