|Cap ₂₃|¿Por qué ella?

Okey, me han dicho que no se puede comentar porque Wattpad anda de malas hoy. Ay no 😭 [cry]

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Solté mis brazos a los lados de mi cuerpo, al mismo tiempo en que botaba un suspiro. No estaba feliz, no al encontrarme fuera de la misma casa que días antes habitaba papá y yo.

Saqué las respectivas llaves de mi cartera, y abrí la puerta.

Dentro del hogar se encontraba frío, un ambiente muy sombrío había comenzado a habitar desde su muerte.

Bajé la mirada al colgante de abrigos que yacía en la entrada, en él habían chaquetas de mi padre, también de mí. Al lado había un mueble donde se encontraban zapatos y pantuflas de los dos.

Avancé lentamente por la sala, el suelo crujía un poco, debido a que la casa estuvo solitaria por un poco de tiempo.

Subí las escaleras, cuando llegué a su cuarto, una corriente de aire pasó por mi cuerpo. Hacía tanto frío, mis labios temblaban.

|ᴘᴏᴠ ᴋɪຕ ᴛαє ʜуᴜηɢ|

—Gracias por entrar al auto —dije, cuando Hana se sentó en el asiento de copiloto.

Me encontraba estacionado fuera del edificio en que ella vivía.

—Habla de una maldita vez, y deja de hacerme daño —se cruzó de brazos, cerrada a escucharme de una buena manera.

—Nunca pretendí hacerte daño.

—Pues lo hiciste.

—Y en verdad lo siento.

—Tae —ella volteó a verme, enfurecida—. Cuando creí que después de tanto tiempo, tendría una oportunidad para ganarme al menos una pequeña parte de lo que es tu amor, ella llega y lo dejas todo.

—Siempre te expliqué lo que sentía por ___.

—¡Pero nunca creí que fuera cierto!

—Jamás he mentido con respecto a mis sentimientos.

—Siempre creí que la historia de esa chica era una falacia —formó sus manos en un puño—. Siempre creí que ella nada más era producto de una mala excusa para no querer besarme o... tocarme.

—Juro que intenté quererte.

—Pero siempre estuvo ella. Siempre estuvo ___, como un fantasma, rondando en tu cabeza, sin dejarte en paz.

—No le eches la culpa.

—¡Claro que es su culpa! —gritó—. ¡Si ella no existiera, podrías haberte enamorado de mí!

—¡Si ella no existiera, yo tampoco lo haría!

Hana quedó en silencio.

Era verdad, si mi madre nunca se hubiera metido con Daniel, ___ no estaría, y yo tampoco, puesto que esa mujer jamás habría buscado una salida, la cual fue mi padre; su amante.

Entonces, yo tampoco existiría. Pero, era un tema muy difícil para poder explicárselo a Hana.

—¿Qué tiene ella que no tenga yo? —cuestionó.

—No me hagas responder —no la miré.

—¡¿Qué tiene?! ¿Es su cabello? ¿Es porque no es coreana? ¿Tienes gustos exóticos? ¿Es su maldito trasero perfecto? ¡Tal vez deba pintarme los labios como ella, o vestirme como ella!

—Aguien llegará y podrá verte a ti con los mismos ojos que yo la veo a ella.

—¡Yo esperaba que tú fueras esa persona! ¡Maldita seas, Tae Hyung! —comenzó a llorar.

—Lo siento por no corresponder tus sentimientos.

—¡Nunca me diste una verdadera oportunidad!

—Porque jamás la hubo.

—¡Soy mejor que ella! Soy mucho más bonita, soy delgada, mi piel es pálida, mi cabello es largo y liso, y...

—Cállate por favor, y analiza lo que acabas de decir —negué con la cabeza, viéndola a los ojos—. Puede que seas hermosa para muchas personas, como así lo dices, pero no para mí. Jamás serás algo más para mí, y espero que lo entiendas. Yo a ella la amo, y no he venido a darte explicaciones del por qué la quiero, porque sólo ___ lo sabe.

—¡¿Entonces?!

—He venido para pedir que te olvides de mí.

