Capítulo único: Saint Yoonnie

" Las citas más románticas que podrás vivir, ¡Reservas online! "

" Rosas a domicilio, para encantar a tu pareja con un perfecto detalle "

" Salidas en carruaje, ¡Recorre Seúl de la mano de tu pareja y guiado por caballos blancos! "

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
Yoongi cerró su laptop con una mueca de asco. Definitivamente nada de eso era su estilo.
En realidad, nada de lo que conllevaba "San Valentin" lo era. Pero estaba seguro que aquel día sí iba con su novia Jennie, por lo tanto se esforzaría al máximo.

Sabía que su novia no llegaría a su casa hasta la media tarde, así que tenía el tiempo suficiente para preparar algo mientras ella no estaba. Pero su problema estaba en que no sabía que hacer o que darle.

Así que recurrió a su psicólogo personal.

-Hey, NamJoon, idiota, atiendeme-le dijo desesperado al teléfono.

Los tonos pasaban y finalmente el buzón llegó. Yoongi bufó molesto y rascó su nunca mientras se recordaba a si mismo lo idiota que era. En esa última semana, Jennie se había esmerado en repetirle indirectas acerca de aquel día a través de frases como «Amor, ¿sabes que día se acerca?» o «¿Tienes algo planeado el... catorce?» y Yoongi, a pesar de que Jennie había nombrado la fecha directamente, ni se había dado cuenta de que su novia hablaba de San Valentin. Ese jodido día. Y literalmente el día del festejo -gracias a los múltiples anuncios de internet- se dio cuenta que ese día era hoy.

Y que no había planeado nada de nada.

Seguro Jimin ya había planeado una salida al cine con Roseanne, Jungkook ya tenía los chocolates para Lalisa y Jin ya había preparado una jodida cena romántica a la luz de las velas para su Jisoo. Yoongi se mordió el labio inferior al sentirse justamente así, inferior. Todos habían planeado algo para sus novias excepto él. Y tampoco podía sacar algo de la galera porque no sabía mucho de salidas románticas, no sabía que clases de chocolates le podría comprar a Jennie y tampoco podía organizar una cena sorpresa, ya que en su nevera solo estaba la cáscara de una banana -literalmente- y dos porciones de pizza que llevaban tres días allí.

Debía inventar algo mágicamente para el amor de su vida o ni derecho tendría a llamarse novio de semejante mujer. Como él solo no tenía muchas ideas, terminó por enviarle un mensaje a su infalible amigo Hoseok. A comparación de NamJoon, él si contestó.

Jung Hoseok era algo así como el gurú del amor. El definitivamente sabría como hacer feliz a Jennie en este catorce de febrero.

***

Yoongi tocó la puerta del apartamento una vez más. Odiaba esperar y llevaba cinco minutos haciéndolo.
Si Hoseok y su maldita sonrisa de corazón no aparecían en sesenta segundos, volvería a su plan original: recalentar en el microondas las porciones de pizza para ver alguna aburrida película de los 90s. Un plan sin pilares a decir verdad, porque a Jennie no le gustaba la pizza y ni películas de la época tenía.

Por suerte, la puerta fue abierta en el tiempo que Yoongi trató de idear un -seguramente- desastroso plan B. NamJoon estaba en el umbral con una sonrisa de oreja a oreja y una botella de soju en una mano. Yoongi adivinó antes de escuchar hablar a su amigo: Ya estaba ebrio.

-Joder, NamJoon, ¡Son las once de la mañana!.

-¡Yoonguito! ¡Amigo! ¡Ven aquí!.

Ignorando los quejidos de Yoongi, NamJoon lo abrazó con fuerza y por alguna razón se echó a llorar como magdalena en el hombro del más bajito; quién trataba de no romperse en dos. Yoongi media 1.74 y NamJoon 1.81, ¿Como hacía para no quebrarse la columna si tenía a ese mastodonte literalmente encima?.

-¡NamJoon, quitate! ¡Empaparas mi puto jersey!.

-¡Te extrañé, bestie!-dijo recomponiendose un poco con lágrimas en sus ojos-¿Que te trae por aquí?.

-Lo sabrías si atendieras el teléfono.

