CAPITULO 16 - El Cumpleaños de Sakura
Habían pasado dos meses más en Soragakure. El verano había comenzado hace unas semanas. La verdad es que era muy agradable el verano en Soragakure. En el País de las Nieves hacia frio todo el año menos en verano donde podían disfrutar de lo que en otros lugares del continente seria la primavera. Dejaba de hacer frio pero no era una temperatura molesta.
Y hoy para se más concretos era el cumpleaños de Sakura Haruno. Hoy era el día en el que cumpliría 16 años y ya sería oficialmente mayor de edad. Los Haruno llegarían hoy a media mañana a Soragakure para pasar esta fecha con su hija.
Y ya de paso para aprovechar. Ya que al día siguiente, mañana, era la boda entre Naruto y Sakura. Y todas las Casas Secundarias habían sido invitadas al evento que se celebraría en la catedral de los antiguos dioses. Y ya que tenían que acudir para la boda, pues era obvio que ya podrían aprovechar para ir también al cumpleaños de la pelirrosa.
Sakura Haruno comenzó a despertarse. Algo cansada, ya que aquella noche no había podido dormir bien. Hacia 7 meses que había llegado a Soragakure. En aquel momento parecía una eternidad pero poco a poco y de forma implacable había llegado el día que sería mayor de edad. El día que podría casarse con Naruto.
Sakura llevaba el último mes durmiendo mal. Se había puesto realmente nerviosa con la idea de la boda y hoy que era el penúltimo día pues lo maximizaba todo. Por suerte pensar en que sus padres llegarían en unas horas la aliviaba un poco.
La chica hoy se vistió mucho más lenta y perezosamente. Como si haciendo eso lograse ralentizar un poco el tiempo. Terminó de vestirse y salió de su habitación. Allí estaba Natsumi esperándola.
- ¡Dormilona! - Dijo la chica reprochándole.
- Lo siento. - Dijo Sakura excusándose.
- Tengo un regalo para ti. - Dijo Natsumi sonrojada y contenta.
- ¿De verdad? - Preguntó Sakura sorprendida.
- ¡Sí! Ven a mi cuarto lo tengo allí. - Dijo Natsumi cogiendo la mano de la chica.
Natsumi guió a la pelirrosa hasta su pequeña habitación. Allí pudo ver como encima de la cama había un vestido de color azul oscuro. Era bastante bonito la verdad.
- ¿Me lo has comprado? - Preguntó Sakura contenta.
- No... te lo he hecho yo a mano. - Dijo Natsumi contenta.
- ¿De verdad? - Preguntó Sakura sorprendida.
- Sí, he estado un mes terminándolo. - Dijo Natsumi orgullosa.
- Pues se te da muy bien Natsumi. Es muy bonito la verdad. - Dijo Sakura cogiéndolo.
- ¿Por qué no te lo pruebas? Lo hice porque te robe un vestido tuyo, pero no se si habrá quedado igual. - Dijo Natsumi.
La pelirrosa volvió a desvestirse. Le dio un poco de pereza teniendo en cuenta que ya se había vestido hace poco. Sin embargo lo hizo para agradecérselo claro. La verdad es que le iba bastante bien. Natsumi tenía buen ojo para coser la verdad.
- Natsumi... me sorprendes la verdad. Te ha quedado genial. - Dijo Sakura mirándola.
- Gracias. - Dijo ella contenta. - ¿Lo usaras hoy? - Preguntó después con corazones en los ojos.
- Claro que sí. - Dijo la pelirrosa contenta. - Gracias. - Dijo después dando un abrazo a Natsumi.
- De nada. - Dijo la chica correspondiéndolo.
Ambas bajaron hacia el comedor donde estaban desayunando los Namikaze. Aunque para sorpresa de ambas chicas Naruto no estaba. Solo estaban Minato, Kushina e Hiro.
- Buenos días. - Dijeron las dos.
- Buenos días chicas. - Dijo Kushina mirándolas.
Minato y Kushina se levantaron para felicitar a Sakura, hoy era su cumpleaños al fin y al cabo. Sakura les agradeció las felicitaciones.
