The Starman

Enrique y JoJo eran llevados por una corriente que atravesaba un túnel multicolor con cientos de puntos brillantes. Bajaban, subían. No había manera de orientarse, pero sentían el mareo por la deriva.

Hasta que llegaron a una gigantesca bóveda llena de puntos brillantes que se encendían y apagaban para aparecer en otro lado. Luces de diferentes colores se movían a diferentes direcciones, sin un rumbo en concreto.

Aunque estaba parcialmente oscuro, Enrique sentía el vértigo pues estaba flotando en medio de la nada. El cuerpo de JoJo no reaccionaba y los huesos de sus manos comenzaban a salir debido al efecto de Shooting Stars.

—Él tiene las estrellas —dijo Enrique, preocupado por la situación—, si se las quito y las pongo en mi interior podré obtener el All Star. ¡No importa lo que me llegue a pasar, todo habrá valido si salgo de aquí!

Cogió la soga para traer el yunque. Bitter Sweet Symphony estaba a su lado. Sostuvo a su usuario y se impulsaron, saltando en el yunque hacia JoJo.

—No vivirás mucho tiempo, Jonathan Joestar. Si mueres acá, nadie podrá recordarte jamás y tampoco podrás descansar. Este es el universo en su máxima expresión y un bicho como tú o como yo no somos nada frente a la inmensidad del cosmos.

Bitter Sweet Symphony cogió la mano de JoJo y la aplastó para sacar la estrella. Enrique se encargó del hombro para hacer lo mismo. Vio la marca de nacimiento de JoJo y recordó el suyo.

—Parece que estábamos destinados a acabar en este lugar —soltó una risa perversa—, pero yo hago mi propio destino.

Bitter Sweet Symphony estaba por sacar la estrella. Cuando iba a coger la punta que sobresalía, esta volvió a meterse dentro de JoJo.

—¿Q-Qué sucede? —se preguntó Enrique. Llevó sus manos a sus bolsillos, dándose cuenta que no tenía la estrella.

—Jaque mate, Enrique —JoJo sonrío, mientras que Sui Generis sostenía la tercera y última estrella en su mano.

—¡Aaaahhhh! ¡Noooo! ¡Bitter Sweet Symphony!

Sui Generis clavó la estrella en el cuerpo de JoJo, pero Bitter Sweet Symphony atravesó su pecho, acabando con su corazón. Al sacar su brazo, el cuerpo moribundo de JoJo comenzó a alejarse en la nada. Un aura blanca lo rodeó y su cuerpo comenzó a desprenderse en miles de partículas de luz que iluminaron la enorme bóveda. Hasta que JoJo, desapareció.

Su cuerpo se desintegró tanto que sus partículas parecían constelaciones en el firmamento. Iluminando la oscura bóveda y a un enfurecido Enrique.

—¿Cómo diablos saldré de aquí? ¡No puede estar pasando!

Los restos diminutos de JoJo comenzaron a apagarse lentamente.

—¿Si llego al extremo de esta bóveda? ¿Podré salir?

De las miles de partículas de JoJo, solo tres quedaron encendidas y su brillo aumentó, llamando la atención de Enrique.

—¿Ahora qué? ¿Acaso él...?

Los tres puntos brillantes se movieron rápidamente hacia un solo lugar, varios puntos luminosos de la bóveda hicieron lo mismo. Parecía que algo los estaba aspirando, hasta que formaron la silueta de un hombre alto y corpulento.

—¡Es JoJo! —gritó alarmado.

El cuerpo de JoJo se regeneró con una vestimenta pulcra y con adornos dorados. Tenía ambos brazos y las heridas por la batalla habían desaparecido. Un aura blanca lo envolvía y veía a Enrique con arrogancia.

—Lo bueno de que reviviste, es que puedo matarte otra vez.

—En verdad, no morí. Fue gracias a esa estrella que mi cuerpo pudo trascender hasta esta forma y recuperarme por completo.

—¡Eso es el All...! —Enrique se detuvo. Vio una posibilidad de escape en el regreso de JoJo—. Déjame decirte que tienes un poder inmenso, tu stand puede hacer lo que sea si es que lo propones. Yo te puedo guiar si haces que escapemos de este sitio. Si nos quedamos más tiempo, el universo nos asimilará y nuestras conciencias desaparecerán.

