제 6 회
🎤 J O N G D A E 🎤
[ SEPTIEMBRE 21 ]
↜ 🎤 ↝
—¿Entonces... la tienes dura?
—Jongdae, ¡por dios...!
—¿Vas a tocarla?
—La... estoy tocando...
Han sido cuatro meses rápidos y alocados, intensos. Al lado de Jongdae todo es blanco o negro, las cosas son ya o nunca. No da respiro. No sé cuántas veces más lo hicimos esa noche en la playa, ni tampoco sé cómo hice para resistir. Tardamos cuatro días en volver a Seúl. Vagamos por Busan escondiéndonos de las llamadas perdidas y textos con varios signos de exclamación. Hubo varios reclamos, pero yo era feliz. Me dieron sermones, pero yo ya no estaba solo.
Vivimos todo sin etiquetas, sin formalidades, no hacen falta. Yo sé lo que estoy sintiendo. Somos exclusivos. Él es mío.
No sabría cómo resumir en tan poco todo lo que me ha hecho vivir. No quisiera que se me escape nada. Haré el intento.
Terminé el posgrado que tantas canas me sacó. Jongdae estuvo conmigo, de paso conoció a mis padres; no fue tan tensionante como creí, lo trataron bien, les agradó de inmediato. Después de la celebración, hicimos el amor toda la noche en mi antigua casa. Me engaño con la mentira de que nadie nos escuchó, el ambiente a la mañana siguiente se sentía diferente.
No me reconozco. Creí que la etapa de tirar en donde cayera era cosa de adolescentes o se acaba a las semanas. Nunca había sentido tanta vergüenza en mi vida cuando nos vetaron de aquel lugar enfrente de todos. Reímos por horas. No fui nada silencioso, mi culpa. Jongdae me enloquece, me ciega, no estoy en mis cinco sentidos. Me gusta.
He vivido experiencias nuevas. He ido a lugares a los que nunca pensé ir, y menos, comportarme de la manera en lo hice. Sehun consiguió entradas para ese festival de música. Tres días salvajes. Excesos –nada ilegal– que hicieron que Junmyeon me regañara por primera vez en la vida. Desaprobó absolutamente todo lo que hicimos. Se portó como el adulto que no es, vigilándonos, siempre un paso atrás; mi amigo cela a sus amigos, incluso más, que a cualquier pareja que haya tenido en el pasado. La actitud sobreprotectora y juzgadora cambió una vez que, cierto Yixing se hizo cargo. Calló su molesta boca, con las acciones que tanto reprocho. Es un fácil, igual que yo, igual que todos. Hombres enamorados.
Estoy embriagado de amor. Cada vez que me mira algo salta en mí. Cada vez que toca, pienso en como nadie nunca podrá disfrutar de lo que siente ser tocado por Jongdae. Verlo bailar, verlo reírse, incluso verlo enojado es un privilegio, un privilegio que solo tengo yo. Me asusto a veces del descontrol que tengo de mí mismo. Basta un beso y un te quiero de Jongdae, para asegurarme que todo está bien.
He hecho de todo cuanto se me ha ocurrido para que Jongdae pueda hacerse amigo de Junmyeon –en el fondo son muy parecidos, tal vez por eso se repelen–, pero siempre pasa algo; nos vio desnudos corriendo por la casa, nos vio "horneando un pastel" en la cocina, nos vio y, no nos prestó su camioneta nunca más. Solo hemos conseguido que la lista de puntos negativos de Jongdae aumente.
Cuando no estamos juntos hablamos por teléfono hasta la madrugada. Suele quedarse dormido primero, pero me encanta escucharlo a esa hora. Está con la guardia baja. Me habla de él, de su yo del pasado. Siento que estoy conociendo ese lado que nadie conoce de él; su profundidad, sus demonios, los pocos que me muestra y esconde luego, pero los conozco y me siento afortunado. Lo amo así, incluso con sus cosas malas, me sigue gustando.
Fueron muy pocas las noches que pudo quedarse en nuestro apartamento, pocas, pero significativas. Quedaron guardadas en mi mente como fotografías lucidas.
«"Me gusta estar aquí". "¿Aquí en mi casa o, aquí en mí cama?", beso sus ojos mientras pregunto. Estamos envueltos en sábanas y piernas. Sentado frente a mí, su silueta alumbrada por las luces que han decidido solo iluminarlo a él, me regala el mejor de los momentos. "En, ti" señala con un dedo mi pecho. Presiona suave ese lugar frágil, que es solo de él. "Jongdae...", me besa. Cada vez que mi tono cambia a serio, me calla con besos. No me deja hablar con palabras, no me deja decirle todo lo que siento. Amarlo con el cuerpo, parece ser la única demostración que acepta. También es la forma en que él me hace saber que siente lo mismo.