—Pues ya está, vete a la mierda con tu latina de mierda —ella abre la puerta del auto y sale, dándole un portazo a la misma.

Carajo, mi auto.

|ᴘᴏᴠ ___|

Me senté en la orilla de la cama de papá, con una caja que había sacado bajo la misma.

La caja era metálica, y no tenía ninguna abertura de llave, eso me pareció raro. Busqué por cada lado, pero nada, sólo habían dos marcas parecidas a las de huellas dactilares.

No debía ser muy inteligente para darme cuenta que la caja podía abrirse si las huellas coincidían. Entonces, acerqué mi pulgar a una de las dos posiciones, no obstante, me exalté al sentir que la caja había vibrado y el lugar donde había puesto mi dedo, estaba en rojo.

Saqué mi teléfono y marqué un número, después de un tono, contestó.

—Tae Hyung, ven a casa de papá.

—¿Qué pasa?

—Sólo ven, necesito tu dedo.

—¿En qué parte de tu cuerpo necesitas mi dedo? Si quieres puedo darte dos, o tres, cuatro si resist...

—No, eso no. Por favor, ven.

—Tu tono me preocupa, ___. Estoy en el centro de la ciudad, llegaré en seis minutos.

Corté la llamada y dejé la caja encima de mi regazo, analizándola. Necesitaba saber qué había escondido papá ahí, y por qué tenía que utilizar dos huellas para abrirla.

Al cabo de exactos seis minutos, pude escuchar la puerta principal, y con ello los rápidos pasos de Tae corriendo por las escaleras, hasta notar que yo me encontraba en el único cuarto con la entrada abierta.

—¿Estás bien? —se acercó y arrodilló rápidamente frente a mí, tocó mis manos y mejillas, buscando detalles.

—Estoy bien, Tae, estoy bien —dije sonriendo, cuando él comenzó a besar mi rostro—. No te preocupes tanto.

—Es imposible cuando se trata de ti.

—Ya, pero no me ha pasado nada.

—Y tampoco te pasará —besó mis dos manos, al mismo tiempo en que las abrazaba con las suyas.

—Ven conmigo —dije y me paré, tomé la caja que estaba a un costado de la cama.

—¿Y eso? —caminó detrás de mí.

—Al parecer era de papá —me senté en una silla frente al escritorio dentro de la habitación.

—¿Papá?

—Claro, de él —dejé la caja encima.

—¿Ya la abriste?

—Para eso necesito tu dedo. Funciona a través de dos huellas.

—Y tú supones que son nuestras huellas.

—Por supuesto, ¿de quién más?

—Tienes razón.

Él dejó posado su pulgar en el lugar, al igual que el mío. Entonces, la caja vibró nuevamente, pero esta vez la luz fue verde. El objeto se abrió con lentitud, Tae y yo quedamos atentos.

Dentro había una única tarjeta de memoria.

—¿Una tarjeta? —cuestionó Kim.

—Prende la computadora —ordené y él lo hizo.

Inserté la tarjeta en un adaptador y pude meterme a los archivos, ahí había un video titulado como; "Me encontraron".

Miré a Tae y él a mí, los dos quedamos en silencio, un poco sorprendidos. Le di clic.

—Oh por Dios... —cubrí mi boca con una mano al ver a papá, sentado en este mismo asiento, acomodando la cámara que lo grababa.

Bien, ¿estoy grabando? —dijo papá a través del video, acompañado de una sonrisa—. Espero que esté grabando... —botó aire—. Si están viendo esto, es porque la caja ha sido abierta. Hoy es un caluroso día de verano, son las cinco de la tarde y mi querida ___ se encuentra haciendo las compras para la cena. Acabo de llamar a Tae, él está en su trabajo, como siempre... —agachó la mirada y acomodó sus lentes de descanso—. Bien, iré directo al propósito. Existen sucesos que no pueden cambiarse, por más que quiera, aunque sí estoy arrepentido de muchas cosas que hice en el pasado...

—¿Qué... cosas? —dijo Tae en un susurro.

