El ataque de los Valderrama - Parte 2

«JoJo, debes comportarte como un caballero»

Esa frase resonaba en la cabeza de JoJo cuando despertó luego de ser lanzado 50 metros. La gente lo rodeaba por completo, ya que no era normal que un hombre tan grande haya aparecido de la nada.

—Che, ¿quién es este sujeto tan indecente? —dijo un tipo vestido elegantemente.

—Ese cabello largo... ¡Ugh! Da mal aspecto —dijo una señora de cabellos rizados y una nariz enorme.

JoJo se puso de pie. La voz que escuchaba en su cabeza le parecía familiar. Seguramente era alguien muy cercano a él pero no podía recordar. La palabra Stand le había traído a la mente un hermoso jardín. Lleno de árboles y rosas por doquier. Sin embargo, no recordaba de dónde era ese lugar.

Se llevó la mano a la sien y la presionó. Su cabeza le dolía. Hasta que fue consciente de la situación y trató de ponerse en posición de defensa.

—Permiso señores, esta es una conversación entre mi amigo y yo —dijo Illya, abriéndose paso entre la multitud.

—¿Qué le hizo a ese hombre? —preguntó un hombre con un libro en la mano.

—Ehmm... —Sacó una carta de Abarajáme y se la lanzó al hombre del libro—. Eso no le importa a usted —respondió Illya. La carta chocó con la nariz del hombre y le reveló su fortuna.

"Río de piedras"

El hombre del libro se quedó confundido ante la carta flotante.

—¿Esto es bruj...? ¡Aghhh! —empezó a sentir algo en la garganta. En su cuello se podía ver pequeñas formas que aparecían cada segundo que pasaba. Hasta que vomitó un gran número de pequeñas piedras de río.

La gente estaba asustada y salieron despavoridos gritando que era brujería.

—Ahora sí estamos solos, JoJo —Illya se acercaba al herido JoJo. La oscuridad en la que la avenida se sumergía no ayudaba mucho a la vista de JoJo.

—D-déjame en paz... Por favor...

—No hasta que me entregues la estrella de plata —dijo Illya, mirando a JoJo como si fuera un insecto.

—¡Sui Generis!

El Stand de JoJo apareció y se dirigió a Illya. Este lanzó una carta al Stand pero no pudo esquivar el puñetazo de Sui Generis.

—¡Aaaaagghh! —gritó Illya, mientras caía al suelo a diez metros de donde estaba.

La carta flotó hasta JoJo, mostrándole su fortuna con el sonido peculiar que Cerati había escuchado.

"Camarones, camarones, en tus manos no cabrán"

Al desaparecer la carta, los brazos de JoJo empezaron a transformarse en dos tenazas gigantes.

—¿P-pero qué es esto? —exclamó JoJo al ver sus tenazas.

—Ja, ja, ja, ja... Ese es el poder de Abarajáme —dijo Illya, de pie—. Dame la estrella, JoJo, y nadie más saldrá lastimado. Te lo prometo.

—No lo tengo —dijo JoJo, enojado y repiqueteando las tenazas.

—Entonces Cerati lo tiene, ¿no es así? Kuryaki ya debió haberse encargado de él. Debe tener la estrella en sus manos y ya debe estar dirigiéndose al Cuartel.

JoJo seguía repiqueteando sus tenazas. Las palabras de Illya solo hacían que su sangre hierva del enojo.

Sui Generis —pensó un momento lo que iba a hacer. No sabía qué es lo que hacía su Stand, así que pensó rápidamente en algo.

—Si te acercas podrías morir, JoJo —la voz de Illya era fría y vacía, pero estaba cargada de maldad.

—Primero dime, ¿fue el tal Dio Brando quién te mando?

—Los asuntos del señor Dionisio Brando no tienen nada que ver conmigo —la oscuridad de la noche creaba sombras en el rostro de Illya.

Sui Generis seguía detrás de JoJo mientras este pensaba en alguna manera de vencer a Illya. Los pasos que daba Illya sobre el camino empedrado, resonaba en la oscura calle nocturna. Poco a poco se acercaba a JoJo con seis cartas en la mano.


JoJo tenía los ojos cerrados, trataba de concentrarse pero la voz grave que sonaba en su mente como ecos de murciélago no lo dejaban en paz.

«JoJo... JoJo... JoJo... Siéntate... Por favor, para JoJo... Tu madre... JoJo... Bit...»

