45. Cómo leer el futuro en la borra del café (FINAL)
Nicolo no recordaba mucho de cómo había llegado al hospital.
Lo que sí recordaba era un murmullo constante, la presencia de Zarek a su lado, cada vez que entreabría los ojos, y un ir y venir de gente que aparecía y desaparecía. Estaba bastante seguro de que eran personas vivas, aunque los hospitales solían tener una población importante de muertos y esa era una de las razones por las que siempre les había tenido miedo. Ahora estaba demasiado cansado para eso.
En cierto momento, cuando ya se encontraba más lúcido, una doctora le explicó a Nicolo que todo estaba bajo control y le pidió que no se preocupara, porque ella ya había sido informada de los pormenores del caso. A su lado estaba parada Lupe, que traía uno de sus aparatos detectores de fantasmas y asentía. Tenía que ser una de sus conocidas.
Jazz, cuya risa Nicolo había escuchado antes, tenía los brazos cruzados y parecía estarse aguantando para no decir nada, tal vez porque le habían pedido que guardara silencio. Zarek, por su parte, estaba sentado junto a la cama de Nicolo. Tenía algunos rasguños en la cara, visibles con la luz del sol que entraba por la gran ventana.
—¿O sea que está informada de lo que pasó...? —le preguntó Nicolo a la doctora, con la voz todavía un poco pastosa.
Los sedantes enmascaraban bien el dolor de sus heridas, aunque de momento tuviera una de las manos, con la que había tomado la piedra, vendada e inutilizada.
—Sí, entiendo que fue durante una de las investigaciones, ¿verdad? —dijo la doctora, y miró a Lupe, quien asintió.
El resto confirmó la versión, sin entrar en detalles. No era una mentira, aunque cuando la doctora se fue, Lupe y Jazz se acercaron a la cama, mirando hacia atrás para asegurarse de haber quedado verdaderamente a solas.
—¿Qué tanto sabe? —murmuró Nicolo.
—Lo suficiente —respondió Lupe.
—No le dijimos la parte de los sectarios millonarios ni nada de eso —agregó Jazz.
—Pero ¿qué va a pasar con eso? ¿Qué dijeron de la desaparición de lady Sarah, qué pasó con Amatista?
—Buena pregunta, no sabemos si Amatista consiguió escapar o no, pero no ha dado señales de vida —dijo Lupe—. He hablado con Lisbeth y hay muchas personas desaparecidas, pero parece haber un voto de secretismo entre los que quedaron, y tienen buenos contactos para encubrirlo. No parece que vaya a salir en las noticias que desaparecieron varios empresarios importantes a la vez. Puede que se organicen para inventar alguna excusa, como que hubo otro tipo de accidente, para justificarlo.
—Paulo opina lo mismo —señaló Jazz.
—¿Segura que podemos confiar en él? —Lupe frunció el ceño.
—Es un buen contacto para tener mientras lo decido, ¿o no? Juro que esta vez tengo todas las antenas paradas por si resulta ser un triple-cuádruple-quíntuple espía, ¿sí?
Mientras Jazz se lamentaba por no poder hablar mucho del tema en sus redes, porque eso los convertiría en un blanco, Nicolo intercambió una mirada preocupada con Zarek. Este respondió apretando su mano sana, la que luego levantó un poco para besarle los dedos con suavidad.
—Estaremos bien —le aseguró Zarek.
Lo casual del gesto y la forma natural en que lo incluyó en su afirmación le recordó a Nicolo que esa parte de lo que habían vivido también era real. Zarek seguía allí, al igual que Jazz y Lupe. Ninguno parecía apresurado para irse. Le dio un poco de culpa sentir alegría, pero era inevitable, y el sentimiento se tradujo en una sonrisa.
—¿Cómo está Lisbeth? —preguntó.
—Confundida —respondió Lupe, suspirando—. Pero dijo que nos pagará lo que nos había prometido lady Sarah y más, por todos los problemas, y que ayudará en lo que necesitemos.
—¿Pagará por la terapia también? —preguntó Jazz.
—Me imagino que sí, seguro que ella también va a necesitar. Estoy en contacto con ella, resulta que no es tan insoportable cuando baja la guardia.
—¿O sea que tienes una sugar mommy ahora? —Jazz le dio un codazo de complicidad a Lupe—. ¿Confirmamos que sacamos algo positivo de todo esto? ¿Hay esperanzas de algo más por ahí? ¿Puedo hacer storytime?
Lupe también había bajado la guardia, al igual que los otros. Antes de que se fueran, cuando estaba a punto de dormirse, Nicolo escuchó a Zarek pedirle disculpas a Lupe por haber desconfiado de ella.
