42. GRWM para escapar del agujero que lo traga todo
El efecto del beso fue sorprendente. La mente de Nicolo, antes contaminada por la presencia del fundador, quedó silenciosa de un momento a otro. Los ruidos de confusión y pánico de los congregantes que se agolpaban a su alrededor se aquietaron, al tiempo que la oscuridad dejó paso a una luz cálida.
Zarek también lo sintió así, como si el mundo se hubiera detenido para mostrarles otro lugar mientras sus labios se encontraban.
Se vieron a sí mismos en la capilla, solo que esta estaba vacía y el sol tibio de la mañana entraba a través de los vitrales coloridos, creando un arcoíris que los envolvía. Desde afuera, donde se adivinaban los colores de la primavera, entraron pájaros que se posaron sobre las estatuas de figuras aladas que adornaban el recinto.
En esa visión compartida no había nada que temer, pero tanto Nicolo como Zarek sabían que era efímera, un pequeño paraíso imaginario creado entre los dos que se derrumbaría en cuanto se apartaran para volver al mundo real.
—No te voy a dejar ir —murmuró Zarek, sin apartar los labios del todo de la boca de Nicolo, y con los dedos le rodeó la muñeca en un agarre firme.
—Yo tampoco. —Nicolo tomó la muñeca de Zarek de la misma forma y los dos quedaron conectados, como trapecistas decididos a evitar que el otro cayera al vacío.
Al romper del todo el beso, la visión de ensueño se cayó a pedazos y los dos volvieron a la realidad, que podría haber salido de las páginas del infierno de Dante. El aire olía a azufre, los alaridos de los presentes se elevaban hacia los techos, las sombras amenazaban con devorarlos.
Los congregantes se prendieron a Nicolo con tal fuerza que este creyó que las manos que lo sostenían se habían convertido en garras. Al volverse hacia atrás, para tratar de desprenderse de ellos, se dio cuenta de que no era una simple sensación. Aquellos seres, de rostros desencajados, ni siquiera se veían humanos, y probablemente no lo fueran. Después de todo, Lady Sarah había prometido invocar a sus propios aliados. De sus bocas, repletas de dientes afilados, brotaron gritos guturales.
Zarek lo notó también, al darse vuelta para ayudar a Nicolo. Poseído por la misma rabia que le había hecho proteger a su hermano cuando era niño, extendió la mano que tenía libre hacia el enjambre de criaturas oscuras y les gritó:
—¡Atrás!
Como si el gesto hubiera creado un campo de fuerza temporal, las criaturas aflojaron a Nicolo lo suficiente para que este consiguiera retirar el brazo, aunque al hacerlo, las pezuñas se hundieron en su piel y dejaron un doloroso rastro de sangre. Cuando el piso sobre el que andaba se inclinó hacia atrás, dificultándole el avance, Nicolo no estuvo seguro de si la sensación de perder pie era su imaginación o un mareo a consecuencia de la herida; pero a pesar de eso, siguió adelante.
A Zarek no le sorprendió oler sangre, aunque no sospechaba que esta viniera de Nicolo; el aire estaba saturado de olores que se entremezclaban en un vaho nauseabundo que venía desde abajo. Los congregantes que se cruzaban en su camino empezaban a verse menos como personas y más como demonios, pero ellos no eran los únicos presentes. Más adelante, la figura de su hermano volvió a aparecer entre la multitud una y otra vez. Cada vez que lo hacía, junto a su imagen se encendía una de las velas apagadas, indicándole hacia dónde avanzar.
Nahuel no era el único que había respondido al llamado de Nicolo cuando este había abierto las puertas del más allá. Demasiado concentrado en encontrar una salida, Zarek no reconoció a otros rostros que aparecieron para permitirle avanzar. No llegó a ver cómo el nieto del fundador apareció a su lado para evitar que una persona rabiosa lo derrumbara, ni cómo el espíritu de Alicia se plantó frente a un congregante que intentó retener a Nicolo y lo ahuyentó con un grito.
