Capítulo 21

Advertencia: En este capítulo se mencionan temas delicados y controversiales. Nada explícito.







Regresar a casa después de haber tenido un buen día siempre era lo más difícil, pero regresar después de haber tenido una cita con JiMin, y era todavía peor, pues aborrecía tener que despedirse del menor después de pasar toda la tarde con él.

Era fin de semana y al día siguiente no tendrían trabajo, bueno, él sí pero era muy poco trabajo debido a que la reunión con la junta directiva ya se había llevado acabo y ahora tenía menos trabajo que antes. Por lo que lo haría en casa por la noche, así tendría el día libre junto con JiMin para poder pasar tiempo con él.

Sin embargo, tal parece que hoy no es su noche, pues ni bien llegó a la casa lo primero que se encontró fue a sus padres reunidos en la gran sala de estar en donde siempre se reunían para discutir ciertos asuntos familiares.

No le hubiera importado para nada si no fuera porque su padre le habló específicamente a él para que se acercara a ellos.

La tensión en la sala era palpable, YoonGi no tiene ni la menor idea del porqué lo involucran a él, todo lo que quiere ir darse un baño, mensajear con JiMin y luego acostarse a dormir.

Pero no está muy seguro de que eso sea posible.

—¿Sucede algo? — preguntó, creyendo indirectamente que tenía que ver con la supuesta propuesta de matrimonio o algo así.

Taeyoon no dijo nada, simplemente se le quedó mirando con tanta seriedad y rabia, que eso fue suficiente para darse cuenta de lo que pasaba.

—Antes de que comiencen con su regaño, esto fue culpa de ustedes. Si creen que tratar de comprometerme con alguien a la fuerza era la solución, están muy equivocados.

—¿Nuestra culpa? — su padre habló, la sangre le hervía —. Creo que estás tratando de quitarte la culpa de encima.

—No yo-

—¡Cierra la boca! — Taeyoon gritó en su dirección, logrando su petición —. Está bien, tal vez precipitarnos con un matrimonio forzado no fue la mejor de nuestras ideas, pudiste dejarlo hasta ahí... Pero ¿Por qué mierda tenías que mandar a Daesung al hospital? No me engañas, Min YoonGi, contrataste a alguien para lastimarlo, ¡¿Qué mierda tienes en la cabeza?!

—El chico está muy grave — ahora fue el turno de su madre para hablar —. YoonGi, te entiendo en... muchas cosas, en muchos aspectos, pero está vez... no logro entender.

—¿Qué es lo que no entienden?

Taeyoon soltó una risa, frustrado por la situación.

—¿Cómo preguntas algo así? — dijo el hombre —. Te lo dije, querida, no debimos sacarlo del psiquiatra, no debimos dejar que faltara a terapia.

La madre del mayor se levantó del sofá, tratando de mantenerse calmada para que hubiera alguien con razonamiento ahí, porque estaba segura de que en cualquier momento, cualquiera de los dos (su esposo o hijo) perderían la cordura.

—Yo sé que YoonGi está loco — ella dijo —. Sé que tu hijo entiende perfectamente que lo hizo esta mal, ¿verdad?

YoonGi tenía muchas ganas de decirle que sí, que lo entendía. Pero la verdad es que no lo hacia, Daesung actuó como un idiota pensando que podía jugar con él y cuando le dio su merecido... ¿ahora era él el malo?

—Yo... creo que logró saber porque están tan enojados — dijo YoonGi —. El problema es que sus razones no son buenas razones para mí, él...

—¿Qué hizo? ¿Daesung hizo algo malo?

—No — YoonGi fue sincero —. Pero JiMin dijo que no le agradan las personas que hacen cosas como las que hizo Daesung, así que sólo...

—Por dios — Taeyoon jadeó sorprendido y desesperado —. Me estás queriendo decir que... ¿mandaste a golpear a Daesung sólo porque a JiMin no le agradó?

A estas alturas era inútil que YoonGi tratara de fingir. El mayor observó con detalle como el semblante de su madre cambiaba rápidamente a uno bañado en tristeza y angustia, casi como lo miró aquella vez...

