En las montañas de la locura - Parte 5
[Unos minutos antes]
El vapor que rodeaba a Redbone se condensó hasta convertirse en líquido, el cual tapó sus fosas nasales provocando que se ahogue y resbale de Wovoka.
—¡S-Señor Redbone! —exclamó Joe quien era arrastrado por la Madre de Agua.
—¡No te resistas! Ese monje me prometió una gran recompensa si te llevaba con vida ante él.
Viendo la situación, Joe estaba tenso y asustado. La helada mano de la Madre de Agua le enchinaba la piel y su siniestra voz que sonaba como vidrios rompiéndose lo aterraba aún más. Pero esta vez Joe tomó una decisión.
Extendió sus manos y se agarró de lo que pudo. Sus uñas se enterraban en el suelo, tratando de impedir que se lo lleve.
—«D-Debo resistir. D-Debo ayudar el señor R-Redbone»
—Rasputín me dijo que eres solo un chico miedoso —Madre de Agua dejó de jalarlo y lo tiró al suelo, para poner su pie sobre su espalda—. ¡Odio a los hombres cobardes como tú!
Joe sintió el peso del cuerpo acuoso de la mujer sobre su espalda, sin siquiera poder moverse. En ese momento, Redbone se puso de pie y, con ayuda de su stand, logró convertir sus puños en unos de metal para golpear a Madre de Agua.
—¡Come and get your love!
—¡Watermelon Sugar!
La neblina que los rodeaba se convirtió en hielo, creando un grueso muro entre Redbone y Madre de Agua, amortiguando el golpe de Redbone. A pesar de ello, el hielo se rompió y los pedazos salieron volando a todas partes, incrustándose en la piel de Redbone y en el de Madre de Agua.
—¡Ya veo! Necesitas entrar en contacto con tu oponente para atacarlo. ¡Desgraciado!
La Madre de Agua retrocedió como un fantasma, impulsándose con las nubes que lograba condensar por el aire húmedo del entorno.
Redbone ayudó a poner de pie a Joe y le sacudió la ropa.
—Ve con Chayanne, Joe Arroyo. Me encargaré de esta mujer.
—¡Nadie huirá! ¡Watermelon Sugar!
Pero nada sucedió. Madre de Agua invocó a su stand pero nada pasó.
—¿Lo ves, Joe Arroyo?
—¿A-Al stand?
—No —repuso Redbone—. Su stand no activó su habilidad y es porque la humedad ha disminuido.
—¡Maldición! —gritó la mujer—. Yo mejor me voy
Sus trenzas hechas de agua se movieron cuando esta giró ferozmente para escapar, pero Redbone, usando sus fuertes y gruesas piernas, logró alcanzarla en cuestión de segundos, cogiéndola de la pierna y lanzándola contra un muro.
En vez de sangre, lo que salpicó en el impacto fue agua que mojó la ropa de Redbone y Joe. Los brazos del apache se convirtieron en metal y presionaron el cuello de la mujer. Watermelon Sugar apareció y extendió sus tentáculos de agua para rodear a Redbone, pero no lo afectaba.
—Dime, ¿por qué quiere a Joe Arroyo?
—¡Akkghhakghh! —solo regurgitaba palabras incoherentes hasta que Redbone aflojó sus manos para que pueda hablar.
—Habla o te mataré ahorcándote.
Madre de Agua escupió agua a la cara de Redbone, pero antes que este vuelva a ahorcarla, hizo una señal para hablar.
—Creo que quiere invocarlo.
—¿A quién?
El viento que venía del norte pasó velozmente. Joe se dio cuenta de eso y sintió frío, además, pensó que era buena idea usar la bufanda que le hizo su madre al ver que un cúmulo de nubes se movía hacia ellos.
—El espíritu que me hizo así.
Redbone estaba confundido.
—¿Tú conoces a ese espíritu?
—No seas tonto, no lo conozco ni lo he visto. Apenas pude ver su sombra. Para verlo debes hacer un sacrificio de sangre —mencionó la mujer—. A estos dioses les gusta la sangre humana y parece que Rasputín ya eligió al sacrificio perfecto.