- Tenemos un regalo para ti. De los dos. - Dijo Kushina sonriendo.
- Oh, no hacía falta que os molestaseis. - Dijo Sakura sintiéndose algo mal.
- No es molestia, tú ya eres como una hija para nosotros. - Dijo Minato sonriendo.
Minato fue hasta la pared derecha del comedor, allí había algo apoyado sobre la pared. El hombre lo cogió y lo puso sobre la mesa. Estaba cubierto por una especie de tela fina.
- Es para ti Sakura. - Dijo contento Minato.
La chica se acercó a la mesa y lo destapó poco a poco. Era cuadrado y plano. No dejaba mucho a la imaginación saber que era. Sin embargo lo que más sorprendió a Sakura fue ver el contenido del cuadro que Minato y Kushina le habían regalado.
Era un cuadro de la familia Haruno al completo. Sakura estaba en medio con su padre y su madre detrás. Y a su lado tenía a su hermano mayor y a su hermanita pequeña. Era realmente bonito.
- Es muy bonito... - Dijo Sakura contenta.
- Contratamos a uno de los mejores pintores del norte. Le dijimos que espiase más o menos a cada uno de tus familiares para que recordase sus caras durante el torneo. La verdad creo que es un genio ese hombre. - Dijo Minato contento.
- Me gusta muchísimo... muchas gracias. - Dijo Sakura contenta.
- Hiro... ven. - Dijo Kushina mirando a su hijo.
- Si, voy. - El chico era bastante reservado en verdad. Era bastante vergonzoso.
El chico sacó algo que llevaba en una pequeña bolsa de la que no se había despegado toda la mañana. Era un colgante que tenía el símbolo de los Haruno tallado en madera. Aunque teniendo en cuenta que el símbolo simplemente era un círculo, no estaba muy bien hecho. Aunque solo tenía ocho claro.
- Lo he hecho yo... felicidades. - Dijo algo sonrojado.
- Muchas gracias Hiro... es muy bonito. - Dijo Sakura contenta cogiéndoselo para después ponérselo.
Tras esto todos siguieron desayunando juntos. Pero sin Naruto que todavía no había dado señales de vida. Aunque nadie parecía darle importancia.
Justo cuando todos habían terminado de desayunar, aunque Naruto aún no había llegado, una de las trabajadoras del castillo les indico que los Haruno ya habían llegado. Todos fueron a recibirles. Sakura estaba bastante animada por ello.
Sakura fue la primera en saludar a sus padres y sus dos hermanos. Natsumi estaba contenta de ver de nuevo a la hermana de la pelirrosa. Minato y Kushina saludaron también a los demás.
Estaban hablando sobre como había ido el viaje cuando vieron que Naruto entraba por la puerta del castillo. No se había dado cuenta de que estaban allí. Llevaba un delantal negro bastante grueso, era de herrero. Además parecía bastante acalorado, estaba sudando. En sus manos tenía algo cubierto por un pañuelo blanco.
- Naruto... - Le llamo su madre captando su atención.
- Ah, hola. No os había visto. - Dijo Naruto tratando de limpiarse el sudor de la frente.
- ¿De dónde vienes? Estas impresentable. - Le reprochó su padre.
- De la fragua... - Dijo Naruto mirándolo.
- ¿Qué llevas ahí? - Preguntó Natsumi con curiosidad.
- ¿Esto? No, no es nada. - Dijo Naruto algo nervioso.
- ¿Es para Sakura? - Preguntó la chica de nuevo.
- Eh... bueno... si... lo he hecho yo. - Dijo Naruto sonrojado.
Naruto suspiró avergonzado. Sin embargo dio cuatro pasos hacia adelante y se colocó entre todos los presentes, pero parándose frente a Sakura.
- Tomad... - Dijo Naruto extendiendo sus brazos y ofreciéndole lo que aún estaba dentro del pañuelo. - Deseo que paséis un feliz cumpleaños. - Dijo Naruto tragándose la vergüenza.
Sakura lo destapó con delicadeza. La verdad pesaba un poco. Fuese lo que fuese medía unos veinte centímetros. Cuando la había destapado se quedó algo asombrada. Era un precioso ramo de flores. Sin embargo estaba hecho con metal. Naruto había forjado un ramo de flores para Sakura.
