Capítulo 24

—¿Realmente vas a irte?

YoonGi asintió ante la pregunta de su hermana.

—Sí, no veo porque preguntas eso, ya lo había dejado en claro papá.

—Creí que le llevarías la contraria como siempre — Hanna jadeó sorprendida —. No creí que fueras a ceder con facilidad, creí que... que JiMin te importaba más.

—Me importa más de lo que crees.

—¿Entonces por qué lo dejas?

YoonGi miró a su hermana, ella no tenía la culpa de ser ajena a toda la verdad que sólo sus padres saben. Siente un poco de pena porque Hanna realmente piensa que hay una solución más fácil que irse a un hospital.

—No lo estoy dejando por gusto — YoonGi respondió —. Es lo correcto, si quiero cambiar y ser lo mejor para él, tengo que irme.

—¿Te estas escuchando? — Hanna preguntó — ¿Qué persona que está tan mal mentalmente diría algo como eso? Ninguna, ninguna persona es capaz de reconocer lo mal que está y decidir cambiar por alguien, ninguna persona tomaría la decisión que estás tomando.

—¿A qué quieres llegar?

—Digo que no estás loco — Hanna respiró con fuerza —. No sé... yo no sé absolutamente nada de lo que sucedió contigo, porque mamá y papá sólo me explicaron que habías sufrido algunos problemas que te hacían mentalmente inestable, pero... jamás te vi siendo mentalmente inestable conmigo, nunca me trataste mal, jamas me alejaste de ti cuando era una niña ni tampoco tuviste alguna actitud agresiva. Investigué mucho acerca de las personas que son como tú, y ni siquiera eres la mitad de lo que son ellos. El punto es que... no tienes porque irte, no tienes porque aislarte, siento que estás torturandote a ti mismo por todo lo que pasaste y no te das cuenta de que... eres una buena persona.

YoonGi guardó silencio, escuchando cuidadosamente a su hermanita. No podía culparla y no iba a reclamarle nada, ella era ignorante en estos momentos porque como dijo, no sabe absolutamente nada de lo que vivió. Pero hay algo en lo que Hanna tiene mucha razón.

Desde que se liberó de aquel internado, se torturó a sí mismo con los recuerdos de lo vivido en aquel sitio, no importa qué tanta ayuda tuviera, siempre se echaba la culpa de todo a tal grado que realmente jamás se sintió capaz de olvidar lo sucedido. Y esa es exactamente una de las razones por la que decidió irse.

Si todo esto es psicológico, entonces quiere que alguien lo ayude.

—No soy una buena persona, Hanna. Tu sólo ves un lado de la moneda, por eso piensas que no estoy mal mentalmente, pero las cosas que he hecho.

—¿En serio lastimaste a Daesung? ¿Realmente querías herirlo?

—No importa lo que haya pasado, fue mi culpa.

—¡No lo fue! ¿Realmente tú lo hiciste?

—Hanna...

—No importa lo que hagas, YoonGi, he visto que sales a altas horas de la madrugada de la casa — ella confesó —. Tengo insomnio y muchas veces duermo hasta muy tarde desde que inicie la universidad, así que fue fácil darme cuenta que te salías de la casa. No sé que clase de negocios tan importantes tengas que atender a esa hora y tampoco me interesa saberlo, pero... honestamente dímelo, de todas las cosas malas que haz hecho, ¿en serio querías hacerlas?

YoonGi suspiró.

—Por supuesto que no — contestó —. Pero todas las cosas malas he hecho, siempre las hago porque no puedo controlarme a mí mismo. Y esa es exactamente la razón por la que tengo que internarme.

—Entonces tú... ¿en serio nunca le habrías dicho a JiMin nada acerca de tus problemas? — Hanna dijo, cambiando de tema como si quisiera tener la respuesta a algo — ¿Eras capaz de casarte con él y nunca haberle dicho nada?

—No — YoonGi contestó —. No hubiera sido capaz.

Cuando JiMin le preguntó lo mismo, no se sintió con el valor suficiente de responder. En cambio, guardó silencio haciéndole creer que le mentiría aún cuando estuvieran juntos. Era patético.

Se había vuelto tan patético de la noche a la mañana.

—¿Y JiMin sabe esto? — Hanna volvió a preguntar — ¿Él sabe que no serías capaz de mentirle?

—Hanna, no entiendo porque estás preguntándome tanto al respecto — YoonGi suspiró —. Honestamente, es muy noche y no quiero seguir hablando de esto. ¿Puedes dejarme solo?