Las pequeñas antenas que cubrían el caparazón de Watermelon Sugar vibraron, pero Redbone no se dio cuenta de ello.
—Ese espíritu. ¿Cómo es que te convirtió en lo que eres ahora?
—Es una larga y penosa historia —dijo—. Hace muchos años era una mujer rubia y hermosa. Volví loco a todos los hombres de Cali, así que engatuse a los más ricos y me quedé con su dinero. Destruí familias y matrimonios con mi belleza. Hasta que un día, las esposas de todos esos hombres decidieron vengarse y me persiguieron para matarme. Gracias a un estúpido enamorado de mí, pude esconderme en las montañas, así que luego de estar a salvo, lo maté y, es ahí donde lo noté. Su sombra me cubrió por unos segundos y luego... ¡Fuummmm! El agua me cubrió ya que estaba en un cauce seco que se vacía por temporadas. Cuando desperté, me convertí en lo que ves ahora.
Las manos de Redbone se apartaron del cuello de Madre de Agua y volvieron a ser de carne y hueso.
—Aunque hayas sido una desalmada mujer, ser condenada a ser una criatura monstruosa debe ser horrible.
Se puso de pie y, en vez de verla con odio, la vio con compasión.
—¡Vete, criatura! Aléjate y no vuelvas a molestarnos.
Madre de Agua se levantó, con Watermelon Sugar recostado sobre sus hombros. No pudo aguantar más la risa y estalló en carcajadas.
—Sabes, suenas como aquel estúpido que me ayudó a escapar.
Redbone se mantuvo precavido.
—Pero ahora el que más ayuda me da es el mismo viento.
El frío que sentía Joe se intensificó luego de que el cúmulo de nubes que estaba en el otro lado de la ciudad de Pasto se moviera donde estaban ellos debido al fuerte ventarrón.
—¡Vete, Joe!
—¡Ahora, Watermelon Sugar!
Las nubes que Madre de Agua había condensado estaban rodeando a Redbone, por lo que Watermelon Sugar solo tuvo que solidificar aquel vapor condensado hasta encerrarlo en un cubo de hielo.
Joe se quedó helado, pero del miedo. Su cuerpo temblaba y no podía reaccionar. El calor de su cuerpo disminuía lentamente, pero una pizca de este afloró haciendo que sus piernas reaccionen y corran en dirección contraria.
—¡Ah, no huirás, mulato!
El corazón de Joe latía a mil por hora. Pese al frío, no se detuvo. Movía sus piernas sin control, esquivando los destrozos de las calles y las nubes que nublaban su vista hasta que vio a Chayanne y a los demás enfrentarse al hombre caimán.
—¡S-Señor Chayanne!
Los tres giraron al escuchar esa voz familiar.
—¡JoJo!
Joe corría tan rápido, pero no fue suficiente ya que un ventarrón de vapor lo alcanzó y lo congeló de cuerpo entero.
—¡Joe! —exclamó Chayanne.
La Madre de Agua apareció junto a un cubo de hielo que contenía a Redbone.
—Vi que también puedes alterar el estado del agua —dijo la mujer—. ¡Eso... me enfureceeeeeee!
Watermelon Sugar apareció e hizo vibrar sus largos tentáculos. La neblina que estaba moviéndose se congeló alrededor de Chayanne y Juan Gabriel. Dolton se escondió detrás de los caballos, pero sacó una navaja de su alforja.
Antes que la cabeza de Chayanne sea congelada, tomó todo el aire que pudo pero esto le provocó dolor ya que había inhalado aire que estaba bajo cero. Sus pulmones reaccionaron violentamente, haciendo que sangre por la nariz. Las gotas rojas cayeron por su barbilla hasta que quedaron completamente congeladas como Chayanne.
—¡Pude derrotar al torero! ¡Yepah! —Madre de Agua y Watermelon Sugar chocaron las manos mientras sonreían—. Es una pena. Es taaan guapo y fornido. Hace que empiece a evaporarme de solo verlo.
—No cantes victoria, mujer —dijo el hombre caimán con la piel descubierta e hinchada—. Mientras respire, puede descongelar el hielo.