Con algo de esfuerzo, Yoongi logró entrar a la imitación de poste de luz en el apartamento y tumbarlo en el sillón de la sala.

El pelinegro debió haberse visto venir el estado de su amigo. NamJoon, el forever alone del grupo, solía emborracharse en fechas como esas porque sostenía que las grandes empresas querían su maldito dinero con la excusa de fechas importantes y que él no caería en eso. Además, era de esas personas a las cuales le iban mejor solos que mal acompañados. Él solo era alguien que esperaba el amor, no lo buscaba ni forzaba. El sostenía que solo debía aparecer y ya, por eso prefería estar acompañado de una botella de soju hasta ese entonces.

-¿Y el idiota de Hoseok?-preguntó Yoongi, interrumpiendo las canciones imaginarias que NamJoon interpretaba.

-El... Y yo...

-¿Follaron?.

-¡No!-gritó-Solo se fue a... no sé.

Yoongi rodó los ojos. Era tonto por querer hablar con un ebrio que de seguro había comenzado a beber un chupito de wiskey de desayuno.

Tratando de adivinar para donde se podría haber ido su amigo cuerdo, Yoongi se sentó en el sofá junto a NamJoon. Apenas eran las once de la mañana y Jennie se suponía que volvería a las tres de la tarde. Tenía cuatro horas para planear un algo de ensueños y no sabía por donde empezar o que carajo hacer. Si bien podía ser tiempo suficiente, el tiempo era oro. Y empezaba a entrar en desesperación por tener la mente en blanco, tanto que tomó la botella de vidrio verde de NamJoon y le dio un largo sorbo.

-¿No que apenas eran... las diez se la mañana?-el mayor alzó una ceja.

-Que son las once-corrigió-Y dejame. Estoy desesperado.

-Se nota... tu nunca bebes-eruptó-Uh, perdona. ¿Que es lo que te passssa?.

NamJoon pasó su grueso brazo por los hombros delgados de Yoongi y le dio una palmada fuerte, tanto que creyó que todos los órganos de su caja torácica saldrían volando hasta Marte.

Sabiendo que era inútil hablar con un borracho, Yoongi aun así respondió. -Es san valentin y no se que darle a Jennie.

-Tu corazón.

-Eso ya lo tiene...-sonrió.

-Entonces un riñón, por las dudas.

-Creo que después de hoy tu serás el que necesite uno. Pero por ahora no pienso traficar ningún órgano a nadie. Necesito alguna idea romántica.

NamJoon hizo una pose pensativa, pero inmediatamente alzó su índice.

-¡Ya sé! ¡Un oso gigante!.

-Woah...-Yoongi anotó la idea mentalmente. Ese Plan C no estaba nada mal-Quien lo diría, para estar ebrio tienes buenas ideas.

-¡Puedes comprar el oso más grande de todo Seúl y decir algo como «ni este oso es tan grande como las ganas que tengo de follarte esta noche»!.

Bueno, frase descartada, pero lo del oso no iba por mal camino. De hecho era lo más útil hasta ahora, pero aún así Yoongi tenía la impresión de que no era suficiente.

-¿Que más podría hacer?.

NamJoon hizo una pose otra vez. -Que tal si... No sé, la llevas al cine.

Buen Plan D se dijo Yoongi. Aunque de golpe recordó que de seguro miles de parejas irían al cine y era muy poco probable que consiguiera unas buenas entradas para una buena película en un buen lugar.

-¿Y...?

-¡Vean cincuenta sombras de Gray! Podrían hacer su propia versión más tarde: Cincuenta sombras de Min.

Yoongi decidió ignorar el comentario.

-¿Se te ocurre algo más?.

-¡Llevala a la Luna!.

-Algo más realista, NamJoon.

-Llevala a comer.

Una vez más, como esa era de las ideas más comunes supuso que no conseguiría lugar en ningún lado. -¿Otra cosa?.

-¡Llevala al mar!-chilló.

Era un buen Plan E. Aún así, seguía sintiendo que nada era suficiente para una persona como Jennie. Tal vez NamJoon tenía razón, Yoongi debía llevarla o comprarle la luna porque eso era lo mínimo que ella merecía.

