CAPITULO 9 - Los Preparativos del Torneo
Había pasado un mes desde el aniversario de la muerte del hijo mayor de los Namikaze. Las cosas por la Ciudadela Gris seguían idénticas a entonces. Aunque gracias a Kushina y a Natsumi la pelirrosa lograba sentirse algo más como en casa.
Con el paso del tiempo Sakura podía ver nuevas facetas de Naruto que le parecían buenas. Sin embargo pasando más el tiempo se acercaba más la boda. Y Sakura en ningún momento podía olvidar que la estaban obligando a casarse con él. Así que era como si por un lado la cosa mejorase pero por el otro empeorase.
Antes pensaba que era alguien frio y sin sentimientos. Ahora por lo menos simplemente piensa que Naruto es alguien frio. Ya era un paso.
Sakura se levantó de su cama que ya por suerte empezaba a verla suya. Ahora simplemente no quería que fuese suya. Pero al menos las cosas iban haciéndose cada vez más familiares.
La pelirrosa se vistió y fue hacia el comedor dispuesta a desayunar. Sin embargo para su sorpresa en el no había nada. Era algo muy extraño. Sin embargo si escucho mucho bullicio que venia del exterior del castillo. Así que como era obvio se encamino hacia allí.
Al llegar pudo ver una gran multitud de gente reunida en la parte más amplia. En una construcción de madera elevada pudo ver a tres personas ya que al estar altos eran los que mejor se veían. Uno era Lord Minato, el otro Naruto y el tercero un desconocido que no sabía quién era.
Rodeando esa estructura estaban casi un centenar de personas. Muchos de ellos militares y gente del castillo. Los demás gente de la ciudad a la que habían dejado acudir al interior de la Ciudadela a presenciar aquello.
Sakura estaba extrañada ya que no sabía muy bien lo que ocurría. Naruto se percató de que ella estaba allí. Así que tras eso buscó a Shikamaru entre el público y tras establecer contacto visual le hizo una señal con la cabeza.
El moreno la comprendió y tras caminar entre la gente llegó a donde estaba la pelirrosa que le saludo al ver por fin alguien que conocía.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó Sakura con curiosidad.
- Van a ejecutar a ese hombre. - Dijo Shikamaru hablando de la persona que había entre Naruto y Minato.
- ¿Qué? ¿Por qué? - Preguntó la pelirrosa extrañada.
- Ha matado a dos chicas de la ciudad en la última semana. Lo hemos atrapado esta mañana a primera hora. - Dijo Shikamaru mirando hacia la plataforma del centro.
- ¿Cómo saben que era él? - Preguntó Sakura.
- Porque tras encontrarlo con la que casi es su tercera víctima lo ha confesado muy feliz y satisfecho. - Dijo Shikamaru mirando a la chica.
Sakura miró hacia el resto del público y pudo ver que mucha gente estaba contenta. Sin embargo pudo ver a dos grupos de personas que estaban contentas y tristes a la vez. Pudo deducir que eran los familiares de las dos chicas muertas.
- No tenéis por que ver esto Sakura. - Dijo Shikamaru siguiendo las órdenes de Naruto.
- No pasa nada... - Dijo la pelirrosa algo intrigada.
Naruto tenía en sus manos una enorme espada en su funda. En un campo de batalla un arma así seria molesta frente a algo más pequeño. Sin embargo para dar un corte certero y asegurarse de la muerte instantánea del reo era la mejor opción.
- ¡¡Silencio!! - Ordenó Naruto haciendo que todos los presentes dejasen de murmurar.
Tras ver como todo el mundo se había callado cogió la espada por la funda y se acercó a su padre entregándole la empuñadura. La cogió y la desenvaino. Naruto se apartó mientras que Minato clavo un poco la punta en el suelo y la colocaba frente a él sujetando la empuñadura con las dos manos frente a su pecho.
- Yo, Lord Minato de la Casa Namikaze, Guardián del Norte y Señor de Soragakure. Por tus crímenes atroces contra dos habitantes de nuestra ciudad. Os condeno... a morir. - Dijo Minato mirando hacia todo el mundo.
Se giró 45 grados hacia el detenido y levantó la enorme espada sobre su propia cabeza para trazar un largo arco que asegurase un buen corte. Después empezó a bajarlo.
- ¡¡Esas rameras se lo merecían!! - Gritó entre sádicas carcajadas el detenido.
Pero tras acabar de decirlo la espada separo su cabeza de su cuerpo matando al instante. Todo el mundo comenzó a aplaudir tras eso. Minato le entrego la espada a Naruto que la limpio con un pañuelo y después la guardo de nuevo en la funda.
