CAPÍTULO 31 - Guerra Doble

Tal y como había dicho Naruto salieron al campo de la batalla por la mañana. Al mando de cerca de 2.000 guerreros norteños estaban arrasando una pequeña ciudad cercana a Kumogakure. La mayoría de habitantes ya habían huido cuando los exploradores avisaron de su llegado.

Otros cuantos que no querían abandonar su hogar estaban siendo encarcelados y llevados a la Fortaleza del Templo Nakano, ahora usada como cárcel.

No encontraron defensas de ningún soldado. En aquella ciudad solo habría la guardia mínima para evitar revueltas y mantener la ley. Haberse quedado a morir habría sido estúpido.

- ¡Señor! – Gritó uno de sus hombres que llegaba corriendo.
- ¿Si? – Preguntó Naruto guardando su espada en la funda.
- Son los soldados de los Uchiha. – Dijo despectivamente. – Ya llegan, parecen unos 6.000 más o menos.
- Perfecto… que todos los soldados se reúnan a la salida de la ciudad en formación. Chocaremos contra ellos frontalmente. – Dijo Naruto confiado en sus 2.000 hombres.
- ¡¡Por fin acción!! – Gritó un enorme hombre al lado de Naruto.
- Vamos Dai, demostrémosles nuestra fuerza. – Dijo Naruto hablando con la Montaña, aquel gigantesco guerrero al que Naruto venció en el torneo.

Naruto y todos los hombres empezaron a juntarse a la salida del a ciudad tal y como ordenó Naruto. A lo lejos ya divisaban los soldados de los Uchiha que a la cabeza llevaban dos portaestandartes. Uno de los Uchiha y otro de los Hyuga.

- No podemos dejar que carguen primero. – Dijo Dai mirando a Naruto, este asintió.

Naruto estaba a la cabeza de todos los soldados. Sacó su espada de la funda y la alzo al cielo. Realmente confiaba en aquellos soldados. No importa que fuesen tres veces menos. Su plan funcionaria.

El rubio se dio cuenta de que no hacía falta decir ninguna palabra. No hacía falta arengar a sus tropas. Estaban ya motivadas y no tenían miedo. Naruto se sintió feliz al ver aquello. Naruto empezó a correr bajando la leve colina casi como si no le importase si sus hombres le seguían o no.

Cosa que obviamente ocurrió. Todos los norteños empezaron a correr con tanta velocidad que hasta los soldados de Kumogakure se asustaron un poco. Aunque era normal, los Namikaze estaban bajando y los Uchiha estaban subiendo la colina. Pero daba la sensación de que ellos tenían mas sed de sangre.

Naruto estaba separado de sus tropas por casi 10 metros, algo bastante alocado pero no le importó lo mas mínimo. De un espadazo se llevó por delante as gargantas de tres soldados Uchiha. Y antes de que fuese rodeado sus hombres ya habían llegado.

La batalla comenzó y fue realmente sangrienta. Dai Kamata se había puesto al lado de Naruto para proteger su espalda. Con su gigantesco espadón partía a sus rivales por la mitad con cada golpe. Naruto seguía a su ritmo, nadie le tocaba y el que se paraba delante de el acababa muerto.

La batalla se prolongó durante unos cuantos minutos. Aunque parecía que estaba bastante equilibrada se notaba que tarde o temprano los Uchiha ganarían terreno aunque fuese por el cansancio.

Pero a Naruto eso no le importaba. Solo necesitaba que sus tropas mantuviesen la moral y la formación el tiempo necesario. Y él sabía que sus guerreros seguirían con la moral alta mientras más Uchiha siguiesen cayendo al suelo.

Otro que muerde el polvo por la espada de Naruto. Ya casi no podía mantener la cuenta de cuantos habían muerto. Obviamente el lado del os Namikaze también estaba sufriendo bajas, pero cada compañero muerto solo avivaba la furia de los norteños. Su sociedad de guerreros y combatientes les hacía unos enemigos temibles en batalla.

Miedo, cobardía y retirada eran palabras que raras veces estaban en sus diccionarios. Sus costumbres y tradiciones decían que participar en una batalla ya era un honor en sí. Vencerla era el máximo honor. Y morir en el campo de batalla era la segunda muerte más honorable que podía tener un nórdico. La primera, morir de viejo tras haber sobrevivido a todas las guerras participadas.

Naruto sonrió en medio de la batalla cuando sus oídos percibieron el sonido de un cuerno. Era la señal. Los refuerzos estaban llegando. Satoshi Haruno iba a la cabeza de 10.000 soldados a punto de aplastar el flanco izquierdo de los soldados Uchiha. La trampa había funcionado, con un número más que aceptable de bajas habían acabado con el 10% de las tropas totales de los Uchiha.

En menos de dos minutos todos los soldados Uchiha habían muerto. Sin prisioneros y sin piedad. Aquello era una señal en realidad. Era la desmotivación de las tropas Uchiha y Hyuga personificada. Si lucháis, es a victoria o muerte. No hay ni retirada ni rendición.

Tanto el espadón de la Montaña y la espada larga de Naruto estaban totalmente teñidas de rojo. Tenían que limpiarlas antes de guardarlas para que no se oxidasen. Pero había sido una gloriosa batalla para ambos, eso sin duda.

