Nagisa se encontraba acostado sobre su cama, pensando en todo que le había pasado, desde el principio hasta el momento.

Ahora que lo pensaba, armar toda escena de celos fue totalmente innecesaria ¿para qué? Para al final terminar con ella ¡le causó celos para al final terminar con ella!

Ya era pasado, nada podría cambiarse.

Aunque si estaba arrepentido de lastimar a Karma, eso sí estaba claro y recordar los incómodos momentos con él, como el de la última vez.

La vez que lo besó, ahora que lo pensaba ese beso no había sido igual que como el de Kaede, fue diferente. No le gustó, pero no sintió asco, era una sensación extraña e indescriptible.

•••

—Está bien Rio, te perdono —anuncio sentándose sobre el césped a un lado de ella.

—Nagisa... —la tomó por sorpresa, ni había visto llegar al chico—. Gracias —sonrió como muestra de agradecimiento.

—Pero con una condición ¿de acuerdo? —sabía que el perdón no llegaría tan fácil, era de esperarse al final.

—¿Qué condición?

—Debes ayudarme a encontrar una manera para que los momentos incómodos entre Karma y yo terminen —Rio posó un dedo sobre su barbilla, pensativa.

—Solo háblale de forma normal. Piensa que nada de eso pasó —Para Nagisa no sería tan fácil olvidar algo como eso. Tan solo por verlo, esos recuerdos invadían su mente.

—Puede que funcione a su tiempo —suspiró—. Aunque también siento que le debo una disculpa por haber gritado eso.

—No, tú no te disculpes —se levantó—. Yo le explicaré lo que realmente pasó y me disculparé en tu lugar, claro —rió.

—Gracias Rio.

—No es nada —se retiró del lugar. Iría a aclarar las cosas con Karma.

Nagisa se quedó pensativo, pero...

—¡Nagisa! —lo abrazó Kaede por la espalda.

—Ka-Kaede —rió mientras colocaba sus manos sobre los delgados brazos de la chica.

—¿Por qué estás tan solo? —lo soltó. Se sentó frente a él y sacó su almuerzo de su bolso.

—No es nada —trató de desviarse del tema, no quería hablar de ello. Le recordaba toda esa incomodidad.

•••

—Karma ¿recuerdas lo que Nagisa gritó ayer cuando estaba hablando conmigo? —El pelirrojo asintió tratando de no tener cualquier contacto con la rubia—. Fue mi culpa —hizo una reverencia—, yo le hice algunas bromas que tenían que ver contigo y por eso pasó. Lo siento.
Karma rió. Era extraño para él ver a la rubia disculparse de una manera sincera.

—No importa, se puede decir que sabía que tenía que ver contigo.

—Tonto Karma, me hiciste disculparme contigo para nada —fingió estar enfadada.

—Pero no estaba del todo seguro de que fuera tu culpa —sonrió con victoria.

—Está bien, ganas esta vez, pero la próxima seré yo —lo fulminó con la mirada. Ambos terminaron riendo por su pequeña pelea.

•••

Finalmente —en parte gracias a Rio—, la incomodidad había terminado.

En este preciso momento ambos estaban caminando juntos de camino a casa.

Estaban callados, pero para nada era incómodo, ya no.

—¿Y cómo se ha sentido Kaede respecto a todo últimamente? —decidió preguntar Karma. Ya era hora de comenzar una conversación y tenía curiosidad de eso.

—Creo que bien o eso es lo que he notado —hizo una breve pausa—. Por el momento se ha tomado bien lo de ser solo amigos.

Amigos, esa palabra le trajo varios recuerdos a Karma. Especialmente los de su confesión.

—Oh, entiendo —forzó una sonrisa. No quería expresar sus verdaderas emociones.

—Sí, nos vemos mañana Karma —habían llegado a la casa del pelirrojo.

—Bien, nos vemos mañana, adiós Nagisa.

Al encontrarse con la mirada cobre de Karma, sintió algo en su estómago, algo que únicamente había sentido con Kaede en el pasado.

¿Qué significaba todo eso? A pesar de que esa sensación fuera experimentada por Nagisa, él no estaba del todo seguro de lo que significaba. Sabía que tenía que ver con enamoramiento ya que le pasaba con la peli-verde, pero estaba seguro de que con Karma no podía significar absolutamente nada. Posiblemente su cuerpo acababa de reaccionar de manera extraña hacia nada.

Decidió olvidarlo mientras caminaba a su hogar.

Rio lo molestaría mucho si supiera lo que acababa de pasar. Tal vez no como la última vez, pero sí algo.