Locura Animal parte 1

Algunos dirían que las locuras para ellos 5 comenzaron recién cuando fundaron la pandilla… O no señor…

La locura ya los venía siguiendo desde que eran unos infantes… lo gracioso es que ellos sabían acoplarse a estas situaciones y salir ilesos (para un buen susto de los adultos que se preocupaban por ellos).
Aunque sin duda una de las mejores anécdotas sería cuando fueron adoptados (por así decirlo) por una Osa y una Leopardo, luego estas les buscaron y ellos les ayudaron a dar a luz…

Pero para entender esto mejor vamos al tiempo en el que todo esto sucedió.

Fue cuando tenían 9 años que habían ido de excursión al bosque para acampar, todos debían de seguir una ruta marcada por los guardabosques ya que si se adentran mucho en el lugar podrían perderse.

Todo iba bien, estaban en el sector de camping haciendo lo que los profesores les pedían, pero en un momento un grupo debía de separarse para buscar leña.

Entre ese pequeño grupo de alumnos iban Kazukuma y Wakasa.

-¿Waka crees que esto es suficiente?-pregunto Kuma a su amigo mientras le mostraba las ramas.

-Creo.. preguntamos al guía- dice el jovencito pero en eso se queda quieto con los ojos bien abiertos.

-¿Waka? ¿Que paso?-pregunto Kuma, eran raras las veces que el de pelo claro se ponía así.

-Shhhh..-le hace un gesto el. Entonces con lentitud se da vuelta y va hasta unos grandes arbustos, cuando se acerca los corre pero no habia nada.

-¿Porque hiciste eso?-pregunto curiosa ella.

-Crei escuchar a un animal…-contesta el, luego de eso los dos agarran la leña y se van.

Lo que no sabian, era que Wakasa no estaba equivocado.

Ya que, entre unos arbustos más atrás, estaba escondido un animal que no pertenecía para nada a la zona de japón.

Tiempo más tarde…

Todo transcurría con aparente normalidad, pero Wakasa sentía algo.

Era una sensación extraña.

Como si fuera a ocurrir un suceso.

Por eso no dudo en decirles a sus cuatro amigos.

-¿Eso tiene que ver con lo de hoy?-pregunto Kuma, haciendo referencia a cuando juntaban leña.

-Si, creí haber visto algo…- expresa el.

-Bueno… habrá que estar alertas- dice Takeomi suspirando, si había algo que aprendió es que el instinto de Wakasa muchas veces tenía razón.

Y ciertamente era así, porque la comida comenzó a desaparecer.

Mientras los guardabosques investigaban, los chicos trataban de calmar a Wakasa quien estaba un poco histérico y nervioso.

-Enserio… siento que algo anda muy mal…- dice el.

-Oigan… miren esto…- dice Takeomi mirando entre los arbustos, los otros cuatro van y notan algo…

Eran resto de algo rojo…

Sangre.

Y huellas.

Los 5 se miraron…

Debian de avisar a los adultos.

Pero Wakasa siente algo y se aventura un poco más.

-Espera Waka- grita Kuma y lo siguen.

-Chicos… son huellas de llantas…- dice él, se había adentrado y poco y los noto.
Algo muy raro pasaba…

-Tengo una idea… vamos a dejarle una nota a los adultos y seguimos el rastro- propuso Shin.

La verdad ninguno tenía miedo por más raro que parezca.
Así que optaron por seguir la idea.

Kazukuma había llevado hilos de lana y los dejaba por donde pasaban para no perderse (estos quedaban enganchados o atados para que no se cayeran o los llevara el viento).
Siguieron el rastro de huellas de neumáticos y sangre, hasta llegar a una cueva.

-Hmmm me pregunto qué haré contigo…- dice un hombre con ropas de cazador mientras se curaba la herida en su brazo. El Oso frente a él le gruñe en respuesta, mientras trata de salir de la jaula en la que estaba.

A unos pocos metros de ambos estaba otra jaula un poco más pequeña con la Leopardo que se había escapado previamente la cual había sido recapturada.