La chica no respondió, observó en silencio como el mayor se veía hastiado. Tal vez no era tan simple como ella pensaba.

La verdad es que YoonGi siempre le agradó, es su hermano mayor después de todo, Mingi es su medio hermano porque su padre tuvo una aventura con la madre de Mingi y de ahí nació él. Lo adoptaron y se hizo parte de esta familia después de la muerte de su madre, pero jamás se ha sentido tan cercana a Mingi a pesar que era el segundo menor de la familia.

No entiende como su hermano mayor llegó hasta esta situación,  hasta hace algunos meses estaban planeando su conquista hacia JiMin y ahora está planeando alejarse de él.

—Sí tu decisión está tomada... al menos hazle saber lo mucho que lo amas todavía — ella dijo —. No puedes irte y dejar las cosas así.

—¿Así cómo? ¿Acaso sabes algo?

—No es necesario saberlo, con el simple hecho de mirarte a la cara y verte me doy cuenta de que la conversación que tuviste con él no fue nada bueno — reclamó —. Ayer llegaste y te metiste a la cocina para tomarte todo el whisky qué le habían regalado a papá y lo creas o no, hay un cambio radical en tu semblante a cuando estabas con JiMin.

El ceño fruncido en YoonGi se fue relajando poco a poco. No iba negarlo, él también estaba seguro que su semblante había cambiado por completo desde la última vez que habló con JiMin. Es sólo que no tenía ni idea de que fuera evidente para alguien más.

—No puedo hacer nada — YoonGi dijo —. Si lo busco ahora... no tendré el valor suficiente para irme.




[ ♦️♣️♦️ ]




Miércoles por la noche y JiMin recién esta saliendo del trabajo. Han pasado cuatro días desde que estuvo hundido en su cama, llorando y sufriendo en silencio mientras sus amigos se ocupaban de él. Apenas hace unos días decidió darle fin a su estado depresivo y agarró fuerzas suficientes para salir de la cama, bañarse y comer algo adecuadamente.

Tenía que regresar al trabajo porque con eso se mantenía, si faltaba tanto tiempo entonces su paga se reduciría, y ahora era lo que menos necesitaba.

Y aunque sólo han pasado dos días desde que regresó a su rutina, la depresión sigue ahí. Aunque come más qué antes, el apetito se le quita a cada rato, a veces deja la comida a la mitad, otras veces se despierta en la madrugada con ganas incontrolables de comer algo, pues al no dormir bien su mente busca alguna otra forma de mantenerse despierto y que mejor que la comida.

Era tan raro no ver a YoonGi en el trabajo, no sabe si ya se fue pero lo intuye porque no lo ha visto estos dos días que ha venido. El señor Taeyoon es quien ha venido a coordinar un poco las actividades de la empresa, aunque JiMin no sabe porque razón es el padre de YoonGi quien está al mano, pues hasta donde él recuerda, sus padres no tienen ninguna autoridad sobre la empresa que él mismo creó.

Aún así, no tiene tiempo de cuestionar nada. Sólo hace su trabajo como lo mandan, según algunos rumores que han estado circulando por la empresa, se dice que alguien más tomaría el puesto de YoonGi temporalmente, que está persona es alguien de suma confianza para el jefe.

Como siempre, se detuvo frente a la parada del autobús qué siempre tomaba, miró directamente a todos lados en la calle, percatándose rápidamente de aquel auto blanco que había visto ya muchas veces durante estos días.

Suspiró con fuerza, su corazón se sentía acelerado y él se encontraba demasiado intranquilo sabiendo que lo estaban vigilando.

No sabía si debía sentirse molesto o agradecido, después de todo YoonGi dijo que haría todo para protegerlo incluso si no estaba a su lado. Pero le pone de muy mal humor saber que no es él quien lo cuida directamente.

Todavía sigue atrapado en un dilema. No apoya las actitudes de YoonGi de ninguna forma, no piensa ser su tapadera ni apoyar sus arranques emocionales qué le han llevado a provocar la muerte de ciertas personas. En definitiva, él no es esa clase de persona.

Pero no puede evitar sentirse herido al saber que ya no va a estar a su lado, que todo lo que tenían se acaba de arruinar por completo. Quiere tenerlo con él y desea con todo su corazón poder ser ignorante de todo lo que YoonGi hizo con tal de seguir a su lado. Desearía tanto que le importe muy poco todo, pero es tan patético que ni siquiera puede hacerlo.

