Capítulo 17
Su alarma comenzó a sonar de una forma estruendosa muy cerca de su oído, se removió casi al instante debido al horrible ruido, dándose cuenta de que su celular estaba justo en la esquina sobre la que había dormido.
Gruñó bajito y apagó la alarma rápidamente.
Era hora de comenzar a alistarse para el trabajo, pero había un problema que le estaba impidiendo salir de la cama en esos momentos, y no era la flojera.
YoonGi se aferraba a su cuerpo como si no existiera un mañana, pasar la noche con él le hizo darse cuenta de lo mucho que al mayor le gustaba dormir abrazado a alguien. No le molesta realmente, sólo que no pareciera que fuese ese tipo de persona.
Pero hay muchas cosas que está descubriendo de él, así que trata de tener su mente abierta.
Afortunadamente, el ruido de su alarma no despertó para nada al mayor, por lo que pudo librarse de su agarre con éxito y comenzar a prepararse para el trabajo. No tiene que preocuparse mucho, pues está vez su jefe está en su cama completamente dormido.
Eso se podía malinterpretar.
—Tal vez deba hacer el desayuno — murmuró mientras se terminaba de arreglar en el baño —. La otra vez él lo hizo por mí.
Lavó sus dientes rápidamente y terminó de aplicarse sus cremas y su loción corporal para después salir de aquel baño completamente listo, metió sus cosas en su bolso y miró al hombre que todavía seguía durmiendo profundamente en su cama.
Se tomó su tiempo para bajar, mirándolo fijamente mientras pensaba en lo que YoonGi le había dicho la noche anterior.
Dios, ¿está es alguna clase de broma?
YoonGi pagó el resto de la deuda, le faltaban 200 mil dólares para terminar con aquella deuda y tenía pensado pagarlo la siguiente quincena. ¿Qué había llevado a YoonGi a terminar de pagar de un momento a otro? Era increíble como el hombre siempre lograba hacer que se quedara sin aliento.
Ya había pagado el servicio del hospital en el que su madre estuvo, mandó a arreglar la cafetería, le había pagado por adelantado en dos ocasiones, y ahora había terminado de pagar una deuda que no le correspondía.
¿Qué se supone que tiene que hacer? Decir un simple gracias no basta para demostrar el cómo se siente, tampoco cree que sea suficiente por todo lo que YoonGi ha hecho sin recibir nada a cambio.
YoonGi ha confesado una y otra vez lo mucho que le interesa, que quiere intentar algo con él a tal grado en que se están dando una oportunidad. Pero JiMin siente que esto avanzó más allá, ni siquiera parece que se están dando una oportunidad apenas, cualquiera que los vea pensaría que están en una relación.
De hecho, desde aquella cita en la que se habían besado en aquella cabina de fotos, no se habían vuelto a besar, tampoco tocaron el tema ni hicieron tanto drama de aquello.
A JiMin le resultó extraño que YoonGi haya saltado a besarlo de aquélla manera, incluso si tuvo muchas oportunidades anteriormente, nunca lo había hecho hasta aquella cita. Y JiMin nunca imaginó que correspondería tan rápido.
Aunque no le gusta mucho pensar en eso, porque no es para tanto y tampoco el fin del mundo como para que se desgaste pensando en ello, después de todo, ya se habían acostado.
Su madre ya está despierta para cuando él baja a la cocina para preparar el desayuno.
—¿Qué haces despierta tan temprano? — preguntó el menor, un poco nervioso por ver a su madre despierta a esa hora, cuando por lo regular despertaba después de las 9.
—Bueno, digamos que hoy quise levantarme más temprano — confesó —. Además, quiero hacer el desayuno para los dos.
JiMin asintió, pensando que se refería a ella y él.
—Entonces...
—Entonces ve a despertar a YoonGi, ¿a que hora entran a trabajar?
El rubio se quedó inmóvil en su lugar, pensando que era realmente un tonto por creer que su madre no se daría cuenta. YoonGi debió haber hecho mucho ruido ayer mientras subía a su habitación.
—Eh... yo... n-no...
La mujer observó lo nervioso que su hijo se había puesto, aunque quiso reírse un poco de él, decidió que dejaría sus burlas para otra ocasión.