Al caer dormido soñó con su madre, de quien aún no sabía nada. Además de estar todavía aturdido, no tenía idea de dónde había quedado su teléfono; tal vez hubiera caído en el pozo infinito, y un día de estos alguno de ellos recibiría una llamada del otro lado. Ahora era hora de dormir.
En su sueño, Nicolo volvía a la casa donde había crecido y la encontraba mucho más colorida que lo que era en la realidad del presente. El jardín explotaba en colores y los árboles en frutos. Las flores desprendían un aroma dulce, y la fachada estaba pintada a nuevo. Al acercarse a la puerta la descubría abierta. En el comedor, apenas entrar, se desplegaba ante él una mesa servida con comida fresca. Las cortinas estaban abiertas y dejaban pasar la luz del sol, que iluminaba cada rincón.
—¡Nicolo! —decía la voz de su madre en el sueño.
Al darse vuelta, Nicolo la veía despierta y sonriente, con la mirada húmeda de emoción.
—¿Mamá...? ¿Estás bien...?
—Pude volver a mi cuerpo por completo cuando nos separamos —explicaba ella, y lo apretaba en sus brazos—. Perdóname por tanto, por no haber podido estar para ti cuando me necesitaste.
Nicolo se dejaba abrazar y respondía de la misma manera, solo para sentir un atisbo de pánico al entender que estaba soñando. Nada de eso era real, y cuanto más consciente fuera de ello, más rápido se esfumaría. ¿Qué tal si ella no había podido volver, sino que había muerto y esa era su forma de visitarlo desde el más allá?
—No te vayas —le rogó Nicolo, aferrándose a las imágenes del sueño, que comenzaban a escurrirse entre las grietas de su mente.
—No me voy a ir a ninguna parte —respondió ella.
Nicolo todavía podía oler el aroma a perfume floral cuando despertó, enojado consigo mismo por no haber podido hacer durar más tiempo el sueño. Le costó entender por qué era tan claro hasta que vio que junto a su cama estaba parada su madre, que lo contemplaba con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa cansada.
No era un espíritu, no era una visión. Era ella, en mente y cuerpo, también despierta.
—¿Cómo? —preguntó Nicolo, y buscó con la vista a Zarek, que observaba la escena desde una esquina de la habitación.
—Como asistente de lady Sarah, Paulo tenía tus datos —explicó él, suspirando—. Los de todos, en realidad. Ya sabes, cuestionable, pero nos sirvió para contactar a tu familia y traer a tu mamá.
Ella sonrió, y Nicolo abrió los brazos para recibirla. Les quedaba mucho tiempo para ponerse al día.
***
Nicolo no tardó en salir del hospital.
Unos días después, su madre, que necesitaba tiempo para ajustarse a su nueva realidad, volvió a su pueblo para arreglar pendientes y reorganizarse. Incluso luego de todo lo que había pasado, quería volver a ayudar a otros con su don, ahora con más cuidado. Nicolo también tenía que tomar decisiones sobre su futuro, aunque no estaba seguro de dónde empezar.
Lupe le dijo que tenía una propuesta de trabajo, pero Nicolo imaginaba que involucraba fuerzas sobrenaturales, y de momento necesitaba un tiempo libre de fantasmas. Jazz, por su parte, señaló que podía ayudarlo a conseguir algo, cuando estuviera listo para mostrarse frente a una cámara. Lisbeth también estaba dispuesta a mover hilos por él.
Tendría que pensarlo. Por primera vez veía varios caminos posibles frente a sí. No estaba huyendo, sino eligiendo hacia dónde ir.
—Puedes quedarte conmigo hasta que decidas qué hacer —le propuso Zarek.
Su invitación llegó envuelta en un beso, en una noche lluviosa en la que discutieron las distintas opciones, acurrucados en la cama de una plaza de la habitación que Nicolo alquilaba.
Nicolo aceptó.
El consultorio de Zarek olía tan bien como en sus recuerdos: a la vainilla de las velas, a las hierbas aromáticas que colgaban de las paredes, al dejo místico del incienso de sándalo. Desde la estantería, los amuletos y figuras le sonrieron. Junto a ellos descansaba la turmalina que Jazz le había dado el día en que habían llegado a la mansión de lady Sarah. La de Nicolo estaba en el fondo del lago.
Detrás de una cortina que separaba el consultorio del resto de los ambientes había más habitaciones, y para pasar a esa área era necesario sacarse los zapatos y reemplazarlos por pantuflas. Las que le ofreció Zarek eran nuevas y del talle perfecto.