JoJo simplemente lo miró.

—No lo medites más, JoJo. Escapemos de aquí. Puedes golpearme todo lo que quieras cuando escapemos, pero hazlo de una vez.

—Yo sé cuáles son tus intenciones, Enrique. Te lo diré de una sola manera: tú te quedarás aqui.

Un stand se desprendió de JoJo, pero este no era Sui Generis, sino que era más delgado y con otro rostro. Su cuerpo blanco contenía las tres estrellas en su pecho y sus brazos parecían tener perlas de diferentes colores con destellos.

—¡No lo pienses tanto, JoJo! ¡Esas estrellas te manipulan a su antojo!

—¿Lo escuchas?

—¿Qué? —preguntó extrañado—. ¿Qué cosa?

JoJo extendió sus brazos para luego cerrarlas, apuntando a Enrique. Como un relámpago, varias imágenes y lamentos llenaron la cabeza de Enrique, quien tuvo que taparse los oídos para tratar de evitar escuchar los alaridos de dolor.

—¡¿Q-Qué diablos es esto?!

—Son las víctimas que cruzaron el camino que te trazaste. Dices querer cambiar a la humanidad, pero tú eres el único que no quería cambiar. Nunca lo hiciste por mejorar a los humanos, solo querías tener el control de todo, y solo te pusiste esa justificación para mentirte a tí mismo que lo merecías por ser un acto noble.

—¡Aaahhh! ¡Haz que pare!

—¿Querías ser Dios? Pues ambos ya lo somos. Estamos en todo el universo, en todos los tiempos y en todos los lugares, a la misma vez.

—¡Aaaghhh! ¡Bitter Sweet Symphony!

El stand de Enrique apareció y chasqueó los dedos, pero en lugar de fragmentar el tiempo, aparecieron diez espejos dispersos por la bóveda. Enrique vio en un espejo a JoJo y saltó entre otros espejos hasta llegar a JoJo. Cuando estuvo cerca, volvió a activar a Bitter Sweet Symphony, manifestando más espejos que lo acercaron a JoJo. Saltó en tres de ellos y llegó hasta su fornida espalda.

Enrique se mostró emocionado mientras que Bitter Sweet Symphony atravesaba el abdomen de JoJo, pero no resultó. Pues el cuerpo de JoJo no sufrió ningún efecto ya que había convertido su abdomen en materia celestial, haciéndolo transparente.

—The Starman.

El nuevo stand de JoJo cogió a Bitter Sweet Symphony de sus brazos, mientras que este giraba, con un rostro lleno de arrogancia y tranquilidad.

—Si vas a atacar a tu enemigo, por lo menos míralo a los ojos.

Lanzó un golpe tan fuerte que mandó a volar sus dientes por toda la bóveda. Bitter Sweet Symphony y Enrique se alejaron por el impacto, pero JoJo y The Starman se acercaron. Ambos levantaron sus brazos y cerraron sus manos. Con esa acción, hicieron que los espejos de Bitter Sweet Symphony estallen en varios pedazos que flotaron rápidamente, acribillando a Enrique y su stand. Los ojos de Enrique mostraban desconcierto y desesperación, trataba de huir pero no podía alejarse demasiado.

—Shosho —dijo con un acento extraño debido a la falta de dientes frontales—, ¿ño golpeariash a un anshiano, verdad? —sonrió, mostrando una grotesca mueca.

—No hay cárcel terrenal para una escoria como tú —dijo ignorando las palabras de Enrique—. Por eso, te condeno a estar para toda la eternidad cerca de lo que siempre haz soñado, pero sin llegar a serlo.

—Entonshesh, ¡mátame, Shonatam Shostar!

The Starman lanzó un golpe mientras este hablaba, pero Enrique no sintió ningún dolor. Incluso, olvidó el momento en que The Starman atacó.

—¿Esho esh todo? —rió Enrique.

—Si pudieras ver a la misma velocidad que la luz, notarías que no estoy atacándote a ti, sino a tus moléculas.

—¡¿Q-Qué?! —preguntó alarmado.

JoJo chasqueó los dedos, cambiando el color de la bóveda. En ese momento, Enrique vio a The Starman lanzando trillones de golpes por segundo a su cuerpo. Pero su consciencia estaba a un lado, viéndolo todo.

