Miss Lafourcade

Todas las piedras del suelo vibraban debido al temblor. Del otro lado de la calle se aproximaba una avalancha de naranjas directo a JoJo y a Illya.

—¡Huye, boludo! —dijo Illya mientras corría en dirección contraria a la avalancha.

JoJo hizo lo mismo al ver la envergadura de la avalancha de naranjas que ocupaba toda la calle.

—¡Por tu culpa solo puedo invocar a dos cartas! —exclamó Illya, haciendo aparecer dos cartas en sus manos.

—¿Y las demás? —preguntó JoJo.

—Están dentro de la avalancha, a no ser que sean tocadas por alguien, no podré invocarlas.

El fuerte temblor seguía. La avalancha estaba muy cerca de ellos, a tan solo cinco metros.

—JoJo, no hay manera de esquivar la avalancha. La calle es inmensa y las naranjas están cerca de nosotros. La fortuna que den las cartas de Abarajáme debemos usarlas para salvarnos, ¿de acuerdo?

—¡Claro que sí!

—Espero que te toque una buena fortuna —dijo Illya, lanzándole una carta. JoJo tomó la carta en el aire y vio su fortuna en la carta.

"Erre con erre guitarra"

—¿Erre con erre guitarra? ¿Qué significa? —preguntó JoJo, confundido.

—¿Erre con err...? Oh, no... ¡JoJo, saltemos! —dijo Illya justo cuando a diez metros, en el centro de una pared, salía un enorme ferrocarril a toda marcha, cruzando la calle completa y destruyendo el camino y las casas.

¡Sui Generis! —exclamó JoJo, cogiendo a Illya e impulsándose con su Stand sobre el ferrocarril. La avalancha de naranjas chocó con el enorme bólido de metal y detuvo su marcha. Empujándolo hacia la dirección en que iba JoJo e Illya.

—¡Corramos JoJo! ¡Esa cosa nos aplastará! —dijo Illya, en los fuertes brazos de JoJo, quien corría como si su vida dependiese de ello.

El chirrido que ocasionaba el ferrocarril mientras era empujado por la fuerza de la avalancha cesó cuando la avalancha se detuvo. JoJo dejó de correr y puso a Illya en el suelo. Todo su cuerpo estaba lleno de sudor, lo que hacía que su camisa este pegada a su tórax, marcándole los abdominales.

—Te ves bien sin tanto cabello, JoJo —dijo Illya, recuperando el aliento.

—Gracias, Illya —dijo JoJo con una sonrisa.

—Aún me queda una carta —dijo Illya—, pero creo que la guardaré.

—¡Alto ahí! —Varios guardias estaban alrededor de ellos, apuntándoles con escopetas—. ¿Cómo trajeron el ferrocarril hasta la misma ciudad? —dijo un guardia con mostacho cano, obviamente el jefe de los guardias.

—Estamos a mano, JoJo. Tal vez ya nunca nos veamos después de esto. —Illya le guiñó a JoJo y le lanzó la última carta que le quedaba.

—¡Illya! —dijo JoJo. La carta le cayó en la frente y le reveló su fortuna.

"Avanza 300 metros"

El cuerpo de JoJo se elevó por unos segundos y salió a toda velocidad hacia adelante. Los guardias se sorprendieron al ver lo que pasaba. Illya solo sonrió y cerró los ojos.

JoJo subió a lo más alto, viendo toda la ciudad de Buenos Aires. La noche era tan oscura pero en ciertos puntos estaba iluminada por las farolas. Después de un minuto, JoJo comenzó a descender y cayó sobre el techo de un pequeño edificio. El techo se rompió por el peso de JoJo y este se golpeó en un piso de madera.

JoJo lamentó el dolor que sentía con un quejido. No sabía que estaba dentro del camerino de una chica, quien lo miraba con una toalla cubriendo sus pechos y su cintura.

—¿Quién sos? —dijo la mujer, un poco nerviosa y con un cuchillo en la mano.

JoJo trató de ponerse de pie pero el dolor que sentía en las costillas era enorme. Las fuerzas le bastaron para ponerse de rodillas. Miró a la mujer que tenía por delante, con sus ojos azules y ese brillo que Cerati vio en el desierto.

