CAPITULO 24 - Una Nueva Vida

- Vamos Naruto... no te preocupes. Pueda sola. - Dijo Sakura bajando los escalones que daban a la planta baja del castillo.
- ¿Seguro? - Preguntó Naruto cogiéndola de la mano.

Sakura estaba ya de nueve meses. Realmente ya tenía una gran y enorme barriga. Naruto estaba contento, pero siempre estaba encima de Sakura para que no tuviese que forzarse en nada.

- Seguro Naruto... tranquilo. - Dijo la pelirrosa sonriéndole.
- Vale. - Dijo Naruto soltándola por fin.

Continuaron caminando hacia el comedor, a Sakura le gustaba sentirse que todavía podía hacer de todo. Se cansaba antes pero al menos podía hacer de todo.

- ¡Buenos días! - Gritó Natsumi eufórica al ver llegar a la parejita.
- Buenos días. - Dijo Naruto sentándose, aunque primero retiró la silla de Sakura para ayudarla. Todo un caballero.
- Gracias. - Dijo Sakura estando algo molesta, pero con cariño claro.
- De nada. - Dijo Naruto bromeando.

Toda la familia como siempre desayuno junta. Era una costumbre que tenían bastante arraigada, pero también era bastante agradable.

Todos sabían ya que a Sakura le quedaban pocos días para dar a luz. A pesar de ser tan joven y primeriza todo el embarazo había ido muy bien. Se agradecía mucho las nubles en las que Naruto y los demás la tenían flotando. Había ayudado bastante.

Minato y Kushina estaba muy contentos. Natsumi estaba bastante emocionada, tenía muchas ganas de convertirse en tía. Estaba bastante feliz con la idea. A veces parecía incluso que más que Naruto o Sakura. Aunque no fuese verdad claro.

- Naruto hoy tienes que atender una reunión con los capitanes. - Dijo Minato mirando a Naruto.
- ¿Era hoy? - Dijo Naruto algo perezoso.

Naruto siempre se había caracterizado por atender a sus obligaciones sin ningún tipo de queja. Aunque últimamente estaba más vago con eso.

- No te preocupes Naruto. - Dijo Sakura mirándola.
- Ya... - Dijo Naruto ladeando la cabeza.

La verdad es que el prefería pasar todo el día con Sakura. Todos los días que podía eludía todas sus responsabilidades. Sai estaba algo ajetreado con todo el trabajo que Naruto le daba, aunque como siempre no solía quejarse.

Con un poco de resignación Naruto se levantó de la mesa y se dirigió a la sala de reuniones del cuartel del castillo. Los cuarteles estaban dentro de los muros de la ciudadela así que tampoco se alejaría mucho.

Al llegar Sai lo estaba esperando, en estos pocos meses se había vuelto como su mano derecha. Cosa que no estaba gustando a la mayoría de capitanes del ejército de Soragakure. Pero a Naruto eso le daba bastante igual. Para el cosas como la edad o la antigüedad no valían una mierda. Para el solo contaba la habilidad y la personalidad de cada soldado.

Últimamente las reuniones no eran muy agradables. La mayoría de capitanes no aceptaban que el comandante general del ejército de la ciudad fuese un niñato de 19 años. Y que su mano derecha fuese un don nadie de 18 era todavía peor. Pero Naruto no tenía ningún problema con aquello.

Hoy estaban hablando de los turnos de vigilancia. Algo sumamente trivial la verdad pero que requería la presencia de los altos mandos para confirmarlo todo. Naruto estaba bastante aburrido cuando de repente la puerta se abrió muy bruscamente, entrando por ella Natsumi.

- ¡¡Naruto!! - Gritó su hermana pequeña ganándose la atención de todos.
- ¡Una niña no puede entrar aquí! - Gritó uno de los capitanes mirándola.
- ¡¡Silencio!! - Ordenó Naruto levantándose. - No te atrevas a hablar así a mi hermana. - Dijo dejando por zanjada toda la discusión. - ¿Qué ocurre? - Preguntó después Naruto mirándola.
- Es Sakura. - Dijo la chica algo jadeante.
- ¿Qué le pasa? - Preguntó Naruto mirándola.
- ¡Ha roto aguas! - Dijo Natsumi mirando a Naruto.

El rubio se apartó de su silla y se encamino hacia la puerta. Se había puesto sumamente nervioso ahora mismo. Tanto que su corazón se había detenido por completo.

- ¿Vas a irte? - Preguntó el mismo capitán de antes.
- No me quedaré hablando aquí contigo mientras mi esposa da a luz a mi hijo. - Dijo el rubio sin decir nada más y marchándose.
- "Vaya marrón." - Pensó Sai en blanco mirando al resto de capitanes.

------------------------------------------------------------------------------ En la habitación de Naruto y Sakura

A la media hora de irse Naruto, Sakura rompió aguas. Estaba justamente con Kushina y Natsumi pasando el rato. Kushina mandó a Natsumi que fuese a avisar a Naruto mientras que también llamó a avisar al médico del castillo y a unos cuantos empleados.

Con un poco de ayuda la subieron a su propia habitación para que estuviese más cómoda. Ya había empezado a tener las primeras contracciones. La verdad dolía más de lo que se imaginaba.

A los pocos minutos de que Natsumi llegase al cuartel llegó Naruto por la puerta. Parecía bastante nervioso, y se asustó un poco al ver a Sakura. Se acercó a ella y la cogió de la mano.

