"Tienes que obedecer. Esta es la única manera"

"Solo yo tengo la razón"

"Se una buena hija y deja de molestarme"

Desde que aprendió a leer y escribir su padre la mantuvo estudiando constantemente, su madre no hacía mucho. Para ella, cuanto menos su hija le hablara era mejor.

Nunca celebró un cumpleaños, porque era una pérdida de tiempo.

Nunca se le permitió jugar con sus vecinos de la misma edad, porque era una pérdida de tiempo.

Kazukuma era una niña demasiado introvertida y antipática para su edad, pero eso no significaba que no tuviera un buen corazón.

Pero estaba harta de escuchar gritos por la noche cuando su padre estaba en casa y a eso sumemos el hecho de que a los 8 años debía soportar el abuso de sus compañeras de escuela.

Todas las niñas siempre le evitaban por parecer emo con su cabello negro largo y un mechon cubriendo uno de su ojos y casi la totalidad de la mitad de mi cara, tambien le molestaban por ser la favorita de los maestros debido a que le hiba bien en todas las materias.

Si supieran que eso ella no lo quería.

Que estaba obligada a hacerlo….

Pero todo cambió una tarde cuando ella salía de clases particulares de inglés, se supone que su madre debería de haberla ido a buscar pero siempre estaba ocupada con el trabajo.
De la nada una camioneta se detuvo frente a ella y unos hombres bajaron de ésta.
Ella sabiendo que podría pasar (debido a que habían hablado en las noticias de estos casos) se me echó a correr y a gritar pidiendo ayuda, pero al parecer o no había nadie en la calle o solo la ignoraban.
En un momento los hombres la alcanzaron y la agarraron pero antes de que se la llevaran uno de ellos había sido derribado de una patada en el estómago, el que la sostenía sería derribado al suelo mientras ella era liberada de su agarre.

¿Sus salvadores?

Cuatro niños de su misma edad.

Sano Shinichiro, Akashi Takeomi, Imaushi Wakasa y Arashi Keizo se volvieron sus primeros y únicos amigos.
Descubrieron que iban a la misma escuela aunque nunca entendieron como no se habían cruzado antes.

Los cinco se complementaban perfectamente y fue que con 10 años a Kuma le dieron la noticia de que tendría un hermano menor y sus amigos también los tendrían.
Ella entusiasmada cosió unas mantas para cada uno.

Y cuando por fin llegó el día…

Ella estaba maravillada

Era tan pequeño…. Con unas peluzas negras en su cabeza y sus mejillas rojas…

Kazutora era toda una ternurita, aunque Manjiro, Haruchiyo y Senju tampoco se quedaban atrás.
Muchas veces Keizo y Wakasa los ayudaban a cuidarlos, después de todo eran como una familia.

Con el paso del tiempo y debido a un incidente decidieron fundar su propia pandilla
A la cual llamarían Black Dragon….
Y ella diseñó los uniformes y la bandera

Dentro de la pandilla era "Shadow Dragon" líder del Escuadrón de Espionaje y Detención, sólo la primera generación y los líderes de la segunda sabían que ella era mujer, las demás pandillas de ese tiempo pensaban que era un chico y las generaciones que siguieron ni enterados de su existencia.

Pasaron por cosas buenas y malas. Y aunque todo parecía estar bien… Aun así, los chicos decidieron retirarse…
Sentían que ya debían darle lugar a las generaciones… Que su tiempo ya se había terminado.

Y en la primera semana blanca de su retiro se enteró por Wakasa que Takeomi había logrado encontrar a Haruchiyo pero él… no era el mismo niño dulce que habían criado (todo gracias a su padre).

Luego de eso cada uno buscó una manera de ganarse la vida mientras siguen cuidándose entre sí y a sus hermanos.
Fue uno de esos días donde Kuma conoció a Akane, sintió inmediatamente algo hacia la rubia… bueno ella y los chicos.

Akane era como el sol para ellos cinco, debido a que habían quedado bastante rotos a pesar de que no se notara.

Los seis.. Juntos... Estaban completos.

Pero…

Para Kazukuma las cosas no iban tan bien en su casa, muchas veces logró escaparse de la casa llevando a Tora a otros lugares para que pudiera ser un niño normal…

Entonces llegó el incendio que dejó a Akane en coma.

Luego Izana salió del reformatorio este tomó el mando de la octava generación pero descarrilaron lo que era Black dragons y para colmo el pequeño Seishu era su mano derecha. Las cosas han caído cuesta abajo desde ahí….

Cuando cumplió la mayoría de edad estaba decidida a buscar una casa y así poder tener la custodia de su hermano. Ya para ese momento los chicos querían ayudarla, pero no quiso... Casi perdieron a Akane…

Además, había algo sobre su padre que le daba mala espina por lo que no los quería involucrar.
Con veinte años estaba cerca de cumplir su objetivo, solo faltarían las pruebas de violencia y negligencia y listo.
Tora sería feliz, no debería volver con miedo a casa.

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Todo fue tan rápido…

No había llegado a reaccionar, que algo o alguien la tenía agarrada de los brazos.
Intentó patear pero también le sostuvieron las piernas y le taparon la boca.

Aun así siguió luchando pero no logró liberarse…

No pudo. No entendía como antes se había librado de cosas peores pero ahora no podía hacer nada.

Sintió cómo le agarraban el cuello y se lo apretaban… de a poco el aire comenzó a escasear.

La impotencia de no saber lo que pasaba.

El dolor de sentir la cadena de su collar pegándose a su piel.

Sus oídos comenzaron a zumbar y su vista borrosa al casi no poder respirar.

Tal vez si le hubiera dicho a los chicos...

Tal vez si hubiera actuado antes...

Le hubiera gustado ser la maestra de los niños así como lo fue por un breve tiempo de Izana...

Le hubiera gustado ver crecer a Tora y sacarlo de ese lugar...

Le hubiera gustado visitar una vez más a Akane y estar con los chicos como en antaño...

Pero ya es tarde…

"Tranquila Kazukuma-chan, estás en buenas manos"