The Chain - Parte 4
Las válvulas mostraban las manecillas ir lentamente hacia la izquierda. A la zona peligrosa donde indicaba una disminución de helio que permitía flotar al dirigible.
El operador, quien fue el único que Blades permitió vivir, estaba desesperado, pues estaban perdiendo altitud lentamente.
La puerta se abrió y se sobresaltó pensando que era Ruben Blades, sin embargo, se trataba de un hombre fatigado con un turbante sucio en la cabeza.
—¡Aterriza esta cosa! ¡Quiero largarme! —exclamó Griffin.
—P-Pero el señor Blades...
—¡Ya no me importa! Solo quiero irme lejos de aquí. Tu también deberías hacer lo mismo.
El operador asintió y comenzó a mover las palancas y el timón, pero una masa pegajosa se impregnó en la cabina de mando, impidiendo que pueda mover una palanca o incluso, apretar un botón.
—¿D-De donde salió esto? —se preguntó el operador.
—La altura es perfecta —dijo una voz desde la entrada.
Griffin y el operador voltearon a ver, observando al misterioso hombre rubio quien sostenía una esfera de metal en su mano. La hizo saltar en el aire, tomándola al instante y lanzándolo hacia el operador. Arrancándole la cabeza y destruyendo la ventana que estaba frente a la cabina.
—¡¿Quién diablos eres?!
—Mi nombre es... ¡Eminem! —desplegó sus alas y saltó como una fiera hambrienta hacia Griffin. Al tomarlo del cuello, hizo aparecer pesadas cadenas que lo obligaron a arrodillarse.
—Ruben Blades tiene ese objeto que encontró mi abuelo y una llave que abrirá el siguiente sello. ¿En dónde están?
Apretó la cadena, ahorcando a Griffin por unos segundos.
—N-No lo sé —respondió desesperado.
—¿En serio?
Los vellos del cuello de Griffin se encrisparon. Sintió una extraña sensación proveniente de las cadenas hasta que sintió una alta cantidad de voltaje atravesando su cuerpo.
—¡Aaaahhhh!
—Respóndeme adecuadamente o la siguiente derretirá tu piel, luego usaré tu cadáver como un titere de circo —susurró en el oído de Griffin.
Este asintió y comenzó a gatear, hasta que una sombra salió del pasadizo, extendiendo largas cuchillas de sus manos para atacar a Eminem. Este apenas pudo esquivarlo, perdiendo un pedazo pequeño de su ala derecha.
Giró sobre sus pies y saltó hasta el otro extremo del cuarto de mando.
—Finalmente el stand de mi padre está frente a mí —dijo sonriendo—. Con mi madre no usé demasiado la habilidad de mi stand, pero contigo... las cosas cambian.
Men at Work no respondió. Su mirada impasible contrastaba con sus filosas manos.
Griffin aprovechó y se deslizó hasta escapar por el pasadizo, pero una fuerza invisible jaló la cadena hasta llevarlo donde Eminem.
—Si te importa este hombre, dime dónde esta la reliquia, Ruben Blades.
No hubo respuesta por parte de Men at Work. Estiró sus brazos y se abalanzó sobre Eminem.
Este sacó una pesada bola de metal y lo lanzó hasta Men at Work, quien lo esquivó y partió la esfera en tres partes con un rápido movimiento de sus cuchillas.
—Buenos reflejos, eso me dice mucho de ti.
Men at Work volvió al ataque, solo que esta vez recibió un espadazo como respuesta por parte de Eminem. Sus alas se replegaron a su espalda y combatió con el stand por unos segundos. Atajando y desviando sus enormes cuchillas con brillo propio.
—¡Ja, ja, ja, ja! Esto es el mejor juego que he tenido con mi padre desde que era niño —exclamó Eminem, pateando a Men at Work hasta la puerta.
El stand se impresionó por la fuerza del golpe por lo que agitó las cuchillas, rozándolas con el piso, provocando un hiriente chirrido.
—¡Surfin Bird!
El stand de Griffin salió de su cuerpo y lo agarró del cuello para salir por la ventana. Pese a que era demasiado peso, aún podía mantenerse en el aire.
—¡Ah, ah! ¡Ya no aguanto a estos dementes!
Estando a dos metros fuera del dirigible, Eminem rompió la ventana y voló, agarrando al stand y al usuario para lanzarlos hasta la cubierta superior del dirigible. Extendió sus alas y fue hasta donde los mandó, sin embargo, la perniciosa sombra de su padre también lo siguió.
—Es hora de que veas lo que soy capaz...
Sus manos se estiraron hacia el frente, lanzando decenas de estacas que Men at Work esquivaba con dificultad. Aun asi, varias de ellas atravesaban su cuerpo, dejándolo como queso suizo.
—Eso fue muy fácil.