Nicolo sí los vio, a ellos y a otros que se acudieron a protegerlo. Le sorprendió ver a los ahogados del lago, con sus trajes empapados, enfrentarse a los entes oscuros que surgían de las sombras del portal dimensional que él mismo había creado, como si fueran ratas escapando de una alcantarilla.
Del otro lado, Jazz se subió a uno de los asientos en un intento por localizar a Nicolo y Zarek, y se quedó sin habla cuando vio la especie de batalla campal entre demonios y fantasmas concentrada cerca del altar, en las orillas de lo que se veía como un agujero que se hundía hacia el infinito. Si era difícil que alguien le creyera antes, ahora sería imposible del todo. A duras penas, temblando, activó la opción de filmar de su teléfono, aunque tenía la seguridad de que lo que pasaba frente a sus ojos no se vería después, si es que había un después de algún tipo.
En el epicentro de la acción, alrededor del hoyo del que surgían las entidades, el suelo parecía hundirse. De lo profundo emergían figuras que se veían como humanos del pasado, con sus correspondientes ropas antiguas, mientras que otras eran apenas sombras o entes vagamente humanoides. Lo más preocupante era que el agujero crecía en tamaño con cada instante que pasaba, al punto que terminó por tragarse las personas y objetos más cercanos a él.
—¿Qué ves? —le gritó Lupe desde abajo.
—¡Algo está muy mal! ¡Hay una especie de hoyo raro y todo se está hundiendo!
—¡¿Qué?! —Por primera vez, Lupe sonaba preocupada de verdad.
Jazz se bajó porque Lupe le tiró del brazo, y cuando volvió a pisar el suelo, lo sintió inclinado y resbaloso bajo sus pies.
—¡Pero Nicolo y Zarek...!
—¡Si no abrimos la puerta, nadie podrá salir, ni nosotras ni ellos!
Aunque no saber dónde estaban los otros dos le revolviera el estómago, Jazz tenía que admitir que Lupe estaba en lo cierto. Mientras corrían en dirección contraria a la inclinación, cada vez más empinada, Jazz lamentó haber descuidado el gimnasio en los últimos tiempos y prometió que volvería a ir, si lograba salir.
Amatista había ordenado mantener la puerta cerrada y así era como estaba, con una pesada madera colocada a modo de tranca a través de unos fierros que sobresalían.
La mayoría de los congregantes ya no les prestaba atención; estaban para entonces perdidos en una especie de trance que Jazz no podía entender si era producto del terror o de un éxtasis místico. Algunos contemplaban con fascinación, de rodillas, las criaturas que seguían surgiendo del portal, cada vez más extrañas, una mezcla de animales con humanos contrahechos. Otros lloraban en un rincón, otros caminaban como zombis hacia el lugar donde nacía el hoyo, que no paraba de crecer. Nadie se molestaba en abrir la puerta ni parecía reparar en ellas, o eso creyó Jazz hasta que escuchó la voz de Amatista gritar:
—¡Detenla!
Un enorme brazo que impidió el avance de Jazz, que se encontró de pronto frente a una especie de muro humano, firme e impenetrable. Sin entender, Jazz levantó la vista y vio a Paulo, que miraba con seriedad hacia el lugar donde estaba parada Amatista, a unos metros de distancia. Al igual que algunos de los congregantes, él también vestía una túnica larga.
—¡Paulo! —exclamó Jazz—. ¿Entonces tú también eres parte de...?
—¡Vamos a retenerla para usar su cuerpo, como el de Lisbeth, no la dejes escapar! —gritó Amatista.
Sin dudar un segundo, Paulo retuvo a Jazz pasando un brazo sobre su pecho. Si Jazz no terminaba con el corazón aplastado por la presión, pronto explotaría solo por su cuenta: ya no quedaban dudas de que su radar para el romance estaba fallado. De todos los idiotas por los que alguna vez había caído, este era el peor.