Tuvo un poco de miedo.

—¿Quieren que le pida una disculpa? — preguntó, siendo completamente ajeno a la angustia de sus padres.

—YoonGi... ese no es el punto — su madre habló, su voz se escuchaba más baja de lo normal —. No puedes simplemente hacer algo como eso y luego... disculparte como si nada. Tienes que ser consciente de lo mal que estuvieron tus acciones y saber que esto no puede seguir así.

—Mamá...

—Sabes algo, YoonGi — su padre no lo dejó seguir, el mayor se aproximó a él a pasos lentos, hasta que pudo estar frente a frente —. Olvídate de todo... todo esto, de la empresa familiar, de tu empresa, también olvídate de JiMin, no voy a permitir que ese chico se involucre contigo. Él no se merece tener a alguien como tú a su lado.

El cuerpo del mayor se tensó por completo, observar el rostro tan serio que su padre tenía, ver aquellos ojos mirándolo sin una pizca de emoción, le hizo saber que su padre estaba hablando muy en serio.

—Voy a tener que internarte en algún algo — dijo el hombre —. Todavía no estás bien.

—Taeyoon — su madre habló, intentando pararlo —. Podemos buscar otra solución.

—¿Cuál? ¡Lo intentamos! Fue a terapia y fue con un psiquiatra por mucho, mucho tiempo y cuando creímos que ya estaba todo bien, resulta que no lo está — Taeyoon exclamó — ¿Qué quieres esperar, Elysia? ¿A qué tu hijo mate a alguien de nuevo?

YoonGi guardó silencio, sabiendo perfectamente que sus padres no saben absolutamente nada de su más reciente estupidez.

Porque sí, sus padres son conscientes de la primera vez que mató a alguien.

—¡Lo que pasó esa vez fue un accidente! ¡Deja de culpar a tu hijo!

—¡No, no fue un accidente! — Taeyoon gritó —. YoonGi es perfectamente consciente de lo que hizo — el mayor los miró a los dos —. Así que se los digo nuevamente, vas a dejar a JiMin en paz, para siempre. No voy a aceptar ningún casamiento de ningún tipo y tampoco con ese chico, no va a suceder nada, vas a dejarlo en paz para que pueda enamorarse de alguien que no actúe como un psicópata cada vez que puede.

No, nunca podría hacer eso.

¿Cómo puede alejarse de la única persona que realmente ha amado?

—No voy a hacerlo — habló —. Aceptaré cualquier cosa, menos eso.

—No estás en condiciones de elegir — Taeyoon dijo —. Vas a hacer lo que yo te diga.

—Puede que sea un hijo de puta — YoonGi habló —. Pero jamás me atrevería a hacer sufrir a JiMin, de ninguna manera. Si yo le hago algo me muero, no pue... no puedes pedirme que me aleje de él.

—YoonGi — su madre trató de persuadirlo de una manera tranquila —. Por favor...

—No, no, mamá — YoonGi susurró, sintiendo como el pánico comenzaba a instalarse dentro de él —. No pueden pedirme algo así.

—¿Estás seguro de que no es una obsesión y lo confundes con amor? — su padre preguntó de forma dura —. No estoy seguro de que alguien con tu problema pueda llegar a amar a alguien de verdad.

El pecho de YoonGi subía y bajaba a un ritmo impresionante, estaba agitado, desesperado y entrando en pánico, porque no podía seguir escuchando como sus padres le cuestionan sus sentimientos. Sentimientos que él está 100% seguro que son reales, si esto fuera una obsesión, hubiera terminó de una forma completamente diferente y no con JiMin siendo su pareja.

Pero tan pronto como algo hizo click en su cabeza, la desesperación fue cambiada por rabia, enojo y dolor.

—¿Y de quién es la culpa? — YoonGi atacó, sintiendose en descontrol total de sus emociones — ¿De quién es la maldita culpa de que yo sea así? ¡Ustedes son los culpables de todo lo que me pasó!

—YoonGi... — su madre intentó hablar, pero fue callada enseguida por la cruel mirada de su hijo.