—¿Quieres sentirlo? —JoJo volvió a chasquear los dedos y la consciencia de Enrique regresó a su cuerpo. Al entrar, sintió una sensación extraña en su ser y hasta en su ropa. No era dolor, era algo que iba más allá del dolor físico.

—¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora!

«¿Esto que siento es la muerte?»

—¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora!

«¿Está matando hasta el mínimo de mi ser?»

«No te condeno a morir, porque eso sería un regalo para ti» —intervino JoJo mientras The Starman lanzaba golpes a la velocidad de la luz—. «Te condeno a existir eternamente, Enrique Bunbury»

—¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora!

«¿No valió nada de lo que hice? ¿Realmente merecía esto? ¡No puedo acabar así! ¡Soy el Gran Maestro! ¡Soy el Gran...!»

—¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora! ¡Ora!

El cuerpo de Enrique se imbuyó en una energía blanca, que cubrió hasta la ropa que vestía. Bitter Sweet Symphony se desvaneció al instante cuando el cuerpo de Enrique explotó en quintillones de partículas brillantes que se esparcieron en la bóveda hasta tornarla del mismo color.

Luces rojas, azules, amarillas, rosadas y demás, circularon por la bóveda. Los puntos brillantes se encendían y apagaban. Una especie de cristal se formaba y se destruía.

JoJo vio pacientemente cada efecto. ¿Cuántos años eran en ese sitio? Lo único que quería era volver y poder descansar.

Las estrellas se iluminaron en el pecho de The Starman. El stand sostuvo a JoJo  mientras flotaban en retroceso hasta chocar con la bóveda. La estructura se deformó como si fuera de hule mientras JoJo y The Starman retrocedían.

«Solo deseo volver...»

Se estiró tanto que se rompió y JoJo salió a la deriva. Entró a un tunel fosforescente y sus ojos solo vieron una luz blanca mientras The Starman se desvanecía junto a él.

¿Qué tan lejos ha llegado la humanidad en el espacio? En 1977, la NASA lanzó la nave Voyager 1 al espacio para hacer hallazgos en los vientos solares y estelares.

Desde entonces, se ha alejado de la Tierra, viajando a 61 155 kilómetros por hora. Apenas en 1979, logró pasar la órbita de Júpiter y la de Saturno, en 1980. En 2021, se encuentra a 23 mil millones de kilómetros de la Tierra y continua alejándose cada vez más hasta adentrarse en la oscuridad del universo.

Si el Voyager 1 mantiene su estructura lo suficiente para llegar a lo más lejos del universo o si hubiera un ser capaz de ver el universo en toda su extensión, podría ver que las galaxias, estrellas, nebulosas y todos los cuerpos celestes tienen la figura de un hombre con una túnica. Sin embargo, en la parte donde debería estar su rostro, se puede notar una expresión de horror que parece deformar su boca. Como si estuviera gritando desesperadamente. Un grito que, por más fuerte que sea, es opacado por el profundo silencio del espacio sideral.

Próximo capítulo: Un beso y una flor

Nombre del usuario: Jonathan B. Joestar

Nombre del Stand: The Starman

Stats

Poder destructivo: Indefinido
Durabilidad: Indefinido

Velocidad: Indefinido
Precisión: Indefinido

Rango: Indefinido

Potencial de aprendizaje: Indefinido

Habilidades

El All Star es similar al Bizarre Love Triangle, ya que emplean las tres estrellas plateadas para ser activadas. Sin embargo, la diferencia radica en que el Bizarre Love Triangle usa a Astaroth como catalizador de dicho poder para evolucionar al stand y dotarlo con las habilidades que el portador desea con fervor. Mientras que en All Star no interviene ningún catalizador, por lo que el poder que se obtiene es dado según la necesidad del portador en determinado contexto.

Los efectos que realice el portador de un stand All Star permanecen el tiempo que el portador haya impuesto y no se detendrá aunque el All Star haya acabado.

Además, el estado All Star llega a absorber algo útil para el portador, a diferencia del Bizarre Love Triangle donde Astaroth evitaba que eso suceda con el portador de dicho poder.

The Starman tiene control total del espacio y tiempo, el cual usa para condenar a Enrique Bunbury y terminar con el ciclo de horror y muerte que empezó décadas atrás.

The Starman: el nombre del stand hace referencia a la canción "Starman" de David Bowie.

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