Turf - Parte 4
—¡Lo lamento! —dijo Miranda con un tono despreocupado cuando ordenó a su stand darle un fuerte golpe en el rostro al mayor García.
—¡Sui Generis! —exclamó JoJo, apartando a las personas con el brazo de su stand.
—Solo faltan diez segundos para la tercera fase —masculló Spinetta. Observaba a su reloj de mano con mucha atención.
—¿Qué señal te dará JoJo? —preguntó Sergi.
Spinetta apuntó a JoJo desde la distancia, solo para abrir la caseta de balas de su arma.
—Tengo tres balas solamente. Uno para Miranda, otro para JoJo y el último para... —miró de reojo a Sergi—... para quien se interponga.
—No respondiste mi pregunta —insistió.
—Mira atentamente a JoJo —indicó Spinetta. Su voz notaba su total confianza en la habilidad de su stand—. ¿Ves como Miranda se defiende con su stand? Ella trata de proteger su integridad como sea. Mira sus movimientos. Protege su rostro, sus senos y sus piernas. ¿Sabés por qué?
—¿Por qué? —preguntó Sergi.
—Es simple. Es parte del comportamiento humano. Protege su rostro porque todas las mujeres son vanidosas además que si dañan sus ojos, no podrá ver quién la ataca. Una mujer fea o con el rostro deformado nunca será bien recibida, y menos en esta sociedad. Los senos es porque es parte de su instinto femenino. Cuando una mujer es madre, necesita de sus senos para dar de lactar a su cría. Si tiene un seno a la mitad, no sentirá natural cuando dé de mamar a su engendro. Y en cuanto a sus piernas, también es parte del instinto pero del humano en general. Tener sus piernas en perfecto estado le servirá para correr. Un animal con las piernas atrofiadas nunca podrá escapar de sus cazadores.
—¿En serio? Yo solo veo que están protegiéndose de toda esa gente.
—Ellos no lo hacen notorio, ni siquiera lo saben. Pero igualmente lo hacen ya que viene de un lugar muy profundo de su mente llamado subconsciente. Por lo tanto, todo es sutil.
—Sí, claro —dijo Sergi irónicamente.
—Ahora mira a JoJo. Él también hace esos movimientos defensivos. Protegiendo su rostro y sus piernas. Pero, también protege esa guitarra que lleva en su espalda.
—¿Eso quiere decir qué...?
—¡En efecto! —exclamó Spinetta de un salto—. ¡La estrella está dentro de la guitarra de JoJo!
Mientras Spinetta se acercaba, Miranda y JoJo apartaban a las personas que querían lamerles el cuerpo como sea.
—¡Déjame lamer tu brazo! —exclamó Cerati saltando hacia JoJo.
—¡Tranquilízate, Cerati! —JoJo impedía que Cerati se acerque, mientras que este seguía babeando.
—¡Déjame lamerte!
—¡Quítate! —exclamó Miranda dando una fuerte cachetada a un hombre anciano que trataba de tocar su pecho.
—No seas egoísta, hija —dijo el anciano—. No ves que también soy un bebé. ¡Muak! ¡Muak!
El anciano hizo los mismos gestos que hace un bebé cuando quiere mamar los senos de su madre.
—¡Viejo desvergonzado! —Esta vez Miranda le dio una patada.
¡Tic!
—¡Comienza la tercera fase! —exclamó Spinetta.
—¿Q-Qué me sucede? —preguntó Sergi mientras se tocaba la cabeza.
—Es la habilidad de Turf. Los doce metros de la segunda fase se han duplicado. ¡Ahora son 24 metros! —terminó de explicar Spinetta.
—¡Aaaghhhh! —Sergi se tiró al suelo mientras su cuerpo se retorcía. Sus dientes chocaban entre sí y su baba mojaba el suelo—. ¡Quiero morder a Miranda!
—¡Dame un pedazo de ti! —exclamó el mayor García sobre Miranda. Esta esquivo la mordida que estaba por darle en el brazo.
Sin embargo, JoJo no pudo esquivar el mordisco de una mujer obesa que le dio en la pierna.
—¡Aaahhh! —Sui Generis la hizo a un lado pero los demás se acercaban con la misma intención.