—Ustedes son unos hipócritas — dijo fríamente — ¿Se les olvida todo lo que sus estúpidas decisiones me hicieron pasar?

—Nosotros no-

—Eso es algo de lo que ya habíamos hablado — Taeyoon cortó las palabras de su esposa —. Hablamos muchas veces de eso, YoonGi, ¿por qué nos lo sigues sacando en cara?

—¿Por qué ustedes me sacan en cara mis actitudes y nunca se les ocurre culparse a ustedes mismos? Siempre soy yo, pero se les olvida que ustedes me enviaron a ese lugar — YoonGi caminó dos pasos, tratando de hacerle frente a sus padres —. Cuando les llamé para decirles lo que había visto no me creyeron, no fueron a visitarme hasta que... hasta que tuve que hacer algo al respecto, sólo tenía 10 años.

Elysia no pudo soportarlo más y sus lágrimas comenzaron a bajar con fuerza por su rostro, haciendo evidente sus sollozos.

—M-mi... YoonGi... sí, tienes razón — Elysa se acercó a su hijo sin una pizca de miedo, apoyando su mano sobre su mejilla —. Debimos haberte creído desde que nos llamaste, p-pero... yo-

—Te enviamos a ese lugar en primer lugar por tus mentiras — Taeyoon le recordó —. Eras un niño incontrolable, peleabas todo el tiempo en la escuela, nos quitabas cosas a escondidas, eras descortés y nos mentiste muchas veces, tantas que incluso dejamos de creerte. Si tus nos llamaste una semana después de haberte enviado a ese internado, cuando desde el inicio estuviste reacio a ir, diciendo que viste a alguien con la cabeza de una cabra muerta puesta sobre la suya, mientras torturaban a un niño... ¿co-como se supone que íbamos a reaccionar?

—¡Cómo unos padres con sentido común! — YoonGi gritó — ¿Creíste que era capaz de inventar tremenda estupidez?

—Una semana antes dijiste que la abuela de un amigo había fallecido y que ibas a ir a su funeral, con tal de no ir al internado.

—¿En qué se comparan esas dos cosas? — preguntó incrédulo —. Sigue siendo culpa suya... después de esa llamada que les hice, nunca me buscaron, no fueron a verme, nada... nunca hicieron nada hasta que terminé quemando todo el lugar y eventualmente llamaron a la policía.

—¿Qué? No... no — la madre del mayor negó rápidamente —. Por supuesto que n-no fue así, llamamos... fuimos dos veces a buscarte. Tú no nos quisiste recibir.

¿Qué?

—¿De qué mierda hablas?

YoonGi quería gritar.

—Tu madre habla de que fuimos a buscarte después de esa llamada — Taeyoon dijo —. Te llamamos después de que nos dijiste eso, pero no contestaste, siempre nos decían que no querías atendernos, te fuimos a buscar y nos tuvieron esperando por ti como dos horas, para que al final nos dijeran que estabas ocupado y que no ibas a recibir nuestra visita.

Imposible. No era cierto, ellos debían estarle mintiendo, seguramente le estaban diciendo eso para tratar de calmarlo, pero no podía ser verdad. Él nunca recibió ningún aviso de llamada, tampoco le dijeron que fueron a visitarlo sus padres.

Si recordaba el tiempo en aquel infierno, realmente no hubo nada bueno después de haber descubierto lo que vio aquel día.

—E-eso es mentira... — YoonGi jadeó antes de comenzar a reír, aunque no había nada gracioso por lo que reír —. Eso es una puta mentira, ¿verdad? Nunca fueron a buscarme, nunca me llamaron, se olvidaron de mí tan fácilmente como fueron a desecharme en aquel lugar... ustedes no-

—YoonGi, mi amor, por supuesto que no íbamos a dejarte ahí si nos enterábamos de lo que hacían — Elysia trató de acercarse a su hijo, pero este se tensó tan pronto como sintió a su madre tan cerca —. Fuimos a buscarte pero nunca pudimos verte, mi niño, yo siempre...

Mi niño.

Esas sucias palabras que su madre había dejado de pronunciar hace años, por fin habían regresado.

Y con él ese sucio recuerdo.

