Capítulo 5
Desperté con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas de la habitación de Valeria. El suave murmullo de la ciudad despertando afuera me trajo de vuelta a la realidad. Mientras me sentaba en la cama los recuerdos de la noche anterior comenzaron a inundar mi mente.
La noche era oscura cuando llegamos al bar Tentación. La música retumbaba en el interior pero el ambiente estaba cargado de tensión. Al acercarnos a la entrada noté que un grupo de hombres discutía acaloradamente.
—¿Qué está pasando aquí? —pregunté mirando a mi alrededor.
—No lo sé, pero parece que algo no está bien —contestó Xander frunciendo el ceño.
A medida que nos acercábamos, un hombre con una cicatriz en la mejilla levantó la voz. Últimamente veo muchos cicatrizados.
—¡No me hagas perder más tiempo! Sabemos que tienes información.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
—Deberíamos irnos —le dije a Xander preocupada, pero antes de que pudiéramos retroceder el hombre se volvió hacia nosotros.
—Tú, ¿qué haces aquí? Esto no es asunto tuyo —señaló a Xander. Al parecer todo el mundo lo conoce.
Él se mantuvo firme con su mirada desafiante.
—No tengo nada que ver con ustedes. Solo estoy aquí para pasar un buen rato.
Aprovechando la confusión tomé la mano de Xander mientras tiraba de él.
—¡Vamos! Ahora es nuestro momento.
Sin pensarlo dos veces corrimos hacia la salida del bar. Una vez fuera nos detuvimos para recuperar el aliento.
La tensión en el bar había sido palpable; los hombres que rodeaban a Xander parecían peligrosos, y la forma en que él había manejado la situación había sido impresionante y aterradora al mismo tiempo.
En ese momento Valeria apareció en la puerta con una sonrisa amplia.
—¡Buenos días! ¿Te sientes mejor?
—Sí, solo... me retrasé porque estaba hablando con Xander —intenté sonar despreocupada. Valeria arqueó una ceja.
—¿Solo hablando? Parecía más que eso cuando regresaste anoche toda agitada —su expresión se tornó seria de repente.
Me sonrojé al recordar cómo había tomado su mano y corrido hacia la salida.
—Solo fue un malentendido.
Valeria sonrió forzadamente, pero su mirada era inquisitiva.
—Lo que sea que haya pasado, espero que estés bien.
Bajamos a la cocina y tomé el desayuno mientras Valeria ponía música alegre. Después de un rato decidí que era hora de regresar a casa. Me despedí de Valeria con un abrazo fuerte y un beso en la mejilla.
—Gracias por todo, realmente lo necesitaba.
Al llegar a casa noté que no había nadie. La casa estaba en silencio absoluto; mi madre no estaba allí. Eso me dio una sensación extraña de alivio y temor al mismo tiempo. Sabía que necesitaba hablar con ella sobre lo que había descubierto, pero también sabía que debía hacerlo cuando estuviera lista.
Decidí aprovechar el tiempo para investigar un poco más. Subí a su habitación y cerré la puerta detrás de mí. Miré alrededor; cada rincón parecía estar lleno de recuerdos y secretos por descubrir. Comencé a registrar sus cosas buscando cualquier pista adicional sobre mi padre o algo que pudiera explicarlo todo. Mientras movía algunos libros y papeles noté algo brillante asomándose debajo de su escritorio.
Me agaché y saqué una pequeña caja de madera desgastada. La abrí con cuidado y encontré varias cartas dentro; estaban escritas con una caligrafía familiar. Mi corazón latió más rápido al reconocerlas, eran cartas de mi padre.
Tomé una y comencé a leerla con atención:
Cleo,
Si estás leyendo esto, significa que las cosas no han salido como esperaba. Quiero que sepas que nunca quise mantenerte en la oscuridad, pero la vida que he llevado ha sido complicada y peligrosa. Hay aspectos de mi vida que he ocultado por tu bien, y ahora siento que es el momento de ser honesto contigo.
Desde que tomé decisiones que me llevaron a este camino he estado involucrado con personas que no son lo que parecen. La ambición puede ser un motor poderoso, pero también puede atraer a aquellos que buscan aprovecharse de los demás. He estado trabajando para establecerme en un mundo donde la lealtad y la traición son moneda corriente.