Con algo de frustración, se levantó del sillón y se asomó a la ventana. Estaba seguro que había miles posibilidades de citas para San Valentin pero ni una le parecía convincente. Lo único que quería era hacer feliz a Jennie y sentía que lo único que hacía era decepcionarla por no ser el típico novio de película que todas deseaban tener.

NamJoon, algo más tambaleante que Yoongi, también se levantó y fue hacía la ventana. Comenzó a mirar tan fijamente al pelinegro que él tuvo un escalofrío. Antes de que él pudiera decir algo, NamJoon le detuvo.

-¿Tu culo es tan blanco como tu cara o qué?.

Yoongi logró lanzar una risilla. -Estoy perdido, NamJoon. No se que hacer.

-¡Love yourself, Yoongi! ¡Love yourself!.

-De que me sirve esa mierda si no puedo quererla como ella se merece...-murmuró-Creo que lo mejor sería parar con todo esto. No sirvo para planear citas extraordinarias ni para ser un novio de película Disney. No sirvo para nada realmente y una nada como yo no se merece a Jennie. Entendería si después de hoy ella se diera cuenta de eso...

NamJoon miró a su amigo con algo pena y mucha furia. Una parte de el quería darle un fuerte abrazo para echarse a llorar por segunda vez cual magdalena y la otra -la más ebria- quería darle con la botella de Soju en la cara por idiota. Ni borracho podía creer que Yoongi se tratara así a si mismo. Como había dicho antes, el Love Yourself ante todo y su amigo no seguía eso ante nada. Si Jennie realmente le amaba, debería aceptar a Yoongi tal y como es, con su grado de idiotez y todo. Si no, ella era quién no valía la pena.

A lo lejos unos aplausos se hicieron presentes. Yoongi y NamJoon se dieron la vuelta para ver a Hoseok sentado en el sillón donde ellos habían estado antes. Ninguno de los dos le escuchó entrar.

El pelinaranja fingió secarse una lágrima ante las palabras de Yoongi que acababa de escuchar. Con cautela, se acercó hacía el y puso una mano en su hombro. -Hombre... Eres un idiota.

El menor hizo una mueca. Iba a preguntar donde carajo él se había metido, pero al ver unas botellas nuevas de Soju en la cocina supuso que había ido a comprar. Y que iba a montar una fiesta.

Hoseok, el bien llamado "gurú del amor", llevó a Yoongi a su habitación y dejó que se recostara en su cama, como si fuera un paciente y el fuera un psicólogo. NamJoon, con tal de no quedar al margen, también fue con ellos con una nueva botella de alcohol en la mano.

Yoongi -aunque le fuera exagerado fingir ser un paciente de alguien que ni matriculado estaba- le siguió el juego a su amigo. Le contó todas sus penas mientras Hoseok asentía y anotaba cosas en su inexistente libreta. Finalmente, llegó a la conclusión más real de todas.

-Eres un puto imbécil-le dijo en seco-¿Como Jennie va a dejar de quererte porque no sabes organizar una cita de cuentos de hadas? Reacciona. Te mereces todos los insultos posibles a ver si caes en cuenta de lo tonto que eres.

NamJoon, quien estaba se sobra como ventilador en el ártico, comenzó a enumerar todos los insultos que se le venían a la mente y comenzó a googlear más. -Bobo, idiota, cabrón...

-Si realmente quieres armar una cita hazlo, pero que sea a tu manera y solo si tu quieres. No puedes subestimar a Jennie como si fuera una princesa que vive en una nube de rosa. Recuerda que ella es un Yoongi sin pene, osea, aburrida como tú. Tienen demasiado en común así que dudo que sea lo que sea que eligas esté mal para ella. Como dicen, lo que importa es la intención.

-Pendejo, Yao Cabrera, سخيف, कमबख्त...

-Así que si realmente quieres hacer algo este San Valentin ten en cuenta que debe ser algo que salga de tu corazón y no con tal de cumplir las expectativas del mundo. No puedes quedar bien con dios y con el diablo. Solo debes hacer algo para tu novia, nada más. Después de todo es el día de los enamorados. Es la oportunidad que todos tienen para demostrar cuan enamorados están de la persona que tienen o quieren tener a su lado.

