CAPÍTULO 35 - La llegada de Akatsuki
La guerra ya estaba realmente en las últimas. Los Senju y los Namikaze estaban increíblemente cerca de Kumogakure. Y cuando llegasen podrían emprender el asedio final y poner fin a la batalla para siempre.
Aquella mañana llegó una carta para Naruto escrita por Kushina. En ella le informaban que el asedio a Soragakure había sido detenido por Karin y las Sacerdotisas Guerreras. Kushina no le dijo nada de que Sakura se había marchado con Minato, pensó que aquello no ayudaría precisamente a terminar la guerra.
Obviamente Naruto se alivió mucho de leer aquello, confiaba en su prima pero hasta el momento de recibir la carta pues era obvio que lo pasó mal con este tema. Con energías renovadas aquella mañana los Namikaze estuvieron atacando el último fuerte que les separaba de Kumogakure.
Los Senju iban por el mismo camino, estaban arrasando un campamento que los soldados habían edificado al empezar la batalla hace ya muchos días.
Mientras tanto Sasuke estaba en su habitación viendo a una frustrada Hinata que no paraba de dar vueltas por la habitación.
- Vas a marear a mi hijo. – Dijo Sasuke enfadado.
- Estamos perdiendo la guerra… - La chica parecía preocupada.
- No perderemos esta guerra. – Dijo Sasuke encarando sus ojos.
- ¿Cómo lo sabes? – Preguntó de nuevo ella.
- Ven…
Sasuke le hizo una señal y la cogió de la mano, juntos fueron caminando hasta el balcón de la habitación de Sasuke, el que daba al Gran Océano. Hinata abrió los ojos como platos.
- Observa nuestra victoria…
Más de un millar de barcos surcaban el océano en dirección a Kumogakure. Hinata pudo fijarse en que todos tenían la misma bandera. Una bandera negra con tres nubes de color rojo.
- ¿Es un ejército? – Preguntó la chica.
- Es el mayor ejército mercenario de todo el mundo. Vienen del continente de Angara y por un más que aceptable precio… nos harán ganar la guerra. – Sasuke parecía satisfecho.
- ¿Cuántos son?
- 50.000 soldados… con ellos aplastaremos a los Namikaze y los Senju. Y después conquistaremos Konohagakure y Soragakure.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En el frente
Naruto estaba en plena batalla junto a sus mejores amigos. Satoshi, Sai y Shikamaru luchaban junto a él. Los cuatro eran probablemente los mejores soldados del norte. Todos los respetaban mucho ahora. Al principio puede que no por su juventud, pero se habían ganado el respeto a pulso.
Los Uchiha y los Hyuga luchaban desesperadamente por defender aquel pequeño fuerte que servía únicamente para vigilar los territorios cercanos a Kumogakure. Así que atacarla no estaba siendo difícil.
Sin embargo si se notaba ya el cansancio en las tropas. Tantos días seguidos librando batallas casi a diario estaban pasando factura. Pero ver la victoria tan cerca les subía la moral y les hacía continuar luchando.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------- En Soragakure
Kushina estaba reunida con Natsumi, las dos únicas personas que conocían el estado de desaparición de Sakura.
- No sé qué le diremos a Naruto cuando vuelva… - Dijo Kushina muy frustrada.
- No se… puede que vuelva… - Natsumi trataba de quitarle importancia.
- ¿Y entonces por qué se habría ido? – Preguntó Kushina que no lo entendía.
- Puede que solo quisiese proteger a Minato… - Dijo tratando de tocar la fibra maternal de Kushina.
- Si de verdad vuelve… estoy dispuesta hacer ver que no ha pasado nada… no quiero tener que decírselo a Naruto después de todo… - Kushina estaba preocupada.
A Natsumi le sabia mal tener que ocultarle información a su madre. Pero al fin y al cabo se lo había prometido a Sakura. Solo esperaba que pronto se arreglase todo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En el frente
Naruto estaba a la cabeza de todas sus tropas restantes acabando con los cerca de 4.000 soldados que cubrían ese último punto de defensa antes de llegar a Kumogakure. Justo acababa de matar a un soldado que se había atrevido a atacarle de frente.
Otro guerrero había tratado de matarlo atacándole por la espalda, pero acabo muerto cuando la espada de Sai le atravesó el pecho. Naruto se giró al escuchar la acción y vio a Sai que acababa de salvarle la vida.
Naruto asintió dándole las grandes a Sai y continuaron luchando juntos contra todos los que llegasen. Pasó cerca de media hora de intensa batalla y por fin habían logrado asegurar el último fuerte.
El rubio dio la orden de avanzar hasta estar a dos kilómetros de Kumogakure. Ya podían ver a lo lejos las altísimas murallas que protegían la costera ciudad. Naruto sentía que realmente estaban cerca.