—Cariño, no te pongas así — la mayor se acercó para acariciar su brazo con suavidad —. Fue muy ruidoso ayer, así que fue fácil darme cuenta, a veces tengo el sueño pesado pero ayer batallé un poco para dormir, y cuando me di cuenta, YoonGi ya estaba aquí.
JiMin suspiró, soltando una suave risita para tratar de calmarse.
—Lo siento mamá, llegó de sorpresa en la madrugada. Hasta yo me sorprendí cuando me llamó.
—Creo que a ese hombre realmente le gustas — su madre confesó, prosiguiendo con el desayuno —. Es extraño que aún no te hayas dado cuenta, si por lo regular eres el que siempre da el primer paso.
El rubio se sintió un poco incómodo, no es que tuviera miedo de lo que pensara su madre. Pero desde lo que pasó con Mingi se prometió no volver a ceder tan fácil ante un hombre, porque siempre cometía los mismos errores, además, YoonGi se había pegado a él como chicle desde aquella ocasión que no tuvo tiempo de asimilar las cosas. Cuando menos se dio cuenta, ya estaban conviviendo como si fuesen grandes amigos o incluso algo más.
Y no es que sea difícil darse una oportunidad con YoonGi, de hecho, puede jurar que es el hombre que más vale la pena entre todos los que ha conocido.
Pero... le gustaría hacer esto de forma decente por primera vez.
Tal vez tener más citas, conocerlo mucho mejor, convivir más con sus amigos, con su familia, simplemente avanzar como lo han hecho hasta ahora.
—Mamá... ¿Crees que YoonGi y yo hacemos buena pareja? — preguntó impaciente.
—Bueno, son diferentes en muchos aspectos — ella dijo —. Pero los dos juntos son tal para cual, parece que puede pasar horas y horas sólo mirándote y tu nunca te das cuenta de ello.
—Espera, ¿qué?
—Sí, ¿Acaso no te has dado cuenta? — interrogó la mujer, mirándolo momentáneamente —. Aquella vez cuando apareció aquí tan temprano, se emocionó mucho diciendo que sería toda una sorpresa, me ayudó a preparar el desayuno para ti y luego subió emocionado a despertarte como si fuese un niño pequeño. Y durante el desayuno no dejaba se mirarte cada vez que hablabas.
—¿En serio? No lo noté.
—Nunca notas nada — ella rió —. Sabes, los pocos pretendientes o novios que me presentaste, o que yo conocía por casualidad, nunca te han tratado como YoonGi lo ha hecho. Tampoco había tanto brillo en su mirada, y créeme, toda madre sabe cuando un hombre o amigo vale la pena en la vida de su hijo.
JiMin se sintió apenado. Su madre había tenido la mala suerte de encontrarse de vez en cuando con alguno de sus ex novios, siempre eran situaciones incómodas o para nada favorables, su madre tenía una especie de don para ver a través de las intenciones de las personas, nunca se tomaba en serio sus palabras, pero está vez lo haría.
—¿No crees que estoy avanzando muy rápido con él? — preguntó, a sabiendas que su madre no tenía todos los datos acerca de su relación con YoonGi —. Es decir, llevamos una semana desde que comencé a darle una oportunidad y... siento que si avanzo tan rápido, algo saldrá mal. Y eso es lo que quiero evitar.
Su madre observó lo afligido que se encontraba su hijo, suspiró algo nostálgica, por alguna razón, se le vino a la mente aquellos años en que su hijo se veía afligido y preocupado por perder algún juguete, por la escuela o sus calificaciones, no por cosas como el amor.
—Escucha, cielo — ella apagó la estufa en donde se estaba calentando el café, se acercó a su hijo rápidamente para poder tomar entre sus delgadas manos las bonitas mejillas del menor, haciendo que alzará la mirada para que la viera directamente a los ojos —. Hay una gran diferencia entre YoonGi y la bola de idiotas que antes tenías detrás de ti, creo que no te has dado cuenta de que esta vez, no eres tu quien está esperando una oportunidad, sino YoonGi. Él es quien está tratando de conquistarte, él es quien te busca, quien te suplicó por una oportunidad para que pudieran estar juntos, entonces... ¿te das cuenta de que tú eres el único que puede elegir que hacer con eso?