-¿Cazador furtivo?- susurra Keizo.

Y si. Era uno.

-¿Él había traído al leopardo hasta aquí?- susurra Shinichiro.

Ellos sabían que japón ciertamente no era el hábitat natural de un felino grande como ese.
Aunque del oso si…

Pero eso no era excusa para estar en una jaula casi de su tamaño y lastimado.

Niños normales llamarían a un adulto, la policía o algo.
Niños normales tendrían miedo.

Pero estamos hablando de estos 5 que pueden llegar a ser peores que los demonios…

Decidieron esperar un poco, analizar el lugar a su alrededor.
Los dos animales enjaulados notaron la presencia de los pequeños humanos allí pero por alguna razón no hicieron algo que evidenciara que había alguien más allí.

En un momento el cazador decide ir más al interior de la cueva [donde tenía sus cosas] dejándolos a solas.

Fue en ese momento que los chicos salieron de su escondite.
Wakasa como el niño felino que era se movió con agilidad y busco, donde había visto que las dejó, las llaves de las jaulas.

-Para ser cazador furtivo es muy confianzudo- susurro Takeomi mientras ayudaba a Kuma a abrir la jaula del oso, el cual no les atacó.

-Shh tranquila…- dice Kuma mirándole a los ojos. Al verles bien a ambos animales supieron que eran hembras.

-Creo que ella necesitará atención médica…- dice Shin, quien junto a Keizo liberaron a la leopardo que estaba herida de una pata.

-Chicos ahí vienen…- apura Wakasa.

Se miran y ayudan a los animales a moverse… justo cuando…

-¿¡Que mierda!? ¡Ustedes no escaparan!- dice el cazador al verlos.
Pero en un momento rápido Waka, quien estaba más cerca, le da una patada… en sus partes bajas.

Una vez en el suelo, y recuperando el aire, el tipo los ve con impresión.

-Mocosos ustedes están en problemas- dice el hombre un poco asustado y retrocediendo mientras buscaba con la mirada su pistola o algo.

-O no señor… ustedes están en problemas- sonríen dulcemente los cinco, detrás de ellos tanto la Osa como la Leopardo gruñeron.

El cazador estaba jodido.

Tiempo más tarde…

Habían estado buscando rastro de los 5 infantes y pudieron encontrarlo gracias a los pedazos de hilo que Kazukuma había dejado en los árboles y arbustos.

Los maestros y los guardabosques se quedaron entre aliviados (porque los cinco estaban bien) y sorprendidos al encontrar la bizarra escena frente a ellos.

En la cueva, había una osa y…. ¿Era un leopardo?
Bueno la cuestión es que estaban echadas protegiendo a los 5 que estaban tapados con una manta.
Tanto ellos como los dos animales estaban durmiendo.

Mientras a unos pocos metros el cazador estaba encerrado en la jaula sentado en posición fetal murmurando cosas como: "infantes del demonio" "ya dejare esta profesión" entre otras.

Esa misma noche los guardabosques y las autoridades se llevaron al cazador para arrestarlo.
Mientras, los maestros tuvieron que dejar que sus cinco alumnos durmieran toda la noche con los animales, ya que cuando intentaron acercarse para sacarlos de allí, los dos o mejor dicho, las dos hembras les gruñeron en señal de que no dejarían que los tocaran.

Al otro día pudieron liberarse y debían despedirse de sus dos amigas ya que las llevarían al zoológico donde veterinarios y demás las tendrían en observación y de paso tal vez darles hogar.

-Por lo menos podremos visitarlas- dice Shinichiro mientras iba en el autobús de regreso a la "civilización".

-Si, aunque admito que fue cómodo dormir cerca de ambas- ese fue Wakasa.

-Yo solo espero que en el zoológico las traten bien- expresó Keizo mientras ayudaba a Kazukuma a trenzar su cabello.

-Por alguna razón siento que no será lo último esto…- susurra Omi para sí mismo.

Y cuánta razón tenía.

Porque unos meses más tarde…

Otra locura animal pasaría.

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