Auténticos Decadentes - Parte 2

¡Soda Stereo! —gritó Cerati, haciendo que su Stand se anteponga sobre él y protegiéndolo con sus brazos cruzados.

El impacto de los golpes de los Stands de los Ceratis afectaron los brazos de Soda Stereo del Cerati original.

—¡Aah! —gritó Cerati por el dolor producido. Se alejó de ellos de un salto para pensar en una estrategia.

—La única manera de acabar con ellos es venciendo al usuario, pero en dónde se encuentra —pensó Cerati.

Retrocedió un paso. Tenía como objetivo encontrar a los bandidos, pero ahora era más importante encontrar al usuario de Stand que estaba escondido en algún lugar.

Los Ceratis avanzaron hacia él para atacarlo con sus Stands. Cerati, al ver que no podía atacar a ninguno, decidió salir del vestíbulo y correr por el pasillo.

—¡Demonios! Si los ataco con mi habilidad, vendrán más de ellos y yo seré afectado —pensó Cerati. Buscó rápidamente con la mirada a alguien que sea sospechoso pero no lo encontraba. El manicomio parecía un desierto.

—¡No huirás! —dijeron los Ceratis, corriendo hacia él.

Es entonces que se le ocurrió una idea. Entró al pasillo de las habitaciones y con ayuda de su Stand, abrió todas las puertas.

—¡Corran! ¡Hay un diluvio! —gritó Cerati, despertando a todos los internados.

Los Cerati que estaban al otro lado, vieron al Cerati original con escepticismo.

—Eso no te ayudará, pelotudo —dijo uno de los Ceratis.

Cerati sonrió y activó a Soda Stereo. El Stand comenzó a golpear el suelo con toda la fuerza posible.

—¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! ¡Dega! —Gritaba el Stand mientras provocaba que del suelo emergiese una erupción de agua, tan fuerte que chocaba con el techo alto. En cuestión de segundos, el pasillo entero se llenó de agua y los internados salieron despavoridos, distrayendo a los Ceratis.

Para cuando fueron en búsqueda de Cerati, este no estaba. El agua seguía emergiendo de manera potente y el nivel del agua crecía cada vez más.

«Ya estoy lejos de ellos —pensó Cerati, mientras corría por las escaleras»

—No lo creo, Cerati —dijo un Cerati saliendo de las columnas.

—¿Pero qué...?

Fue interrumpido ya que otros dos Ceratis los sujetaron por la espalda. Uno que salía del suelo con su Stand, avanzó hasta él y lo golpeó en el estómago.

—¡Cragh! —El golpe le provocó un dolor intenso en la boca del estómago.

—Tal parece que no cumplirás con lo que te propusiste, ¿verdad?

El rostro de Cerati mostró una confusión acerca del comentario de su otro yo.

—Sí Cerati, también tenemos tus mismos recuerdos, pero no sabemos lo que estás pensando. No me imagino cómo estaría padre al verte ahora, como una estúpida criatura que no sabe qué hacer

El otro Cerati rió y lo siguieron los otros Ceratis.

—Deja a mi padre fuera de esto —dijo Cerati con un tono de voz que mostraba su enojo.

—Lo peor sería la mirada de mamá —continuó el otro Cerati—, ¿te imaginas la decepción al ver como su hijo está derrotado y con una bata que usan los dementes? Posiblemente, estuviera llorando al verte.

—¡Cállate! —El enojo hacía que forcejeara con los otros Ceratis pero ambos eran más fuertes que él, por lo que su intento fue inútil.

El agua empezaba a caer por las escaleras, llenando todo el piso. Los gritos de los internos se escuchaba en todo el manicomio. Los cuidadores iban de un lugar a otro evitando el pánico, golpeando a los enfermos con sus porras.

—¡Cálmate animal! —gritó un cuidador, mientras propinaba un severo golpe en la cabeza a un famélico paciente de epilepsia.

Cerati veía tal escena con una mirada de enojo y frustración. Los dos Ceratis lo tenían agarrado del cuello y de los brazos.

—Es un movimiento desesperado, pero es lo único que tengo en mente —pensó Cerati.

Activó a Soda Stereo y este, de manera veloz, se deshizo de los dos Ceratis, liberando a su usuario original. Al instante, otros dos Ceratis emergieron  del suelo y del techo, respectivamente.

—¡Soda Stereo! —gritó Cerati, provocando una erupción de agua que apartó a los demás Ceratis.

Más Ceratis con sus respectivos Stands emergían alrededor de Cerati.

—No escaparás de nosotros

—Eres la vergüenza de tus padres

—¡Deshonra!

Decían los Ceratis, por su parte, Cerati dejó de escucharlos. Pero una idea pasó por su mente.

—Si ellos saben acerca de mis recuerdos, entonces, también saben sobre...

Varios Ceratis se abalanzaron sobre él, evitando que pueda moverse.

Un hombre, vestido con el traje de los cuidadores, se acercó a Cerati y lo roció con un spray de agua. Cerati empezó a sentir los párpados pesado y apenas oía las palabras del sujeto.

—La ubicación de la estrella de plata está siendo en... ada al señ... Vin... Doppio... Ahora eres su nuevo juguete...

Escuchó Cerati con un tono perverso cerca de su oído, trató de ver de quién se trataba pero su mente empezó a desfallecer y quedó desmayado luego de unos segundos.

Próximo capítulo: Auténticos Decadentes - Parte 3

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