Te prometí siempre protegerte, y lo he hecho lo mejor que he podido, pero hay cosas que no puedo controlar. Hay personas a las que les he fallado y ahora están buscando venganza. No quiero que te veas envuelta en este caos. La última cosa que deseo es ponerte en peligro.
Recuerdo las noches en las que llegaba tarde a casa, cuando te veía dormir y deseaba poder ser el padre que mereces. Cada vez que me mirabas con esos ojos llenos de confianza sentía una mezcla de amor y culpa. Quería darte lo mejor, pero a menudo sentía que estaba fallando.
He tomado decisiones equivocadas, Cleo. He estado involucrado con individuos cuyas intenciones son oscuras. Al principio pensé que podía manejarlo todo: el dinero fácil, el poder, las conexiones, pero pronto me di cuenta de que este mundo tiene un precio muy alto.
Si alguna vez te encuentras en una situación en la que sientas miedo o confusión sobre mi pasado, busca la verdad. No te quedes con preguntas sin respuesta; eso solo te llevará a un lugar oscuro del cual será difícil salir. La verdad puede ser dolorosa, pero es mejor enfrentarla con valentía.
Quiero que sepas que siempre he creído en ti y en tu capacidad para superar cualquier obstáculo. Eres más fuerte de lo que imaginas, y deseo fervientemente que nunca tengas que lidiar con los fantasmas de mi pasado.
Por favor, cuídate. Mantente alejada de aquellos cuyas sonrisas esconden intenciones maliciosas. Siempre estaré contigo en espíritu, guiándote desde donde sea que esté.
Con todo mi amor,
Papá
Mis manos temblaban mientras leía cada palabra. Mi padre había estado atrapado en un mundo oscuro del cual nunca me habló. Las lágrimas comenzaron a brotar en mis ojos mientras comprendía el verdadero riesgo al cual se enfrentaba diariamente. Justo cuando estaba a punto de leer otra carta, escuché la puerta principal abrirse y los pasos familiares de mi madre resonar por la casa.
Rápidamente guardé las cartas en su lugar y salí de su habitación antes de que me viera.
—Cleo, ya estoy en casa.
La sonrisa que tenía se desvaneció cuando vio mi expresión seria.
—¿Qué sucede? —se acerca preocupada.
No podía ocultar lo que había encontrado.
—Mamá, necesitamos hablar sobre papá.
—¿De qué hablas?
Le lancé una mirada desafiante.
—He encontrado cartas donde papá habla sobre estar involucrado con personas peligrosas... y cosas que nunca me dijiste.
Se quedó quieta por un momento antes de responder.
—Cleo... hay muchas cosas sobre tu padre que no sabes —respondió con voz temblorosa.
—¿Por qué nunca me dijiste nada? ¿Qué tipo de vida llevaba realmente?
Bajó la mirada como si estuviera luchando con sus propias emociones.
—Edgardo tenía ambiciones... cosas que nunca quise que supieras. Estaba involucrado en situaciones peligrosas que pensaba que podía manejar solo.
Eso ya lo sabía, neceitaba más.
—¡Tú también tenías ambiciones! ¿Acaso pensabas en papá cuando él se metía en problemas? —continúe gritándole.
Por un momento pareció herida por mis palabras.
—No es tan simple. Siempre quise lo mejor para nuestra familia. Edgardo tomó decisiones equivocadas y yo traté de mantenernos a salvo.
—¡Pero yo merecía saber la verdad! No quiero vivir en sombras ni ser parte de tus mentiras.
El silencio se instaló entre nosotras. Finalmente, habló con voz baja pero firme.
—Edgardo estaba involucrado con personas muy influyentes... y peligrosas. Tenía sueños grandes para nosotros, pero esos sueños venían con un precio.
—¿Y qué pasa conmigo? ¿Qué pasa con mis sueños? ¿Siempre estaré atrapada por sus decisiones?
—¡No puedes culparme por querer protegerte! Hice lo mejor que pude con lo que tenía.
—¡¿Protegerme?! ¡Me has mantenido alejada de la verdad! ¡No sé quién eres realmente!
—Cleo, no tienes idea de lo que significa vivir con miedo. Edgardo estaba involucrado con personas que no perdonan. Su ambición lo llevó a un lugar oscuro, y yo... yo solo quería mantenerte a salvo —susurró con voz temblorosa, podía sentir su frustración.