Los agujeros de Men at Work vibraron hasta que los bordes comenzaron a resquebrajarse por todo su cuerpo, provocando que se despedace. En cuestión de segundos, habían cinco Men at Work, preparados con afiladas cuchillas.
—Ahora todo tiene sentido —dijo Eminem sonriendo—. Probemos tus límites, Blades.
Los Men at Work giraron, convirtiendose en un torbellino mortal que se acercaban a Eminem. Este respondió apareciendo un buque aleman que lanzó, viendo como los stands destrozaban el navío en solo un segundo.
—Ni siquiera el metal les hizo daño...
Eminem corrió sobre el dirigible, huyendo de los Men at Work, pero estos no querían perder el tiempo por lo que dos se fueron a la izquierda y otros dos a la derecha, quedando uno como el perseguidor principal.
Eminem sonrió. La oscuridad de la noche comenzaba a hacerse presente, pero aun así se mantenía sonriente. Escuchó la ráfaga de aire provocada por las cuchillas tan cerca que no pudo esquivarlas, siendo atravesado por 4 cuchillas, luego por otras 4 y finalmente por las dos de el Men at Work que lo seguía por detrás.
Los ojos blancos de los stands se abrieron como platos al ver que el cuerpo de Eminem estaba en una especie de caja.
—Buen truco de magia.
Rápidamente abrió la caja y salió con ayuda de sus alas. Su cuerpo y sus alas estaban intactos.
—Mi turno —sonrió y de su mano salió una masa densa y verde—. ¡Savia concentrada!
Esparció el fluido sobre los Men at Work, atrapándolos en medios del líquido viscozo. Apenas podían moverse, por lo que Eminem sacó una enorme hacha, partiendo la cabeza de dos de ellos. Estos se dividieron en cuatro Men at Work, debido a la cantidad, pudieron salir del encierro de la savia y corrieron hacia Eminem con todas sus fuerzas.
Eminem contrarrestó los ataques con su hacha, luego sacó una espada y atravesó a un Men at Work, pero aún tenía a tres sobre él. Pronto serían más ya que el resto que quedó atrapado estaban saliendo y se dirigían hacia él.
—¡Ya tengo todo lo que necesito!
Extendió sus alas y sobrevoló en el aire, dirigiéndose hacia los Men at Work que estaban listos para acabarlo con sus enormes cuchillas de las manos. Tres de ellos saltaron hacia Eminem, siendo atacados con el hacha y espada de Eminem, que pronto fueron tres a la vez. Rápidamente, sacó un pequeño cañon y disparó a dos Men at Work que iban por detrás.
Se dividieron, aumentando el número de Men at Works.
El chirrido de las cuchillas se hizo más fuerte. Más de diez réplicas de Men at Work perseguían a Eminem sobre la superficie del dirigible. Este atacaba con artefactos que hacía aparecer con sus manos, pero en vez de disminuir el número de sus perseguidores, sucedía todo lo contrario.
Llegó al punto de que los Men at Work cubrían un tercio del dirigible, mientras que los evitaba volando encima de ellos.
—Mi turno.
Replegó sus alas a su espada y se lanzó como en una piscina hacia los Men at Work que se abalanzaron sobre el punto de caída de Eminem.
Como hienas hambrientas cayeron sobre este, con sus cuchillas repiqueteando sin parar y provocando chirridos irritantes. Pero eran tantos que los que se acercaban no se daban cuenta de lo ocurrido.
Varios Men at Work que llegaron primero tenían las cuchillas destrozadas y se retiraban, pero apenas podían apartarse pues el tumulto de Men at Works proviniendo de todas partes no los dejaban.
En medio de la confusión, Eminem se puso de pie con un traje turquesa con una textura sólida. Tan sólida que no quedaba lugar para el reflejo.
—Ah... es la primera vez que veo una parte de ti que retrocede atemorizada de mí —sus manos se cubrieron por dicho traje, convirtiéndose en un duro guante con afiladas garras—. Luego de ver como hacias picadillos objetos de metal, tan duros y pesados llegué a la conclusión de que tus cuchillas eran sumamente filosas...
Las alas salieron de su espalda, recubriéndose por esa textura que avanzaba hasta la punta de ambas alas como el hielo.
—Así que tenía que gastar todas las posibilidades posibles para tomar una decisión y actuar. Lo que me recubre ahora mismo es el material más duro conocido hasta nuestros días y ya haz visto que soy inmune a tus ataques.
Una mirada provista de odio y venganza se reflejaba en los ojos de Eminem, a pesar de la inminente oscuridad de la noche, los Men at Work sentían, por primera vez, el miedo.
—Por creerte invencible es como haz caído en mi trampa, ignorando un dato muy importante... ¡el diamante es irrompible!
Saltó hacia los Men at Work atravesándolos con sus garras y sintiendo su esencia sumarse a su cuerpo.