Sakura tragó saliva. La imagen de ver alguien morir era sin duda algo extraño y aterrador para ella.
- ¿Estáis bien? - Preguntó Shikamaru.
- Si... tranquilo. - Pidió Sakura algo pálida.
Naruto bajó el primero y se fue corriendo donde estaban Shikamaru y Sakura.
- ¡Shikamaru! Te pedí que la llevases dentro. - Dijo Naruto mirando a su amigo.
- Ella no quiso Naruto. - Se excusó el moreno.
- ¿Estáis bien? - Preguntó Naruto mirando a la pelirrosa y poniendo una mano en su hombro.
- No... lo sé. - Dijo la chica algo pálida como antes.
- Vayamos dentro. - Dijo Naruto ayudándola a avanzar.
Shikamaru les siguió también y llegaron al interior del comedor. Allí se sentaron en tres cómodas sillas esperando a ver si alguien hablaba.
- ¿No os duele... ver a alguien morir? - Preguntó Sakura mirándolos.
- ¿Dolernos ver a ese tío morir? Eso no es nada comparado con lo que sentí al ver los cadáveres. - Dijo Shikamaru rápidamente.
- ¡¡Shikamaru!! - Le criticó Naruto.
- Oh... perdón. - Dijo el chico.
- ¿Los cadáveres? ¿Qué les pasaba? - Preguntó Sakura con curiosidad.
- La versión oficial es que las mujeres fueron asesinadas... sin embargo eso fue una pequeña omisión de información. - Dijo Naruto mirándola.
- ¿Omisión de información? - Preguntó la pelirrosa.
- Fueron torturadas salvajemente hasta la muerte. - Dijo Shikamaru dejando en blanco a la pelirrosa.
- Y no fue cortarles las muñecas y colgarlas hasta desangrarse. Te habló del a tortura más salvaje y cruel que he visto en mi vida. Tardaron semanas de dos a tres en morir. - Dijo Shikamaru.
- Ya vale de detalles Shikamaru. - Dijo Naruto.
- ¡Es que me siento impotente! - Gritó Shikamaru. - Cuando vi los cadáveres sentí ganas de hacer sufrir a ese hombre toda la eternidad. SI fuimos capaces de reconocer a las victimas era porque una llevaba un colgante de su madre y la otra tenía un lunar en el pie. Por lo demás no se podía reconocer nada. Creo que Lord Minato ha mostrado una intensa piedad matando indoloramente a ese cabrón. - Dijo Shikamaru ofendido.
- Shikamaru se cómo te sientes. Pero no creo que Sakura quiera oír eso. - Dijo Naruto.
- No, está bien. Tener más información hace que no me sienta tan mal... supongo. - Dijo la chica pensando.
- Matar a alguien nunca es agradable. - Dijo Naruto pensando. - Y el que diga que le gusta matar es el primero que merece morir. - Pero hay veces que simplemente hay que hacerlo. A veces te sientes mal y a veces no sientes nada. Pero nunca siento alegría. - Dijo Naruto.
- ¿No sientes nada? - Preguntó Sakura.
- ¿Crees que me puse triste al ver morir a la persona que quería violar a mi hermana? - Preguntó Naruto mirándola.
- Me pondría triste matar a los soldados que no han hecho nada y que han sido mandados a luchar conmigo. - Dijo Naruto.
- ¿Y cómo puedes hacerlo? - Preguntó Sakura.
- Es muy fácil... en medio del a batalla no piensas en eso. - Dijo Shikamaru. - Si pensases en eso morirías el primero. Cuando estas luchando no piensan en bien o en mal. Solo piensas en... sobrevivir. Y en matar a quien te quiere matar. Es después, cuando acaba la batalla cuando recapitulas y piensas en esas cosas. - Dijo Shikamaru mirándolo.
- ¿Y tras la batalla no se hace demasiado duro? - Preguntó Sakura.
- Hay un sentimiento mucho más fuerte que ese. Y es que sabes que lo estás haciendo para proteger a la gente de tu país y a tu familia. - Dijo Naruto.
- Hace 200 años que el País de las Nieves no participa en una guerra atacando primero. Siempre por defensa. - Añadió el moreno.
- Cada vez suena más lógico. Pero aun así... bueno sigue haciéndoseme raro. - Dijo la pelirrosa.
Naruto se levantó y se puso cerca de Sakura de nuevo. Le puso una mano en el hombro tratando de calmarla.
- No creo que seáis rara por ello. - Le dijo Naruto animándola.
- Gracias... - Dijo Sakura. - ¿Y por qué ha tenido que hacerlo Lord Minato? No podría ser cualquier soldado... - Dijo Sakura.