Ni siquiera él se entiende.

¿YoonGi es una buena o mala persona? ¿YoonGi lo lastimaría igual o lo protegería? ¿YoonGi podía cambiar o no? Durante estos días esas preguntas no han salido de su cabeza, y cada día siente más miedo de que sus pensamientos lo consuman por completo y decida que YoonGi es una mala persona.

No quiere pensar en eso. Pero tampoco puede ignorarlo por completo, por más que lo intente, por más que sólo se fije en las cosas buenas que YoonGi ha hecho por él, últimamente su cabeza lo envía a recrear imágenes de YoonGi matando a alguien.

Y es horrible imaginar al hombre que ama haciendo algo así.

Harto de sentirse tan abrumado, da media vuelta y se dirige rápidamente hasta el auto blanco que está estacionando a algunos metros de distancia. Se siente enojado y harto de todo esto, quiere hablar con alguien o desquitarse un poco.

Golpea con fuerza la ventana del copiloto, los vidrios son polarizados no le dejan ver bien al sujeto sentado en aquel asiento, pero sabe que debe ser alguno de los amigos de YoonGi.

—¡Ustedes, pedazos de idiotas! Sirvan de algo y lleven me con YoonGi — JiMin exclamó, intentando abrir la puerta del copiloto, la cual tenía seguro — ¡Sí van a seguirme al menos hagan algo bueno y no se queden ahí adentro como si nada! ¡Ya sé que YoonGi les pidió que me cuidarán! ¡Además este es el auto que San utilizó aquella vez que fuimos a cenar todos juntos!

JiMin volvió a golpear la puerta y el vidrio otras dos veces más.

—¡Por favor! ¡Por favor déjenme verlo! — JiMin siguió pidiendo — ¡Sólo quiero hablar con él una última vez! Necesito que me aclaré algunas cosas, yo... ¡En serio quiero verlo antes de que se vaya! ¡¿Pueden hacerme caso de una maldita vez?!

Dejó un último y fuerte golpe sobre el vidrio del auto. Su respiración estaba agitada por tanto gritar, seguramente algunas personas lo habían escuchado pero no le importaba, ahora mismo lo único que quería era saber algo acerca de YoonGi. Si era bueno o malo sólo importaría después de que contestara su pregunta.

Recargó la frente contra el vidrio del auto y cerró los ojos con fuerza, su pecho todavía subía y bajaba con potencia debido a la adrenalina del momento.

—Por favor — rogó una última vez, está vez más tranquilo con la voz casi quebradiza —. Hyunjin, San o Jungkook, quien sea que esté ahí adentro... déjenme ver a YoonGi una última vez. No puedo... no puedo hacer esto sin él... ¿Por qué tiene que irse y dejarme sin quiera pensar en mí? No lo entiendo. Yo no... no entiendo porque tienen que dejarme de nuevo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero se rehusó a soltar todas éstas por el momento, quería tragarse estas lágrimas y el nudo en su garganta sólo para que los otros ahí adentro no lo vieran.

El vidrio polarizado se bajó un poco, casi nada, sólo lo suficiente para dejar que la voz de San se escuchará.

—JiMin... eres perfectamente capaz de hacer muchas cosas sin él — San habló, aunque su voz se escuchaba demasiado bajita —. Él no te está dejando por gusto, él necesita recuperarse sólo para ser una mejor persona para ti, para darte toda la felicidad que mereces.

JiMin jadeó, aguantándo un sollozo.

—Pe-pero... él ya me hacía muy feliz.

Escuchó un fuerte suspiró adentro del auto, secó el borde de sus ojos, espantando aquellas lagrimas que ya casi salían de sus ojos. Cuando su mirada se enfocó en aquella pequeña abertura en la ventana, se paralizó por pocos segundos.

Esa podía ser la voz de San, pero aquel obscuro cabello y esas delgadas cejas que se encontraban de perfil las reconocía muy bien.

—YoonGi... — no tartamudeó al hablar —. YoonGi, ¿eres tú?

El vidrio volvió a subirse de golpe y el auto se encendió tan pronto como JiMin preguntó aquello.

—N-no, no, espera — JiMin volvió a pegarle con fuerza al vidrio antes de que el auto se pusiera en marcha — ¡Espera! ¡Por favor, no te vayas! ¡YoonGi!