«Ahora solo me quedan dos minutos para conseguir la estrella —comenzó Spinetta viendo el panorama—. Si no lo logro, no podré usar a Turf hasta que pasen 24 horas»
—¡Ahí! —exclamó alguien a lo lejos—. ¡Están entre toda esa muchedumbre!
Era el soldado quien venía con refuerzos, los cuales estaban armados y eran más de cien.
JoJo los vio acercarse, preguntándose si eso sería perjudicial para ellos en ese momento.
—¡Miranda! ¡Quédate donde estás! —comenzó JoJo—. ¡Iré a la calle contigua! ¡A la vuelta de la esquina!
—¡¿Por qué?! —preguntó Miranda apartando a dos mujeres y un hombre delgado.
—¡Si esos soldados armados se posicionan detrás de nosotros, no dudarán en matarnos con sus escopetas! ¡Si la semicircunferencia frente a nosotros nos trata de morder, la otra semicircunferencia nos matará! ¡Así que si me posiciono en la calle que es perpendicular a esta, parte de la semicircunferencia del odio estará oculta entre las paredes de esta casa! ¡Por lo que solo lidiaremos con las personas que querrán mordernos!
—¡De acuerdo! —exclamó Miranda—. ¡Te daré tiempo! ¡Mariposa Tecknicolor!
Las personas alrededor de ellos fueron parcialmente neutralizadas, ya que las burbujas que salían de sus rostros y cuellos eran muy pequeños.
—¡Ve, JoJo! —gritó Miranda—. ¡La habilidad de Mariposa Tecknicolor no puede afectar con la misma intensidad a varias personas a la vez!
—¡Sí! —exclamó JoJo, esquivando a dos sujetos que saltaron sobre él y a una anciana que se lanzó sobre su abdomen.
—¡Ni un paso más, JoJo! —exclamó Spinetta en medio de la muchedumbre, disparando su arma hacia JoJo.
—¡JoJo! —exclamó Miranda. Los reflejos de JoJo, que estaban concentrados en evitar a las demás personas, le permitieron frenar su avance, pero por solo unos centímetros ya que la bala impactó en su hombro derecho, justamente donde estaba la correa que cargaba la guitarra. Al romperse, la guitarra cayó y por el dolor del impacto, JoJo se detuvo sin poder impedir que la gente a su alrededor se abalance sobre él.
—¡Ahora solo debo tomar la guitarra e irme de aquí! —Spinetta avanzó hacia el punto donde estaba JoJo y la guitarra. Aunque había mucha gente, se abría paso pateándolas para quitarlas del camino.
—¡No lo permitiré! —exclamó Miranda, dando un salto sobre la cabeza de un hombre calvo y cayendo realizando una voltereta. Los que querían morderla, ahora querían despedazarla por lo que rápidamente corrieron hacia ella. Miranda dio un giro y las ganas de morderla volvió a la muchedumbre—. Hmmm... —Miranda vio en ello una posibilidad.
Spinetta ignoró por completo a Miranda. Estaba muy cerca de tomar la guitarra hasta que sintió las cuerdas. Las sujetó y jaló, pero eran nada más que los cabellos duros y sucios de un mendigo que estaba ansioso de morder a JoJo.
—¡Agh! ¡Qué asco! —tiró al mendigo al suelo. Su mano volvió a buscar la guitarra y esta vez consiguió coger algo duro y largo—. Espero que sí sea la guitarra —murmuró un poco preocupado. Al jalar el asta, pudo comprobar que era la guitarra. Dio unos pasos hacia atrás y pudo librarse de la gente que seguía acorralando a JoJo.
—¡Sui Generis! —JoJo aprovechó que había espacios pequeños entre la gente y utilizó su habilidad para esquivarlos usando dichos espacios. Cuando salió, pisó las cabezas de dos sujeto y se impulsó para saltar sobre Spinetta.
—¡Muere, JooooJoooo! —exclamó Spinetta, apuntándole con el arma. Sin previo aviso, Miranda se deslizó por debajo de las piernas de este.
—Saluda a mis amigos —dijo Miranda con mucha confianza. Spinetta sintió el remezón de más de 30 personas corriendo sobre él para morder a Miranda.