—No me toques, no me hables así... — YoonGi detuvo la mano de su madre en el aire —. No soy tu niño, no me vuelvas a llamar así...

—¡YoonGi! — escuchó a su padre gritar y pudo sentir como se movía, pero él no reaccionaba.

—Nunca me llames así... jamás.

—¡YoonGi!

—¡Pedazo de idiota!

Alguien tiró de su hombro con fuerza para después golpearlo en el rostro con la misma intensidad, ocasionando que un fuerte dolor se instalará en su cara conforme pasaron los segundos. Su cuerpo se sintió un poco adormecido, él mismo se sintió débil y perdido, pues sólo podía escuchar voces de fondo sin éxito de saber lo que decían.

Su vista borrosa pronto volvió a la normalidad y sus sentidos también, logrando que al fin pudiera enfocar su mirada en la escena frente a él.

Su madre estaba sosteniendo su brazo con una mueca de dolor y preocupación en el rostro, mientras que su hermana Hanna, estaba a su lado sosteniéndola con temor. El idiota de Mingi fue quien lo golpeó, ya que era evidente su enojo.

No se dio cuenta en que momento había perdido el control de sí mismo, así como el de su fuerza y el agarre en el brazo de su madre.

—¡Maldico loco del demonio! — Mingi gritó — ¡Deja de hacerle la vida imposible a mamá y vete!

—¡No! ¡No! — Elysia exclamó preocupada —. No le digas nada, él no... no tiene la culpa.

—¿Cómo que no tiene la culpa? — Mingi la miró con horror — ¡Casi te rompe el brazo! — volvió a alzar la voz —. En serio, ¿hasta cuando van a aceptar que YoonGi todavía no está bien? ¡Él necesita ayuda!

—Por supuesto que lo sabemos — Taeyoon dijo, YoonGi no se dio cuenta el momento en que su padre ya estaba a su lado —. Y YoonGi también lo sabe, ¿no?

¿Lo sabía? Claro que sí.

Él sabe que necesita mucha ayuda. Pero había olvidado por completo el necesitarla, creía que esto había quedado en el olvido, ya no había necesidad de tomar pastillas, no había cambios de humor en su día a día, podía controlarse y sus emociones muy pocas veces lograban salirse de control, ¿Por qué hoy? ¿Por qué justo ahora?

No podía seguir haciéndose el tonto creyendo que su estúpido enamoramiento por JiMin era la salvación a sus problemas, él es consciente de que nadie se cura con amor, pero entonces... ¿Cómo es que estando con él toda su vida parece normal? No hay malos recuerdos, no hay dolor.

Odia admitirlo pero Mingi tiene razón.

Quiere irse de ahí, necesita escapar un rato antes de que todo se vaya al carajo por completo.

Así que sin más, simplemente les da una última mirada a su familia, el único que parece disgustado con su presencia es Mingi, pues tanto su madre como Hanna sólo lo miran con un poco de lástima y miedo a que se vaya, su padre en cambio le mira con seriedad, esperando una respuesta de su parte.

Pero la única respuesta que obtiene es el silencio. YoonGi se va de la casa sin decir nada más.


[ ♦️♣️♦️ ]

Es tarde y JiMin sólo quiere acostarse a dormir, hoy fue un buen día en el trabajo, salió a cenar con YoonGi y pasearon un rato por las calles de Seúl, haciéndose bromas y hablando acerca de varias cosas.

Hoy fue directamente a su departamento, pues su madre había salido de viaje a Gangseo-gu a visitar momentáneamente a una de sus tías, según ella la tía Soojin quería arreglar alguna clase de acuerdo para que abrieran la misma cafetería pero en Busan, para que ella ya no atendiera sola el lugar.

Así que por esa noche, había regresado a su preciado departamento. Ya extrañaba el espacio y la soledad del mismo.

Pero cuando estuvo por quitarse la camisa, después de lavarse la cara y acomodar sus cosas en su lugar, el timbre de la puerta sonó. Bufó cansado, pensando que tal vez eran sus amigos, pues ellos y YoonGi eran los únicos que sabían que por hoy estaría en su departamento de nuevo.

