Epílogo

—Esto no va a funcionar.

JiMin se quejó mientras miraba a sus amigos con algo de desaprobación.

—Por supuesto que sí — Felix dijo —.  Sólo tenemos que buscar la forma de repararlo.

—¿Y si quedas calvo para el día de tu boda? — Taehyung preguntó, escuchando inmediatamente como JiMin lloriqueaba alardeando de que fue una mala idea haber dejado que sus amigos pintaran su cabello, mientras que Yongbok le soltaba un golpe en el hombro para hacerlo callar — ¿Qué? No es como que fueras a dejar de gustarle a YoonGi estando calvo.

Wooyoung rió.

—Todos aquí sabemos que YoonGi te ama lo suficiente como para que dejes de gustarle solo porque no tienes cabello.

—Muy bien, bola de idiotas, dejen de ponerlo nervioso y juro que voy a golpearlos — Felix reclamó llamando la atención de sus amigos —. Y tú deja de llorar, no le va a pasar nada a tu cabello, sólo lavaremos y aplicaremos un poco más de decolorante y aplicaremos el color que realmente es.

—¿Cómo pudieron equivocarse? — JiMin dijo —. Me caso en 14 horas y a ustedes se les ocurre la grandiosa idea de equivocarse de tinte.

JiMin miró a Taehyung acusadoramente al igual que los otros dos.

—Oigan no me miren así — el hombre hizo un puchero —. Todo es culpa de Jeon, si ese maldito idiota no hubiera estado coqueteando con una de las vendedoras yo no habría agarrado el tinte incorrecto.

—Ay, cállate — Wooyoung bufó —. Aparte de ciego eres celoso, dios proteja a Jeon Jungkook de tu mal genio.

Taehyung le sacó el dedo del medio a su amigo, quien rodó los ojos con diversión.

—Dejen de estar hablando y vayan a conseguir el tinte correcto — Felix los regañó —. No sé porque siguen aquí.

—Agh, bien — Taehyung resoplo dejando de lado su celular para poder lavarse las manos y buscar sus cosas para salir junto a Wooyoung en busca del tinte correcto — ¡Tapa su cabeza con una toalla o se le va a poner tieso y entonces sí se quedará calvo!

—¡Largo! — JiMin gruñó, escuchando la risa de sus otros dos amigos.

—No le hagas caso — Felix suspiró, ayudando a su amigo de nuevo con su cabello —. No va a pasar absolutamente nada que arruine tu boda.

—Tal vez el cabello me está lanzando alguna señal — JiMin murmuró, recibiendo un golpe en el hombro por parte de su amigo — ¡Auch! ¿Eso por qué?

—Porque no debes decir cosas como esas — Felix lo regañó —. Tienes que ser positivo todo el tiempo, eres el futuro esposo de Min YoonGi, no puedes atraer la mala suerte ahora mismo.

—Tienes razón — JiMin se rió —. Perdón. Es que estoy nervioso — suspiró — ¡Tengo un maldito dolor de cabeza por el aroma del decolorante y el tinte! Voy a volverme loco, además, ¿cómo quedará mi cabello? Se supone que tenía que ser castaño y no pelirrojo, ¿cómo carajo confundes el rojo con el castaño?

—Bueno, en su defensa, su novio estaba coqueteando con una vendedora — Felix río, envolviendo el cabello de JiMin —. Aunque estoy casi seguro que fueron alucinaciones suyas.

—Lo más seguro — JiMin trató de calmarse —. Sabes, mañana voy a necesitar mucho apoyo moral.

—Todos lo sabemos — el menor sonrió, abrazando a su amigo por los hombros —. Pero tienes que calmarte, castaño o pelirrojo a YoonGi le gustaras.

El chico se desplomó sobre la silla en la que estaba recargado una vez que Felix se alejó de él.

—Y se supone que sería una sorpresa — JiMin murmuró —. Ahora ni siquiera sé cómo quedará mi cabello para mañana.

—Te apuesto a que te verás excelente — su amigo lo apoyó —. Que despedida de soltero tan rara, se supone que debemos estar borrachos y viendo strippers encuerados, no así.

Se burló, escuchando como JiMin soltaba una risita.

—Haremos eso sólo cuando alguno de ustedes tres se case, por ahora no — JiMin dijo —. En mi despedida de soltero eso no sucederá.

—Buh, te volviste un aburrido desde que conseguiste un YoonGi — Felix dijo — ¿Dónde podré encontrar uno así? Para que me mantenga y luche por mí ante cualquier adversidad.

JiMin rodó los ojos.