Satoshi se reunió con Naruto en cuanto el último soldado de los Uchiha estuviese muerto. La batalla había sido un éxito.

- Buen trabajo. – Dijo Naruto recuperando el aliento.
- Nosotros solo hicimos lo fácil. – Dijo mirando a Naruto y a Dai.
- Bien… ahora… - Dijo Naruto pensando.
- Espera… hay algo que debes saber. – Dijo Satoshi extrañando mucho a Naruto. – Esta mañana, poco después de vuestra partida, llegó una carta escrita en persona por Hashirama Senju. Han atacado a la mitad de las tropas de los Uchiha en el País de las Rocas. El ejército conjunto de los Hyuga y los Uchiha está ahora dividido. – Dijo Satoshi muy feliz.
- ¿Qué haremos ahora? – Preguntó Dai mirando a Naruto.
- ¿Reorganizarnos en Nakano? – Preguntó Satoshi.
- No, de eso nada. Manda una carta a Shikamaru… que traiga todos los hombres. La diferencia de tropas casi ni existe… marcharemos sobre Kumogakure. – Dijo Naruto muy decidido.
- ¡¡Eso quería oír!! – Dijo Dai eufórico.
- Nos enfrentaremos a la mitad del ejército de los Uchiha. – Dijo Satoshi pensando.
- Resta los 6.000 que han muerto esta mañana. Es el momento de aplastarles. – Dijo Naruto tan decidido que nadie podría decirle nada.

------------------------------------------------------------------------------------------------ En El País de las Rocas

Hashirama Senju estaba subido sobre su caballo de guerra que prácticamente tenía más armadura que él. En su mano derecha portaba una gran lanza con la que estaba acabando hábilmente con todos sus enemigos.

Sus tropas habían sorprendido a los Uchiha por la retaguardia y estaban causando grandes estragos. Seguían luchando pero retrocediendo hacia Kumogakure. Su intención era unirse a la otra mitad de las tropas.

Aquello era justamente lo ideal para Hashirama y Naruto. Se reunirían en Kumogakure atacando al ejército de los Uchiha por dos flancos diferentes. No se podían imaginar una situación mejor.

- “Esa niña tenía razón.” – Pensó Hashirama complacido por el rumbo de la batalla.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------- FLASH BACK

La Casa Senju había recibido por la mañana una carta para el Guardián del Centro. Tenía el sello azulado de Soragakure. Y la escritora del mensaje era Sakura Haruno, la Guardiana del Norte.

“Estimado líder de los Senju, Señor de Konohagakure y Guardián del Centro,

Confío plenamente en que responderá a la llamada a las armas de mi esposo, el Guardián del Norte, en la lucha contra nuestros ancestrales enemigos y en busca de la justicia contra el vil asesinato cometido contra su viejo amigo, Minato Namikaze.

No obstante me gustaría expresarle mi convencimiento de que las tropas del País de las Nieves podrán lidiar perfectamente con el flanco norte de Kumogakure. Por ello le insto a que una vez llegue el momento en el que sus tropas salgan al campo de batalla no lo hagan con la intención de reforzar las filas de los Namikaze.

Sé que haciendo esto ganaríamos la guerra igualmente pues confío en la superioridad estratégica y de habilidad frente a nuestros enemigos. Pero esta acción provocaría una batalla mucho más larga y con más bajas. Sin embargo, si usted decidiese atacar a las tropas enemigas desde el País de las Rocas dividirían a nuestros enemigos y provocarían su caída mucho más rápidamente. Espero que valore mi opinión.

Atentamente, Sakura Haruno, Señora de Soragakure y Guardiana del Norte”

------------------------------------------------------------------------------------------------------ END FLASH BACK

Las tropas de los Senju continuaron avanzando a través del País de las Rocas rumbo a Kumogakure. Mientras tanto las tropas de los Namikaze hicieron lo mismo avanzando desde el norte.

Así se crearon dos batallas simultáneas que estaban poniendo contra las cuerdas al conglomerado de los Uchiha y los Hyuga.

Madara Uchiha estaba reunido con su hijo. Solo con su hijo porque había mandado ejecutar al Comandante General por su maldita política de subestimar a Naruto. Ahora había nombrado a uno nuevo, pero estaba bastante callado y asustadizo.

- Ese niño está ganando la guerra… - Dijo mirando por la ventana. – Y nosotros le hemos subestimado. Se acabó, completa y absolutamente. Es hora de poner nuestras cartas sobre la mesa.

---------------------------------------------------------------------------- En una oscura celda de Kumogakure.

- Has vuelto a venir… Obito. – Dijo una entrecortada y cansada voz desde una celda.
- Solo quería saber si seguías vivo. – Dijo tratando de sonar distante.
- ¿Cómo va la batalla? – Preguntó con curiosidad.
- Los Senju se han unido a la guerra… están atacando al grueso de las tropas desde dos direcciones… pronto estarán a las puertas de Kumogakure. – Dijo el Uchiha mirando al hombre capturado.
- Bien… me alegra oír eso… - Dijo sonando satisfecho.
- No parece que te extrañe… bueno es normal… tu hijo ha resultado ser un gran estratega. – Dijo Obito justo antes de marcharse.

CONTINUARA…

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