Su nombre fue lo último que gritó para cuando el auto ya había arrancado y se alejó velozmente de él. Las ganas de llorar nuevamente se hicieron presentes, su corazón dolió con tanta fuerza que sentía que podía morir en cualquier momento, tenía muchas ganas de gritar, de tirarse al suelo y dejar salir todo el sufrimiento que había estado reteniendo durante estos días luego de volver a su rutina.

Pero no lo hizo.

En cambio, simplemente se tragó nuevamente aquel duro nudo en la garganta y dejó que las lágrimas cayeran silenciosamente por sus mejillas.

—Mierda, no debiste haber bajado el vidrio  del auto, ni siquiera debimos haberle hecho caso — San bramó enojado —. El pobre chico está tan mal y que te haya visto aquí no mejora las cosas.

—Lo sé.

—¡Entonces por qué lo hiciste!

—¡Porque yo también me estoy muriendo por verlo de nuevo!

—¡Entonces debiste haberte bajado y llevarlo contigo! Escapen de aquí o algo, que se yo — San se quejó —. Después de todo a ti que te importa lo que pase, ¿no?

—¿Escapar y luego qué? ¿Eh? — YoonGi preguntó — ¿Luego vivimos escapando toda la vida? ¿Hacemos como que nada pasó y que no he matado a alguien? ¿Cómo si yo no tuviera un maldito problema que arreglar? ¿Y que tal si en una de esas todo se sale de control y lo siguiente que saben es que le he hecho algo a la persona que más amo?

—¡Entonces no debiste buscarlo! — San gritó — ¿Lo escuchaste suplicar?  ¿Escuchaste cómo-

—Sí, San. Lo escuché fuerte y claro.

—Bien, asegúrate de recordarlo perfectamente bien.

Tanto él como su amigo estaban enojados, cada uno por diferente razón. La solución a todos sus malditos problemas era una verdadera mierda.

YoonGi había hablado con Sanghwo's Group, específicamente con Lee Kwangsun. El trato era que la deuda reiniciaría y JiMin sería el único que podría terminar de pagarla de su propia mano, está vez sin ayuda de YoonGi. Si aceptaban hacer eso entonces ninguno de ellos le tocaría un pelo a JiMin ni a su madre, sus problemas quedarían en el olvido y la muerte de Kang Jisung también.

Pero para YoonGi era una completa mierda. Hacer que JiMin volviera a iniciar con aquella deuda desde cero era una estupidez, no iba a dejar que eso sucediera.

Y San estaba enojado porque YoonGi no había aceptado. En parte lo entendía, pero por otro lado era la opción más viable que iniciar una guerra sin fin con aquel grupo.

—Esto ya no es una opción — YoonGi dijo —. No voy a dejar que sigan atormentando la vida de JiMin ni de nadie más.

—¿Y cuál es tu plan? ¿matarlos a todos?

El silencio fue la confirmación a su pregunta. San maldijo internamente mientras continuaba manejando hasta llegar directamente a su casa, le habían mandado mensaje a los otros dos para reunirse de nuevo en su despacho, por lo que ellos ya deberían estar ahí.

YoonGi abrió la puerta del carro, saliendo rápidamente de ahí y siendo seguido por San.

—YoonGi, esa no es la solución a tus problemas — San continuó mientras lo seguía detrás —. No puedes matarlos.

—Tal vez no deba — dijo —. Pero tengo que hacer algo, dejar que JiMin reinicie su deuda no es una opción, ofrecí darle dinero y no lo quiso, tampoco quiso la mitad de las ganancias de la empresa, está más que claro que su único objetivo es joderme tratando de llegar a JiMin, y no voy a permitirlo. Yo fui el causante de todos estos problemas, así que yo seré quien lo arregle.

—¡Pero no matándolos!

Para cuando San gritó aquello, ya habían ingresado a la misma habitación en la que se encontraban Jungkook y Hyunjin, quienes se quedaron quietos en su lugar al escuchar aquel grito.

—Sí no me dejan otra opción, tendré que hacer eso.

—¿Vas a matar a alguien más? — Hyunjin preguntó.

—No, nadie va a matar a nadie — San dijo —. YoonGi, no puedes seguir así, esta no es la solución. Encontraremos otra manera.

San se aproximó hasta él, tomándolo del hombro para poder llamar su atención.