—¡Ya voy! — exclamó cuando el timbre fue tocado otras dos veces más.

Desbloqueó la puerta para por fin abrirla, encontrándose con la terrible imagen de un YoonGi agitado en agonía. Su corazón tembló pensando que tal vez le había ocurrido algo y por eso regresó a su departamento.

—YoonGi, ¿estás bien? — preguntó cuando el mayor entró, acercándose rápidamente a él y sosteniendo entre sus manos su rostro — ¿Te sientes mal? ¿Sucedió algo?

El pelinegro negó mientras era conducido por JiMin hasta su habitación, su corazón latía con fuerza dentro de su pecho, había corrido en busca de JiMin porque hasta ahora, era la única persona que lograba calmarlo por completo. Ya después se preocuparía de todo, pensaría en como arreglaro, pero por ahora, todo lo que necesitaba estaba ahí en sus brazos.

—N-no... perdón si te asusté — dijo, fracasando rotundamente al sonreír para calmar al menor —. Es sólo que... quería verte.

Hundió su nariz muy cerca del cuello del rubio, aspirando con lentitud y devoción, cerrando los ojos para convencerse a sí mismo que todo estaba bien, que esa estúpida pelea con sus padres no había ocurrido y que esos horribles recuerdos no habían regresado.

Dios, todo lo que quería y anhelaba estaba justo ahí. Nadie le puede decir que sus sentimientos por este hombre son sólo una obsesión, aunque al inicio él llegó a pensar lo mismo, poco a poco se dio cuenta de que era imposible que esto fuera sólo una obsesión. Jamás se había sentido tan bien y tan sano al mismo tiempo, como si JiMin fuera alguna clase de medicina para su enfermedad.

Él nunca lastimaría a su precioso chico, jamás se atrevería a dañarlo, mataría a todo aquel que quisiera hacerle algo, incluso si fuera él mismo, se terminaría tirando del último piso de su edificio si en algún momento un mal pensamiento hacia JiMin se cruzaba por su cabeza.

Odia lastimar a las personas que no se lo merecen, y si se pone a pensar en Daesung, recuerda que el tipo al que mandó a hacer su sucio trabajo le dijo que sólo lo había amenazado y asustado, pero nunca le informó haberlo golpeado.

—¿Estás seguro de que sólo querías verme? — JiMin sonó algo preocupado —. Luces un poco... uh...

El mayor soltó una suave risita, provocando que un cosquilleo recorriera el cuello de JiMin, quien se estremeció un poco por tal acción.

—¿Por qué no iba a querer verte? — preguntó —. Parezco chicle pegado a ti, tal vez ya te aburrí.

JiMin negó.

—No... por supuesto que no — dijo con rapidez —. Sólo que es extraño que hayas regresado después de que nos vimos hacen unas horas atrás — sonrió un poco apenado —. Honestamente, cuando me viniste a dejar te iba a decir que sí querías entrar, pero me dio un poco de vergüenza, tal vez tu ya deseabas irte a dormir.

Los ojitos de YoonGi se iluminaron débilmente, haciendo que fuera fácil para JiMin darse cuenta de que algo no estaba del todo bien.

—Siempre aceptaré cualquier cosa que tu me pidas — susurró dulcemente por encima de sus labios —. Dios, quiero besarte tanto ahora mismo.

JiMin sintió su piel erizarse, tragó duro antes de hablar.

—Entonces bésame.

La desesperación terminó por arruinarlo todo, YoonGi se veía más calmado ahora que cuando llegó y aunque todavía tenía aquella espina por querer saber que sucedía, decidió dejarlo de lado cuando las manos del mayor recorrieron su pecho.

La camisa que él traía puesta estaba casi desabotonada, porque cuando YoonGi llegó tenía planeado cambiarse la ropa por una más cómoda.

Ahora, esta camisa estaba siendo desabrochada por el mayor, quien comenzó a bajar sus besos lentamente desde su mejilla hasta su cuello, succionando suavemente en el trayecto, dejando un calor imponente sobre su piel.

JiMin quería cuestionar muchas cosas.