—Lo tienes pero no lo quieres aceptar — JiMin le recordó —. El pobre Hyunjin ha estado detrás de ti desde hace muchísimo tiempo, y ni siquiera le has dado una oportunidad.

Felix se sonrojó levemente.

—No es que no se la quiera dar — confesó —. Es sólo que no he tenido tiempo para decirle.

—Lo ves casi todos los días — dijo JiMin, tirándole una de las toallas a la cara —. No entiendo por qué te haces el difícil, si también te gusta.

—Bueno... sabes que desde que me enteré que es muy selectivo con sus parejas y tiene gustos peculiares, me es difícil siquiera pensar en qué pasaría si acepto algo con él — habló el chico, haciendo un puchero —. Me da miedo ser... poca cosa para él, tan sólo mírame, gano el salario mínimo y él tiene todo todo el dinero del mundo gracias a su trabajo, ¿cómo podría estar con alguien como yo?

JiMin escuchó sus palabras y sonrió un poco apenado, no pudo evitar recordar que él pensaba exactamente lo mismo cuando se involucró con YoonGi. Se sentía inseguro e incapaz de ser lo suficiente para YoonGi, pues siempre imaginó que el mayor debía fijarse en alguien con su mismo estatus.

—Cómo alguien que ya pasó por eso — JiMin lo tomó de los hombros para mirarlo directamente a los ojos —. Te digo que es completamente normal sentirse así, y es válido, pero no puedes hablar por Hyunjin. No sabes como se siente él al respecto y sus sentimientos, se fijó en ti por alguna razón, no dejes que tus inseguridades te hagan alejarte de él.

—¿Y si todo sale mal?

—¿Puedes estar seguro de eso? — JiMin preguntó —. No lo sabes, no sabes que tan bien o mal puedan ir las cosas, así que no pienses en los problemas cuando todavía ni siquiera están en una relación.

—A veces me gustaría que fuera tan fácil — Felix suspiró, reflejando un poco su tristeza —. Me gustaría saltarme todo el drama e ir directamente a lo bonito.

—Lamentablemente todos tenemos que pasar por el drama para llegar a lo bonito.

JiMin le recordó y se recordó a sí mismo todo lo que había pasado a lado de YoonGi.

Después de todo, estaban por casarse.

—Oh, es Hyunjin — Felix dijo al recibir un mensajero —. Dice que viene a dejarnos un poco de cena.

—Excelente servicio, tiene que ganarse también a los mejores amigos de su conquista.

—Y que YoonGi viene con él.

—¡¿Qué?!

Entraron en pánico después de saber que YoonGi estaba ahí, caminando directamente a su departamento para poder verlo. No, no, no dejaría que la sorpresa se arruinará. Se supone que nadie más que sus tres amigos sabían lo que estaba haciendo con su cabello.

—Rápido, rápido — Felix y JiMin corrieron por toda la sala de su departamento, buscando la manera de ocultar todo el desastre que habían hecho con las cosas que ocuparon para pintar el cabello de JiMin —. YoonGi no puede ver esto.

—¡Tu cabello! — Felix buscó una toalla más grande que las normales y lo cubrió por completo cuando el timbre de su departamento sonó — ¿Qué carajos hago?

—Sólo recibe la comida y listo, inventales cualquier otra cosa para que no entren — JiMin le habló a través de la toalla —. No pueden verme así o van a sospechar.

—No, eso no va a funcionar — Felix le recordó —. Sabes como es tu hombre, se pondrá paranoico si no te ve o siente que le ocultas algo.

—Mierda.

JiMin se quitó la toalla de la cara y se enrolló al rededor, cubriendo tanto la mitad de su cuerpo como su cabello, caminó hasta la puerta de la entrada y la abrió, encontrándose con aquellos dos hombres.

Sonrió algo agobiado.

—Que sorpresa — JiMin trató de verse natural, pero el simple hecho de verlo cubierto por una toalla era raro para cualquiera de los dos hombres —. Gracias por la cena, adiós.

Tomó la comida de las manos de Hyunjin y trató de cerrar la puerta en sus caras, pero Felix se lo impidió en cuanto salió por esa misma puerta directamente a abrazar a Hyunjin, quien se vio muy satisfecho con su recibimiento.

—¿Y a mí nadie me va a saludar o qué? — YoonGi habló, haciéndose el ofendido y cruzándose de brazos — ¿Por qué tienes eso ?

JiMin también quería abrazarlo, tirarse encima de él y llenar su rostro de besos, pero no se quería arriesgar a que su sorpresa fuera un fracaso. Se supone que YoonGi tendría que verlo mañana a cuando estuvieran en el altar.