- Quien dicta la sentencia debe empuñar la espada. - Dijo Naruto. - Es cobarde ordenar que alguien debe morir y hacer que lo haga otra persona. - Añadió el rubio.
- Tiene sentido... - Dijo Sakura pensando. - Así no te tomas a la ligera la sentencia.
- Exacto. - Dijo Naruto.
Tras eso trataron de cambiar de tema. Sakura comprendió que aquel hombre no había muerto por el placer de Minato precisamente. Pero aun así no podía evitar sentirse mal al ver morir a alguien. Y también decidió que lo prefería.
---------------------------------------------------------------------------------------------------- Después de Comer
Sakura estaba con Kushina hoy como siempre. Estaban las dos sentadas en la una de las salas de audiencias. Aunque Kushina estaba callada.
- La verdad no me gusta mucho hablar de cosas incomodas. - Dijo Kushina rascándose la frente.
- ¿De qué quiere hablar? - Preguntó extrañada la pelirrosa.
- Bueno... sé que la respuesta será seguramente que sí. Pero es cierto que hay algunas chicas que a tu edad aun no les ha pasado. Bueno... tú... ¿Has sangrado ya por primera vez? - Preguntó la pelirroja con dificultad.
- Eh... bueno... yo... sí. - Dijo Sakura sonrojada.
- Bien... ¿Sabes? Una de las cosas que se esperan de ti es que traigas al mundo todos los hijos que puedas. - Dijo Kushina sonrojando aún más a la chica.
- Ya... - Dijo ella sin saber que decir.
- No te preocupes. Yo al menos he sentido una gran felicidad cada vez que ha nacido uno de mis hijos. Además tu eres una buena chica, se nota. Estoy segura que querrás mucho a tus hijos. - Dijo la pelirroja.
- No si... no es por eso. Es que... bueno yo... y Naruto... - Dijo la chica sin saber cómo decirlo.
- Ah... entiendo. Sakura... ¿A ti mi hijo te parece guapo? - Preguntó Kushina.
- Si... bueno. Creo que si lo es. - Dijo la pelirrosa entrecortada.
- Bueno, eso hará las cosas más sencillas. - Dijo Kushina sonrojando aún más a la chica.
- Lady Kushina... ¿Cómo fue... vuestra primera vez con Lord Minato? - Preguntó la pelirrosa sonrojando por primera vez a la pelirroja.
- Bueno... nunca hablaría de esto pero... lo hare como favor especial para ti. - Dijo sonrojada. - Fue el día que nos casamos, por la noche. La primera vez que compartimos habitación. Al principio estaba muy nerviosa la verdad. Minato también lo estaba. Era una situación en realidad bastante divertida. Aunque no lo pensé en ese momento. Entonces lo que pensaba era que no quería hacerlo. Ya sabes, en aquel momento seguía pensando que no quería casarme. Pero luego empezamos... y bueno... simplemente deje de pensar en esas cosas. - Dijo Kushina sonrojada.
- ¿Os gustó? - Preguntó la pelirrosa sonrojada.
- Ya te dije que Minato siempre se porta de forma muy cariñosa conmigo. No me hizo daño en ningún momento... y... si... me gusto. - Dijo la pelirroja sonrojada.
- No sé si estoy preparada... - Dijo Sakura nerviosa.
- Claro que no... y no lo estarás hasta que lo hagas. Es así de sencillo. - Dijo Kushina tratando de animarla.
---------------------------------------------------------------------------------- En el Balcón Principal del Castillo
Mirando la ciudad estaban Minato y Naruto. El Lord de Soragakure le había pedido a su hijo que hablasen un pequeño momento.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó Naruto extrañado.
- En seis meses te casas con Sakura. - Dijo Minato.
- Lo sé. - Dijo el chico algo fastidiado.
- Cuando eso ocurra. Ella y tu compartiréis cama... no sé si me explico. - Dijo Minato sonrojando al rubio.
- Si... os explicáis bien. - Dijo Naruto sin mirarle.
- Bien, Naruto no sé cómo irán las cosas entre los dos. Pero si me gustaría que no olvidases que ante todo debes cuidarla y tratarla con el respeto que merece. - Dijo Minato.
- ¿Y acaso no es lo que estoy haciendo? - Preguntó Naruto enfadado con su padre. - "Odio que todos piensen que le haré daño." - Pensó Naruto ofendido.
- Tampoco quiero que olvides que ella es dos años menor que tú. - Dijo cambiando de tema. -
Eso hace que debáis cuidarla mejor aún al menos hasta que pasen unos cuantos años más... - Dijo Minato.