Pero tampoco iba a negar que si tenía la oportunidad de besar a YoonGi una vez más antes de que el día terminara, entonces lo haría.

Su piel canela brilló ante los ojos de YoonGi, su pecho lucía especialmente exquisito, tenía muchas ganas de besar todo su torso hasta bajar a su pelvis y devorarlo por completo. Y eso haría.

—Yoon... Ah~

El suave susurro que JiMin soltó acompañado de un leve jadeo, hizo que el mayor frunciera sus cejas enrollado en el placer y la satisfacción de escuchar su linda voz entrecortada y jadeante.

—Tu voz es tan linda — murmuró YoonGi, dejando un largo beso sobre su mejilla —. Por favor, no te calles.

Con el pecho despojado de cualquier prenda, YoonGi se encargó de inclinarse encima de JiMin para poder besar desde sus clavículas hasta uno de sus pezones, el cual mordió y chupo con gusto, escuchando de fondo los pequeños gemidos que el menor soltaba.

Las manos en la cintura de JiMin comenzaron un suave recorrido por todo su torso, sosteniéndolo debajo de las axilas para poder impulsar su cuerpo hacia arriba y que YoonGi tuviera mayor acceso a su pecho.

Las piernas del rubio se movían inquietas, presas del cosquilleo lleno de placer que estaba sintiendo.

Desde la primera vez que se acostó con YoonGi se dio cuenta de que su cuerpo era demasiado sensible a las caricias del mayor, tal vez porque YoonGi sabía cómo y dónde tocar era que le proporcionaba mayor placer.

Sin palabras de por medio, YoonGi dejó de lado aquellos pezones para poder besar sus labios de nuevo, comenzando con una pelea interna en donde cada uno se encargaba de disfrutar. Las manos del más grande quitaron los pantalones del otro fuera de su camino, ocasionando que la ropa interior fuera lo único que estorbara en el cuerpo de JiMin.

Dejando respirar por un momento al rubio tendido en la cama, YoonGi se irguió para poder despojarse de su ropa de forma rápida, aunque ante los ojos de JiMin se sintiera todo extremadamente lento.

Había olvidado como lucía el cuerpo del mayor estando completamente desnudo, y cuando lo volvió a ver de nuevo, una sensación parecida al placer se instaló en su vientre, un cosquilleo potente que anunciaba el increíble deseo que sentía por poder besar y tocar todo ese cuerpo.

JiMin tragó duro cuando YoonGi bajó su ropa interior, dejando al aire libre su miembro. Cerró los ojos, sintiendo como la cama se hundía suavemente para después tener el contacto de aquellos labios contra los suyos otra vez.

Su corazón latía con rapidez, se aferró los hombros del mayor con fuerza y abrió su boca, buscando encontrar sus lenguas para poder intensifica el beso poco a poco.

YoonGi jugó sutilmente con la liga de sus bóxers, tocando sin pudor alguno y de forma traviesa su pene por encima de su ropa. Los labios de JiMin temblaron soltando un fuerte gemido al sentir aquella mano acariciando sobre la tela de su ropa, tiró su cabeza hacia atrás conforme los besos del mayor pasaron de sus labios a su cuello de nuevo.

El mayor tiró de su ropa interior por sus piernas, dejando al fin libre de roda prenda el cuerpo del rubio. Al mirarlo desde arriba, sintió su corazón desbordarse en alegría y deseo, JiMin se veía tan lindo, angelical y sexy, tendido en su cama con el cuerpo completamente desnudo, la respiración agitada y aquella expresión en su rostro lleno de deseo y cariño.

Sintió un profundo dolor en su pecho al ver aquella mirada, ¿cómo podía alguien como JiMin mirarlo con cariño? ¿Acaso era digno de eso?

Hasta ahora todo lo que ha hecho es huir de su pasado, tratar de superarlo con ayuda de profesionales, pero se cree incapaz de lograrlo. ¿Por qué merecería la felicidad? Si él también ha hecho cosas malas.