El día en que conocí a su madre... —él sonrió, dejando la vista en algún lado—. Oh, el día en que conocí a su madre, ella lucía hermosa, su uniforme de doctora era maravilloso —él apretó sus labios—. Recuerdo que fue amor a primera vista, yo quería que ella se convirtiera en la madre de mis hijos... Ella mencionó que su pareja la maltrataba, no obstante... nunca mencionó tener una pequeña hija. ___ estaba recién nacida cuando ella quedó embarazada de Tae Hyung.

Bajé la mirada un poco, Tae Hyung lo notó y entrelazó una de sus manos con la mía, encima del mueble.

Cuando supe que había dejado a su hija a manos de aquel hombre llamado Daniel, quise intentar pedirle que la trajera con nosotros. Sin embargo... ella se negó, dijo que ___ le recordaba a él, por sus rasgos latinos —papá sorbió su nariz y siguió hablando—. Amaba a su madre, pero no su maldad. Decidí alejarme de ella, de su mundo repleto de rencor. Ella no lo toleró, e intentó regresar a mí, mas yo se lo impedía. Hicimos nuestras vidas separadas, lo único que nos unía era Tae Hyung. Hasta aquel día —miró directo a la cámara—, en que Tae me hizo una llamada y pidió que acogiera a ___ —sonrió con melancolía—. Sólo sabía que quería hacer todo lo posible para cuidar a aquella adolescente bajo el techo de un paradero.

Unas lágrimas bajaron por mis mejillas, dolía recordar tantos sucesos.

He vivido una larga vida, pero siento que se aproxima mi final... —se encogió de hombros—. No lo sé, hijos, en realidad no sé lo que se me viene, pero sí sé, que la mujer que amo está ahí afuera, amándome desde las sombras... —apoyó los codos sobre el escritorio—. Sólo sé que ella es capaz de hacer cualquier cosa, y también sé, que si algún día ella decide volver, una parte de mí la dejaría hacerlo... porque, aunque sea la peor persona que he conocido, también ha sido la que más he amado, y aquel detalle no puedo cambiarlo, por más que desee.

—Él sabía que moriría... —dije, atónita.

—Si el día de mañana no estoy con vida, por favor, quiero que sepan que los amo. Los amo, y han sido mi más grande tesoro en esta vida.

—¡He llegado, papá! —se escuchó mi voz desde el video.

—Oh, ha llegado mi hija, debo cortar esto —agarró la cámara—. Adiós.

Y aquellas, fueron sus últimas palabras. El video se cortó, después de algunos minutos.







•••







Después de aquella tarde, Kim y yo nos fuimos a mi departamento. Ahí nos recostamos sobre mi cama, algo tristes por las palabras de papá. Sentía que de alguna manera, hubiera podido prevenir su muerte.

Me aferré a su cuerpo, a Tae le gustaba dormir en ropa interior, por lo que a mí me agradaba acariciar su pecho desnudo con mis mejillas.

—Hoy me he juntado con Hana —soltó.

—Has estado todo este tiempo callado, ¿por qué decides hablarlo ahora?—abrí mis ojos.

—No lo sé, soy un idiota.

—¿Hablaron?

—Sí, en mi auto.

—¿De... qué hablaron? —me separé un poco de su cuerpo.

—De ti.

—¿Por qué?

—Ella se comparaba contigo, dijo que te quiero por tu perfecto trasero.

—¿Qué le dijiste? —enarqué una ceja.

—No pude decirle que era verdad.

—¿Sólo me quieres por mi trasero? —puse mis labios en forma de O.

—Claro que sí, es obvio que he estado más de ocho años detrás de ti sólo por tu trasero, ___ —esbozó una sonrisa y rodó los ojos.

—Qué pesado —sonreí también.

—Pero bien que te comes a este pesado.

—Hace dos días que no lo hago.

—¿Es una indirecta?

—Claro que no.

—Si quieres hacerlo sólo dilo, ___.

—¿De qué hablamos?

—De sexo.

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Estuvo medio aburrido el capitulo, pero fue necesario mostrarles lo que pensaba y sentía Kim Seung ✍🏻

Pregunta: ¿Cuándo cumplen años? 👀

Yo cumplo el 19 de abril 👀💩

Gracias por leer 💖 Love u Parkmy's 💖😋

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