Estaba frente a él, sus ojos color celeste lo observaban fijamente. Trataba de controlar sus manos temblorosas y no sabía como disimular el sonrojo instalado sobre sus mejillas.

Lo había invitado a una salida al parque de diversiones. Era parte de su conquista, pero sus nervios no le dejaban pensar en nada y para colmo, no tenía nada planeado. Vaya dilema.

—¿Adónde subiremos primero? —cuestionó el más bajo. Observaba los juegos al rededor tratando de buscar el ideal para comenzar.

—¿Qué tal la montaña rusa? —señaló atrás de Nagisa, donde se encontraba aquella atracción mencionada.

—Uh, no lo sé, se ve peligrosa.

—Vamos, si tienes miedo toma mi mano —levantó dicha parte mostrándola. Sonrió, sería una ventaja que el mayor sintiera miedo.

—Pero eso no me quitará el miedo... creo.

Después de unos minutos más de insistencia por parte de Karma, Nagisa terminó aceptando el subir a la atracción.

Ambos fueron a hacer la fila. Nagisa trataba de controlar sus nervios, pues, desde su punto de vista el juego se veía muy alto y ni hablar de los giros que el mediano carrito hacía por el terreno.

—Abrochen muy bien sus cinturones —anunció el encargado.

Ambos chicos ya estaban sentados y como pudo Nagisa con sus manos temblorosas abrochó su cinturón mientras Karma lo observaba con una sonrisa en su rostro.

El carrito comenzó a moverse. Nagisa inhalaba y exhalaba porque empezaban a subir en una zona alta. Cerró sus ojos con fuerza al llegar a lo más alto. Karma lo notó por lo que retiró sus manos de la barra para dirigir una de ellas a la de Nagisa apretando un poco el agarre.

Nagusa abrió un poco sus ojos y solo bastaron un par de segundos para que el carrito descendiera a gran velocidad.

El mayor perdió por completo su miedo y ahora soltaba gritos de alegría y por otro lado ahora era Karma el asustado.

Una horrible sensación apareció en su estómago por la rápida bajada que emprendió el vehículo.

Agarraba con bastante fuerza la mano de Nagisa.

—¡Wahoooo! —gritaba emocionado Nagisa. Levantaba únicamente su mano y brazo izquierdo porque Karma tenía su mano derecha.

—N-No me sueltes Na-Nagisa —Ahora él mantenía sus ojos cerrados con fuerza y su mano derecha sujetaba con fuerza la barra frente a ellos.

—¿Ahora quién tiene miedo? —Se burló mientras reía.

Karma quería disfrutar de la atracción junto a Nagisa, pero sus miedos simplemente no desaparecían. Tan solo ver más allá de las alturas lo aterraban aun más.

—Karma, vamos —murmuró—. Abre tus ojos.

—No-No puedo.

—Vamos, abre tus ojos y mírame.
El pelirrojo soltó un suspiro y de manera lenta fue abriendo sus ojos de a poco ahora encontrándose con esa mirada zafiro que lo volvía loco.

—¿Ves? No es tan malo ¿o sí?

Ahora sus nervios aumentaron más de lo que estaban anteriormente.

—¡Ah! —gritó y volvió a cerrar sus ojos. Nagisa rió, se le hacían graciosas las acciones del menor.

Así se mantuvo Karma hasta que el recorrido terminó. Nagisa no pudo hacer nada más que tomar su mano para calmarlo un poco.

—¿Te sientes bien, Karma? —preguntó una vez que ya se hallaban fuera de el juego.

—Sí —El temblor en sus manos había desaparecido, pero en sus piernas aún estaba y tener al chico que le gusta frente a él, no ayudaba en nada.

—Bien, ya que tú escogiste subir ahí, sigue mi turno —soltó el agarre en sus manos. Empezaba a sentirse algo incómodo y nervioso—. ¡Vamos a la rueda de la fortuna!

Emprendieron camino hacia el juego mencionado. La fila era muy larga por lo que compraron algodones de azúcar para no estar completamente aburridos al esperar.

—»Me habría gustado comer un solo algodón de azúcar con Nagisa «—pensó el menor dentro de su mente.

—Karma, deja de mirarme, me pones nervioso.

Al instante, el pelirrojo —sonrojado— apartó su mirada del cuerpo del más bajo. Debió disimular desde el principio o simplemente no haberse hundido tanto en sus pensamientos.

Luego de unos minutos de amplia espera en la fila, ambos subieron a la atracción.

No tenían la necesidad de usar cinturones.

—Espero que no tengas miedo en esta, Karma —bromeó una vez más el mayor.

—Ja, ja qué gracioso.

El juego dio comienzo. Desde allí podían observar la mayoría del parque por lo que estaba bastante alto —casi como la montaña rusa—.

—Ojalá esto fuera más rápido —opinó Karma.

—No decías lo mismo en la montaña rusa —rió—. Ah, debí haberte grabado, pero no habría servido de nada porque mi celular se caería con el vídeo en él.

—Deja de joderme —bufo.

Nagisa reía internamente ya que si continuaba burlándose así, no traería cosas buenas.

Por ello, solo se mantuvieron callados mientras el juego se mantenía en movimiento con ellos adentro.

—Que dejes de mirarme, Karma —replicó sonriendo—. Sabes que no me gusta que me observen por mucho tiempo —Un tono rosa invadió un poco sus pómulos. A los ojos de Karma, se veía muy tierno.

Aquello era todo un deleite visual para él. Tenía que conseguir el corazón de Nagisa, daría lo mejor de él para el peli-celeste.

Aunque no sabía si temer por si su intento fallaba o si su conquista podría alejarlo y terminar su amistad.

Me gusta hacer a Karma miedoso, ahr.

Y al igual que con mi otra historia, también quise corregir los Horrores ortográficos en esta.

Mayormente son faltas de tildes y puntuación.

Les agradezco por leer y espero que les haya gustado uwu.