SPOILER:
- Naruto... - Dijo la chica bastante sorprendida.
- Sé que vuestro nombre significa flor de cerezo, así que había decidido regalaros un ramo de esas flores. Sin embargo me pareció poco original. Y pensé en darle un toque más personal. - Dijo Naruto rascándose la frente.
- ¿Es plata? - Preguntó Kizashi a Naruto.
- Sí señor. - Dijo Naruto mirándole.
- Vaya... con lo difícil que es tratarla... tienes buena habilidad para la forja. Hace falta mucha fuerza y delicadeza para darle esas formas. - Dijo sorprendido el padre de Sakura, al fin y al cabo él había sido herrero.
- "Fuerza... y delicadeza..." - pensó Sakura mirando el ramo. - "Naruto no es solo un bruto..." - Pensó después contenta. - Muchas gracias Naruto... es... precioso la verdad. Me ha encantado. - Dijo la chica muy feliz.
- Me alegro mucho Sakura. - Dijo el rubio algo sonrojado. - Y bueno, con vuestro permiso. - Dijo refiriéndose a todo el mundo. - Me iré a dar una ducha y a cambiarme... llevo desde las cinco de la mañana en la fragua y acabará dándome un golpe de calor. Además que estas no son ropas para recibir invitados. - Dijo Naruto disculpándose y yendo a su cuarto.
Naruto se separó de todos y se marchó a darse una buena ducha y a cambiarse de ropa. Sakura se excusó de todos diciendo que quería ir a su cuarto a guardar el regalo de Naruto. No quería que se rompiese.
Fue hasta su habitación y se quedó en la cama mirándolo. La verdad es que era precioso, la chica se entretuvo acariciando los pétalos de las flores. Eran realmente finas y detalladas.
- "Es increíble que Naruto haya podido hacer algo así... es... precioso." - Pensó Sakura mirándolo.
Los Namikaze habían educado muy bien a sus hijos. Todos sin excepción le habían hecho a Sakura un regalo manual y artesanal. Nada de ir al mercado a sacar la bolsa de monedas. Todos tenían un valor sentimental muy grande. Pero el de Naruto era sin duda el más emotivo de todos.
Cuando Naruto se había duchado bajo a saludar a los Haruno como era debido. Estaba bastante contento de volverles a ver, la verdad es que todos le habían caído muy bien. En especial el hermano mayor de Sakura con quien consideraba que tenía muchas cosas en común.
Todos pasaron el día juntos. Los Haruno de nuevo se quedaron a pasar estos días en el castillo. Fue bastante agradable de nuevo reunirse las dos familias.
El día había llegado ya a su fin. Tras la cena entre las dos familias se fueron a sus habitaciones para descansar para el día siguiente. Sin embargo el rubio no podía conciliar el sueño. La verdad es que estaba bastante nervioso. No faltaban ni 24 horas para que se casase con Sakura.
La verdad es que mientras más pensaba en ello menos ganas de dormir tenia. Sin embargo no podía dejar de pensarlo. Sin embargo, fue sacado de sus pensamientos cuando alguien llamo silenciosamente a su cuarto.
El rubio se levantó algo extrañado. Era bastante tarde, nadie llamaba nunca a su puerta. Cuando llegó a ella la abrió despacio para no hacer ruido. Nunca había ruidos a esas horas.
- Sakura... - Dijo Naruto sorprendido.
- Buenas noches... - Dijo Sakura en un susurro para no hacer ruido.
- ¿Ocurre algo? - Preguntó preocupado.
- ¿Puedo pasar? No quiero hacer ruido. - Dijo Sakura algo sonrojada.
- Claro. - Dijo el rubio haciéndose a un lado.
Naruto se hizo a un lado y Sakura entró tímidamente en la habitación. Sin hacer ruido el rubio volvió a cerrar la puerta. Sakura se sentó en la cama de Naruto. Parecía algo nerviosa.
- ¿Estáis bien Sakura? Os noto preocupada. - Dijo Naruto sentándose a su lado.
