Las luces neón y el flamante iluminado que dejaba ver el nombre “Golden” con grandes letras y llamativos colores; te incita de manera hechizante, te llama a sumergirte en aquel prohibido infierno de amor y placer.

Kim Taehyung, era el puto amo de aquel bar nocturno que se había posicionado como el más concurrido y más famoso de todo Seúl. Al ver hacia atrás, Taehyung solo podía pensar en una sola cosa; aquellos años de su vida, en los cuales tuvo que luchar para sobrevivir, ¿Cómo era posible que ahora ese imperio le perteneciera? Ese bar, “Golden” era la clara muestra a sí mismo de lo mucho que se había esforzado. Lograr crear el paraíso del pecado, no fue fácil, por eso cada noche que se sentía perdido, entre el humo y el alcohol, salía al oscuro callejón que daba la puerta trasera de su oficina.
Encendía un cigarro y en cada calada intentaba alejar los demonios en su mente.

El recuerdo de las calles, el sonido de los autos pasar a su lado, los automovilistas que no eran condescendientes con un pequeño que solo intentaba sobrevivir en la enorme e indiferente ciudad, ¿Era malo pedir empleo limpiando? ¿Era un pecado desear un plato de Ranyeon caliente? Dormía con las estrellas sobre su cuerpo, con el mundo pasando sin detenerse frente a él. ¿Nadie podía ayudar a un niño frágil? No podían ver que se encontraba en absoluta soledad.

Doce años cumplidos, cuando por azares del destino, se había cruzado en su camino a quien sería esa ancla, su salvador, alguien a quien le estaría eternamente agradecido, la lealtad que con el tiempo se convirtió en hermandad.
Kim Sejun; un pequeño Niño que corría asustado al ser perseguido por los guardias de su padre, pues estos tenían una orden muy clara y precisa —Llevar a toda costa al pequeño con su padre.— En su camino de huida, se tropezó sin querer a aquel sucio y despeinado chico, el cual había sido su héroe. Taehyung lo había ocultado y protegido sin siquiera conocerlo.
Ese día se formó un vínculo inquebrantable entre ambos, se volvieron inseparables, en ocasiones a escondidas del poder del padre de Sejun, esa hermandad nadie la podría romper jamás.

Cuando el tiempo hizo su trabajo, y ambos chicos se convirtieron en hombres, Sejun se logró librar de su familia y comenzó a trabajar en su propio sueño, construyendo su camino de fama, teniendo trabajos esporádicos en los cuales siempre incluía a su amigo Taehyung.

Gracias a Sejun la reputación de Taehyung creció y construyó pilares firmes dentro de “la gente importante”. Lucharon durante años, incluso hicieron trabajos de los cuales no se sentían orgullosos. Pero eso no importaba, si al final de todo aquel sacrificio y peligro ahora estaban en el lugar donde están.

El recuerdo de aquel sucio muchacho ahora es solo eso, un recuerdo… Ahora es un rostro hermoso, un cuerpo tentador. De los hombres más deseados de Seúl. Conocido pelirrojo, mencionado entre las mujeres como un maldito demonio sin corazón, alguien al que nadie puede llegar. Nadie logrará conquistar y nadie tendrá la dicha de poseer.

Había sido un agradable viaje, Seúl lucia exactamente como Sejun recordaba. No era que tuviera demasiado tiempo sin visitar el lugar, más bien era que siempre que llegaba era de noche y se perdía sin poder evitarlo entre el vibrante ambiente del “Golden” y la muy demandante y explosiva personalidad de aquel pelirrojo, quien le reventó su celular con infinitas llamadas llenas de “amenaza” porque según las palabras de Taehyung: “Necesitaba culos nuevos”. Sejun sonrió al pensar en su amigo y después de eso estacionó su automóvil, bajando de el con un estilo galante, haciendo a las mujeres del lugar verlo sin remedio.

Abriéndose paso entre la multitud, llegó hasta la oficina de su amigo. Entró sin tocar esperando no encontrarlo follando sobre su escritorio.

—¡Kim Taehyung! ¿Eres un holgazán?

Le pregunto yendo hacia él, dándole una enorme y sincera sonrisa para después de palmear su hombro al darse un abrazo fraternal.

—Lim Sejun, amigo. —Dijo correspondiendo —Te extrañé mucho — fue sincero.