"Ni siquiera soy digno de ser humano" ¿Humano? Él nunca volvería a serlo, la única persona que era capaz de sonreírle y mirarlo con algo más que no sea miedo, estaba ahí tendido bajo su cuerpo y siendo completamente ignorante de la verdadera persona que era.

Y si esta sería la última vez que estaría tan cerca del menor después de contarle la verdad, entonces lo disfrutaría.

—¿Estás bien? — JiMin volvió a preguntar al ver que se había detenido.

—Estoy tan enamorado de ti.

Lo estaba y lo creía fielmente, no importa lo que opinen los demás, es la primera vez en toda su jodida vida que se siente así por alguien y piensa dejarlo.

Incluso si JiMin decide alejarse de él, nunca dejará de decir que está enamorado.

—Me lo dices mucho — JiMin no sabía si reírse o sentir ternura —. Yo también... estoy enamorado de ti, tu me haz hecho sentir mucho mejor que cualquier persona. Y sólo quiero que sepas que... cumpliste tu cometido de hacerme saber como es que un hombre enamorado debe tratarme.

—Me alegra escuchar eso — YoonGi sonrió a medias —. Porque no voy a dejarte ir.

JiMin sonrió, sintiendo que debía contestar algo a sus palabras, pero YoonGi no lo dejó seguir para cuando ya se había inclinado de nuevo para besarlo, está vez de una forma más intensa, haciéndole saber cuanto lo deseaba nuevamente.

—YoonGi... — JiMin lo detuvo un segundo, empujando su pecho un poco —. En mi cajón tengo un poco de lubricante, pero no tengo condones.

—Está bien — YoonGi suspiró, dejando otro corto beso sobre sus labios —. No necesitamos condones en esta ocasión.

Se levantó rápidamente de su lugar para poder buscar el lubricante en el cajón, cuando lo tuvo en las manos, regresó inmediatamente a la cama con JiMin. Depósito una gran cantidad sobre la palma de su mano para luego comenzar a preparar al menor, hundiendo suavemente sus dedos en aquella estrecha entrada.

La respiración de JiMin se cortó por breves segundos, cerró sus ojos mientras sus manos se aferraron a los hombros del mayor, sintiendo como aquellos dedos en su interior comenzaban a moverse hábilmente.

YoonGi liberó un suave gemido cuando su vista se posó momentáneamente sobre la expresión en el rostro del rubio, quien curvaba sus cejas y abría la boca soltando gemidos para luego tratar de morder sus labios.

Los dedos de YoonGi buscaron llegar con facilidad hasta la próstata del menor, tratando de otorgarle todo el placer posible, también para que no hubiera ningún tipo de malestar al intentar entrar en él.

Las piernas de JiMin comenzaron a temblar a su lado, avisándole a YoonGi que muy pronto llegaría al orgasmo, así que continuó con su trabajo hasta que el rubio no pudo aguantarlo más y en un movimiento veloz alzó sus caderas, sintiendo como de la punta de su miembro comenzó a salir una ligera cantidad de semen.

Sin darle tiempo de respirar, YoonGi se agachó a su altura para poder sacar su lengua y comenzar a lamer suavemente encima de su miembro, haciendo que JiMin se retorciera nuevamente.

Toda su boca cubrió la punta de aquel trozo de carne, bajando con lentitud por toda la extensión hasta chupar por completo y volver a sacarlo. JiMin sostuvo a YoonGi del cabello con algo de fuerza y sólo lo soltó cuando el mayor se alejó de él.

YoonGi tomó sus piernas, abriéndolas para poder acomodarse en medio de ellas, dejando unos cuantos besos a los costados de sus muslos internos, llevó aquellas bonitas piernas hasta sus hombros al mismo tiempo que hallaba la forma más cómoda y fácil para poder meter su pene.

Con lentitud y tratando de ser suave, restregó la punta contra la entrada de JiMin, jugando un poco entre la desesperación de ambos. El rubio soltó un fuerte gemido y alzó sus caderas cuando sintió como el miembro de YoonGi se hundió dentro de él de forma rápida.

Gracias a la gran cantidad de lubricante que el mayor había usado, fue fácil deslizarse entre sus paredes con tremenda viscosidad resbalando entre ellas.

