🍸 C H A N Y E O L 🍸

[ NOVIEMBRE 27 ]

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—Menos mal estás aquí. Baekhyun dijo que iría a traerte de una oreja sino llegabas en media hora.

—Y no lo dudo —digo suspirando y rodando los ojos.

Junmyeon me abre la puerta del taxi. Vino a cerciorase de que no me arrepienta a último momento y vuelva a casa; aunque según él, es porque hubo "problemas con la entrada", vamos directamente a la zona VIP.

Probablemente Baekhyun esté histérico. Tengo nueve llamadas perdidas y mensajes amenazantes que no quise leer. 

—¡Estamos en el segundo piso! —intenta hablar fuerte, pero no logra hacerse entender muy bien. Así que simplemente me guía.

Las luces azules y rojas me ciegan levemente. Nos abrimos camino entre el tumulto de gentío que no se mide en sus movimientos; me pegan y pisan varias veces. Exhalo pesado. Me recuerdo a mí mismo que hago esto por mi amigo.

Baek, en palabras de Junmyeon, "jodió y jodió todo el jodido mes", haciendo los preparativos de la fiesta sorpresa de su reciente novio –llevan 3 meses−. Chanyeol me cae bien, es un buen tipo, lo ama. Cosa que agradezco. Mi amigo no ha tenido muy buenas experiencias y él se merece lo mejor. 

Sin embrago, no quiero estar aquí, no me interesa en lo más mínimo conocer a sus amigos.

Habría pasado casi desapercibido, de no ser porque fui puesto en evidencia, cuando Baek gritó: —¡Llegó Minseok!

Entre decidir si venir o no, había llegado dos horas tarde. La sorpresa ya había pasado.

Me salta encima, da un abrazo a manera de bienvenida. Susurra pegado a mi oído: —Sabía que no me ibas a dejar metido —el alcohol ya le está haciendo efecto. Saca a relucir al Baekhyun alegre.

Colmo nuestra paciencia. 

Quería que la fiesta fuera perfecta; había asignado tareas, hecho llamadas y reservaciones y, levantado la casa a gritos cuando las cosas no salían como él quería. Junmyeon y yo lo queremos mucho, pero aguantarlo no había sido nada fácil; en especial, cuando nos gritó por no tener a Chanyeol alejado y casi descubrir por accidente los planes secretos.

—¡Ven, voy a presentarte!

Fui jalado en dirección a la baranda donde estaban recostados los amigos de Chanyeol.

El palco que habían reservado, le costó a Baekhyun casi tres meses de salario –a plazos–, acompañado de una obligada dieta de atún en lata. Siete hombres ya van por la tercera botella de vodka. Cuatro de ellos son unos totales desconocidos que medio bailan coordinadamente.

—¡Chicos! ¡Él es Minseok...! —repite mi nombre una segunda vez—. ¡Él es Sehun, Kyungsoo, Jongin... ¿conoces a Yixing? —bromea Baek—... y, él es Jongdae!

Gracias a la vida que Yixing está aquí. 

Sehun, Kyungsoo y Jongin, me saludan con reverencias leves, sonrisas discretas y amigables, aparentemente. Ya están un poco tomados, no me ponen mucho cuidado. Yixing me da un abrazo rompe costillas –vergonzoso–, producto de no habernos visto en muchos meses. 

Y... Jongdae.

Su expresión es indiferente, y atrayente a la vez. En un segundo me atraviesa con su mirada, creo que acabo de enamorarme. Cabello negro y ligeramente ondulado alcanza a cubrir un poco sus ojos. Es muy apuesto, casi deslumbrante a primera vista. No dudo en darle la mano. La sostengo un poco más de lo que se considera educado. 

Vibro. El solo contacto, hace que mi entrepierna y yo vibremos al tiempo.

—¡Mucho gusto, soy Minseok!

Digo mi nombre una tercera vez como si ya todos no lo hubiesen escuchado. Jongdae forza una sonrisa falsa, se zafa de mi mano, se retira. 

Mi gusto inmediato, es unilateral.

—¡Hey! ¿A mí no me vas a saludar?

Su reclamo me vuelve a la tierra. Mis ojos y toda mi atención se han ido con él. He olvidado por completo por qué estoy aquí.

—¿Qué? Ah, sí. Feliz cumpleaños Chanyeol... disculpa la tardanza —le sonrío y abrazó sin perder de vista a Jongdae. 

