I'm still standing - Parte 2
La pequeña criatura empezó a retorcerse, tratando de salir de la abertura, hasta que lo logró, sacando la hendidura de la cabeza de Joe.
—¡Aaahhh! —exclamó Juan Gabriel—. ¡¿Le sacó media cabeza?!
El dolor que sentía Joe desapareció y se sorprendió al ver al pequeño stand tener la abertura en sus pequeñas patitas.
—¿Gomuuu-yooon? —movió su colita mientras veía a Joe con sus tiernos ojos.
—¡Ja, ja, ja, ja, ja! —las carcajadas de Rasputín resonaban más que antes—. Esa cosa no parece ser peligrosa. Será mejor acabar con esto antes que aprenda a usar la habilidad que tiene.
Extendió sus brazos mientras que su stand apareció detrás de él.
—¡Oh, protector de la sangre del Sol! ¡He venido hasta aquí desde tierras lejanas para...
Stroheim y Juan Gabriel se apresuraron a salir de la tierra para evitar un ataque de Rasputín, pero el alemán tenía otros planes en mente.
—...entregarte a estas pobres almas a cambio de que me entregues las llaves para ingresar al espléndido Dorado!
Aguardó por una respuesta o una señal, pero nada ocurrió.
—¡Oh, criatura alada! ¡Enorme bestia superior! ¡Atiende mi llamado y toma lo que ofrezco a cambio de permitirme el ingreso al Dorado! —gritó más fuerte pero nadie le respondió—. ¡Déjame escuchar tu voz por lo menos!
—¡Ya llegué y te ordeno que te bañes! —exclamó Juan Gabriel.
Con la rabia hirviéndole la sangre, Rasputín sacó un papel del bolsillo de su pantalón. Lo examinó varias veces sin entender qué pasaba.
—Tal vez solo fuiste ingenuo, Rasputín —dijo Joe—. Crees esas patrañas y dañas a la gente solo para obtener poder. Quien te haya dicho sobre esa leyenda, se debe estar riendo de que hayas viajado miles de kilómetros solo para encontrar nada.
—¡Yo sé lo que vi! ¡Esto es real! —partió el papel en miles de pedazos con ayuda de su stand—. Pero lo importante es que ustedes no verán salir el sol de mañana.
Justo cuando iba a atacar a Joe, una cuerda atrapó su pierna y lo hizo caer de cara. Era Stroheim quien sostenía la cuerda y lo jalaba hacia él, esperándolo con su brazo convertido en escopeta. Pero Rasputín fue más rápido y se puso de pie, jalando la cuerda con su pierna y logrando arrebatársela a Stroheim.
—¡Disfrrruta de las luces, monje loco!
Es entonces que Rasputín se dio cuenta que la cuerda estaba atada a una bomba la cual estalló cerca del monje, quemando sus brazos y lanzándolo a varios metros de distancia. Pudo evitar que su cuerpo se destroce gracias a Boney M que lo recubrió con una capa de huesos.
Al aterrizar, arrastró la tierra del suelo. Se reincorporó y examinó su entorno. Redbone seguía herido en el suelo, Joe estaba a unos metros detrás de él junto a su stand, Stroheim y Juan Gabriel se encontraban a diez metros delante de él. Ambos eran potenciales oponentes a vencer, pues los stands que tenían podían hacerle daño.
—Hmmm... otra situación límite. Esto me trae recuerdos...
Muchos años atrás, Rasputín había sido emboscado por los nobles rusos al ver el enorme nivel de intromisión y manipulación que tenía sobre el zar Nicolás. Además de los rumores que indicaban a Rasputín como el amante de casi todas las mujeres de la nobleza rusa, incluyendo a la zarina. Por eso mismo, planearon una cena donde él sería el invitado especial. La comida que le servirían al monje estaría llena de cianuro, pero al comerla con voracidad, se perturbaron al verlo tan igual que siempre.