—¡Aaaahhhh! —exclamó cuando toda la muchedumbre saltó sobre él. Hundiéndolo en medio de un mar de gente babeando y con sudor por todo el cuerpo. JoJo hizo un movimiento en el aire para caer en un pie, coger a Miranda de la mano y saltar hacia un lado, evitando caer junto a Spinetta.
La caída provocó que JoJo caiga con todo su peso y el de Miranda sobre su hombro lastimado. Aún así, soportó el dolor que sintió.
—¡JoJo, vayamos por la guitarra! —exclamó Miranda. JoJo se puso de pie junto a Miranda, pero frente a ellos se avecinaba el grupo de gente que seguía a JoJo.
—Parece que esto nunca acabará —masculló JoJo.
—Sí —repuso Miranda—. Hay una manera de contrarrestar el efecto. Si damos giros constantes, podemos aturdirlos por el cambio brusco del efecto de la habilidad.
—Si hacemos eso, podemos usar a esas personas como un ataque hacia el usuario de Turf —concluyó JoJo.
—¡Exacto! —Miranda respondió chasqueando los dedos.
—¡Jeeeeejaaaayaaaa! —exclamó Spinetta, mientras las personas sobre él corrían hacia Miranda. Tenía moretones en sus brazos y marcas de pisadas en su cara—. ¡Malditos! Pero no importa ya que tengo la guitarra de JoJo en el cual se encuentra esa estrella de mierda. Cuando le entregue esta cosa al Gran Maestro, me posicionará por sobre Cars, Doppio y Dhu. ¡Seré uno de sus pilares más importantes y cuando imponga el Nuevo Orden Mundial, yo estaré a su diestra. Solo así el pasado podrá ser redimido!
»Desde que era niño, viví solo en las llanuras. Sobreviviendo con lo que pude y soportando el abuso de los citadinos. Era menospreciado solo por no vivir en la ciudad y eso conllevó a que mi autoestima esté por los suelos. Sin embargo, eso cambió hasta que tuve a mi fiel amigo, Turf. Un dócil y amigable pastor alemán que me acompañaba al río o al campo en búsqueda de comida. Gracias a él, mi suerte pudo cambiar un poco...
—Oiga —dijo un hombre con poco cabello y con tirantes—, oiga, usted. Sí. Usted.
—¿Me habla a mí? —respondió el joven Spinetta mientras lavaba su rostro en el río junto a su amigo Turf.
—¡Sí, claro que sí! No pude evitar ver que tiene un pastor alemán muy hermoso. Tengo un club de Amantes de los canes. Los miembros de este club son personas muy importantes que tienen perros de raza pura. Usted tiene la suerte de contar con uno y si se gana la simpatía de estos aristócratas, su vida puede cambiar para mejor. Incluso puede obtener un título nobiliario que lo haga rico. ¿Le interesa?
Spinetta sonrió. Era la primera vez que se le presentaba una oportunidad así y no la iba a desaprovechar.
—¡Por supuesto!
Al día siguiente, fue llevado al club donde se llevaría a cabo la reunión. La sala era enorme y muy elegante decorada con gigantes espejos y candelabros de plata que daban más brillo al lugar. Turf se sentía intranquilo, pero Spinetta logró tranquilizarlo.
—Calma Turf —dijo Spinetta a su fiel compañero—, todo cambiará para nosotros.
Las puertas se abrieron y un grupo de caballeros muy elegantes con sombreros de copa se hicieron presentes. Llevaban bastones y unos enormes bigotes.
—Este es el nuevo —dijo uno de ellos con desprecio al hombre de poco cabello.
—Sí, señor. Vea ahí al pastor alemán.
El hombre que habló primero se acercó a examinar a Turf. Observó sus colmillos y su pelaje para luego volver a la entrada.
—Bien, hazlos pasar —dijo y entró nuevamente por donde salió.
—Acompáñeme —el hombre de poco cabello invitó a Spinetta a pasar. Cuando este apenas puso un pie en el pasadizo, su cabeza fue envuelta en un saco oscuro para ser golpeado hasta desmayarse.
Cuando despertó, se dio cuenta que estaba dentro de una jaula. A unos metros pudo ver a Turf sobre una mesa, encadenado a esta y con mucho miedo.
—¡Turf! ¡Aaahh! —soltó un grito de dolor cuando un látigo golpeó su mano.