Yoongi meditó despacio las palabras de su amigo mientras NamJoon seguía diciendo insultos en turco. Hoseok tenía razón, el fin de todo esto era demostrarle a Jennie cuanto la amaba sin importar que acción haya de por medio. No debía ser una salida en carruaje ni tampoco debía traerle la luna. Solo debía hacerla sentir querida y especial, no sólo ese día, sino todos los restantes.

Con determinación, se levantó de la cama y corrió hacia el armario de Hoseok. De allí sacó dos trajes; uno Yoongi se lo guardó y el otro se lo tiró al único de sus amigos que no estaba ebrio.

-¿Que...?

-Ve a buscar a Jennie por mí en la estación de metro a las tres. Ponte esto y finge ser elegante, por favor.

Hoseok entrecerró sus ojos. -Esta bien. No se que diablos estas tramando pero te apoyaré.

-¡Yo también te apoyaré, Hobi!-dijo NamJoon dándole un sentido literal a la frase, parándose detrás de su amigo.

Yoongi se tensó. No porque no le agradara el "gay panic" de Hoseok, sino que la tensión sexual ya comenzaba a palparse en el aire y no quería ver nada que fuera clasificado para mayores de edad aún.

-Llevala a la la dirección que te enviaré en un rato... Nos vemos.

Al ver como NamJoon acariciaba el bulto de su amigo Yoongi se echó a correr como nunca en su vida. Cuando llegó a la puerta, se atrevió a dar un vistazo hacia atrás. La puerta del cuarto de Hoseok estaba abierta y pudo ver perfectamente como ambos se besaban en la cama donde Yoongi había estado minutos antes.

En ese instante, supo tres cosas.

La primera que el amor había llegado finalmente para NamJoon.

La segunda que era obvio que ellos dos terminarían juntos ya que no era la primera vez que esa tensión estaba presente, pero de seguro sería la última.

Y la tercera que planificaría el día ideal para Jennie al estilo Yoonnie (Yoongi + Jennie para los amigos). Nada de citas con unicornios ni de cosas empalagosas. Jennie no se merecía una cita, sino un día entero y Yoongi le daría uno de los tantos que quería pasar con ella.

A partir de ese momento, para Yoongi, el San Valentin no existía. Ahora era jour de la Saint Yoonnie.

***

Aún sabiendo la existencia de ese alguien, le seguía siendo raro creer que su tía cumpliera años en San Valentin. Era como cumplir años en navidad o el día de acción de gracias. Simplemente raro.

Luego de una mañana en la casa de su tía festejando su cumpleaños número treinta y ocho, Jennie al fin pisaba Seúl luego de un par de horas en Hongdae. Realmente deseaba relajarse lo que le quedaba del día. Y esperaba que su novio se haya acordado de recogerla a la hora que habían acordado.

Esperó unos diez minutos y no apareció. En vez de estar molesta o algo por el estilo, sonrió. Supuso que su novio se había quedado dormido o algo así y en vez de enojarse se imaginó lo tierno que él era durmiendo. Con esa imagen en mente, cualquier enojo de desharía ante tanta ternura.

-¡Jennie!-se oyó a lo lejos.

Por un momento la castaña pensó que se trataría de su novio, pero aquella era una voz muy aguda para ser de Yoongi. Con la miraba buscó de quien se trataba y terminó por ver a Hoseok en su auto negro, sacando medio cuerpo por la ventana mientras la miraba sonriente y agitaba su mano a los lados, saludándola. Ella no dudó en correr hacia el auto.

-¡Hobi!-chilló al verle-¡¿Que haces aquí?!.

-Este humilde joven ha de ser su chofer personal, my lady-dijo exagerando un tono formal con reverencia y todo. Como eso no era lo suyo, chasqueo su lengua-Bueno, estoy aquí porque tu novio me envió.

Jennie se subió al asiento del copiloto y abrochó su cinturón. -Oh... ¿A pasado algo malo? ¿Porque no vino él?.

-No, no, no. Nada malo querida. Sólo... Bueno, te imaginarás. Sabes que día es hoy ¿no?.

La castaña asintió. -Entonces... ¿A preparado algo para mi?

La mirada de Hoseok lo dijo todo.