—Me da un poco de miedo — confesó el menor, sintiéndose apenado —. Tengo miedo de arruinarlo.
—Todos siempre tenemos miedo — ella dejó una suave caricia sobre su mejilla —. Pero yo no voy a presionarte, es tu decisión después de todo, si piensas que están avanzando muy rápido y no quieres que eso suceda, tienes que decírselo. Así él sabrá que tiene que tomar su distancia para no hacerte sentir incómodo.
Pero es que YoonGi nunca lo había hecho sentirse así. Sí, había ocasiones en las que el mayor actuaba raro o muy precipitado, lo cual lo confundía un poco porque no estaba acostumbrado a ese tipo de interés o actitudes por parte de alguien, pero YoonGi jamás le había hecho sentir incómodo.
Y no quería ponerle un alto o medir su distancia, tiene miedo de fracasar si esto llega a avanzar demasiado rápido, pero... pensar en que YoonGi puede malinterpretarlo y alejarse de él creyendo que no lo corresponde, le atormenta.
—Gracias, mami — le sonrió sutilmente —. Creo que hablaré con él cuando despierte.
Ella asintió satisfecha, conoce a su hijo y sabe que las malas decisiones que él tomó en su pasado es porque estaba rodeado de gente que en lugar de aclarar sus ideas, hacía que cada vez más se sumiera en un pozo de inseguridad y frustración. Pero está vez, es diferente, porque YoonGi es un chico increíble, y ella lo ha visto con sus propios ojos.
[ ♦️♣️♦️ ]
YoonGi se despertó media hora después de aquélla platica, JiMin tuvo que subir de nuevo a su habitación para poder levantarlo. Sea cual sea la razón por la que YoonGi estaba en su puerta a esa hora de la madrugada, significa que no había estado durmiendo para nada bien.
Tuvo que volver a vestir el traje que traía en la madrugada. Sólo que ahora se encontraba seco después de haberlo metido a la secadora, por lo que pudo ir a trabajar con normalidad.
—Esto es un fracaso — YoonGi lloró sarcástico —. No traje mi auto.
JiMin se alzó de hombros.
—No importa, vamos caminando — dijo él — ¡Nos vamos, mamá, te veo al rato! — gritó desde la puerta de la casa, recibiendo una animada respuesta para ambos.
—Pero... está muy lejos — YoonGi suspiró, estirándose una vez estuvo fuera de aquélla casa, con el aire fresco golpeando su rostro —. Tardaremos en llegar, ¿pedimos un carro?
JiMin estuvo por aceptar, después de todo, no le molestaba tener que ir en carro hasta la empresa. Pero una mejor idea cruzó por su cabeza, necesitaba hablar con YoonGi y durante el viaje en auto sería incómodo con alguien más escuchando, además, llegarían tan rápido que no tendrían tiempo para hablar.
—Dime algo, ¿nunca has viajado en transporte público?
YoonGi negó.
—Pues entonces será tu primera vez.
—¿Qué?
JiMin asintió, dándole una suave sonrisa, se acercó a su lado y tomó la mano del mayor para comenzar a jalarlo en la dirección en donde pasaban los autobuses.
—Sí, ya que nunca hiciste algo como eso, será divertido que viajemos los dos juntos — dijo sin ver la cara de confusión que tenía el mayor —. Tómalo como un pedido mío, ¿si?
Se volteó para poder mirarlo, procurando poner su mejor cara para poder convencer al mayor, quien al ver aquellos grandes y bonitos ojos y esas pestañas agitándose frente a él, no pudo negarse a nada, sólo le quedó aceptar.
—Que bonito está el día, ¿no? — JiMin dijo, llamando la atención del mayor cuando estuvieron llegando a la parada del autobús.
—Mmm sí — respondió con un gran bostezo —. Dios, es increíble que todavía tenga sueño.
—Bueno, llegaste en la madrugada a mi casa. No creo que hayas dormido de lo mejor.
—Lo siento — YoonGi se disculpó —. No tenía planeado ir, sólo... no se que fue lo que me pasó.
JiMin asintió.
—No importa, no me molesta — dijo, luciendo despreocupado —. Sólo me tomaste por sorpresa, yo estaba en mi quinto sueño y tu llamada me asustó.