—Hmm... que delicia. Los stands son la manifestación del alma de una persona y ahora tengo una granja de varias partes del alma de mi padre. ¡Esto es maravilloso!
Las púas de los extremos de sus alas atravesaron a Men at Works que trataban de escapar, pero cuando fueron atrapados se desvanecieron luego de ser absorbidos por las alas de Eminem.
Como un animal hambriento, se abalanzó sobre cada Men at Work, absorbiéndolos a su ser.
Dentro del dirigible, Chayanne y Redbone estaban cara a cara con Ruben Blades. Dispuestos a arrebatarle la reliquia que buscaba Hall.
Blades sacó un objeto de su bolsillo, mostrándoselo a ambos.
—Pensaba usarlo con unas personas especiales, pero viendo las circunstancias.
Redbone pudo ver un destello plateado al lado de Blades, notando una parte de la moharra.
—¡Ahí está! —exclamó corriendo hacia Blades.
Chayanne también hizo lo mismo, con ondas en sus manos.
Blades los veía acercarse sin descontrolarse. Levantó el objeto a la altura de su cara y cuando iba a hablar, sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo.
—¿Q-Qué es esto?
No pudo decir más pues un fulminante puño de Redbone se estampó en el vientre de Blades, lanzándolo unos metros atrás. Chayanne buscaba rematarlo con el Hertz, pero Blades se recompuso y se lanzó antes hacia Chayanne, dándole un fuerte cabezazo que hizo retroceder unos pasos.
—No tengo tiempo para jugar con ustedes —dijo, sin controlar los escalofríos que tenía en el cuerpo.
Redbone saltó con una patada giratoria pero Blades lo tomó de la pierna y lo lanzó hacia Chayanne. Luego partió el suelo, cogiendo los pedazos de madera y lanzándolo hacia Redbone, quien los pudo frenar con su cuerpo que se convirtió en metal.
Viendo como ambos se ponían de pie, Blades no pudo soportarlo más y saltó hacia ellos, cogiéndolos de sus cabezas y estrellándolas entre sí. Chayanne aprovechó e inoculó ondas Hertz en su brazo, logrando que se adormezcan. Pero a Blades eso no le negó moverse, por lo que le dio un severo golpe con los hombros.
Antes que se golpeé con la pared, Blades corrió y tacleó a Chayanne contra el suelo. De sus manos salieron ondas para atacar a Blades, logrando impactarlas en las rodillas del enorme hombre, pero aún así, logró impulsarse con sus rodillas, usando su cuello para dar una bofetada en la cintura de Chayanne.
—¡Aaahh! —exclamó Chayanne.
Redbone corrió a ayudar a su amigo, lanzando un golpe hacia la cabeza de Blades, pero este giró, recibiendo el golpe en su brazo adormecido.
Pese a que provocó un enorme sangrado, debido a la dureza del puño del apache, Blades se mostraba concentrado y, aprovechando el giro, empujó con su tórax a Redbone, estrellándolo contra la pared del pasadizo.
—Se más observador, indio. ¿Acaso no viste que tu compañero hizo dormir a mi brazo? —habló con una sonrisa en los labios.
Caminó de rodillas. Gracias a que estaba a esa altura, pudo notar una sucia jaula con una especie de animal en su interior.
—«¡Es ese tal Rednex! Y lleva tatuajes en su cuerpo. ¿Cómo llegó hasta aquí?»
—Seguramente te estarás preguntando cómo llegó hasta aquí —dijo una voz proveniendo del pasadizo.
Era Eminem que llegaba inmaculado, esquivando el cuerpo de Redbone al levantar el pie del suelo.
—¿Quién diablos eres tú?
—Eso ya no importa, Ruben Blades.
Sus enormes alas se desplegaron, pero no solo eso, una figura comenzó a desprenderse de su espalda de una forma grotesca y abominable. Eminem sonreía frente a los impactados Chayanne y Redbone, mientras que Blades veía absorto lo que ocurría.
—¿Puedes prestar atención, por favor? —pronunció Eminem de manera descarada.
Aquella figura se puso de pie. Se trataba de un ser humanoide, delgado pero la piel escamosa y húmeda, con unos ojos azules enormes y lo que parecían ser tatuajes tribales formando una especie de cabello rasurado con unas tres coletas que caían hasta la parte baja de su espalda.
Chayanne dejó de ver las alas de aquel hombre rubio, preguntándose si lo que vio no era parte de alguna alucinación.
—Soy Eminem y este es mi stand The Real Slim Shady —señaló a Blades con un dedo acusador—. Y hemos venido a romper la cadena de los Blades.
Próximo capítulo: The Chain - Parte 5
1. The Real Slim Shady: el nombre del stand hace referencia a la canción del mismo nombre perteneciente al rapero estadounidense Eminem.
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