Cuando Ser Sutil No Es Lo Tuyo
-Ya estamos en la universidad cariño
El coche se detuvo un momento dando tiempo que que el guardia abriera las imponentes rejas que impedían el paso y, luego de hacerlo, el auto rugió atravesando las puertas a toda velocidad y en menos de un segundo ya había derrapado estacionándose frente a la entrada
-¡Estás loca! - exclamó Faust entre carcajadas, no podía contener la risa, esa chica era la definición de inesperado.
- Bueno, hemos llegado, ha sido todo un placer
-Creeme que el placer es todo mío. Si no es molestia me encantaría estar en contacto contigo.
- Por supuesto. ¿Me das tu teléfono ?
-Por supuesto. Es este 2355345196. ¿Me das el tuyo?
- Ya te llamaré - dijo Eve mientras Faust acababa de salir del auto. Por cierto esto es tuyo - y le entregó el maletín mientras, en un pestañeo cruzaba los brazos alrededor del cuello de su pasajero y le besaba.
Faust no se esperaba esto, pero no le impidió soltar el maletín y empujarla más cerca de él para profundizar el beso. Beso que dio como sólo el sabía, gracias a las técnicas que aprendió con ayuda de otra amiga de "papá"
Eve se alejó fascinada, aún sentía en la boca el sabor a mentol mientras se relamía los labios mirándole intensamente.
- Eso es para que no se te olvide llamarme
Eve sonrió, le lanzó un beso y brincó a su auto. Saliendo de la misma manera llamativa como entró a BloodRose. Faust se volvió frente a la entrada y notó que todos le miraban. Ni siquiera había puesto un pie en la universidad y ya se iba al carajo lo de pasar desapercibido...por lo que los problemas no tardarían en llegar. Frente a él se encontraba una peli castaña con gafas que le miraba con la boca abierta y a esa misma le pidió indicaciones luego de volverla a la realidad, cosa que tardó más de lo esperado. Aunque, con tantos dobla a la derecha y gira a la izquierda supo en ese instante que no iba a dar con el lugar por lo que, sin pedir permiso la tomó por el brazo mientras ordenaba: Vendrás conmigo
Durante todo el camino hacia la oficina del director la mucha actuó muy raro, cada vez que se cruzaban con alguna persona se tapaba la cara con un libro y evitaba el contacto visual. Aquello le pareció muy raro a Faust: usualmente el raro era él. A medida que andaban por el lugar no pudo evitar notar que el lugar no estaba nada mal, tenía el toque antiguo que le gustaba pero aún así sentía que lo habían arruinado con la decoración. Todo el lugar estaba echo de pura madera, al menos hasta donde pudo comprobar, jarrones muy elegantes, plantas ornamentales y muchos cuadros de bonitos paisajes estaban por todo el trayecto.
"Demasiado bonito" pensó mientras subían unas escaleras hacia el segundo piso. Mientras el sonido de sus posadas hacia eco al andar por el piso no pudo evitar notar que estaban volviendo oír donde habían venido solo que en la segunda planta y, luego de unos cuantos pasos mas estuvieron frente a una de tantas puertas que había visto, solo que esta era diferente: Aunque era de madera también era de un tono mas neutro que todas las que había visto. A un lado de la puerta había cuadro del pentáculo hacia arriba y del otro lado, uno igual pero invertido. Aquello le interesó mucho, ese pentáculo invertido parecía dar comienzo a un pasillo un poco más oscuro que por el que habían venido, pero no pudo comprobarlo porque unos toques en la puerta captaron su atención. La guía improvisada había tocado a puerta y tras un casi inaudible "hasta luego" se fue por dónde mismo había venido.
No decidió no siquiera pedir permiso, apretó el agarre de su maletín y pasó como si fuera su casa. En el tono fondo, en un escritorio de exquisita manufactura en ébano se encontraba un hombre que le miraba con curiosidad. Su cabello estaba salpicado por innumerables canas, que junto al remanentre de cabellos que aún no habían, sucumbido al paso de los años le daba una tonalidad gris a su cabello. Vestía de manera formal, con saco y corbata, todo a juego con su color de cabello. Faust mantuvo ese mismo impulso con el que había entrado y sin preguntar nada se sentó frente a él, donde pudo comprobar que incluso sus ojos eran de color grisáceo.
- Vallamos al grano. Ya estoy aquí ¿Como funciona esto?
- Buenas noches señor Faust, llega más tarde de lo esperado
-Me surgió una cosa ahí
- Soy Nomeacuerdo Gray, el director de Bloodrose - Faust no pudo contener la risa
-¿En serio ? ¿Gray? Como si no fuera suficiente con el color de cabello y ojos ¿también tiene el gris en el apellido ?
- Pues sí, todos mis antepasados y yo tenemos el cabello y los ojos grises. Pero ya conocerá los detalles en la historia de la universidad. Su padre, su misterioso padre se las ingenió para conseguirle una beca.
- Digamos que mi padre tiene muchos recursos
- Esa no fue la razón de que decidiera aceptarlo en BloodRose: tiene potencial, y como director tengo el deber de ayudar a tantos jóvenes como pueda, a jóvenes que al igual que usted tienen ciertas... habilidades... Aunque he de admitir que las suyas son increíblemente exóticas aún en este lugar. Le recomendaría que fuera algo discreto a la hora de mostrar sus destresas, los vínculos de sangre que usted fácilmente practica forman parte nivel más avanzado de la magia sangrienta, o de sangre, como más guste llamarla y si investiga un poco verá que si se conoce qué puede realmente hacer usted será lo mismo que ir con un blanco en su espalda. Y no podré garantizar seguridad si eso pasa. Por otra parte se acabaron esos trabajos que hace, fue la condición que impuse para su admisión. No puedo permitir que un alumno de esta universidad se vea envuelto en esas... actividades... Cualquiera que asesine, o hiera a otra persona por cualquier método será expulsado de manera inmediata. Conocerá los detalles en el reglamento que se encuentra con todas estas cosas que va a necesitar. Una última cosa, por si no lo sabe aquí hay practicantes de magia como la suya, pero también los hay de magia blanca y obviamente hay muchas discrepancias entre ambos grupos. Le recomiendo que no se meta en problemas.
- Lo siento pero la sutileza no es lo mio, y por lo general los problemas cabalgan detrás de mi
-Una última cosa, como su matrícula fue cosa de última hora tendré que ubicarlo con Chris, es de primer año y no tiene conocimiento de que se practican ese tipo de artes en esta universidad. Bajo ningún concepto debe conocer la verdad, ni él ni los demás que carecen de esas habilidades. Ante el mundo somos una institución privada que se encarga de graduar médicos, químicos y otras profesiones de gran repercusión científica. Usted estará estudiando "medicina", segundo año. Los demás detalles los pude leer al final del reglamento. Me tomé la molestia de personalmente explicarle los detalles suficientes para que no meta la pata. Y ahora sígame, lo llevaré a su dormitorio. - Faust de mala gana tomó sus cosas y le siguió por el otro pasillo, ya estaba de mal humor.... Tendría que renunciar a sus tan divertidos trabajos aunque por el otro lado estar fuera del radar por una temporada no le haría ningún daño
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