—¿Y eso qué? ¡Yo soy la señora del agua! ¡Hasta el viento me favorece!
La espesa neblina comenzó a moverse debido al ventarrón proveniente de las montañas. Las calles volvían a ser húmedas y el frio aumentó. Una ligera llovizna cubrió las calles de Pasto mientras que Madre de Agua se regocijaba en su victoria.
—Al fin, un poco de agua —el hombre caimán se tiró sobre un charco y dio varias vueltas para humedecer su piel abierta.
Watermelon Sugar hizo vibrar sus tentáculos cuando sintió una sensación extraña. Vio a todos lados pero no veía qué era lo que causaba dicha sensación. Madre de Agua pensó que era Rasputín que venía por Joe, pero tampoco era él.
—Te lo dije, mujer estúpida —dijo el hombre caimán flotando sobre el agua.
La capa de hielo que cubría a Chayanne comenzó a derretirse y sus manos se movieron para quitar el hielo de su cara.
—¡Watermelon Sugar! ¡Haz que quede encerrado para siempre!
Antes que el stand de Madre de Agua active su habilidad, Dolton lanzó la navaja y Chayanne la cogió por poco con los dedos. Hizo un giro y rompió lo que quedaba de hielo en su cara. Rápidamente tomó una bocanada de aire y el aura amarillo que lo envolvió, ayudó a que todo el hielo se quite de su cuerpo.
—Si no hubiera tomado aire un poco antes, hubiera muerto de hipotermia —dijo Chayanne, preparándose para descongelar el hielo que estaba por atraparlo, pero los tentáculos de Watermelon Sugar se movieron en sentido del reloj y, en vez de hielo, un torrente de agua lo arrastró colina abajo.
—¡Chayanne! —gritó Dolton subiendo a su caballo, pero el hombre caimán agarró su pierna con su gran boca y giró, haciendo que caiga del caballo.
Mientras tanto, la ola de agua se volvía cada vez más rápida mientras descendían por la calle en pendiente y Chayanne estaba atrapado en el agua. No tenía ninguna salida para tomar aire así que lo único que hizo fue nadar en sentido contrario. Cerró los ojos y unas ondas Hertz aparecieron en sus manos. Cuando estaba a punto de llegar a un barranco donde terminaba la calle, presionó con todas sus fuerzas el suelo, esparciendo las ondas Hertz en la tierra. Esto hizo efecto rápidamente, creando un pequeño temblor que partió el suelo y drenó el agua hasta que Chayanne se liberó.
—¡Idiota! ¿Pensaste que eso era todo? —La Madre de Agua bajaba por la pendiente con un gran torrente de agua que condensó con las nubes que se movieron a último momento.
—¡Maldición! —exclamó Chayanne sin tener alguna escapatoria.
Metros más arriba, Dolton trataba de rodar al ritmo de el hombre caimán, pero los dientes del caimán estaban tan profundos en su pierna que con un par de giros más lo apartaría de su cuerpo.
—¡Aahhh! ¡Danza Invisible!
Aunque su stand apareció, no sirvió de mucho ya que Crocodile Rock le daba mayor resistencia al hombre caimán.
—Que bueno que no desayuné —aterrorizó a Dolton con sus palabras—. Te ves como un buen aperitivo.
—¿Y si mejorr te comes mis balas?
Un sonido parecido a una succión metálica sonó por encima del hombre caimán y un estallido hizo que su cabeza explotará de manera estruendosa
—¡¿Q-Quién eres tú?! —gritó Dolton sumamente aterrado.
Metros abajo, Chayanne veía la enorme masa de agua bajar a gran velocidad con la Madre de Agua surfeando en la cresta de la ola. Estaba a escasos metros y, aunque salte, seguiría con la Madre de Agua como una amenaza por lo que el barranco se veía como una buena opción para deshacerse de ella.
—«Es demasiada agua para congelarla o evaporarla. Solo me queda una cosa por hacer...»
La enorme avalancha de agua estaba por arrastrar a Chayanne hacia el fondo del barranco cuando este movió sus brazos en forma circular mientras tomaba aire y un aura amarillo rodeó su cuerpo.
—¡Muere, toreroooo!