—¡Silencio! ¡La sesión va a iniciar! —Era el hombre de poco cabello solo que esta vez estaba vestido con una túnica púrpura con bordes dorados.
—Hoy completaremos el último sacrificio a los infiernos —comenzó el caballero de mostacho con la túnica puesta—, pero esta vez con un perro de raza pura. Al dar su corazón al fuego eterno, recibiremos a cambio esos poderes que el mal llamado Gran Maestro y sus súbditos tienen. ¡Solo así obtendremos esos poderes llamados stands y lo venceremos!
—¡Síííí! —gritaron todos los demás mientras que el hombre del mostacho cogía el cuchillo y lo enterraba en el pecho de Turf.
—¡Noooooo! ¡Turf! —exclamó Spinetta con lágrimas en los ojos. La sangre de su fiel amigo se derramó en toda la mesa mientras su corazón era extirpado de su cuerpo. Cuando el hombre lo tuvo en sus manos, Turf murió instantáneamente—. T-Turf...
—¡Al fin! —exclamó—. ¡Al fin ya no tendremos miedo a ese sujeto! —Levantó su mano hacia arriba para que todos vean el corazón en su mano, pero al hacerlo, el corazón de Turf ya no estaba.
—Ahí no hay nada —replicó uno. Los demás estaban desconcertados.
—Esta no es la manera correcta de obtener un stand —dijo el Gran Maestro de cuclillas sobre un armario y observando el corazón—. Y menos de esta manera tan cruel.
Spinetta estaba sorprendido. Los demás hombres también lo estaban.
—¡Mátenlo ahora! —gritaron metiendo sus manos en sus bolsillos para sacar sus revólveres, pero al hacerlo solo se pincharon con varios clavos afilados que se incrustaron en sus manos.
—¡¿Q-Qué es esto?! —dijo el hombre del mostacho.
—Es el destino, devolviéndoles el daño que han hecho a las personas.
—¡Patrañas! —el hombre volvió a meter su mano en su bolsillo pese al dolor de los clavos metiéndose en su mano—. ¡Hoy no saldrás vivo!
Apuntó al Gran Maestro y jaló el gatillo. O al menos eso es lo que sintió ya que al apuntar al Gran Maestro, se percató de que su mano no estaba y una gran cantidad de sangre estaba manchando el suelo.
—¡Aaaahhhh! —exclamó cuando sintió el dolor de súbito cuando su cuerpo se dio cuenta del corte. Cuando retrocedió por el dolor, vio que su mano cortada estaba a unos centímetros de su pie, sosteniendo el revólver y con sangre seca a su alrededor.
—¿Ahora me creen? —dijo el Gran Maestro con una calma extraordinaria. Spinetta lo contemplaba como un ángel que estaba haciendo justicia con los malévolos hombres que mataron a su fiel can.
—¡Corran! —exclamaron todos mientras se dirigían a la salida.
El Gran Maestro suspiró y cerró los ojos. En un parpadeo, apareció de pie sobre el suelo.
—Tres, dos, uno... —las cabezas de los masones de púrpura volaron hasta caer en el suelo. Los ojos de Spinetta se llenaron de un terror que no había sentido antes y se pegó al fondo de la jaula—. Oye, tú —el Gran Maestro se dirigió a Spinetta.
—P-Por favor, no me haga daño. E-Ellos mataron a mi perro, mi única compañía. A-Ahora estoy solo. No me mate, prometo no decir nada a nadie.
—Hmmm... Eso suena muy desgarrador. —El Gran Maestro dio la vuelta para ver la sangrienta escena del perro muerto sobre la mesa—. Ya veo. Si estás seguro de que no dirás nada a nadie, sal de esa jaula.
—Pero está asegurada con... —Spinetta dejó de hablar cuando vio el pestillo en el suelo. No recordaba cuando había caído eso o siquiera haber escuchado el sonido del metal contra el suelo, pero era libre ahora.
—Acércate. No te haré nada, solo lo haré si intentas escapar o atacarme, pero yo sé... que no lo harás.
Spinetta empujó la puerta de la jaula y salió de esta, parándose frente a la imponente figura del Gran Maestro quien tenía un elegante traje blanco debajo de esa túnica tan blanca y pura como el alma de un niño.