Jennie no pudo ocultar su sonrisa de gomita al pensar en la posibilidad de que Yoongi hubiera pensado en ella para hacer algo ese día. Debía decir que se conformaba con dormir junto a el un rato y comer algo el otro, pero no pudo evitar sentirse ansiosa y especial. Yoongi no era de planear citas o cosas de ese estilo. Y que lo esté intentando sólo por ella era algo que valía montones y que la llenaba de felicidad.

-¿Sabes que ha pensado?-no se aguantó a preguntar.

-Exactamente, no. Pero estoy seguro de que te va a gustar... Si te gusta ese amargado de Yoongi, te va a gustar cualquier cosa.

Jennie río sabiendo que la misma forma en la que su novio se comportaba con ella no era la misma que con sus amigos. Iba a acotar algo, pero luego se dio cuenta de algo.

Y no hablaba del traje que su amigo.

-Hobi... ¿Porque traes un chupetón?.

El mayor le sonrió coqueto y le guiñó uno de sus ojos.

-Te lo diré cuando seas mayor.

-¡Pero si tengo diecinueve, oppa!.

-Mayor de veintiuno, my lady.

Jennie bufó en su asiento. Hoseok podía ser malo a veces.

***

Estaba tan cansada que cuando tenía media hora de viaje en el auto de Hobi, Jennie cayó dormida en su asiento. Una ajetreada mañana con sus familiares la había dejado exhausta ya que la familia Kim era demasiado activa. Lo último que vio antes de sentir sus párpados pesados como el plomo fue una inmensa ruta que, cuando despertó, fue reemplazada por la vista del mar.

Aturdida por eso, Jennie dio un tierno bostezo que sirvió para decirle a Hoseok que ya se había despertado. Con sus ojos un poco más hinchados de lo normal y su cabello enmarañado preguntó: -¿Donde estamos?.

-En Busan, Jennie.

-¡¿Que qué?!.

Jennie siempre había querido visitar las playas de Busan. Siempre. Pero por una cosa o por la otra jamás pudo viajar hasta allí... Y ahora tenía la playa enfrente de ella. Solo el vidrio del auto la separaba de ver directamente las olas chocar contra la arena.

Tratando de despabilarse, se quedó admirando aquella kilométrica vista hasta que por fin llegaron a destino. El auto negro de Hoseok paró frente a una bonita y antigua casa de playa.

¿Acaso Yoongi le estaba esperando... allí?.

-El esta allí-dijo Hoseok, como si escuchara sus pensamientos-Baja. Mi labor aquí ha terminado... Que va, no sirvo para ser formal. Ve y cómele la boca de una maldita vez.

Jennie asintió conforme, tomó sus cosas y bajó del auto de su amigo. Como si esa fuera la luz verde para irse, Hoseok arrancó el auto y siguió la ruta que había tomado antes.

Jennie, por su parte, solo se paró a ver aquella casa. Por fuera se notaba que era antigua, como si algún abuelo o abuela hubiera estado allí por mucho tiempo. Era una casa de madera, con arena en lugar de tierra y un bonito camino de piedra que esperaba ser cruzado. Jennie se quitó sus sandalias y comenzó a andar hacia la puerta, dejando que la arena se infiltrara en sus pies. Le relajaba.

Una vez que llegó hacia la puerta oscura, dio dos toques en esta. No tuvo que esperar a que le abrieran, ya que la puerta estaba abierta. Con mariposas siendo liberadas en su estómago, abrió la puerta y se abrió paso en la casa.

Se mordió el labio al ver lo primero que estaba en su vista. Había un oso de peluche con un ramo de rosas a su lado. No dudó ni un segundo en mirar a Nini -si, ya la había puesto nombre al oso- y en ver la tarjeta que las rosas traían consigo.

" En la terraza esta tu verdadero regalo de Saint Yoonnie... ¿Creías que el día sería de ese tal Valentin? Te equívocas, Jendeuk. El día sólo es de nosotros y quiero demostrartelo

Atte: Tu novio, el puto amo,
Min Yoongi "

Jennie se mordió el labio inferior mientras abrazaba fuertemente a Nini y contenía unos cuantos gritos de emoción. Sin querer esperar mucho, buscó la escalera más cercana y se encaminó hacia donde creyó que Yoongi debería estar.