—¡Sendo Hamon Overdrive... Punch Hertz!
Unió sus dos manos y, con los dedos índices extendidos, tocó la enorme marea que estaba encima de él.
Como una pequeña gota de agua, los dedos de Chayanne crearon ondas en toda la masa de agua, incluso hizo vibrar a la Madre de Agua.
—¡¿Qué es esto?! ¡Se siente raro!
El agua se separó en una gran onda hasta dispersarse por todo el terreno y caer por el barranco.
Chayanne se mantuvo de pie hasta que cayó. Sus brazos y piernas estaban entumecidos pero seguía respirando.
—Te felicito, torrerro.
El sonido de unas botas y el acento le trajo a la memoria la figura de un hombre rubio y con un monóculo en el ojo.
—¿Stroheim?
El alemán, que ahora tenía partes de su cuerpo robotizado, levantó a Chayanne y lo cargó sobre su hombro.
—El mismo.
Luego de subir la pendiente, Chayanne se alegró de ver a Joe casi descongelado y a Dolton con un bastón y vendas en la pierna, descongelando a Redbone con un calefactor. Juan Gabriel tenía un poncho con franjas rojas, verdes y blancas a la altura de la cintura mientras temblaba por la baja temperatura.
—Parece que estás bien, JoJo.
—Sí, señor Chayanne. L-Lamento no s-ser de mucha a-ayuda —Joe se cubrió el rostro con sus manos, peros sus lágrimas se escurrieron entre sus dedos.
Chayanne se sentó a su lado y le dio un abrazo, colocándole su sombrero.
—Ya mejorarás, JoJo. Recuerda que aún falta mucho para terminar la carrera, así que tenemos tiempo
Joe levantó la mirada y sonrió. Chayanne hizo lo mismo, pero el inesperado abrazo de Juan Gabriel hizo que casi se les vaya el aliento.
—¡Ay, tengo frío! ¡Abracémonos para entrar en caloooor!
Cuando faltaba poco para descongelar la cabeza de Redbone, este tembló y el hielo cayó poco a poco. El apache tosió un poco y después tomó aire. Los demás se levantaron preocupados para acudir con Redbone, pero este se mostraba más preocupado de lo normal.
—El monje pretende hacer un pacto con el espíritu de las montañas.
—¿Espíritu de las montañas? —dijeron a la vez. Stroheim fumaba a un par de metros pero la repentina aparición de la Madre de Agua hizo que active a Blitzkrieg Bop.
—¡Esto no se ha acabado! ¡Pasto siempre tiene humedad y nubes cargadas de agua! ¡Mientras estén en esta ciudad, yo... aaghhh!
—¿Q-Qué?
—¿Qué son esas cosas?
—¿Quién le hizo eso?
El grupo estaba aturdido y sorprendido luego de ver como varias cuchillas atravesaron a la Madre de Agua. Esta no puso resistencia por lo débil que estaba, pero no se esperaba que las cuchillas la rebanen en pedazos luego de que Men at Work separara sus brazos.
—¡La destrozó por completo! —exclamó Juan Gabriel.
—¿Es un stand? ¿Qué es? —preguntó Chayanne.
—¡Claro que lo es! —respondió Stroheim efusivamente—. Se ve como uno.
Con frío y con el cuerpo agotado, veían a los ojos a aquella larga criatura que les devolvía la mirada con sus ojos fríos y filosas cuchillas en las manos. Estaban tan quietos, contemplándose entre sí, esperando el momento para atacar al stand si se movía. Pero cuando parecía atacar, solo se tiró para atrás y desapareció como una sombra hasta alejarse.
—¿Así se ve un stand? Pffff, prefiero el Hertz antes que tener una especie de demonio sobre mí —dijo Chayanne
—M-Me dio m-m-miedo —agregó Joe.
—Si buscas a Rasputín, solo debes acompañar a Joe ya que él lo está buscando —dijo Chayanne a Stroheim.
—¿Qué creen? ¡Ya lo tengo!
Una capa de sangre cubrió a Joe y se endureció en segundos hasta que se convirtió en una capa de calcio, tan grueso como un hueso.
—¡Rasputín!