—G-Gracias, señor...
—No. No me digas así. Llámame Gran Maestro, yo te guiaré a través de las tinieblas de este mundo para que me ayudes a cambiarlo por uno mejor. Uno en donde hombres como los que mataron a tu perro no existan, ni que dañen a otras personas. Un nuevo orden. Eso es lo que quiero, si tu me ayudas en ese proceso, te daré mucho poder. Más de lo que imaginas.
El Gran Maestro alargó su mano, invitando a Spinetta a tomarlo. Él se sonrojó y cogió su fría pero suave mano.
—A-Acepto. ¡Acepto ayudarlo, Gran Maestro!
»¡Esta es mi oportunidad de agradecerlo por haber salvado mi vida y haber vengado la muerte de Turf! —exclamó Spinetta, sosteniendo la guitarra en la que se encontraba la estrella de cinco puntas.
¡Tic!
—¡Y ahora no podrán alcanzarme!
De los balcones y las paredes de las casas cercanas y lejanas salían personas con un rostro desfigurado por una rabia animal. Sus bocas botaban baba como si estuvieran hambrientos y corrían hacia JoJo y Miranda en cuatro patas.
—¡El rango aumentó! —reclamó Miranda.
Los alaridos y gritos de todas las personas acercándose se asemejaban al bullicio de mil perros ladrando.
—¡No dejemos huir al usuario! —dijo JoJo corriendo, pese a que tenía a tres mujeres sobre él mordiendo su cuerpo.
—¡Esperá, JoJo! ¡Dame esa capa que tienes en la espalda! —pidió Miranda, quien golpeaba a sus perseguidores con su stand.
—¿Qué?
—¡Dámelo antes que se pongan sobre nosotros! —La desesperación de Miranda se podía sentir en su voz y en su mirada.
—¡Tomaaaa! —JoJo cogió su capa y se lo lanzó justo antes de que más de 30 personas se pongan sobre él. Miranda tomó la capa en el aire, pero por poco lo pierde cuando diez mujeres jalaban su cabello y sus piernas.
—¡Mariposa Tecknicolor! —El stand de Miranda tomó la capa y la estiró, posicionándolo frente a Miranda. Ella acercó su boca y silbó fuertemente. Un sonido agudo pero potente salió del silbido, provocando que todos a su alrededor se tomen la cabeza del dolor que sentían.
JoJo aprovechó ese tiempo de vulnerabilidad y salió de la muchedumbre con mordidas y con la ropa rota hasta la mitad.
—¡Ve por él, JoJo! —Miranda silbó nuevamente y el sonido neutralizó a casi todos. Sin embargo, JoJo podía acabar con los pocos que lo seguían.
Spinetta estaba aún cerca y, para suerte suya, un carruaje pasó a toda velocidad. Dio un salto y subió sobre el vehículo en marcha.
—¡Jujuru-jujuru-jujuru! ¡Ya no me puede alcanzar nad...! ¡Imposible!
A lo lejos, JoJo lo seguía rápidamente mientras que a su tras lo perseguían decenas de personas. Por donde pasaba, las hordas salían de sus balcones o de sus paredes para comer a JoJo.
De pronto el carruaje se detuvo. El cochero estaba siendo afectado por la cercanía de JoJo y bajó para acercarse a este.
—¡No me alcanzarás! —exclamó Spinetta, sentándose en el lugar del cochero y arreando a los caballos para fugarse.
—¡Daaameee la guitaaaarraaaa! —gritó JoJo mientras corría a toda velocidad. Cuando estuvo cerca del coche, activó a su stand para poder cogerse del borde antes que Spinetta se ponga en marcha.
Sosteniéndose con una mano, hizo el esfuerzo para entrar dentro del coche, pero Spinetta no lo permitiría ya que lo apuntó con el revólver.
—Aunque sobrevivas no podrás vencerlo —comenzó Spinetta mientras lo apuntaba—. Él está en otras ligas.
JoJo cambió la expresión de preocupación de su rostro por uno de confianza.
—Para eso necesitas comprobarlo, aunque dudo que lo hagas.
—¡Silencio, JoJ...!
Los caballos fueron atacados por las personas que fueron afectadas por la habilidad de Turf y que querían tener a JoJo en su boca.