JiMin se abrazó al torso de YoonGi cuando este se recostó por encima de él, sus pies sobresalían por encima de los hombros del mayor, su cadera colgaba en el aire y YoonGi lo sostenía de la cintura, mientras tanto su pene comenzó a empujarse con lentitud y profundidad.

Las caderas del más alto se mecían de adentro hacia afuera, aumentando el ritmo a su favor, sintiendo lo apretado y delicioso que se sentía estar dentro de aquel bonito chico. Pero sobre todo, le encantaba estar mirándolo, viendo ese rostro destruido en placer y escuchar aquellos fuertes gemidos saliendo de su boca.

YoonGi ama el sexo, pero el sexo casual dejó de ser de su interés hace mucho tiempo. Sin embargo, JiMin trajo de vuelta la necesidad en su vida, solamente que ahora ya no era sólo sexo casual, realmente el menor le había hecho desearlo en más de una ocasión. Quería todo, sexo duro, rudo y al mismo tiempo poder besar sus labios hasta el cansancio.

Debido a la posición en la que estaban, el miembro del menor se encontraba atrapado entre sus vientres, siendo presionado contra su piel cada vez que YoonGi se empujaba.

La cama crujía y se movía conforme las embestidas cambiaban de ritmo. JiMin observó con sus ojos bañados en ligeras lágrimas de placer, como YoonGi se acercaba a su boca para poder besarlo castamente.

—Abre tu boca — pidió el mayor —. Ábrela, por favor.

JiMin obedeció, abriendo sus labios un poco más y sacando la lengua por instinto. YoonGi pareció complacido con aquella acción, y no perdió el tiempo para escupir suciamente dentro de aquélla cavidad, provocando que JiMin soltara un fuerte gemido.

Podía ser anti higiénico y completamente sucio, pero no es como que el acto que estaban realizando fuera tan higiénico.

YoonGi pegó sus labios un vez más a los del menor, besándola con fuerza y jugando con su lengua, mordiendo y succionando duramente.

JiMin se alejó un poco y gritó sorprendido cuando YoonGi comenzó a ir más rápido, tanto que llegó a sentir aquellos golpes en su próstata, haciendo que la punta de su pies se encorbaran y que un increíble cosquilleo apareciera por todo su cuerpo, concentrando todo el placer en su vientre.

YoonGi no dejó de moverse, golpeando y maltratando con rudeza aquella entrada, sus manos liberaron la cintura del rubio, subiendo una de ellas hasta el cuello del chico para obligarlo a besarlo de nuevo, mientras que la otra mano comenzó a masturbar su miembro.

YoonGi sintió que su orgasmo estaba cada vez más cerca y por la expresión en el rostro de JiMin, también el de él. Así que sus embestidas subieron de potencia al mismo tiempo que su mano aumentó la velocidad sobre aquel miembro.

Los gemidos se desbordaron por la boca de ambos, envueltos en el placer de sentirse nuevamente como aquella vez, con sus cuerpos sudorosos y calientes, enrollados en su propia burbuja. YoonGi se liberó dentro del rubio al mismo tiempo que el semen de JiMin manchó toda su mano y parte de su torso.

Ignorando la angustia de su corazón y todas las cosas que sucedieron ese mismo día, se obligó a sí mismo a borrar todos esos recuerdos y concentrarse en lo verdaderamente importante; bañar, besar, adorar y acurrucarse en la cama con el chico bajo su cuerpo.

[ ♦️♣️♦️ ]

Bueno, holaaaa. Ya regresé de nuevo preciosos. ✨️

Espero que les guste el capítulo, un poco triste y hot a la vez, pero equis. Aquí ya puse un poco más de contexto del pasado de YoonGi, trataré de ser lo más discreta y cuidadosa con el tema para no incomodar pero igual no indagaré hasta el punto de hacerlo explícito. Aun así, les aviso que NO hay ningún tipo de abxso s3cxual.

Y SÍ, YoonGi si va a lograr mejorar, se los aseguro, es uno de los objetivos principales del ff, así que.

En fin, nos leemos el jueves o viernes, (más seguro que sea viernes) ❤️

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