—¡Ya deja de decir eso! — YoonGi tiró con fuerza lejos de su agarre — ¡No hay solución, entiende! No hay otra manera menos pacífica, yo mate a alguien, fue mi error y nos metí en este problema. Hice que JiMin se metiera en este problema porque no supe controlarme, y no voy a dejar que esto avance y se vuelva una ruleta sin fin. Voy a arrancar el problema de raíz si es posible, así tenga que ir al hospital psiquiátrico o a la cárcel.

—No puedes hacer eso. YoonGi, no puedes arruinar tu vida por él.

—No importa, San — él suspiró —. Mi vida se arruinó hace mucho tiempo, hace años. Ustedes no lo entienden porque lograron superarlo, Jungkook y tú pudieron seguir con sus vidas, pudieron librarse de todo lo que pasamos en aquel lugar. Pero yo... yo nunca pude salir de ahí.

Sus amigos guardaron silencio cuando escucharon a YoonGi hablar nuevamente de aquello. Hace muchísimo tiempo que YoonGi no mencionaba aquel tema de una manera tan personal y profunda.

—Una parte de mí... sigue atrapado en aquel infierno — YoonGi sintió su pecho doler — Me estoy volviendo loco cada día más — llevó una de sus manos a su pecho —. No logro entenderlo y no sé cómo explicarlo sin que suene como una estupidez, pero cuando estaba con JiMin... no existía ese dolor, no existían esos pensamientos devastadores. Era una persona normal enamorado de alguien más, sólo eso. Pero solo traté de engañarme, sigo siendo la misma mierda de persona con o sin JiMin.

—Pero no... no puedo dejar que te sigas hundiendo más — San habló —. No quiero verte arruinado de nuevo, tú... fuiste el único de nosotros que tuvo el valor de hacer algo para sacarnos de ahí, Hyunjin, Jungkook y yo estábamos tan asustados, ya nos habían hecho cosas terribles a tal grado en que nos dejaron cicatrices de por vida. Eras el único de nosotros que no había sido seleccionado para formar parte del cuarto rojo, y cuando eso sucedió  Hyunjin ni siquiera lo pensó dos veces para actuar y evitar que te llevarán a aquel lugar, luego le seguí yo y por último Jungkook, nos terminaron golpeando entre todos  y te obligaron a ver como nos arrastraban por el suelo... y aún así, tuviste el valor de incendiar el lugar y buscar una salida para nosotros.

YoonGi sintió sus manos temblar ante aquel recuerdo.

—Dime, YoonGi — San habló impaciente — ¿No has sufrido lo suficiente? ¿Por qué quieres seguir haciéndolo? ¿Quieres condenar toda tu vida por una sola persona?

El mayor le miró, dándose media vuelta de manera lenta, podía ver la desesperación y la preocupación en el rostro de San.

—Escuchaste hace rato lo que me dijo — YoonGi habló, su garganta comenzaba a cerrarse por las ganas de sollozar — dijo que yo lo hacía muy feliz — tragó con dificultad —. Acaba de enterarse hace algunos días que la persona que ama cometió cosas terribles, y aún así pudo decir algo como eso. ¿Acaso no merece que arriesgue todo por él?

La habitación se quedó en un silencio profundo, sus amigos ya no sabían que decir, en especial San.

—No voy a pedir que me ayuden, ni que formen parte de esto — YoonGi habló —. No quiero que los involucren conmigo en caso de que vaya a la cárcel, así que por favor, déjenme hacer esto solo.

Salió nuevamente de aquel lugar al tomar las pertenencias qué había dejado ahí como último recurso para hacer un trato con Lee Kwangsun. No esperaba que alguno de ellos lo siguiera, no necesitaba su apoyo, no quería arrastrar a sus amigos a más desgracias, suficiente con lo que vivieron en su niñez. Si iba a hundirse, quería hundirse solo.

No tenía ni la menor idea de lo que haría, si tenía que darle todo su dinero a Kwangsun hasta convencerlo o simplemente matarlo, ya no importa. Todo lo que quería era asegurarse de que nadie le tocaría un pelo a Park JiMin.








[ ♦️♣️♦️ ]



Holaa, aquí les dejo este nuevo capítulo. Honestamente siento que me he salido de la trama principal, pero equis, todos aquí ya sabían que YoonGis estaba loquito jajsjs.

En fin, realmente ya no pienso meterle más drama, tal vez sólo un poquito más sólo para darle fin al tema de Sanghwo's Group y listo. De ahí se viene de nuevo los besitos y el amor, muack muack 💋

Nos leemos luego, cuídense mucho y gracias por leer, tkmm. ❤️

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