Es por eso que había hablado con él hace unos días y llegaron a la conclusión de que, aunque no hubiera una mujer involucrada, quería su entrada aparte para que su nuevo color de cabello fuera una sorpresa para los demás. Nunca se ha cambiado su color natural, así que tiene que ser una buena sorpresa.

—Hola, amor — JiMin lo saludó, tomó la comida con una sola de sus manos y con la otra agarró con fuerza la toalla para que no se cayera, se acercó a pasos cortos hasta el hombre frente a él y dejó un suave beso sobre sus labios cuando este se agachó un poco —. Lo siento, es que... bueno, no me veo tan bien y que me da vergüenza que me vean así.

YoonGi alzó una ceja confundido, sabiendo perfectamente que eso era una tontería. JiMin siempre se veía bien, no importa si estaba recién levantado, su chico siempre se veía genial.

—Eso no te lo creo.

—Pues vas a tener que creérmelo porque me niego a decírtelo.

YoonGi soltó una risita.

—Sí, ya entendí — captó su respuesta, imaginando que tal vez había algo que JiMin no quería que él viera. Y estaba bien, si era una sorpresa entonces podía esperar sólo porque él se lo pidió —. Pero al menos déjame abrazarte.

Trató de acercarse pero JiMin se lo impidió.

—No, no — movió su dedo frente a él a una distancia considerable —. Te conozco, Min YoonGi, no voy a dejar que te acerques.

El hombre rodó los ojos, rindiendose en el intento de quitar la toalla de encima de su novio.

—¿Entonces no voy a poder abrazarte ni besarte antes de irme? — preguntó, mostrando un suave puchero —. Eso no es justo, mañana no casamos y quería ver a mi novio antes de que eso sucediera, pero ahora resulta que no puedo ni tocarlo.

—Haz drama todo lo que quieras, ya sé que lo haces sólo para obtener lo que deseas — JiMin se alzó de hombros, lanzándole un beso a la distancia —. Pero mañana podrás verme y tocarme cuanto se te plazca, por ahora no.

YoonGi bufó.

—Bien, pero sólo porque tú me lo pides — dijo, tratando de hacerse el ofendido —. Como sea, mañana nos vemos.

Extendió su mano, esperando pacientemente a que JiMin la tomara, afortunadamente lo hizo, juntando ambas manos y entrelazando sus dedos sin romper la distancia.

—Te amo, futuro esposo.

YoonGi suspiró, encantando con la forma en que JiMin le hablaba.

—Te amo más, futuro esposo.







[ ♦️♣️♦️ ]






—Estoy nervioso.

JiMin caminaba de un lado a otro, sus manos no dejaban de sudar, su piel se sentía fría y un cosquilleo recorría desde su vientre hasta su pecho, por todos sus brazos y dedos. Dios, estaba por casarse con la persona que más amaba.

Sólo tuvieron que pasar 6 meses después de la salida de YoonGi del Hospital para poder casarse. La verdad es que lo hubieran hecho al mes de que YoonGi se lo pidió, pero no se encontraban completamente listos, había muchas cosas que hacer antes de casarse.

Como viajar mucho y seguir trabajando.

Ahora, por fin después se tanto tiempo, estaban a nada de verse en el altar. Lo más seguro es que en cualquier momento su madre entraría a decirle que ya lo estaban esperando, y era muy probable que se pusiera a llorar de los nervios.

No quería hacer el ridículo en su boda, pero ya lo estaba haciendo.

—Te vez muy bien con ese color de cabello.

Se sobresaltó en su lugar al escuchar a su madre justo a sus espaldas, tampoco escuchó la risita qué la mujer soltó cuando lo vio tan asustado.

—Mamá, casi me matas.

—Está tan nervioso — ella rió — ¿Por qué lo estás? ¿Temes que no le guste tu color nuevo?

—No, no es eso — JiMin dijo —. Es que... es mi boda, mamá, ¿entiendes eso? Es mi boda con el hombre que amo. Por supuesto que estoy nervioso.

Ella sonrió suavemente, tomó las manos de su hijo entre las suyas, tratando de dejar suaves caricias en aquellas manos tan frías y temblorosas. Definitivamente su hijo podía desmayarse en cualquier momento, y lo entendía. Puede sentir sus nervios a través de su piel y es completamente normal, después de todo, ella también está nerviosa.

Está tan nerviosa, porque por fin, después de tanto tiempo, su hijo está formando su propia vida, encontró a alguien que lo merece por completo y que lo cuida, que hace todo por él sin importar nada a cambio. Pasó mucho tiempo viendo a su hijo sufrir por diferentes hombres, y por más consejos que le daba y las ganas que tenía que golpear a los tipos que hacían sentir mal a su hijo, siempre lo retuvo porque no valía la pena desgastar su tiempo en aquellas personas.