El monje locó lanzó una bomba de humo oscuro que nubló la visión a todos, excepto a Stroheim que usó su monóculo especial insertado en su ojo para detectar a Rasputín, pero no lo encontró por ningún lugar.
—¿A dónde fue?
Chayanne tenía los músculos adormecidos y con dolores constantes pero quiso utilizar el Hertz para localizar a Rasputín, sin embargo, su cuerpo cedió y cayó al suelo. Fue Juan Gabriel quien lo levantó y este reaccionó.
—¡No se rinda, don Chayanne!
—Sí...
El humo se disipó en el preciso momento en que Chayanne tomó aire y su cuerpo volvió a brillar con el aura amarillo. Cerró sus ojos y liberó el Hertz concentrado en su cuerpo.
Las ondas se extendieron por toda la ciudad y pudo visualizar en su mente los pasos de los caballos, la gente en sus casas, mascotas de un lado a otro y a Rasputín a mil metros al oeste. Chayanne levantó su brazo y, con una pose, indicó la dirección.
—¡Hacia allá!
Su cuerpo no resistió más y Chayanne cayó de rodillas al suelo. Dolton y Juan Gabriel lo sostuvieron mientras que Stroheim se subía sobre Rammstein.
—Gracias, torrerro. Fuiste de mucha ayuda —lanzó su cigarro y Rammstein comenzó su marcha hacia el oeste.
—S-Súbanme a mi caballo... debemos ir por JoJo.
Redbone trajo a los caballos y ayudó a Chayanne a subirse al suyo.
—Lo que encontremos, exigirá mayor esfuerzo del que hemos hecho hasta ahora —repuso Redbone.
—No importa —respondió Chayanne con la voz agitada y rasposa—. No dejaré que JoJo muera a manos de ese demente. Es casi como mi hijo y no volveré a perder a otro —inhaló aire y preparó su garganta—. ¡Vamos, Runaway Baby!
Caída la noche, Rasputín depositó a Joe en un tumulto de piedras. Joe se percató de que algo se movía a su lado, por lo que se espantó cuando Rasputín encendió las antorchas.
—Él es mi respaldo. Por si no te atrapaba ahora que estoy en el punto de contacto.
Era el mismo chico rubio que estaba llorando sobre su caballo cuando se acercaban a la primera meta en Pereira. Estaba amordazado y con ataduras en sus piernas y brazos. Se veía asustado y desesperado como Joe.
—Lo bueno es que tus amigos están cerca. Fue una buena idea mandar a esas criaturas para desgastarlos y, cuando vengan aquí, vencerlos fácilmente.
Clavó más antorchas encendidas en el suelo hasta que Joe pudo ver claramente donde estaban. Las tumbas estaban debajo de tumultos de piedras y una estaca. Joe trató de escapar pero no podía levantarse.
—Es inútil, Joe Arroyo —dijo Rasputín—. Serás la comida para el espíritu del antiguo imperio.
Próximo capítulo: En las montañas de la locura - Parte 6
Nombre de usuario: Lalo Lacoste
Nombre de stand: Crocodile Rock
Stats
Poder destructivo: C
Durabilidad: B
Velocidad: D
Precisión: E
Rango: E
Potencial de aprendizaje: E
Habilidades
Crocodile Rock le permite a su usuario absorber la energía de los golpes que recibe sobre su cuerpo para endurecerlos y devolver el daño multiplicado por dos. Además que le permite endurecer ciertas partes de su cuerpo para darle agilidad y rapidez.
Nombre de usuario: Madre de Agua
Nombre de stand: Watermelon Sugar
Stats
Poder destructivo: C
Durabilidad: B
Velocidad: B
Precisión: C
Rango: A
Potencial de aprendizaje: E
Habilidades
Watermelon Sugar le permite a la usuaria controlar los estados del agua para usarlos en su beneficio. Puede saltar los pasos del procesos, saltando de solidificación a condensación, por ejemplo. Sin embargo, no puede controlar o mover los flujos ni sólidos, para ello se vale del viento que haya en el espacio donde esté, de otro modo, solo dependerá de su habilidad para usar el agua que esté a su alcance.
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