Era una lástima que al menos no podría monetizarlo, porque sonaba fantástico: Storytime de cómo terminé en una casa embrujada donde mi crush resultó ser un traidor que me entregó a una secta que quería revivir a un hechicero. Y, robusto como era, Paulo ni siquiera necesitaba esforzarse mucho para impedir que Jazz se moviera.
Amatista, que bien lo sabía, sonrió. Paulo, por su parte, no lo hizo.
—¿O sea que todo este tiempo te estuviste aprovechando de mí? —se lamentó Jazz.
—No —dijo Paulo con firmeza. Amatista frunció el ceño al escucharlo, y más cuando él continuó—: Ya vi bastante. No seré más un cómplice de esta locura. ¡No sabía que lastimaríamos a gente así!
Con un movimiento rápido, Paulo soltó a Jazz y lo empujó hacia Lupe, que lo atajó como pudo.
—¡Eso es lo más romántico que...! —balbuceó Jazz mientras trataba de hacer encajar las piezas de lo que acababa de pasar dentro de su cabeza y se imaginaba un nuevo título de vídeo: Storytime de cómo mi crush traicionó a su secta (que quería desvivirme a mí y a mis amigos) para salvarnos.
—¡Fuera de aquí! —rugió Paulo.
Tratando de no mirar atrás, Jazz y Lupe se pusieron a trabajar en quitar la madera que trancaba la puerta. Más pesada de lo que creían, esta no cedió de inmediato, y la inclinación del suelo, que continuaba aumentando, no ayudaba. Estaba claro que el agujero que se había formado cerca del altar actuaba como un portal de entrada y salida, pero Jazz no quería averiguar adónde conducía.
Con un chirrido y la inesperada ayuda de algunos congregantes que al parecer tampoco tenían interés en caer en el hoyo dimensional, la puerta terminó por abrirse de par en par revelando el exterior, una noche nublada que cubría al bosque con una luz enrarecida que en otras circunstancias se hubiera visto aterradora, pero en contraste con horror del interior era hermosa.
Quienes estaban más cerca de la salida y más despiertos huyeron hacia afuera, desperdigándose entre los árboles, pero Jazz y Lupe no podían hacer lo mismo.
Nicolo y Zarek seguían adentro, y si no salían a tiempo, el portal se los tragaría.
Continúa el siguiente sábado.
¡Holis! Capítulo con múltiples perspectivas 👀
Apareció Paulo, que andaba perdido por los rincones. En algún momento pregunté si pensaban que era un cómplice o un traidor, y pues era un poco de las dos cosas 😎 ¿Alguien lo había pensado de esa manera?
Referencia literaria de la semana: La Divina Comedia de Dante, ¿la conoces? Además de ser un clásico escrito en el siglo XV, es como si fuera un fanfic Rayita, jajaja. Dante es el personaje principal y conoce a su autor favorito (Virgilio), junto al cual recorre el infierno (donde están los que le caían mal en la vida real), el purgatorio y el Paraíso (donde está su crush de la vida real).
Como he mencionado, cuando termine esta historia pondré unos extras que debo de El alma del volcán y de El príncipe de las hadas, y también tengo un extra crossover planeado entre esta historia y El alma del volcán (porque Jazz y Amado son amigos xD).
Cumpleaños de la semana: escribiendomundos_, YazminDondiego, y MonstruoDeLaGalleta 🎂💖 ¡Feliz cumple!
¿Alguien cumple entre el 13/6 y el 19/6 o pasó y no le llegué a desear?
¡Como siempre, gracias por estar! Por apoyar leyendo, comentando, votando y por las recomendaciones en redes 💖💖Como siempre luego andaré respondiendo comentarios aquí y en otros capítulos 💖 ¡ABRAZOTES!
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