Capítulo 14: ||Ya no la amo||
Una semana había pasado desde aquel atroz rechazo. Nagisa concluyó algo aproximadamente hace unos días: Ya no le gustaba Kaede. Para nada.
Sus besos, en vez de sentir felicidad y gusto por ellos. Ahora en cambio, sentía cierto asco y desesperación cuando la chica juntaba sus labios con los suyos.
No solo sus besos, sus palabras, sus acciones, su actitud. Ya no llamaba su atención de esa manera, ahora parecía que solo la quería como amiga. Ya no quería una relación con ella, ya no más.
Pero no quería, no quería romperle el corazón. Estaba harto, no quería lastimarla.
—Nagisa, has estado muy raro últimamente ¿estás bien? —preguntó. Nagisa la acompañaba a su hogar.
¿Mentir o confesar? Esa era la cuestión. Las mentiras lastiman pero la verdad, duele. Pero como novio no quería seguir ocultándole cosas. Confesaría.
—Kaede —la tomó de los hombros haciendo que ambos detuvieran el paso—. Yo, tú... —observaba sus alrededores, no quería toparse con esa ámbar mirada. Tomó aire y pronunció: —Ya no me gustas.
¿Fue muy directo? No sabía cómo ser sutil, no sabía cómo decir cosas sin lastimar a los demás de forma directa. Tal vez de todas maneras ella resultaría lastimada.
Un sollozo escapó de los labios de la chica. Nagisa se sintió la peor persona del mundo. Hizo llorar a un ángel.
Ella cubrió su rostro con sus manos. Trataba de ensordecer sus sollozos, era imposible. Dolía, dolía mucho.
—Ka-Kaede —tocó los cabellos de esta, pero ella huyó corriendo entre el llanto. Sabía que quería estar sola.
Nagisa bajó la mirada para dirigirse a su hogar. Se sentía horrible. En ese momento se arrepentía de decir la verdad, probablemente habría sido mejor mentir un poco más ¡Pero ya no soportaba! No le gustaba que ella lo tratara de manera amorosa, ya no más. Ya no la veía con esos ojos.
•••
—¡¿Qué le hiciste a Kaede?! —Rio tenía acorralado a Nagisa contra un casillero. Él solo observaba el suelo con una mirada nerviosa, sin decir nada—. ¡Responde! —exigió.
—¡Terminé con ella! ¿sí? —gritó. Empujó a la rubia con fuerza y huyó de allí dejándola sola. Esta lo fulminaba con su azulada mirada.
Estaba furiosa, ya que esa mañana Kaede estalló en llanto frente a ella. Lo único que salió de los labios de la peli-verde fue el nombre de Nagisa. Concluyó que él le había hecho algo.
No sabía si sentirse feliz o enojada porque Nagisa y Kaede hayan terminado. Tenía el terreno libre, una oportunidad, consolar y conquistar a Kaede, podría hacer eso. Pero una parte de ella no le dejaba hacerlo. Sería egoísta aprovecharse del decaído ánimo de la oji-ámbar.
•••
Las clases fueron muy incómodas para los tres. Especialmente para Nagisa y Kaede. Rio solo le brindaba malas miradas y golpes a Nagisa, obviamente siendo detenida por Kaede.
Karma, él estaba totalmente confundido sobre la situación. Nadie se había tomado la ligera molestia de explicarle lo que pasaba. Aunque era obvio que él no tenía nada que ver allí... por el momento.
—Kaede —la llamó Nagisa al salir del instituto. Ella no respondió. No quería ni verlo—. Lo siento, yo no quería herirte —aquella voz comenzaba a desvanecerse—. Pe-Perdóname.
La chica se giró y se lanzó a los brazos del peli-celeste llorando en su pecho, lo abrazó muy fuerte. Hizo sentir mal a Nagisa, eso pensaba.
—No, no te disculpes por nada —Sus miradas se cruzaron—. Te entiendo, en cualquier momento podía pasar. Todo tiene su fin.
Él la observó con ternura, acercó su rostro y le brindó un último beso en los labios. Nagisa no sintió nada con eso, asco, felicidad. Nada.
—Lo siento Kaede. Supongo que es el fin de lo nuestro. Lamento decir que no puedo continuar.
—No-No importa —secó las lágrimas de sus ojos y sonrió con dulzura—. No puedo obligarte a estar junto a mí.
—Gracias por todo, Kaede. Espero que alguien te dé la felicidad que yo no terminé de ofrecerte —acarició los verdes cabellos de la más baja. A ella le encantaba aquel tacto, contenía las lágrimas.
—¿Al menos podemos seguir siendo amigos? —cuestionó con esperanza. Nagisa rió con ternura. Aquella risa que Kaede amaba tanto de Nagisa.
—Claro que podemos —Nagisa se acercó más a ella y la abrazó fuertemente.
Kaede no resistió, comenzó a llorar. Eso dolía mucho. Extrañaría todos los gestos que Nagisa le brindaba, sus sonrisas hacia ella, sus besos, sus palabras y acciones amorosas. ¿Por qué tenía que terminar? Ahora se lamentaba por no haber aprovechado cuando tenía el amor de Nagisa. Sería muy difícil poder olvidarlo. Olvidar algo que le encantó.
El miedo es el fin del amor.
¡Dios. Qué dolor!
Escribí esto escuchando música triste que fue lo peor. Casi lloro escribiéndolo.
Ojalá estén felices de que estos dos hayan terminado ¿?
Yo estaba feliz por Karma, pero me duele por Kayano.
Lamento si las hice llorar. Aunque dudo mucho eso.
Pronto vendrán cosas más interesantes. Está asegurado.
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