Al escuchar la última palabra, recordó una luz azul que nubló su vista. Una energía recorrió todo su cuerpo y se puso de pie. Abrió los ojos. Estos estaban encendidos de una gran poder que corría por su sangre. Apretó los puños y avanzó hacia Illya.

—No dejaré que me derrotes, Illya.

—Eso veremos, JoJo.

¡Sui Generis!

—¡Abarajáme!

JoJo hizo una pose mientras su Stand avanzaba velozmente hasta su enemigo. Illya, por su parte, había saltado con sus brazos extendidos y en cada mano aparecieron siete cartas.

—¡Ahora verás el poder de Abarajáme! —exclamó Illya mientras seguía en el aire. Con un rápido giro, lanzó las catorce cartas hacia JoJo y su Stand.

—Justo como lo predije —dijo JoJo para sí mismo—. Golpea el suelo Sui Generis.

En el acto, el Stand de JoJo dio un fuerte golpe al suelo. Haciendo que las piedras que estaba levemente incrustadas en el camino brinquen de su lugar.

—¡¿Qué?! —exclamó Illya, al ver como todas las piedras impulsadas por el golpe de Sui Generis chocaban con las cartas de Abarajáme. Ninguna de las cartas lanzadas tocó a JoJo ni a Sui Generis. El Stand de JoJo volvió al lado de su usuario.

Todas las cartas se desviaron de su trayecto, rodeando a Illya.

—Me la jugué al hacer ese movimiento. Cuando espantaste a toda la gente que me rodeaba, varias piedras del camino dieron pequeños brincos, por lo que supuse que un fuerte golpe en el suelo las haría saltar. Si lo hacía, crearía una barrera para que ninguna de tus cartas, llegase a mí. Pero lo que no pude predecir es que tu propio Stand te rodeé.

Illya apretaba los dientes. Estaba rodeado por su propio Stand.

—¿Crees que esto me detendrá? —pronunció Illya—. Por obvias razones, mi Stand no funciona contra mí...

—Entonces levántalas y vuelve a tirármelas. —Señaló a Illya con su tenaza—. Si lo haces, esta vez no podré detenerlas y me veré atrapado en un ciclo de fortunas al azar.

La mirada de JoJo se posó sobre las de Illya. Este podía sentir la determinación que corría por sus venas y brillaban en las palabras.

—V-Verás que no miento.

Illya se agachó para coger una carta. Acercaba lentamente su mano a la más cercana. Las gotas de sudor no tardaron en descender por su rostro. Soltó un suspiro y puso su mano en el pecho. Cogió su ropa y la rompió al sacarla de su cuerpo.

—¡Esto es de lo que estamos hecho los Valderrama!

Illya barrió las cartas del suelo con el retazo de su ropa en dirección a JoJo. La fuerza que aplicó en los dos barridos hizo que las cartas volasen rápidamente hacia JoJo.

—N-no podré detenerlas —pensó JoJo, al ver cómo las cartas se aproximaban a él.

—Ja, ja, ja, ja, ja, ja. —Illya levantó la ropa con la que hizo el barrido, en señal de triunfo. —Espero que sufras, JoJo. Ja, ja, ja, ja.

Una carta que se había atorado en el bolsillo de la ropa de Illya salió de su escondite, cayendo sobre la cabeza de Illya. Este supo de inmediato qué era lo que había caído sobre su cabeza y aceptó su destino.

"Naranjas en el mar"

JoJo estaba petrificado al ver las doce cartas volando hacia él. Volvió en sí y dio un salto antes que las cartas lo tocasen a él o a su Stand.

—Estuvo cerca —pensó.

Pero una carta chocó con su pierna y le reveló su fortuna.

"Mucho de algo no es bueno"

JoJo quedó confundido ante las palabras de la carta que se desvanecía. Al igual que su enorme cabello caía por sus hombros, dejándolo con un cabello más corto.

Cuando todo el extenso cabello cayó por sus hombros, se pudo ver una particular marca en su hombro izquierdo: una estrella.

En ese momento, un temblor sacudió la avenida entera. A lo lejos, se aproximaba una río de naranjas que inundaban toda la calle.

Perdonen la demora, tuve una semana muy atareada y no pude avanzar mucho. Lo poco que había avanzado no me gustó y lo rehice. Estos días iré subiendo más capítulos para no extender mucho la trama del actual arco. Además, estoy preparando algo para esta semana que hará más divertido el fanfic.

Próximo capítulo: El ataque de los Valderrama - Parte 3

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