- ¿Cómo estas Sakura? - Preguntó Naruto arrodillándose en el suelo.
- Pues... - Sakura no pudo terminar ya que le vino otra contracción.
- Vaya todo está yendo muy rápido. - Dijo el médico colocándose al lado de los futuros padres.
- ¿A qué se refiere? - Preguntó Naruto mirándole.
- Normalmente las primerizas tardan bastante en dar a luz. Pero esa criatura parece ansiosa por salir ya. - Dijo el hombre que parecía feliz.

Sakura no parecía muy feliz ahora mismo ya que estaba sufriendo en su propio cuerpo los efectos que tiene dar a luz a un hijo.

- Estoy aquí Sakura. - Dijo Naruto acariciando la frente de la chica.

A Naruto se le hacía extraño que Sakura casi no pudiese responder. Aunque debía comprender que la pobre nunca se había sentido tan mal.

Unas cuantas trabajadoras del castillo llegaron para ayudar. Habían traído toallas y agua caliente. Entre ellas le quitaron a Sakura su ropa inferior y después la taparon un poco para cubrirla.

- Aquí hay demasiada gente, vais a ponerla nerviosa. - Dijo el médico.
- Oh vamos. - Se quejó Natsumi que quería estar delante.
- No, tiene razón. Salgamos. - Dijo Kushina cogiendo de la mano a su hija. Y mirando a Naruto.
- No. - Se quejó Sakura. - Quédate por favor. - Dijo Sakura mirando a Naruto.

Naruto miró suplicante a los demás.

- El padre puede quedarse. - Dijo el médico sonriendo, que feliz se le veía siempre.
- Ya lo has oído. - Dijo Kushina llevándose a Natsumi.

La chica se quejó un poco pero obedeció a su madre como siempre. Naruto cogió una silla para ponerse algo más cómodo y se situó al lado de la pelirrosa.

- ¡Oh vaya! Ya asoma la cabeza. - Dijo el médico poniendo nervioso a Naruto. - Que rapidez. - Dijo sonriendo.

Oficialmente ya no había marcha atrás, hoy era el día y la hora en la que nacería el hijo de Naruto y Sakura. El rubio se mantuvo a su lado durante todo el proceso. Se sentía realmente mal al ver sufrir a Sakura. Y sentía impotencia al no poder ayudar.

Hubo un momento en el que directamente Naruto pensaba que Sakura se moría, por los gritos que estaba dando. Sin embargo justo en ese momento fue cuando todo respiró en el calma al momento.

Sakura suspiró totalmente aliviada, estaba algo sudada la pobre. Tenía todo el pelo desaliñado. Y tenía un rostro profundamente cansado. Justo en el momento en el que Sakura se quedó en silencio también empezó a escucharse un llanto.

Naruto vio de refilón como el medico se llevaba un pequeño bulto, de donde provenían los llantos. Probablemente para limpiarlo y cortarle el cordón umbilical. El rubio no supo muy bien cómo reaccionar, aunque al final, por instinto acabo quedándose con Sakura.

- ¿Cómo estas mi vida? - Le preguntó cariñosamente el rubio.
- Ahora... bien... - Suspiró Sakura sonriendo y muy cansada.

Naruto acarició el rostro de Sakura y le depositó un suave beso en la frente. Sakura le cogió de la mano, estaba realmente cansada. En aquel momento volvió el médico llamando la atención de Naruto y Sakura.

Entre sus brazos tenía el pequeño bultito que se había llevado antes. Aunque ahora está cubierto por una pequeña sabana y solo se le podía ver la cara. Ya lo habían limpiado ye estaba un poco lloroso.

- Es un precioso y sano niño. - Dijo el hombre feliz.

Por instinto Sakura levanto los brazos y lo cogió con mucho cariño. El medico se lo entregó a la madre y se retiró un poco.

- ¡Oh! Que escena más bonita. - Dijo emocionado el hombre.

Sakura puso al pequeño bebe recostado sobre su pecho. Naruto dejó la silla y se sentó en la cama recostándose justo al lado de Sakura, pasó su brazo por detrás del cuello de Sakura y ella se apoyó en él.

Después Naruto llevó su otra mano para acariciar a su propio hijo. Ahora estaba junto a Sakura y al recién nacido que acababa de entrar en la familia Namikaze.

- Sakura. - Le llamó Naruto haciendo que dejase de estar embobada con su hijo y mirase a Naruto.
- ¿Si? - Preguntó la chica mirándole.
- Te quiero mucho. - Dijo el rubio mirándole.
- Y yo a ti. - Contestó Sakura sonriendo.

Naruto pensó en este momento que jamás había visto tan guapa a Sakura. Estaba cansada, estaba sudada y totalmente desarreglada. Pero tenía un brillo especial en su rostro que le resultaba encantador.

Naruto se acercó a ella y la besó con ternura mientras abrazaba a su familia. Ahora ya eran una familia con todas las letras. Sakura se sentía igual. Al principio la idea de formar una familia con Naruto la asustaba. Y ahora sin embargo era como si reforzarse y confirmase el nuevo amor que estaba segura de sentir por Naruto. Todo el sufrimiento y todos los nervios sin duda habían valido la pena.

Ah... sin duda las cosas cada vez iban mejor en la Casa Namikaze. Casi parecía... que demasiado bien.

CONTINUARA...

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