"Minseok...", espero paciente. Beso sus manos, las sostengo. "Te... Me gustas mucho... te quiero", y más no puedo pedir. Yo tampoco he dicho te amo. Temo asustarlo, lo he aprendido a conocer. "Bueno, menos mal te gusto. Es un alivio, porq... ¡ah!", golpea donde un momento antes fue tan delicado. Rio. Es fácil molestarlo, tiene un genio que asusta, ya lo sé controlar.
"¿Qué es lo que más te gusta de mí?", me atrevo a preguntar. "Que yo te gusto... ¡ah!", en vez de un golpe muerdo su delicioso hombro. Me contempla un rato y responde, "Me gustan tus ojos –los roza levemente, siento sus yemas–. Me gusta tu boca –también la palpa–, sobre todo cuando dice que me quieres. Me gusta tu pecho –sopla en el–, porque ahí duermo profundo y tranquilo. Me gusta tu...". "¡Oye!", me cubro. "...porque son los mejores orgasmos del mundo, Min". Es serio. Lo sé, sé que ama eso de mí. "No hace falta que lo aclares. He visto tu cara la mayoría de las veces...". "Nooo...", se carcajea y cubre su cara. "Amo tu risa", acuno su cara y beso fuerte y fugaz, prosigo: "¿Te avergüenza? No pareciera cuando me pides que folle dur...". "¡Min!", cubre mi boca.
A veces no entiendo como pasa de ser lanzado a tímido en segundos. Me tranquiliza saber que tengo un pequeño poder sobre él. Que no soy el único que está clavado hasta el fondo.
"Ahora tú. ¿Qué te gusta de mí?", pregunta cambiando el tema. Suspiro, "Que no, me gusta de ti", enredo mis manos en su cabello. "Tus ojos desde el primer día, cuando me miraste mal –los rueda–, sí, exacto, así". Cierra los ojos, "Fui grosero y tonto". "Concuerdo... ¡ah!", otro golpe. "Sigue". "Me encanta tu cuello –le doy una probada, se eriza su piel–. Me encanta lamerlo... me encanta lamerte. Jongdae, eres mi sabor favorito...". "mmhh, Min". "Me encanta tu voz. Es fuerte, demandante. Es muy sexy cuando se vuelve ronca, gloriosa cuando gimes, perfecta cuando dices mi nombre...". "Minseok". "Y, así es como haces que tener una erección sea una constante en mis días". Carcajada otra vez. Se ríe de mi humor absurdo. Es al único al que le causa gracia.
"Minseok... te... yo...". "Si te cuesta tanto, no es necesario que lo digas. Yo entiendo". Me pierdo en su expresión, me pierdo en su conflicto, lo beso. Acaricio sus labios, los presiono, él se deja, en momentos como estos, casi vulnerables, se deja besar con cariño, con ternura. "¿Dormimos?", se acomoda en la almohada. Hace campo a la espera de mi cuerpo para arroparnos a juntos. "¿Puedo ser quien duerma en tu pecho esta vez?", pregunto aun sabiendo que últimamente no me niega nada. "Sí. Esta noche voy a cuidar de ti", me abraza. Siento el nudo en su garganta, tomo su mano, la entrelazo como a él le gusta, "Jongdae. Te quiero, no lo olvides".»
↜ 🎤 ↝
En este momento me encuentro en China. Estuvo difícil conseguir trabajo y fue Yixing quien me tendió la mano. Nos va bien.
Esa fue la última noche que pasé con Jongdae –hace tres semanas–. Lo extraño. Nos conformamos con las llamadas calientes a altas horas de la noche. Las fotos explicitas que me sorprenden en el bus de camino al trabajo. Los mensajes cursis sobre esa letra de esa canción que nos describe perfectamente. Cada vez estoy más seguro, de que quiero algo serio. Poder tomar su mano y gritar que es mi novio en público.
Desde la lejanía, quiere conocer todo de mí. Quiere saber si mi café tiene el suficiente azúcar, saber cuántos pasos hay de camino a mi trabajo, quiere conocer peculiaridades a las que nadie tiene acceso; detalles a los que nadie pone atención y que yo comparto íntimamente con él. Qué puede ser más íntimo que esto: contar cuantas veces parpadeamos en una video llamada, cuantas veces inconscientemente acariciamos la pantalla, cuantos besos se pueden mandar y cuánto tiempo tomaran en llegar.
Incluso estando solo me siento acompañado. Porque ha marcado todo mi territorio.
Trabajo día y noche para poder tomarme ese fin de semana del 21. Quiero estar con él. Su primer cumpleaños conmigo; sin dramas, sin desapariciones, juntos. No me espera. Me ha costado mucho mentir y oír su voz triste, pero sé que puedo compensarlo cuando llegue.