Sejun era la única persona que Taehyung podía llamar familia, la única persona en la que confiaría a ojos cerrados y quién siempre estaba allí, para él, sin importar lo absurdo o sin sentido que fuera el tema para lo que era solicitado.

Solo que esta vez se trataba de contratar algunas personas, aumentar el personal del bar, ya que a medida que crecía, más gente comenzaba a unirse. Y no podía darse el lujo de perder a aquellos adinerados clientes.

Después de aquel encuentro y saludo efusivo, Sejun se sentó en el enorme sofá de cuero.

—¿Me ofreces un trago? Y después me dices que era ese tan urgente que te hizo hacerme mil llamadas. —Soltó una carcajada observando hacia los lados, su oficina seguía siendo muy peculiar con ese toque entre la elegancia y sin duda, el sexo. —Pero primero dime, ¿Cómo estás?

—Claro. —Dijo acercándose al minibar y sirviendo un vaso de whisky para su amigo. —La verdad es algo bastante fácil. —Dijo sentándose a su lado. —El bar está creciendo, la cantidad de clientes también, necesitamos más personal, culos nuevos que llamen la atención. Necesito un presupuesto, el pago y los horarios.

Aclaro, ya que Lim era el encargado de la contabilidad del bar, lo había sido desde el inicio y ambos habían sabido llevar muy bien las cosas de ese modo.
Sejun rio al escucharlo y después bebió tranquilo.

—Muy bien, me parece justo, más clientes es igual a más ingresos. Y para obtener más ingresos se debe hacer una inversión. Una grande de culos bonitos, ¿No? Pero amigo, ¿Los probarás primero?

Soltó una carcajada al conocer a su amigo.
Taehyung bufó ante aquellas palabras. Él sabía que era verdad, Pero las razones para su vida promiscua tenían una razón de ser bastante importante para él y no planeaba cambiarla.

—Es probable, si me llama la atención, un buen polvo no le viene mal a nadie.

Le dijo honesto, lo observó y después se puso serio, terminando de beber.

—Eso es verdad, pero… ¿Una relación estable? Quizá te vendría bien conocer a una chica fuera de este mundo —Sejun sabía que era un terreno peligroso, pero aun así se preocupaba por la vida de su amigo, deseaba verlo bien y con una familia. —Yo podría presentarte a alguna de mis amigas, chicas de familia, ya sabes.

—No está en mis planes. —Le contestó tranquilo. —Para alguien que no conoció el amor en ninguno de sus años de vida, créeme que es más fácil vivir así, libre, sin ataduras ni idioteces que entorpezcan mi vida.
Sabes que soy bisexual, puedo elegir por dónde quiera, pero una relación no es parte de mis prioridades. —Bebió todo el contenido del vaso. — Es mejor no hablar sobre esto Jun, no quiero molestarme contigo por volver a tocar este tema.

Su amigo suspiró lento y después le sonrió.

—Lo sé, pero no pierdo nada al intentarlo, ¿No? Bien, dejaré esto contigo. —Le extendió una carpeta donde había varios documentos que firmar y también estaban las cuentas claras sobre la administración del bar.

—Claro, solo pierdes tiempo. —Se burló un poco, después tomó los documentos y comenzó a firmar. —Necesito los detalles para las nuevas contrataciones, comenzaré a buscar más personal lo antes posible.
Los que tengo ya no dan abasto, es urgente.

Continúo con su labor, revisando cada documento, atento a su amigo.

—Estoy intrigado por saber qué nuevas atracciones traerás al bar. —Sejun le dijo sincero. —Antes de irme, ¿Recuerdas a Min Yoongi? Creo qué hay un negocio del que desea hablar contigo, no quiso decirme por teléfono, ya sabes su fama. Pero no estaría de más que vayas a él, eso sí, ¡Con cuidado!

Le advirtió.

—Le haré una llamada, Min Yoongi solo significa una cosa para mí. — Sonrió burlesco. —Más dinero, estoy seguro de que debe tener algo en mente y me vendría bien alguno de sus trabajos.

Sonrió tranquilo, mientras veía como sus amigo abandonaba la oficina también con una sonrisa en su rostro. Sin despedidas porque ellos sabían que siempre se volverían a ver

Gracias por estar aquí y leer.
Espero sus impresiones de este primer capítulo ¿Les gustó?

🌸 ErLith_🌸