—¡M-Maldita sea! —Spinetta vio que estaba rodeado por decenas de personas que querían subirse al coche.
JoJo se puso de pie y se paró frente a Spinetta. Su expresión sombría generaba una sensación de zozobra en su contrincante.
—¡P-Perdóname! ¡N-No quise hacerlo! —rogó Spinetta.
—Solo dame la guitarra y te dejaré libre —dijo JoJo. Había una sonrisa en su rostro.
—E-Está bien. Ten.
Entregó la guitarra tomándola por el asta, sin embargo, debajo de esta, continuaba apuntando a JoJo con el revólver.
«Una vez que coja el asta de la guitarra, el revólver disparará a sus costillas, reventando uno de sus pulmones —Spinetta estaba decidido a continuar su ataque—. Su muerte será casi al instante»
JoJo cogió la asta. Pero rápidamente, Sui Generis la partió por la mitad junto al revólver.
—¿Quéééé? —exclamó Spinetta.
—No necesito toda la guitarra, solo lo más importante. Ya que solamente haré una cosa. ¡Sui Generis!
El stand de JoJo cogió lo que quedaba de asta y, como si fuera un bate de béisbol, inclinó su cuerpo para atrás para tomar impulso. Cuando sintió que tenía el impulso suficiente, giró sus brazos hacia la cabeza de Spinetta haciendo que este vuele por los aires.
—¡Aaahhhh!
Debido a que el cuerpo de la guitarra era de metal, no se vio afectado. Sin embargo, lo que se rompió fue la dentadura de Spinetta, por lo que sus dientes se esparcieron en toda la calle.
—Espero que eso acabe con la habilidad de su stand —dijo JoJo, mientras que las personas seguían subiendo al carruaje.
Por más que Spinetta se movió en los aires, no pudo impedir que su cuello caiga en la acera, y como esta tenía una diferencia de altura con la calzada, cuando cayó, su columna vertebral se quebró matándolo al instante.
¡Tic!
Los cuatro minutos habían concluido. Las personas volvieron a su estado normal luego de haber estado bajo los efectos de un stand que avivaba sus instintos animales hasta el punto de querer devorar a dos personas.
—Al fin se terminó —dijo JoJo y soltó un suspiro. Los hombres y mujeres a su alrededor estaban aturdido y confundidos pues no entendían qué hacían ahí—. ¡Cierto! ¡Debo volver por Miranda!
Cuando JoJo bajó del carruaje, vio que Cerati estaba abrazada de una mujer mayor. Soltó una pequeña carcajada para luego coger a su amigo de los hombros.
—Desnudarte en público fue muy radical. Sospecho que lo hiciste para no caer tan rápido en la habilidad de Turf —explicó JoJo. Cerati no respondió y continuó durmiendo mientras que JoJo lo llevaba en su hombro que no había sido lastimado.
El carruaje se detuvo frente a la entrada de la enorme mansión. Cars y Doppio estaban exhaustos por la búsqueda que hicieron para encontrar a Spinetta y saber lo que había ocurrido. Aunque el resultado era obvio: un total fracaso.
—Estamos con las manos apretadas —dijo Doppio—. El Gran Maestro no tolerará este fracaso y...
—Sir Cars —interrumpió un mayordomo.
—¿Sí? —contestó Cars con un tono tajante.
—L-Lo esperan en su despacho.
—¿Quién?
—El presidente y su esposa. Creo que hay más personas también.
—Debe ser él —agregó Doppio.
—Muy bien. Que nadie vaya al despacho, ¿entendido?
—Si, sir Cars.
Cars y Doppio empujaron la puerta del despacho, encontrando a Vicentico, Vilma Palma y a Duncan Dhu con sus túnicas puestas pero sin las capuchas. En el asiento principal estaba el Gran Maestro, conversando con un muchacho. Pese a que hablaban, el Gran Maestro no mostraba su rostro.
—¡Rick! —exclamó Cars llamando la atención de todos sus compañeros.
—Señor Cars —dijo Rick con un tono más tranquilo que daba la impresión de estar bastante feliz.
—Pensé que llegarías mañana.
—No se puede confiar en la exactitud de una carta que demora semanas en llegar desde Inglaterra —respondió el joven.