Me reciben en el aeropuerto con bombas y carteles ridículos, fui tacleado, dios, solo ha pasado medio mes. Me rapan la única maleta que tengo y me llevan de la mano al parqueadero. Soy el hijo que regresó a casa y tengo dos papás intensos que quieren acapararme.
—También los extrañé. Ya, ya, déjenme en paz.
—¿Yixing...?
—Yixing solo mandó saludos —juego con Junmyeon.
Pone su cara de "no me importa, no me duele" y se sube en la silla del copiloto ocupando un asiento que no le corresponde. Una pelea no les viene mal. Yixing es un jefe intenso, solo me vengo un poco.
Chanyeol, que es quién maneja, junta un puño conmigo. Nos explica rápidamente lo que tienen planeado. Baek escucha atento también. Lo más importante de la conversación es que Jongdae no me espera.
Hasta donde me cuentan este es el bar favorito de Jongdae. Música rock se oye desde afuera. El plan es hacer karaoke hasta quedar afónicos. Tienen una tarima mediana, dispuesta para la noche de micrófono abierto. Nos inscribimos en la lista –se inscriben ellos–, seleccionamos las canciones.
Atravesamos el pasillo y, él está ahí. Apunta con torpeza unos dardos. Se ríe, lo escucho, me llena de vida de nuevo.
—Usted apesta en este juego. Ya siéntese.
Pongo una voz gruesa, voltea con cara de querer matarme pensando en soy otra persona. Abre los ojos de asombro, me salta encima y lo atrapo, siempre lo atrapo.
—¡Viniste! ¡Estás aquí!
Me besa. No se lo cree. Todos nos miran, pero él me está besando y soy la persona más importante del lugar. No aflojo mi agarre está latiendo conmigo, quiero fundirme ya en él.
—Bueno ya, cálmense —reprocha Junmyeon.
Me separo, solo un poco.
—Viniste —exhala en mis labios.
—No podía perderme el cumpleaños de mi novio.
Lo dije. Lo dije y se siente bien.
No distingo su expresión, ¿no debí hacerlo? Me vuelve a besar.
↜ 🎤 ↝
No es difícil imaginar quién ha tomado de más. Se ha adueñado del micrófono abierto. Hace el ridículo, desafina, y no entiendo como el público lo está aplaudiendo. Sehun se apiada de todos y lo baja de la tarima, se queja de camino al baño. Tengo una pierna entrelazada con Jongdae. No puedo dejar de tocarlo, no puedo evitar acariciarlo cada vez que me da la oportunidad. El me devuelve en forma de beso cada roce. Quiero que viva en mí boca por siempre.
Mira diferente, a veces serio, se lo piensa, vuelve a besar. Susurra.
—¿Me extrañaste?
—Cada día.
No sé si sea el momento, pero tengo que decirlo, sacarlo de mi pecho.
—Jongdae. Tengo que decirte algo.
—Min, no...
—Te amo.
Su cara me advierte, pero continuo: —Te amo —llevo su mano a mi pecho—. Esto es más fuerte que yo, quiero que lo sepas, mereces saberlo. Estoy aquí por ti —sujeto su mentón para que me mire—. Más que, porque hoy sea tu día especial, estoy aquí por ti. Me haces falta. Todo tú.
No hace nada. Aprieto su mano a la espera de que diga algo, así sea un vergonzoso "gracias". Entro en pánico, debí callarme. No hay atisbo de emoción en él, o, no me la deja ver. Me besa. Su respuesta siempre es besarme, callarme.
—Minseok, porque no le cantas algo a Jongdae ¿sí?, despéguense un rato.
Kyungsoo y el grupo comienza a cansarse del espectáculo. Me despego, me aparto momentáneamente de su mirada. Está bien, que no he hecho por él hasta ahora. Cantarle enfrente de todos no es nada, exponerme como el hombre enamorado que soy ante un público expectante no es nada, si él me mira.
Mi público me anima y corea la canción conmigo. Ya no siento pena. Él está al fondo, él me mira, todo sucede en cámara lenta.
Alguien lo jala con fuerza, lo zarandea, está lastimándolo.
No dudo dos segundos en saltar de la tarima. Doy dos zancadas y veo de cerca como ese hijo de perra está obligando a mi novio a que lo bese a la fuerza; grita que viene a recuperar lo que es suyo como si Jongdae fuera una propiedad.
Yo quiero matarlo con mis manos.
Chanyeol y Jongin sujetan al borracho que patalea con fuerza. Jongdae intenta calmarlo, nos amenazan con llamar a la policía y estoy de acuerdo.
El tipo se suelta.
Ruega, suplica, lo jala de nuevo. Por el pasillo hacia la salida lo aleja de mí. Corro detrás de ellos.
Jongdae me frena en seco, me mira, tengo miedo.
Menea su cabeza. Niega. Susurra lo siento. Se va con él.
https://youtu.be/scOlcopGBkw
😔
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top