- ¡¡Levantad un campamento aquí!! – Ordenó Naruto mirando a sus soldados. – En cuanto nos unamos a los Senju empezaremos el ataque final. – Naruto sabía que los Uchiha ya estaban en las últimas. Realmente habían masacrado ya a casi todo el ejército. El País del Rayo y el de las Rocas tardarían mucho tiempo en superar esta ruptura generacional provocada por la guerra.
Naruto se acercó a Satoshi y le ordenó tomar la mitad de las tropas para atacar la retaguarda de los Uchiha que aun luchaban contra los Senju. Querían agilizar las cosas.
A la hora de la partid de Satoshi los Namikaze recibieron la visita de Karin y sus guerreras. Todos los soldados se alegraron mucho por aquella unión de última hora. Naruto se sintió realmente complacido de verlas.
- Gracias. – Dijo Naruto haciendo una reverencia al ver a Karin, la chica no pudo disimular su infinita felicidad al ver a Naruto haciendo aquel gesto.
- Bien… a partir de hoy no olvides que me debes la vida de tu familia. – Dijo Karin con autosuficiencia.
- No lo hare. – Dijo Naruto muy serio sorprendiendo a la chica, esperaba picarle y hacerle enfadar.
- Venga, no te pongas tan serio. – Dijo Karin dándole un pequeño codazo en el brazo. – Tenemos que rematar a los Uchiha. – Dijo la chica mirando hacia las murallas.
Tras poco más de media hora por fin llegó la caballería pesada de los Senju. A su cabeza estaba Hashirama Senju. La infantería tardaría media hora más en llegar, sin embargo Hashirama quería empezar a planear el asedio junto con Naruto.
Fue bastante satisfactorio llegar y ver un campamento ya levantado y las máquinas de asedio preparadas. Fue guiado hasta la tienda de campaña de Naruto. Allí estaba junto con su prima en representación de los Uzumaki. Así que las tres casas aliadas estaban juntas ahora.
- Te esperábamos. – Dijo Naruto levantándose de su silla en señal de respeto.
- Parece que habéis ganado la carrera a Kumogakure. – Dijo Hashirama bromeando.
Hashirama saludo a los jóvenes a modo de respeto y después se sentó junto a ellos para planear el ataque a Kumogakure. Acordaron que esperarían todo un día para poder recuperar fuerzas y hacer los últimos preparativos.
Los Uchiha se encerrarían en casa y estaban fuera del alcance de las flechas, así que no había ningún problema. Optaron por hacerlo sencillo y unir todas las tropas en un solo bloque. Quedaban con vida 8.000 soldados de los Namikaze y 13.000 de los Senju. Había sido una guerra realmente cruel y catastrófica. Sin embargo los cálculos estimaban que a los Uchiha y los Hyuga no les quedaban ni 6.000 unidades, todas atrincheradas en la ciudad.
Tal y como acordaron decidieron dormir toda la noche, recuperaron todas las fuerzas posibles. Y tras el despertar las tropas se pusieron en formación, a tan solo dos kilómetros de Kumogakure. A la cabeza estaban Karin, Naruto y Hashirama. También estaban sus comandantes que con la unión de los dos otros ejércitos habían aumentado el número. Entre ellos estaban los tres mejores amigos de Naruto.
- Esto me trae recuerdos… - Dijo Hashirama viendo en esta escena lo mismo que vivieron hace 20 años.
- Esta batalla de siglos acabara hoy… - Dijo Naruto refiriéndose que no quedaran Uchihas pare cobrarse la venganza.
Hashirama Senju asintió, la última vez acepto la idea de Minato creyendo que su acto de compasión daría paz. Sin embargo ahora todos tenían que aceptar que su acto solo trajo más dolor en el futuro.
Dieron la señal y comenzaron a caminar hacia Kumogakure. Como en el asedio la caballería seria molesta decidieron dejar todos los caballos en el campamento. Hashirama portaba en su mano una espada y no su lanza.
Cuando llegaron a la zona en la que las flechas ya podrían alcanzarles empezaron a correr para minimizar las bajas. Sin embargo se extrañaron mucho al ver que no había arqueros en lo alto de las murallas.
Los arietes se estaban quedando atrás, pero en cuanto asegurasen la entrada llegarían y abrirían las puertas. Cuando estaban a unos 600 metros todos se quedaron en blanco al ver como se abrían las puertas de Kumogakure.
- ¿Se están rindiendo? – Preguntó Karin extrañada.
No tenía sentido que una ciudad defensora abriese las puertas en medio del asedio. O no al menos si tenía menos tropas que el atacante. Pero, todas sus dudas se disiparon al ver como de entre las puertas empezaron a salir miles y miles de soldados.
No llevaban armaduras parecidas ni las mismas armas. No llevaban estandarte ni ningún símbolo distintivo.
- “Mercenarios…” – Se maldijo Naruto en su interior.
El ataque había empezado y ya no podían dar marcha atrás. Pero sin duda el combate entre el debilitado conglomerado de los Namikaze, Senju y Uzumaki contra un heterogéneo ejercito de 50.000 mercenarios iba a ser algo demasiado complejo y difícil de superar.
CONTINUARA…
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