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Después de una larga y necesaria charla con Yixing −quien vive en China y ocasionalmente nos visita−, me encuentro solo con un vaso de whiskey; recostado en la baranda, viendo a veces la pista de baile y, a Jongdae.

Odio este momento de la noche donde todos están bebidos, dispersos y demasiado eufóricos. 

Junmyeon y Yixing −mis supuestos "salvavidas" −, están perdidos en su propia conversación. Cuando se juntan, la gente alrededor desaparece. Se embarcaban en pláticas profundas, suelen dejarnos de lado a Baekhyun y a mí. 

Por otro lado, Baekhyun, evidentemente está pegado a su novio; los amigos de Chanyeol, que invitaron a algunas chicas al palco, están bailando con mucha confianza... y...

Jongdae está solo, es mi oportunidad.

Me siento a su lado.

—¡¿Te puedo invitar un trago?!

Trato de acercarme lo más que puedo a su oreja. De paso doy una vista rápida a su cuello, me abstengo de probarlo. Huele fantástico.

—No.

No ha tomado casi. Está pendiente de su teléfono. Lo revisa cada cinco minutos. No está disfrutando de la fiesta.

—¡¿Y, hace cuánto que conoces a Chanyeol?!

—Hace mucho.

Ni siquiera se toma el trabajo de mirarme. Me está haciendo quedar como idiota, pero insisto una vez más.

—¡¿Quieres bailar?!

—No.

Fracaso, veo como se aleja.

Baja a la pista. 

Nadie lo toca, le abren paso hasta que se ubica en el centro. Las luces resaltan las facciones de su cara; perfectas y perfiladas. Lo observo desde el palco; me tengo que conformar con acompañarlo en la distancia. 

La gente lo rodea, pero no hace caso a nadie. Jongdae destella con luz propia. Se mueve con los ojos cerrados, sin importarle si ve ridículo o demasiado exagerado.

—Deja de mirarlo así. No te va a hacer caso, tiene novio.

Existe un novio.

Sé que estoy siendo muy evidente. Es mi intensión, quiero que él sepa que me interesa... solo él.

—Yo no estoy mirando nada —termino con el líquido que queda en mi vaso de un sorbo.

—Claro...

El Baekhyun alcoholizado y alegrón suele soltar la lengua bastante rápido. En este caso es bastante útil. En un minuto fui informado de la edad de Jongdae −dos años menor que yo−, lugar donde trabajaba −barista en una tienda de café famosa−, y, de nuevo la información del principio, carga con una sombra llamada novio.

Abre los ojos, conectamos. 

Baila para mí, me provoca, sabe que me gusta. Le estoy dando la oportunidad de que se sienta importante. Tiene el control y por eso mismo vuelve a ignorarme.

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A las tres de la mañana decidimos que ya ha sido suficiente de fiesta. 

Los que estaban más calientes se habían ido hace rato −no es difícil imaginar quienes fueron los primeros−, y los pocos que quedan mueren de sueño. Yo, que estoy muy despierto, entro en la categoría que acabo de denominar, "los que no han ligado".

En la salida nos despedimos incómodamente de los otros que quedan. Jongin detiene un taxi y espera por Jongdae. Está hablando a lo lejos por teléfono. Se oye ofuscado. Lo miro de reojo, parece estar discutiendo con alguien.

Cuelga absteniéndose de botar el celular al piso. Lo apreta en su mano. Se acerca.

Como última patada a mi ego, cuando intento despedirme, me deja con la mano estirada. Lo hace a propósito. Hago como si nada, en un acto reflejo me la llevo a la cabeza; peino mi cabello sintiéndome ridículo.

—Qué tipo tan pedante —se queja Junmyeon a mi lado.

Sí. Pedante y por eso mismo, más atractivo. Soy idiota. —¿Y Yixing?

—Ya se fue... no te iba a dejar solo Min —me aclara con una sonrisa ante la mirada de confusión que hago.

Prendo un cigarro y ofreciéndole uno a mi amigo sugiero que nos vayamos caminando. 

Él se ha quedado rondando en mi mente. Me gustaría volverlo a ver.

{Para mi amike @BTbae_MinYoonJi} que me ha apoyado, animado indirectamente y hecho sentir que lo que hago no es vano.