—Prometo avisar la próxima vez.
¿Habría una próxima?
JiMin no dijo nada, guardó silencio durante varios minutos, esperando pacientemente a que el autobús llegara a la parada. A pesar de que corría aire y estaba fresco, había un sol increíblemente acogedor. Las flores de los árboles caían poco a poco, pues cada vez estaba más cerca el otoño.
—YoonGi — lo llamó tras aquel cómodo silencio, recibiendo un sonido por parte del mayor —¿Puedo saber por qué pagaste la deuda por mí? Me faltaba muy poco para terminar de pagarla, no tenías que hacer eso.
YoonGi se volteó en su dirección, observando como JiMin le sostenía la mirada de forma seria. Era, probablemente, la primera vez que lo veía así de serio desde que comenzaron a pasar tiempo juntos.
—Eh... No entiendo, ¿fue un error haberlo hecho? — preguntó confundido —. Esperaba recibir un gracias, eres el mejor del mundo, acepto casarme contigo.
JiMin rodó los ojos.
—El problema es que no sé qué decir ni cómo agradecerte — dijo el rubio —. Entiendo que te guste ayudar a los demás, pero... ¿no fue un poco exagerado? Ya habías estado gastando dinero en mí, cuando me invitaste a comer todos esos días, pagaste el hospital de mi madre y mandaste a arreglar su cafetería, además, me pagas demasiado, muchísimo más del sueldo que le das a los otros empleados y lo haces bajo la excusa de que es por adelantado, pero cada quincena vuelvo a recibir lo mismo.
—Sigo sin entender — YoonGi suspiró — ¿Qué tiene de malo?
JiMin quería golpearlo, darle una suave cachetada o algún empujón, a lo mejor así reaccionaba.
—Que no te correspondía pagar la deuda — exclamó bajito, no quería gritar pero necesitaba hacerle entrar en razón —. Es una deuda en la que mi madre se metió por error, era mi deber pagarla porque es mi madre, no tenías porque gastar tanto dinero, pagaste casi 200 mil dólares por mí.
YoonGi rió, como si fuera realmente gracioso.
—Dios, quiero morir.
—¿Ahora de qué hablas? — preguntó el menor al no recibir ninguna buena respuesta de parte del contrario.
—JiMin... creo que mejor no hay que seguir hablando de esto — pidió —. Sólo quédate tranquilo pensando en que ya no hay ninguna deuda por la cual preocuparse, ¿si? ¿no te agrada esa idea?
JiMin frunció el ceño inconforme.
—¿Qué hacías anoche tan tarde? ¿Por qué fuiste a pagar la deuda a esa hora? ¿Por qué llegaste mojado a mi casa? No estaba lloviendo — atacó con pregunta tras pregunta —. Dime, YoonGi.
El mayor sentía que le iba a explotar la cabeza. Su sueño había sido tan profundo que se le olvidó por completo el pequeño detalle de que su ropa estaba mojada cuando llegó con JiMin.
Joder.
—Mira, ese debe ser nuestro autobús.
—YoonGi.
—¿Tengo que hacer alguna señal para que se detenga? ¿Hay alguna bandera o algo así? ¿Qué tal si no se detiene?
JiMin suspiró frustrado. Tomó a YoonGi de los hombros y lo obligó a mirarlo.
—¡Para! Cualquier cosa que hayas hecho ayer por la noche que te haya llevado hasta la puerta de mi casa, tienes que decírmelo — reclamó —. No voy a enojarme contigo, simplemente dímelo, confía en mí como yo confío en ti.
—¿En serio... confías en mí? — preguntó casi impresionado, como si no pudiera creer en sus palabras.
—Te lo dije anoche, ¿recuerdas?
—Sí, pero creí que no hablabas en serio — confesó —. Digo, uno dice cosas por instinto, a veces sin pensar, no creí que realmente tu confiaras en mí.
JiMin suspiró, tratando de calmarse para que así el mayor se diera cuenta de que estaba hablando muy en serio.
—Es la verdad — dijo —. Confío en ti, por muy raro que parezca, así que ten la confianza de decirme que es lo que te llevó a pagar la deuda — soltó sus hombros rápidamente —. Ahora vamos, o el autobús se nos va a pasar.