Lo que no sabían es que Rasputín reconoció el sabor del cianuro y usó a Boney M para rasgó las paredes de su estómago para usar la sangre y encapsular el cianuro. Dejando las cápsulas de hueso en el estómago, cuyo dolor ocultó bastante bien. Sabiendo las intenciones de los nobles, sabía que el imperio ruso estaba por caer, así que dejó que lo atacaran con todo lo que tenían para fingir su muerte. Fue disparado múltiples veces, pero estas balas no le afectaron pues Boney M se encargaba de proteger a su usuario. Decidió escapar usando el helado río y dejó un cadáver exactamente igual a él para que todos crean que estaba muerto.
Huyó a Asia y estuvo vagando hasta que se enteró de la caída del imperio y el asesinato de los nobles rusos por parte de los soviéticos. En ese momento, estalló en una risa que duró una semana.
—Ah... que buen chiste.
Rasputín sonrió tanto como aquella vez que se enteró de la muerte de las personas que intentaron matarlo. Fue así que silbó y apareció su enorme caballo oscuro Moskau de entre las rocas. Se dirigió a su jinete y el monje subió rápidamente, pero sintió una cuerda atarse a su brazo. Cuando estuvo por jalarlo, vio al pequeño stand de Joe sonriéndole pícaramente.
—¡Gomuuu-yooooon!
Tenía la hendidura de Joe en sus patitas y lo lanzó directo al cuello de Rasputín, abriéndole la zona del yugular y provocando una hemorragia que lo obligó a caer del caballo.
El stand de Joe se soltó del brazo de Rasputín y su cola se retrajo hasta volver con Joe quien lo sostenía como un yo-yo.
—¡Bien hecho! ¡JoJo usó un yo-yo! —exclamó Juan Gabriel mientras corría hacia Rasputín junto a Stroheim.
Boney M se manifestó y cerró la herida de Rasputín transformando la sangre en hueso, pero al ser la zona que más movía del cuerpo, la formación del hueso se rompió y el sangrado volvió a presentarse.
—No tendré la misma fuerza que tienes, pero aún me queda el cerebro —dijo Joe, agitando a su stand como una cuerda mientras que la imponente figura de Rasputín se acercaba a él.
Sus reservas de sangre en el cuerpo estaban por agotarse, extender su pelea sería fulminante para él. Cortó un pedazo de su pantalón y lo ató alrededor de su cuello, tomando aire previamente. Al presionar la tela tan fuerte, el sangrado se detuvo, pero no podía respirar.
Joe no se asustó al ver a Boney M. Estaba decidido a seguir peleando contra el monje, pero aún así, sentía que no podría vencerlo.
Agitó a su stand varias veces alrededor de él hasta que desapareció de la vista de Rasputín.
—¿Dónde está? —preguntó el monje.
Joe extendió sus manos hacia adelante, mostrando sus manos abiertas.
—No tengo nada, seguramente se fue ya que no tengo muchas energías —sonrió cuando terminó de hablar.
Solo Stroheim y Juan Gabriel sabían lo que estaba pasando. El stand de Joe estaba en su axila, con la cola extendida por la mano de su usuario. ¡Estaba aprovechando un punto ciego para preparar un ataque!
Joe retrocedió unos pasos, mostrándose indefenso y asustado, mientras que Rasputín se acercó a él y levantó su puño para descargar toda su fuerza sobre él. Stroheim y Juan Gabriel se apresuraron en llegar.
Pero cuando Rasputín estaba por matar a Joe, este levantó su brazo, dejando soltar a su pequeño stand hacia la cara de Rasputín. Tenía una pequeña hendidura en su patita, la cual lanzó al ojo sano del monje, provocando una fisura en la retina del ruso.
—¡Aaahhhh!
La fisura apenas tenía 0.5 milímetros, pero eso le impediría ver con normalidad.
Fue Stroheim quien se lanzó hacia Rasputín con su puño propulsado por cohetes. Este atinó en su estómago, sacándole todo el aire contenido. Juan Gabriel estiró su stand para atar las piernas del monje y luego, lanzó una patada en el pecho de Rasputín, haciéndolo caer de espaldas sobre el suelo.