- Sois vos y Lord Haruno quienes la han obligado a estar aquí en contra de su voluntad. Los que me habéis obligado a mí a aceptar este papel del que aún no se si estoy preparado para cumplir. Pero lo que sí que no voy a permitir es que consideréis que lo estoy haciendo o lo hare mal. Ya que yo soy el primero que está convencido de que lo hará bien. También estoy cansado de que todos deis por hecho que lo haré mal o que necesito guía. No soy ningún monstruo y por supuesto que la cuidare lo mejor que sepa. - Dijo Naruto sorprendiendo a Minato.
- Naruto... - Dijo el hombre sorprendido.
- Ah... y si fuese verdad que la fuese a tratar mal y no la cuidase. Cosa que estoy totalmente convencido que no pasara, será única y exclusivamente culpa vuestra. Ya que no soy yo quien la ha obligado a estar aquí. - Dijo Naruto siendo sincero con su padre. - Siento haberos ofendido, aceptaré cualquier castigo que creáis conveniente. - Dijo Naruto sin arrepentirse de hablar. Pero si sabiendo que había incumplido más de una ley hablando así a Minato.
- No... Naruto... puedes marcharte. No pasa nada. - Dijo el rubio mirando a su hijo.
Naruto dio media vuelta y se marchó hacia sus aposentos. Minato sin duda se quedó sorprendido por las palabras de su hijo. Fue también hacia el interior del castillo y fue directamente a la habitación donde estaban Sakura y Kushina.
- ¿Se puede? - Preguntó Minato entrando.
- Claro, pasa. - Contestó la pelirroja.
- Quiero hablar un momento con Sakura. Pero puedes quedarte cariño. - Dijo Minato mirando a Kushina.
- Vale. - Dijo sonriendo la ojiazul.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó la pelirrosa.
- He intentado dar una lección a mi hijo antes. Y sin embargo me la ha dado el a mí. - Dijo Minato algo arrepentido. - Sakura... os escogí como futura esposa de mi hijo tuve en cuenta una gran cantidad de variables. - Dijo mirándola. - Variables en las que tú eras sin duda la mejor. - Dijo enorgulleciendo un poco a la chica. - Sin embargo me olvide de la más importante. - Dijo Minato triste.
- ¿De cuál? - Preguntó ella con curiosidad.
- Me olvide de preguntaros si vos queríais casaros con mi hijo. - Dijo Minato sorprendiendo a Sakura y a Kushina.
- ¿Qué te ha dicho Naruto? - Preguntó Kushina extrañada.
- De todo... - Dijo Minato suspirando.
- Nunca pensé que Naruto se enfrentaría a ti. - Dijo Kushina sorprendida pero contenta por dentro.
- Ni yo... pero lo ha hecho. Y la verdad es que lo ha hecho estupendamente bien. - Dijo Minato también algo orgulloso. - Sakura... yo lo siento mucho. - Dijo Minato arrepentido.
Ahora ya era tarde. Sakura y Naruto estaban comprometidos y ambos habían jurado ante los dioses y el Señor de Soragakure que se casarían y permanecerían juntos. Anular el matrimonio sería una ofensa para los dioses que los observaban y también una deshonra para la Casa Namikaze. La Casa Haruno directamente dejaría de existir como tal. Así que ya no había vuelta atrás.
- No os preocupéis Lord Minato. - Dijo la chica sintiéndose mal.
- Sakura, sabed que me tendréis a vuestra entera disposición para todo lo que necesitéis. - Dijo Minato sorprendiéndola. Al fin y al cabo él era su Señor y el Señor de su padre.
- Gracias. - Dijo ella agradecida.
Minato se despidió de las dos y se marchó del lugar dejándolas solas de nuevo. Aunque ahora no sabían muy bien de qué hablar.
- "¿Por que no ha contado que le ha dicho Naruto? Se ha dejado la mejor parte." - Pensó Sakura con curiosidad.
Minato se marchó hacia el campo de instrucción. Encima de la muralla se podía ver la enorme explanada que separaba el castillo de la ciudad. En ella muchos constructores estaban preparando el terreno de lo que iba a ser el torneo. Minato se puso al lado del rubio.
- Naruto. - Dijo Minato.
- ¿Si? - Preguntó el rubio.
- Quiero que ganes este torneo. - Dijo el rubio ganándose la mirada de Naruto. - Quiero que todos los Señores del Norte sepan que su futuro líder es el guerrero más fuerte. - Dijo Minato después.
- Entendido. Aunque ya tenía pensado ganarlo igualmente. - Dijo Naruto mirando el campo de duelos que habían preparado.
CONTINUARA...
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