—Es raro que deje entrar a gente aquí —confesó Zarek—. Estuve pensando en que debería cambiar eso. Me gustaría invitar a Jazz y a Lupe a visitarnos un día de estos. Y a otra gente a la que le he cerrado la puerta por las razones equivocadas.
Nicolo acomodó un mechón del pelo de Zarek, que crecía a un ritmo sorprendente, detrás de la oreja.
—Cuando te sientas listo —respondió.
Zarek sonrió y lo guio hasta la cocina, donde los ojos de Nicolo fueron derecho hacia un rincón con tazas finas y elementos para preparar café. Algunos eran de metal y apariencia antigua, que le recordaron a charlas que habían compartido en los días anteriores, donde habían discutido sobre cuáles eran más numerosos, si los métodos de adivinación o las formas de preparar café en el mundo. Todavía no llegaban a una conclusión al respecto.
—Sabía que te llamaría la atención esta área —comentó Zarek, sonriendo.
—Esto es para hacer café turco —dijo Nicolo, acariciando el mango de un pequeño recipiente de cobre exquisitamente tallado—. Es hermoso.
—Sí, y mi oferta de asociarnos para combinar café y adivinación sigue estando en pie. Es algo que nos interesa a los dos, combinado en una sola cosa, ¿o no? He estado investigando sobre la lectura de la borra del café, pero la parte de prepararlo no es mi especialidad.
Con cuidado, Nicolo examinó los elementos con los que contaba: el recipiente, las tazas y sus platos, la cuchara de madera, un café de alta gama. Se imaginó eso y más en la cocina de un local acogedor, con rincones donde la gente pudiera acomodarse para disfrutar de una bebida, algunas delicias y una tirada de cartas, tal vez con un pequeño escenario para actuaciones en vivo o charlas.
—Podría ser, una cafetería mística. ¿Qué tal si hago una prueba y me lees el futuro?
—Me encanta —respondió Zarek, y se acercó para apoyar el mentón sobre el hombro de Nicolo, mientras este comenzaba a preparar el café en el recipiente, que luego llevó al fuego—. Espera, ¿está bien tu mano como para esto?
—Me queda una sana —respondió Nicolo—. ¿Alguna instrucción que tenga que seguir para que el café sea mágico?
—Revuelve en el sentido contrario a las agujas del reloj. —Zarek ejemplificó el movimiento con un dedo en el vientre de Nicolo, y este aguantó la risa mientras revolvía la preparación con la cuchara de madera.
El aire se llenó de café momentos después: un aroma intenso que despertó todo el cuerpo de Nicolo, que entró en un calor intensificado por las caricias de Zarek. Tuvo que concentrarse para conseguir terminar de preparar el café, al que vertió en una pequeña taza blanca.
Llevaron el café y una bandeja de dulces a otra zona de la casa, una habitación repleta de cortinas que iban del techo, en cuyo centro había una mesa de café rodeada de almohadones en los que se acomodaron. Zarek encendió algunas velas y el lugar cobró un brillo especial. Nicolo tuvo la sensación de que ya había estado en aquel lugar, que se parecía mucho a lo que había imaginado que encontraría tras la cortina.
Saboreó poco a poco la bebida, enfocado en degustar cada sorbo, aunque su atención se iba inevitablemente hacia Zarek, que llevaba la camisa abierta de más. Al terminar la taza la dio vuelta sobre el platillo, tal como le indicó Zarek, y allí se quedaron esperando, sin decir nada, hasta que llegó el momento de retirarla.
A Nicolo le sorprendió lo cómodo del silencio.
Lo curioso fue que al retirar la taza no quedaban restos de borra en ella. Toda estaba acumulada sobre el plato.
—¿Qué significa? —preguntó Nicolo, con la voz manchada de preocupación.
—Significa que todavía me debes muchos besos por las veces en que te leí el futuro —respondió Zarek, entrecerrando los ojos—. De hecho, toda esa borra representa la cantidad de besos que me debes —agregó, señalando el montículo.
—¿Puede ser en cuotas?
—No sé si te alcance la vida para pagar todo, soy un profesional muy caro.
Los dos rieron, hasta que Nicolo interrumpió para insistir:
—Pero en serio, ¿qué significa? ¿No tengo futuro?
—¡Nicolo! —lo regañó Zarek.
—¿Qué? ¡Es una pregunta válida!