—Gran Maestro —comenzó Doppio—, ¿qué hace tan especial su visit...?
—¡Basta de palabras! —interrumpió bruscamente el Gran Maestro—. Ya sé lo que pasó hace algunas horas. Estoy tan decepcionado de ustedes dos. Al menos agradezco la decencia de Girán y de Spinetta de morir honrosamente por la mano del enemigo.
—Pero, Gran Maes... —Cars paró de hablar cuando vio unos pedazos de pétalos rosas y amarillos muy cerca de los pies del Gran Maestro. Este hizo un ligero movimiento y ocultó los pedazos.
—¿Qué pasa Cars? ¿Viste un fantasma? —preguntó el Gran Maestro.
—No, señor —respondió con apenas un poco de aliento.
—Que bueno —dijo el Gran Maestro más complacido—, porque ahora la búsqueda de la estrella estará a cargo de tu protegido: Rick Martin.
Rick esbozó un sencilla sonrisa en su rostro. Cars y Doppio estaban preocupados.
—Eso quiere decir qué...
—Si vuelven a fallar, Rick tiene la orden de eliminarlos y si escapan, él recibirá el castigo. Por lo que eso lo presionará a cazarlos hasta terminar con su vida. Lo que menos deseo es que sus corazones se inunden de deslealtad, pero los constantes fallos me hacen dudar de si realmente siguen siendo leales a mí —explicó el Gran Maestro.
—Estoy de acuerdo con sus palabras, Gran Maestro —dijo Cars.
—Igualmente yo —replicó Doppio.
—¡Excelente! —exclamó el Gran Maestro—. Espero que consigan la estrella y maten a esos cinco antes del 15 de septiembre. No me obliguen a intervenir ya que si eso llega a suceder... ustedes ya no serán recompensados a estar a mi diestra cuando imponga el Nuevo Orden Mundial. ¿No quieren eso, verdad?
—No, Gran Maestro —dijeron todos sus discípulos presentes.
—Queda en ustedes conseguir la última estrella de cinco puntas. Solo así, el mundo cambiará y la humanidad podrá mejorar para su bien.
Nombre del usuario: L.A. Spinetta
Nombre del Stand: Turf
Stats
Poder destructivo: D
Durabilidad: D
Velocidad: C
Precisión: D
Rango: B
Potencial de aprendizaje: C
Habilidades
Turf es un stand automático que sigue a sus objetivos cuando tiene una muestra de sus fluidos (saliva, sudor, semen, flujos vaginales, etc). Una vez obtenidos tales fluidos, buscará a los dueños de las sustancias aunque estén a cientos de kilómetros. Cuando eso pase los roceará con su orina que tiene feromonas especiales que actuan sobre las personas externas o alrededor de sus objetivos. Tales feromonas funcionan según la orientación del cuerpo de los objetivos y alrededor de una circunferencia de 6 metros de diámetro en su primera fase. La semicircunferencia que corresponde al frente de los objetivos afecta a las personas externas haciendo querer amar o aparearse con los mencionados objetivos. Mientras que la circunferencia trasera hará que las personas que estén dentro del rango odien y detesten a los objetivos. Son cuatro fases de un minuto de duración cada una y la intensidad que afecta a las personas externas también aumenta, excitando el instinto animal que se esconde dentro de todos los seres humanos. Además que el rango inicial se duplica en las siguientes fases. En las últimas dos fases, las personas externas tienden a comportarse como animales por lo que un sonido agudo puede aturdirlos momentáneamente.
1. Turf: el nombre del stand y de la mascota de Spinetta hace referencia al nombre de una banda de rock argentino llamada "Turf".
https://youtu.be/kiKCXChGFgA
Próximo capítulo: Livin' la vida loca - Parte 1
¡Hola! Espero que se encuentren bien. Tengo que comunicar que el siguiente capítulo será publicado el viernes 7 de agosto, ya que debo ocuparme con algunas responsabilidades que tengo pendientes. Por otro lado, les recuerdo que mantengan las medidas necesarias para evitar contagiarse de Covid-19. Y que tomen en cuenta las recomendaciones de especialistas en el tema. Sin más que decir, cuídense y nos leemos dentro de dos semanas :D
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