—¡Hey! No me mires, estoy casi desnuda —dijo la mujer, golpeando la cabeza de JoJo con el mango del cuchillo.

—¡Auch! —exclamó JoJo, sobándose la cabeza.

—Si crees que soy una prostituta por la forma en que bailo, dejáme decirte que sos un boludo y que perderás el pedazo de lengua de gato que tenés entre las piernas —dijo la mujer.

En un instante, JoJo tenía pequeñas heridas abiertas en sus brazos y su rostro.

—¡¿Qué sucede?! ¿Acaso tú...? —dijo JoJo.

Un aura púrpura rodeaba a la mujer, que se cubría con una toalla.

—¿Yo qué, boludo? —dijo la mujer, de manera desafiante.

JoJo se acercó a ella y la tomó de los hombros. Tenía una sonrisa de oreja a oreja.

—¡También eres una usuaria de Stand!

—¡¿Qué?! —exclamó la mujer.

La puerta del camerino comenzó a recibir golpes.

—Miranda, ¿estás lista? —dijo la voz de una mujer al otro lado de la puerta.

—Por favor Miranda, no digas que estoy aquí. Me están persiguiendo —imploró JoJo.

Miranda lo miró a los ojos. Al verlo, quedó hipnotizada por el azul de sus pupilas.

—E-Está bien, pero escondéte —dijo Miranda, más calmada—. Estaré lista en diez minutos.

—De acuerdo —dijo la voz de la mujer y se marchó.

—Gracias, Miranda —dijo JoJo debajo de una mesa.

—No sé quién sos, pero algo me dice que debo ayudarte. Además te ves inofensivo pese a los músculos que tenés —dijo Miranda con una sonrisa coqueta—. Poné esto en tus ojos, debo vestirme para el show —dijo lanzándole una venda.

JoJo la cogió y se la puso de inmediato. Las heridas se cerraron al instante, volviendo a la normalidad. No podía ver nada pero escuchaba a Miranda moviendo cosas.

—¿Desde cuándo lo tienes? —preguntó JoJo.

—Si te refieres al espíritu de pelea que tengo, pues desde que era niña.

Miranda se ponía un vestido negro muy ajustado, con perlas blancas en los bordes de la cintura. Unas medias traslúcidas cubrían sus piernas blancas y voluptuosas. Su pierna izquierda tenía la constelación de Orión como marca de nacimiento. Sus senos se vieron más realzados gracias a las correas que el vestido tenía.

Tomó los brazaletes de la mesa y las puso en sus brazos.

—¿No fuiste herida por una estrella plateada?

—No sé de que hablás hombretón, por cierto, ¿cuál es tú nombre?

—Soy JoJo.

—¿JoJo? Qué curioso nombre.

—Creo que sí, es lo único que recuerdo.

—Por tu acento veo que no eres de por aquí —dijo Miranda, mientras se echaba maquillaje.

—No lo sé.

—Ya puedes quitarte la venda, JoJo.

JoJo se quitó la venda de los ojos y vio a Miranda con un traje bastante sensual y llamativo.

—E-Estás hermosa.

—Ajá.

Miranda se acomodó la enorme pluma que adornaba su cabeza. El lazo rojo que rodeaba su cintura marcaba la delgadez de su cuerpo.

—Si querés seguir viviendo, quedáte aquí, ¿okey, JoJo? —dijo Miranda apuntándole con el índice.

—¿A dónde irás? —preguntó JoJo.

—Inocente pibe. Soy Miss Lafourcade y voy a dar un buen espectáculo.

Miranda abrió la puerta y salió del camerino. Dejando a JoJo solo.

Al otro lado de la ciudad. Cerati se encontraba sentado en medio de los hoyos del camino inundados del agua de Soda Stereo. No muy lejos de él, una cabeza pequeña con dos ojos enormes lo observaban.

—Jujuju... Estás muerto Cerati —dijo con una voz chillona y maliciosa.

Alzó el vuelo con sus pequeñas alas y un zumbido atronador.

1. Miranda Lafourcade: el nombre hace referencia al grupo musical de pop Miranda (los mismos que cantan Don o La guitarra de Lolo). Y el apellido hace referencia a la cantante Natalia Lafourcade.

Próximo capítulo: Mariposa Tecknicolor - Parte 1

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