—¿Y qué hay de mí? ¿Qué pasa con mis sueños? Siempre he sentido que había algo oculto entre nosotros. Ahora entiendo por qué.
Mi madre se pasó las manos por el cabello claramente abrumada.
—No quería que te involucraras en esto. Cuando Edgardo comenzó a cambiar, cuando empezó a tomar decisiones arriesgadas, supe que debía protegerte. Pero no sabía cómo hacerlo sin romperte el corazón.
Comencé a sentir una mezcla de ira y tristeza al escuchar esas palabras. La imagen de mi padre, siempre tan fuerte y protector se desmoronaba ante mis ojos.
—¿Y creías que ocultándome la verdad me protegías? —elevo la voz.
Mi madre dio un paso hacia mi, su expresión era llena de dolor.
—¡No entiendes! Había personas malas que lo querían muerto. Él pensaba que podía manejarlo pero estaba equivocado. Y yo... yo no podía dejar que tú fueras parte de eso.
—¡Pero soy parte de esto! Soy parte de esta familia. ¿Por qué no puedo saber la verdad? ¿Por qué siempre tengo que ser la última en todo?
El silencio se instaló entre nosotras nuevamente. Podía ver las lágrimas acumulándose en los ojos de mi madre, pero no podía sentir compasión en ese momento.
—Cleo, hay algo más...
—¿Qué es? ¿Qué más hay? —seguí insistiendo.
—Edgardo estaba trabajando para alguien muy poderoso... alguien que tiene conexiones peligrosas en este mundo. No solo eran negocios; era una cuestión de vida o muerte.
Me quedé paralizada por un momento procesando lo que acababa de escuchar.
—¿Estás diciendo que papá estaba involucrado con la mafia? —susurro.
Mi madre asintió lentamente con sus ojos llenos de lágrimas.
—Sí... y eso es lo que temía. Si alguna vez llegaran a saber sobre ti...
La frase quedó suspendida en el aire como una amenaza silenciosa. Sentí cómo el mundo a su alrededor comenzaba a desmoronarse. Mientras las palabras resonaban en mi mente, comprendí que estaba al borde de descubrir secretos profundamente enterrados sobre mi familia.
De repente, el sonido del timbre interrumpió nuestra conversación. Ambas nos giramos hacia la puerta con sorpresa.
—¿Quién será a esta hora? —me inquieto.
Mi madre frunció el ceño mientras se dirigía hacia la puerta. Al abrirla, un hombre desconocido apareció en el umbral, su expresión era seria y decidida.
—Necesito hablar contigo, Eloísa. Es urgente.
—¿Qué haces aquí? No es seguro.
El hombre dio un paso adelante, ignorando la advertencia.
—No hay tiempo para explicaciones largas. Debemos actuar rápido.
Mi corazón se detuvo por un momento. ¿Qué podía ser tan urgente?
—¿Quién eres tú? —interrumpí.
El hombre se volvió hacia mí, sus ojos oscuros reflejando una seriedad inquietante.
—Trabajé con Edgardo, tu padre. Mi nombre es Marco. Necesito que me escuchen.
Mi madre miró a Marco con preocupación, como si estuviera tratando de decidir si debía permitirle hablar.
—Cleo, tal vez deberías irte a tu habitación...—me dice, pero no estaba dispuesta a retroceder.
—No. Quiero saber qué está pasando.
Marco asintió lentamente, como si esperara esa respuesta.
—Edgardo se metió en problemas antes de su muerte. Hay personas que lo buscaban por lo que sabía...y lo había echo,y ahora tú estás involucrada.
Miré a mi madre buscando respuestas en su rostro, pero solo vi preocupación.
—¿Qué tipo de problemas?
Marco dio un paso adelante, su mirada fija en ambas.
—Hay un grupo que estuvo vigilando a Edgardo desde hace tiempo antes de morir. Si no hacemos algo pronto, podrían estar en peligro también.
—No puedo quedarme aquí sin hacer nada. Si hay algo que pueda hacer para descubrir la verdad sobre papá, lo haré.
—Bien. Necesitamos actuar rápido y con cuidado. Hay una reunión esta noche en el viejo almacén cerca del puerto; allí es donde podríamos obtener más información sobre lo que está sucediendo.
—¿Estás lista para esto? —le pregunto a mi madre—Necesitamos estar juntas.
Asintió lentamente, aunque su rostro mostraba signos de preocupación.
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