JiMin fue el primero en alejarse y subirse al transporte tan rápido como se dio cuenta de que el autobús ya estaba frente a ellos.
[ ♦️♣️♦️ ]
Cuando el autobús se detuvo en la esquina de la cuadra en donde quedaba la empresa, ambos bajaron rápidamente, estaban llegando 10 minutos tarde pero eso no parecía preocuparle para nada a YoonGi.
—¿Podemos caminar más rápido? — JiMin preguntó cuando observó como YoonGi se quedaba quieto en su lugar después de bajar del autobús —. Todavía nos queda caminar para llegar a la empresa.
Las cuadras en el centro de Seúl eran enormes, nada comparado con los distritos lejanos, pues estas tenían al menos 10 locales de distancia hasta la empresa. Y JiMin realmente se comprometía con su trabajo, incluso si su jefe ahora mismo parecía estar disociado observando uno de los árboles al pie de la banqueta.
—YoonGi...
El mayor por fin le hizo caso, acercándose a pasos lentos hasta el menor.
—¿Por qué pareces tan apresurado?
—Porque estamos llegando tarde al trabajo. Y tú eres el jefe.
—Por esa razón no deberías estar así — rió —. Tranquilo, es sólo que estaba pensando en muchas cosas mientras veníamos en el autobús.
—¿Qué cosas?
—En que está flor te quedaría muy bonita aquí — dijo, enseñándole una de las flores que el árbol había tirado, acomodándola justo entre su oreja para resplandeciera aún más —. Lamento haber pagado la deuda que te corresponde, no voy a retractarme ni tampoco voy a aceptar que me lo pagues de vuelta, es lo mínimo que podía hacer después de ver como esos idiotas se aprovecharon de tu madre y la estafaron de esa manera. Sí, pagué muchas cosas por ti, pero no espero nada a cambio, lo único que yo esperaba era que me dieras una oportunidad, y ya me la estas dando.
JiMin se quedó mudo, casi sin aliento por lo que había escuchado.
—Estás... ¿Estás queriendo decir que el simple hecho de que te haya dado una oportunidad para salir conmigo, es razón suficiente para hacer todo eso por mí?
Si YoonGi decía que sí, explotaría.
—Por supuesto que no — rió el mayor —. Estoy queriendo decir que con el simple hecho de que existas, es razón suficiente para hacer todo eso y más por ti.
YoonGi bajo la mano desde su oreja, en donde había puesto esa flor, hasta su mejilla, dejando una suave caricia.
—Ahora, creo que es buen momento de que sigamos nuestro camino — YoonGi tomó sus hombros y le dio media vuelta para empujarlo suavemente, comenzando a caminar de nuevo —. Ya tendrás tiempo para responder.
Se burló un poco, escuchando como JiMin gruñía bajito, tuvo muchas ganas de inclinarse y darle un besito en su mejilla. Pero se contuvo, porque sino perdería la razón y lo terminaría besando hasta dejarlo sin aliento.
Aquella mañana, YoonGi había notado muchas cosas nuevas en su vida, como lo bien que había dormido por primera vez en mucho tiempo a lado de JiMin, no hubo pesadillas ni malos recuerdos entre sueños. También, lo increíblemente radiante que estaba el sol el día de hoy a pesar de que estaba fresco y con un clima hermoso, no recuerda cuando fue la última vez que sintió el sol brillar de esa manera.
Pero sobre, había algo que nunca notó hasta el día de hoy.
Ese árbol de cerezo en la esquina de la calle, jamás lo había visto porque siempre llega en su carro y lo deja justo frente a la empresa o en el estacionamiento de la misma. Durante todo el recorrido en autobús, notó la gran cantidad de estos por casi todo el transcurso, y eso de alguna forma le hizo pensar en el chico a su lado en el autobús.
JiMin era como ese árbol de cerezo, llamativo, encantador y colorido, resaltando entre todos los demás.
[ ♦️♣️♦️ ]
Holaaa, ya estoy aquí con un nuevo capítulo. Espero que les guste, aunque está un poco corto. ✨️
Hay muchas cosas en la vida de YoonGi que todavía no sabemos, como sus traumas, así que agárrense jajsk. En fin, espero que tengan una buena noche, nos leemos el domingo o lunes. 💖
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