A paso lento y nervioso subió escalón por escalón, llegando a la cima de la antigua casa. Lo primero que recibió a sus espaldas fue un cálido y conocido cuerpo. Luego, unas manos que cubrieron sus ojos antes de que pudiera ver algo de lo que ocultaba allí.

-Adivina quien soy-dijo una voz ronca.

-¡Yoongi!.

-Casi, pero no.

-Mmm...-Jennie fingió pensar-Ya sé, ¿oppa?.

Finalmente, el mayor sacó sus manos de los hermosos ojos de su novia. Yoongi amaba ese apodo solo si Jennie era quien lo decía. Esperó que ella mirara todo lo que él había preparado en la terraza con solo un par de horas a disposición, pero Jennie volteó a verlo a él. Casi se le cae la baba al ver a su novio con un esmoquin que le quedaba tan bien que estuvo dudando si dejarselo puesto o no de lo caliente que se veía.

Su primer impulso fue besarlo y eso era lo que Yoongi necesitaba para seguir respirando. Tomó la nuca de Jennie y la atrajo aún más hacia él, también enredando su mano en su pequeña cintura mientras ella tomaba su cuello. Ella todo lo que necesitaba para vivir y lo comprobaba a cada instante que pasaba con ella.

-Feliz Saint Yoonnie, Jendeuk-dijo Yoongi jadeoso, cuando acabaron de besarse.

Jennie no pudo más. No se resistió y acabó por besarlo de nuevo.

-Feliz Saint Yoo... ¡¿Acaso eso es una tele gigante?!.

Yoongi soltó una risilla al ver que Jennie por fin se dio cuenta de las cosas que había preparado para pasar lo que quedaba del día allí, en la casa de playa que le había heredado su abuela, la señora Min.

Como quería pasar el tiempo lo mas cómodo posible, Yoongi trajo su televisor de Seúl junto a varias cosas mas. La terraza tenía una consola con los juegos ochenteros favoritos de Jennie, una barra con un par de bebidas de todo tipo, comida chatarra a montones, un colchón improvisado y más.

Con eso ambos se sentían cómodos. No necesitaban pasar la noche en un restaurante caro para tener una noche especial. Entre ellos, todas las noches eran especiales y esta quedaría para la historia ya que Yoongi por fin iba a jugar Mario Bross, el juego que Jin le había contagiado a Jennie.

Cuando la castaña se dio cuenta que el juego estaba disponible se desplomó en el sillón a jugar, con una coleta improvisada enjaulando su pelo y con una gran bolsa de nachos.

-Yoonnie, juguemos... ¿o tienes miedo que tu novia te gane?.

Yoongi alzó una ceja, retándola, y fue a sentarse con ella. Definivamente, en la ronda por ver quién perdía primero Jennie fue la que menos perdió. Así que eso la convertía en la ganadora.

El peligro contuvo una sonrisa al verla así de feliz. Definitivamente, cualquier plan era perfecto para la noche, pero al ver la sonrisa de gomita que tanto amaba no pudo hacer menos que decirse que lo que hizo fue lo correcto. Fue muy ellos, muy Yoonnie.

En cuanto Jennie dejó de dar vueltas para mirar por el balcón la vista del atardecer, Yoongi supo que era el momento perfecto para hacer él regalo. Del bolsillo de su chaqueta sacó el collar que le había comprado a su novia y lo puso delicadamente sobre su cuello. En cuanto la castaña sintió algo frío en ella, no pudo evitar ahogar un grito.

-Es un collar que...

-¡Oh por dios, Yoongi!-Jennie corrió y urgió en su mochila.

Del bolsillo de esta sacó otro collar, igual al que ella había recibido y que también le estaba por obsequiar a su novio.

Era un collar redondo que podía exhibir la palabra "te amo" en cien idiomas diferentes. Jennie también lo colocó en el cuello de Yoongi.

Ahora ambos lo tenían.

-No puedo creer que también lo hayas comprado...-susurró Jennie, abrazando a su novio. Se sentía muy feliz.

-Yo no puedo creer que lo hayas hecho. Realmente eres la mujer de mi vida, Jendeuk.

Jennie se mordió el labio una vez más al escuchar a su novio. No le quedaban dudas de lo mucho que él le encantaba.