Pero ahora estaba muy feliz, tan feliz de ver a su hijo nervioso justo antes de salir para caminar al altar.

YoonGi ya lo estaba esperando.

—No eres el único que está nervioso hoy, JiMin — su madre dijo, mirándolo con cariño —. Tú futuro esposo también está muriéndose allá afuera, es algo normal y válido siempre que alguien está por dar un gran paso como este a lado del amor de su vida. Así que no te atormentes, YoonGi está igual.

JiMin se sintió un poco mejor después de escucharla, trató de relajarse, respirando de tanto en tanto para poder tranquilizar sus incontrolables nervios.

—¿Y también se ve feliz?

—Por supuesto que sí — ella dijo —. Ese hombre vive feliz todos los días desde que te conoció.

El corazón de JiMin saltó en su pecho, regocijandose en el amor que sabe que YoonGi tiene para darle.

—Bien, entonces ya estoy listo.

Su madre asintió, tomando entre sus manos sus mejillas y besando cada una de ellas para después decirle lo feliz y orgullosa que estaba de él.

Afuera, las personas esperaban con paciencia a que JiMin aparecieran. No eran tantos invitados, sólo los necesarios, los amigos de ambos, sus familiares y amigos del trabajo. Con ellos era más que suficiente para aquella ocasión.

Por supuesto, habían decidido casarse en la Aldea Eunpyeong, aquel bonito lugar que visitaron hace muchísimo tiempo atrás, cuando estaban en una de sus citas, lugar donde los padres de YoonGi se casaron y el lugar donde YoonGi le contó varios bonitos recuerdos que tenía.

Las sillas estaban ocupadas por todos los invitados, las flores adornaban los pasillos y el altar donde YoonGi estaba a la espera de su futuro esposo.

Casi todas las personas que se encontraban ahí estaba nerviosas, un poco desesperadas por ver al fin a dos seres queridos unirse en matrimonio después de tantas altas y bajas.

La verdad es que YoonGi le había prometido a JiMin no verlo hasta que estuviera en el altar, pero ahora mismo el mayor no podía soportar más tiempo del prometido, no cuando estando de espaldas escuchó los jadeos de varias personas, notablemente sorprendidos por algo.

No quería llevarle la contraria a su pareja, pero deseaba tanto voltear y verlo.

Pero se aguantó, apretó con fuerza sus manos y suspiró, buscando calmarse poco a poco.

JiMin estaba caminando a espaldas de él en su dirección, caminando para colocarse a su lado en el altar, para casarse por fin. Había estado esperando por esto mucho tiempo, tuvo que hacer tantas cosas para llegar hasta aquí, pasaron muchos meses separados, con buenos y malos momentos que siempre los llevaban al borde.

Pero lo habían logrado, estaban en por volverse esposos.

—YoonGi.

No pudo soportarlo más para cuando el menor lo llamó. Se dio media vuelta y lo observó, quedando en blanco al ver al chico delante de él, el cual todavía se encontraba a unos cuantos pasos de distancia.

Su corazón se aceleró con fuerza, volviéndose loco en cuestión de segundos, se moría por tomar a ese chico en sus brazos y besarlo hasta no cansarse nunca.

Deseaba tanto pasar el resto de sus días a su lado.

Sus ojos llenándose de lágrimas conmovieron a JiMin a tal grado en que el menor también se encontró con los ojos húmedos por la emoción.

YoonGi buscó relajarse y calmar sus lágrimas, tenía que controlarse para poder casarse o si no sería todo un desastre durante toda la ceremonia. Le hizo una seña a JiMin con la cabeza, haciéndole saber que estaba listo para recibirlo a su lado.

El menor sonrió, comenzando a caminar los pocos pasos que le quedaban para llegar. El reluciente cabello castaño del chico se veía todavía más deslumbrante ante los rayos del sol que se colaban por las ramas de los árboles, se veía tan precioso, tímido e inalcanzable.

Y mientras ninguno alejó la mirada del otro hasta que estuvieron lado a lado en el altar, se dieron cuenta de que estaban en donde pertenecían. A lado de la persona que amaban y con quien pasarían el resto de sus vidas.








[ ♦️♣️♦️ ]

Muchas gracias por leer esta historia.  Siempre quise acabar un fic en el momento más íntimo de las bodas ajsjk, para mí, no hay momento más preciso y perfecto que cuando los novios se miran el uno al otro durante el transcurso al altar. Es lo más bonito. 🥺

En fin, espero que hayan disfrutado esta historia, muchas gracias por leer JUDAS. Los amo mucho y me despido de ustedes.  🫂❤️

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