El extraño de pelo largo - Parte 2

Cuando JoJo cayó, su enorme peso hizo temblar el suelo haciendo que el polvo se levante.

—¡Oye, no te duermas! —dijo Cerati, ahora más preocupado que enojado pues si su jefe superior veía que estaba junto a alguien no identificado, sería llevado a fusilamiento. Cogió su escopeta y con el mango, picó la espalda de JoJo sin obtener mejores resultados.

—Cielos, ¿qué voy a hacer? Si el capitán Brando me ve con este extraño de pelo largo, ordenará mi fusilamien... —Se detuvo al hablar, ya que para variar las cosas, un grupo de bandidos se acercaba raudamente hacia él. Cerati levantó su escopeta y dio un disparo al cielo.

En el ejército republicano argentino, cada soldado sabe que un disparo es para señalar que está viendo al enemigo. Dos disparos consecutivos indica que el enemigo se encuentra en movimiento y tres disparos señalan que el enemigo está cerca por lo que también es una señal de auxilio.

Cuando Cerati estaba por hacer el segundo disparo, un extraño viento remeció el cabello del desfallecido JoJo. Cerati quedó confundido pues pareció ver que el aire emanaba de la espalda del hombre gigante. Se dispuso a dar el segundo disparo, al apretar el gatillo, la punta de su escopeta estalló.

—N-No es posible... ¡Maldición! —exclamó Cerati. Era tarde. Los bandidos llegaron ante él.

Vestían unos sombreros de ala ancha con incrustaciones de rocas brillantes, sus ponchos tenían rayas oblicuas hechas con tela y sus zapatos tenían puntas respingadas. Los tres contaban con escopetas. Cerati estaba indefenso ante los criminales.

—Sé lo que quieren, solo déjenme decirles que le temo más al capitán Brando que ha ustedes, malditas lacras pelotudas —escupió en la dirección donde estaban ellos. En sus ojos se veía un fuego que se iba encendiendo.

—Esa actitud me agrada, chaval —dijo el bandido con acento español. Apuntó a Cerati con su escopeta y con una mueca que retorcía su cara hacia el costado—. Lo malo es que no vivirás lo suficiente para recibir la reprimenda del tal Brando ese —escupió con más fuerza, cayendo en el uniforme de Cerati.

—¡Minga! Pensé que era una roca pero es un hombre el que esta tirao —dijo el otro bandido, con claro acento español. La verdad es que el polvo había cubierto a JoJo por completo, dándole la apariencia de una roca en medio de la arena.

—Mátalo —ordenó el bandido que apuntaba a Cerati—. Que no despierte el muy bastardo.

El joven del cabello café vio como el otro bandido apuntaba la espalda de JoJo con la escopeta y apretaba el gatillo. Pero pasó lo mismo con su escopeta.

—¿Qué? ¡No puede ser! —exclamó el bandido.

—Sucedió lo mismo... —titubeó Cerati, recordando ver un leve viento alrededor de la espalda de JoJo antes de que el bandido disparase.

—Camilo, Sandro, volteen al tipo ese, hay que inspeccionar si tiene un arma. Yo lo apuntaré con la escopeta por si se pasa de listillo —dijo el bandido jefe, el que se encontraba cerca de Cerati.

—Pensé que vino con ustedes, porque vinieron en la misma dirección —preguntó Cerati, bastante confundido y cansado.

—¿En serio? ¡Bah! Nosotros solo vimos una tormenta de arena que nos tapó por completo, hasta se escuchó un relámpago —dijo el bandido. Hasta ese punto Cerati no tenía la más mínima idea de quién era JoJo ni la razón de su condición actual.

Camilo y Sandro voltearon al mastodonte de JoJo, su cuerpo estaba lleno de polvo y heridas sin cicatrizar como también de sangre y rasguños. Un punto brillante que salía de su pantalón llamó la atención de Sandro.

—Pues mirá, mirá nada más, este gilipollas tiene un diamante en su bolsillo —Sandro se acercó al bolsillo de JoJo y tomó el objeto. Como este no salía del bolsillo, jaló con fuerza—. Esta cosa no sale —dijo forcejeando.

—Con cuidao Sandro, no vayas a cortart... ¡Oh, no! —exclamó el bandido, al ver que Sandro en un intento desesperado por sacar el objeto brillante, se hizo una herida con este.

—¡Aaaaahhhh mi mano! —El objeto llegó a salir, pero se encontraba pegado a la herida abierta de Sandro. Era una estrella hecha de un metal brillante, una de las puntas provocó la herida.

—¡Suéltalo Sandro! —gritó Camilo a su compañero.

—¡No puedo! ¡Me duele! ¡Joder! —Exclamaba Sandro, la punta de la estrella seguía pegada a su herida. Presionaba sus dientes y soltaba maldiciones, hasta que algo que vio cerca de JoJo lo hizo callar. En ese momento, la estrella de metal cayó al suelo.

—¿Q-qué es... es...? ¡¿esa cosa?! —exclamó señalando a JoJo. Había un terror enorme en los ojos de Sandro—. ¿No lo ven? Es un monstruo, es extraño lo que está ahí... —Paró de hablar ya que su garganta se había ensanchado y profería sonidos de ahogado, como si tuviera algo llenando su boca.

—¿Qué rayos pasa? —exclamó Cerati, lleno de dudas y una sensación en su estómago que le advertía que estaba cerca de algo mucho más grande.

—¡Sandro! —gritó Camilo al ver que su amigo se tiraba al suelo y escupía algo de la boca, lo que sonó en el suelo pero no pudo ver nada. ¡Ya que no vio nada caer!

—He... He tirao un huevo... ¡de mi bocaaaaaaa! —gritó al cielo con espanto y un poco de locura. Terminando su grito con una risa desenfrenada.

1. Camilo: el nombre de este personaje hace referencia al cantante español de baladas Camilo Sesto.

2. Sandro: el nombre de este personaje proviene del cantante argentino Sandro de América.

Próximo capítulo: El Huevo de Sandro - Parte 1

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