Los tres se pusieron de pie para verlo derrotado. Stroheim lo apuntó con su brazo convertido en escopeta, sonriendo para por fin cumplir con su objetivo. Sino fuera por la intromisión de Moskau, quien se lanzó sobre ellos y los lanzó lejos con una sola patada. Aprovechando esos segundos ganados, Rasputín se puso de pie y abrió su boca para incrustar sus dientes sobre el cuello de su caballo. La sangre no demoró en salir y el monje bebió toda la sangre que podía.
El caballo murió, pero Rasputín se veía mejorado. Boney M salió de su espalda y le rasgó una parte de su brazo, expulsando su sangre para convertirla en un arma, la cual usó para atacar a Stroheim. Juan Gabriel, usando a Café Tacuba, agarró a Joe y a Stroheim del cuello y los alejó del monje, pero Joe no tuvo suerte y fue atrapado por Rasputín para ser lanzado hacia el suelo con tanta fuerza que hizo rechinar sus costillas.
—¡Lánzame hacia él! —exclamó Stroheim.
—¿Qué? —Juan Gabriel estaba pasmado.
—¡Qué me lances!
—Allá tú —Juan Gabriel jaló los brazos de su stand y lo hizo girar, lanzando a Stroheim nuevamente.
El alemán estaba dirigiéndose hacia Rasputín, preparando sus cuchillas y picos de su cuerpo para dañarlo. Así que al llegar, impactó con la espalda del monje, hasta hacerlo sangrar. Sin embargo, Rasputín respondió al ataque manchando la cara de Stroheim con sangre y luego endureciéndolo para que no pueda ver ni respirar. Hizo dos giros y lo lanzo a veinte metros de distancia con una sola patada.
—¿En qué estábamos? ¡Ah, sí!
Un disparo resonó en las montañas.
La oreja de Rasputín había sido mutilada por el proyectil de la pistola que el chico rubio cargaba. Su rostro se mostraba enfurecido, pero cuando Rasputín giró para verlo, sus labios temblaron y las lágrimas no tardaron en salir.
Joe aprovechó esa distracción y se puso de pie, rasgando su mano y haciendo que su stand sustraiga la herida, aunque esta vez no pudo sacarlo por completo, algo que Joe notó y lo dejó intrigado. Pero la fisura que tenía en sus patitas era suficiente si daba en el lugar correcto. Agitó a su stand y luego lo hizo estirar.
Boney M hizo su aparición y quiso agarrarlo, pero el stand de Joe lo esquivó tantas veces hasta llegar a Rasputín. Pero fue inútil, pues el monje agarró la cola del stand y jaló a Joe hacia él, golpeándole la cara varias veces hasta que luego lo golpeó con una fulminante patada.
Estando en el suelo, Joe solo hizo que su stand regrese y se desvanezca.
—G-Gomu-yon...
—¿Pensaste que me ganarías con algo tan simple como eso? ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!
Las gotas de saliva de Rasputín caían sobre la sangre del rostro de Joe, pero este no se mostraba afligido.
—E-En realidad, yo sabía que nunca te podría ganar, pero de lo que estoy seguro... es que él si lo hará.
Levantó su mano señalando a alguien por detrás de Rasputín. El monje giró para atacar junto a su stand, pero debido a que su rango de visión estaba reducido, tuvo que voltear por completo, dando la mejor posición para que el ataque de Chayanne resulte efecto en un cien por ciento.
—¡Sendo Hamon Overdrive! —«Lamento intentar atacar por la espalda, maestro Johnny, pero la vida de varios inocentes está en peligro. Si salgo con vida después de esto, sabré que hice lo correcto»— ¡Electric Hertz!
Junto sus dedos índices y presionó el pecho de Rasputín. ¡Sobre su corazón!