—No es eso, al contrario —replicó Zarek—. Se lee tanto el contenido del plato como las imágenes que forma la borra dentro de la taza. Cuando la taza queda vacía es un caso especial, que se da cuando la persona se deshizo de una enorme carga y ahora tiene espacio para dejar entrar cosas nuevas a su vida.
—¿En serio?
Zarek asintió y le entregó la taza a Nicolo con una sonrisa. Lo que decía tenía sentido. Sí se sentía más ligero que antes; era como si la taza fuera un reflejo de su interior. Sonriendo, Nicolo levantó la vista para encontrarse con los ojos de Zarek posados sobre él, cálidos y amables. Le hizo un gesto para que se acercara, y este gateó por los almohadones hasta llegar a él.
—Sí me siento listo para dejar entrar cosas nuevas a mi vida —murmuró Nicolo, y atrajo a Zarek contra sí, tirando del cuello de su camisa.
—¿Sí?
—A ti, en específico. —Nicolo rozó la boca de Zarek al hablar—. León.
Cuando Nicolo vació sus bolsillos para revelar que había traído lo necesario para que pudieran compartir un momento íntimo, Zarek entendió que él no solo hablaba de manera metafórica y quedó petrificado, con una sonrisa sorprendida asomándose en sus labios.
—¿De verdad?
—Si quieres... —respondió Nicolo.
Zarek respondió sin palabras, con un beso que lo decía todo. La boca de Nicolo todavía sabía a café, y la de Zarek a los dulces que había estado degustando mientras conversaban. La combinación de ambos era deliciosa, y el aroma en el ambiente lo complementaba.
Se enredaron en la ropa mientras se la quitaban, y Zarek ayudó a Nicolo, que todavía tenía dificultad para mover el brazo derecho. Preocupado, Zarek le preguntó si de verdad quería seguir, y solo continuó cuando tuvo su permiso. Con cuidado, se prepararon y tantearon el terreno para encontrar el camino para llegar al otro, navegando entre sus cuerpos.
El momento en que se unieron hubiera sido suficiente para hacer que cualquier escéptico creyera en la magia.
Las velas temblaron al ritmo de sus movimientos. Las sombras que formaron se volvieron más dramáticas a medida que el sol se escondía en el horizonte. La habitación se transformó en una dimensión distinta, cuyas paredes palpitaron junto con ellos. Nicolo había visitado muchos mundos, pero este era uno donde solo existían ellos dos, envueltos en olor a café y en la suavidad de la tela de los almohadones que se acomodaban a sus cuerpos.
Allí, el miedo terminó de disolverse.
Allí, en ese rincón, estaban a salvo de cualquier peligro.
Allí, con él, terminó de creer del todo que ya no estaba solo.
FIN.
¡Holiiiis! ¡GRACIAS POR ACOMPAÑARME, VALIENTES! ¡PARECE MENTIRA, PERO TERMINÓ! No sé si habrá epílogo, eso se verá xD
Mini encuesta:
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Como he mencionado antes, seguro que pienso agregar un extra crossover con El alma del volcán, como mínimo 💖 Habrán visto que me gusta dejar abiertos los universos de los libros.
¿Qué sigue ahora? En las semanas siguientes voy a poner unas cosas que debo en otras novelas (fanarts, algún extra) y que no he puesto porque suelo dedicarme a una cosa a la vez.
A este libro también me gustaría agregarle un apartado de cómo lo escribí (y memes y algún fanart que me faltó poner). Este es el primer borrador y hay cosas que precisan ser ajustadas, pero agradezco muchísimo que me acompañaran en el proceso, habrán visto que actualicé todas las semanas y eso es gracias a ustedes.
Más adelante tengo que ver, pero es probable que empiece a publicar una novela de un lobizón que tengo empezada. Ya me conocen, también con romance y SIN heterosexualidad, jajaja.
Hago entrega de los diplomas 😎 LO MERECEN POR ANIMARSE A LEER Y LLEGAR HASTA AQUÍ, aunque este no es un género al que se anime tanta gente. El primero es de PROTECCIÓN ESPIRITUAL:
El segundo es para toda la gente que hizo mil teorías, incluso si no las compartió:
¿Cómo te fue adivinando teorías?
Es una realidad que ustedes me han motivado mucho a continuar escribiendo. Gracias por estar allí votando, comentando, compartiendo la historia para ayudarme a promocionar 🥺
A propósito, un feliz cumpleaños a: Persona_Gif, ArcelValencia, maritz_delusio, Evasakura2020, StayaliX y NayiahCV23 💖🎂
¡Nos vemos en los extras, aquí o en otras novelas, pero muuuuy pronto! ABRAZOS Y MUCHO AMOR 💖💖💖
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