- Si, tranquilo. Solo quería hablar. - Dijo Sakura mirándole algo sonrojada.
- Os escucho. - Dijo Naruto algo impaciente.
- Quería saber... bueno... como estáis... con lo de mañana. - Dijo Sakura dejando de mirarle.
- Bueno, mentiría si dijese que no estoy nervioso. No puedo dormir la verdad. - Dijo Naruto mirando al suelo.
- Yo tampoco... - Dijo Sakura apretando sus propias rodillas con sus manos. - Pero he estado pensando mucho en una cosa en concreto. - Dijo Sakura poniéndose muy colorada.
- ¿En qué? - Preguntó Naruto algo curioso por su reacción.
Sakura se quedó callada sin decir nada. Estaba poniéndose cada vez más roja. Naruto estaba realmente extrañado por aquella reacción.
- ¿Sakura? - Preguntó Naruto de nuevo.
- ... - Sakura seguía sin hablar.
- ¿Sakura? - Preguntó Naruto todavía más nervioso.
- ¡No quiero casarme con alguien a quien aún no he abrazado. Y no quiero que mi primer beso sea delante de un centenar de personas! - Dijo la chica de golpe y sin respirar mientras enrojecía aún más.
- ¿Queréis anular la boda entonces? - Preguntó Naruto mirándola.
- "A veces sois tonto Naruto Namikaze." - Pensó Sakura. - No, no es eso Naruto. Significa que quiero que me abracéis y que quiero que me beséis. - Dijo la chica mirándole a los ojos.
Naruto en aquel momento se puso tan o más rojo que Sakura. La verdad es que había estado un poco lento ahí. Pero las palabras de Sakura también sonaban algo lógicas. Iba a ser el primer beso de Naruto y el de Sakura. E iba a ser frente a un centenar de miradas.
El beso de mañana habría sido una obligación. Algo impuesto. Sin embargo si decidiesen besarse ahora. Seria por libre elección. Por algo que ellos han escogido. Sería la primera cosa que ambos hubiesen escogido juntos.
Naruto no había dicho nada. Esto hizo que Sakura se sintiese un poco estúpida. Sin embargo el rubio la cogió de la mano cariñosamente. Estaba bastante sonrojado y nervioso también Naruto.
El rubio puso su otra mano en el hombro de Sakura y después comenzó a acercarse poco a poco hacia a ella. La situación era algo tensa la verdad. Pero a su vez también estaba comenzando a ser algo agradable. Era irónico la verdad.
Sakura fue quien recorrió los últimos centímetros y apoyó su cabeza en el pecho de Naruto. Después el rubio la rodeó pasando sus brazos por la espalda de Sakura. La pelirrosa pasó los suyas por la zona de las lumbares del rubio.
El momento había dejado de ser tenso para convertirse en una sensación bastante agradable al estar abrazados. Además tenían totalmente alejados los pensamientos sobre obligaciones y matrimonios concertados. Simplemente habían decidido abrazarse.
Se quedaron juntos como medio minuto más. Pero luego sin dejar de abrazarse se separaron un poco. Ambos estaban bastante sonrojados y se quedaron mirando a pocos centímetros el uno del otro.
Naruto tragó saliva algo nervioso. Después comenzó a acercarse poco a poco hacia la pelirrosa. El color de las mejillas de Sakura ya rozaba la incandescencia del sol. Pero decidida en sus convicciones y sus pensamientos acompañó a Naruto acercándose poco a poco hacia él.
Algo impulsó a Sakura a cerrar los ojos cuando estaba a escasos milímetros de Naruto. El rubio la imitó y por fin juntaron sus labios besándose por primera vez. La sensación que tuvieron mientras se abrazaron estalló en millones de direcciones amplificándose todavía más. Sin duda aquello seria infinitamente mejor que el beso que les obligarían a darse mañana.
Al cabo de varios segundos se separaron del todo quedándose el uno frente al otro. Estaban realmente sonrojados y estaban tan callados que podían escuchar los fuertes latidos de sus corazones.
- Gracias... - Dijo Sakura sonrojada mirando al hombre que mañana seria su esposo.
CONTINUARA...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top