Una descarga eléctrica dorada imbuyó a Rasputín quien no pudo mover ninguna parte de su cuerpo. Su corazón recibía más de mil voltios de potencia y los demás órganos de su cuerpo comenzaron a fallar. Las neuronas de su cerebro se quemaron hasta que finalmente, Rasputín murió
Su cuerpo calcinado por la electricidad expulsó vapor y cayó al suelo. A Chayanne le pasó lo mismo y cayó de espaldas sobre el suelo.
—¡Señor Chayanne!
Rápidamente, Joe se acercó a Chayanne. Tenía los ojos reteniendo las lágrimas pero al ver al torero tan estático, no pudo contenerlas y las liberó.
—¡No, señor Chayanne! ¡No muera!
Chayanne movió sus ojos y lo vio de reojo. Joe se asustó y tropezó hacia atrás.
—¿Señor Chayanne?
Los labios del torero se movieron y abrió su boca para expulsar el dióxido que su organismo tenía que expulsar.
—No estoy muerto, JoJo —respondió forzando su boca a moverse.
—¡Señor Chayanne! —exclamó Joe sonriendo.
—Solo dame espacio para poder respirar. Use todas las vibraciones de mi cuerpo. ¡No puedo moverme! Solo dejé mi cerebro, corazón y otro órgano que no puedo mencionar con la suficiente energía para seguir funcionando.
—Ya veo —Joe no entendió lo que dijo, pero le bastó con saber que Chayanne seguiría con vida.
Abrazó a Chayanne y este jadeó del dolor pues su cuerpo estaba sensible por la pérdida de energía.
—Mal tiro, cuate, pero al menos le diste tiempo a Chayanne —dijo Juan Gabriel al chico rubio—. ¿Cuál es tu nombre, cuate?
—¿M-Mi nomb-b-bre? M-Me llamo Em-Em-Emmanuel.
—Ah... Ta' chido, cuate —golpeó suavemente el hombro derecho de Emmanuel, pero este soltó un quejido bastante fuerte—. ¡Perdón, cuate!
—N-No. Es que tengo... d-digo... eh... nada. S-Solo es nada.
Stroheim se acercó al cadáver de Rasputín y lo vio de soslayo. Tenía al hombre que buscaba en sus pies, pero estaba muerto.
—Señor Stroheim —dijo Joe—. Gracias por salvarme.
—No es nada, Jesse Owens. Lo hice porque quería ser quien acabe con el famoso monje loco, pero las circunstancias no se dieron y creo que me conformaré con llevar su cadáver. ¡Hail Hitler!
Rammstein llegó hasta su usuario y este acarició su cabeza.
—Hasta pronto, Jesse Owens. Cuando el fuhrer llegue a estas tierras, tú serás el único que quedará con vida —le regaló un guiñó a Joe y lanzó unos cordones con garfios al cuerpo de Rasputín que se engancharon profundamente en su carne—. Auf Wiedersehen!
El caballo de Stroheim comenzó a cabalgar y Stroheim se despedía de Joe y el resto, mientras que el cuerpo de Rasputín era arrastrado sobre el suelo. Luego de ese encuentro, Joe y Stroheim jamás volvieron a verse de nuevo.
—¡Señor Redbone! —Joe corrió hacia el apache llevándole su brazo cercenado.
Este agarró el brazo e invocó a su stand para ayudarle a pegar el brazo a su cuerpo.
—Gracias, Joe Arroyo.
—No, señor Redbone. Yo le debo dar las gracias.
—Aceptadas —respondió Redbone y sonrió.
Algo que Joe le sorprendió pues hasta ese momento no lo había visto sonreír.
—Pues qué chingados —reclamó Juan Gabriel—. ¿Nos vamos a quedar aquí a vernos las caras o vamos por nuestros caballos para continuar la carrera?
Próximo capítulo: El rito
1. Emmanuel: el nombre hace referencia al cantante mexicano Emmanuel.
https://youtu.be/rN0ZJeg_HPg
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