Con impaciencia comenzó a besarle mientras enredaba sus piernas en la cintura de Yoongi. Él afirmó aún más el agarre y tiró todos los nachos que estaban en la mesa para poder poner a Jennie allí.

-El traje te quedaba genial...

-¿Quedaba?

Sí, quedaba. Jennie desató el nudo de la corbata dispuesta a sacarle todo el traje completo si era posible.

-Jennie...-murmuró Yoongi, entendiendo lo que su novia buscaba.

El problema estaba en qué el ya había planeado algo más para ese entonces.

-Shhh.

La castaña comenzó a besar impacientemente la barbilla de su novio para luego descender hacia su pecho y terminar en la parte baja de su estómago. Yoongi suspiró fuertemente cuando Jennie sacó su erecto miembro de su boxer y gimió cuando lo sintió en la boca de ella.

El mayor se mordió el labio al punto de hacerlo sangrar. No podía contenerse al sentir su miembro allí, siendo chupado y succionado por la persona que más quería y por la que se había estando esforzando todo el tiempo. Cuando estuvo a punto de venirse, volvió a subir a Jennie a la mesa y Yoongi comenzó a devorarla literalmente. Besó sus labios, su mandíbula y su cuello. Lo mordió al punto de estar seguro de dejar marcas luego y pasó su lengua por el inicio de sus bellos senos dejando que su novia se deshaga en gemidos, de esos que tanto amaba.

Estuvo a punto de meter su miembro en ella cuando ambos sintieron la puerta principal abrirse. Yoongi guardó a su amigo rápido, Jennie se subió las bragas a la velocidad de la luz y sus amigos aparecieron por la puerta de la terraza.

-¡Sorpresa!-gritaron todos, pero sus tonos fueron disminuyendo al ver el estado de los novios.

Ambos tenían el cabello revuelto, marcas en sus cuellos, los labios hinchados y la ropa notablemente desacomodada.

-No han estado intentado fabricarme un sobrino... ¿O sí?.

-¡No quiero ni un bebé naciendo en noviembre!.

Todos rieron ante los comentarios de NamJoon -quien parecía menos ebrio- y de Hoseok. Ellos vinieron acompañados por Jimin, Rosé, Jungkook, Lisa, Jisoo y Jin. Toda la pequeña familia completa. El fin de eso era terminar de pasar el día de "saint yoonnie" con todos sus seres queridos en aquella casa de playa. Yoongi había planeado aquello, por lo que intentó frenar a Jennie desde un comienzo pero la tentación le pudo mucho más.

Los protagonistas del día estaban sonrojados cuando todas las miradas de las parejas fueron a parar a ellos. Se notaban los chupones en el cuello de Jennie y Yoongi la tenía parada aún.

Hoseok alzó una ceja sin dejar de verles. -¿Que es lo que tienes en el cuello, Jendeuk?.

-Te lo diré cuando seas mayor-devolvió.

-Esa es mi niña... No taan niña.

Ignorando la escena porno que casi todos presencian, los amigos se prepararon para un brindis para celebrar el final del día. Llevaron sus copas, una botella de Soju y fueron junto al mar. NamJoon les sirvió alcohol a todos y una vez hecho eso, todos alzaron sus copas.

-Feliz día de Saint Yoonnie-dijo Yoongi.

-¡Feliz día de Saint Yoonnie!-repitieron todos, chocando sus copas.

A modo de festejo, Rosé nalgeó a Jimin.
Lisa abrazó a Jungkook.
Jin besó fuertemente a Jisoo.
Y Hoseok le dedicó una mirada cómplice a NamJoon, que decía muchas cosas no catalogadas para menores de edad.

Jennie le dio un fugaz beso a Yoongi. Ambos estaban completamente felices.

Y también, la castaña le dio un cariñoso manotazo al miembro de su novio, diciendo que aún no habían terminado su "asunto pendiente".

Yoongi sonrió cómplice. El día se había acabado, pero aún quedaba la noche del Saint Yoonnie. Y esa, sin dudas, sería la noche más agitada de todas.


ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
Fin.
Gracias por leer esta
poronga Jajaja

Y feliz San Yoonnie

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top