ෆ ─ One Shot: Vino y Vodka.

Hice este one shot basado en un rol que tuvimos con unos amigos, la temática es casi la misma, yo le di una connotación sexual cuando pensé en Kenshi y Johnny. 


Disfruten. 



﹙剣士﹚


Johnny Cage no había podido vender su mansión, por lo que decidió organizar una fiesta a la que invitaría a todos los conocidos que había logrado hacer durante su "viaje" en Outworld. Aunque no estaba muy contento con lo sucedido, sin duda había logrado hacer nuevos amigos.

Antes de que llegaran sus invitados, Johnny preparó algunas bebidas, dejando en la barra sus mejores botellas de vino, whisky, ron y tequila. Por un momento se detuvo a contemplar el atardecer desde su gran ventanal, hasta que llegó el momento de recibir a sus amigos.

Entre ellos se encontraban Kung Lao, Raiden, Liu Kang, Kenshi, Kuai Liang, Thomas, Madame Bo e incluso las princesas del Mundo Exterior. Al rato todos se dispersaron por la mansión, algunos se sentaron en los sillones a charlar hasta que cayó la tarde.

Las princesas del Outworld se mezclaban bien con los guerreros y campeones de la Tierra. El ambiente de la fiesta fue relajado y divertido, todos disfrutaron de la compañía de los demás. Cuando el sol se puso y el cielo se volvió naranja, la celebración continuó y el alcohol fluyó libremente. La charla de los invitados se hizo más fuerte a medida que avanzaba la noche, sus risas y conversaciones resonaban por toda la mansión.

Johnny estaba feliz porque su reunión iba bien, las princesas de Outworld tomaron unas copas mientras conversaban. Pero Johnny sólo podía centrar su atención en Kenshi, quien estaba al lado del mostrador sirviéndose un poco de tequila. Johnny no pudo evitar sentir un poco de pena al verlo, tenía a Sento en su espalda, sin ella no podría manejarse a ciegas tan bien como lo hacía.

Recordó el momento en que Kenshi perdió la vista, los dos sais de Mileena traspasaron sus ojos hasta dejar dos cuencas vacías; la sangre salpicaba por todas partes y su grito lo atravesaba, todavía se preguntaba cómo estaba vivo, cómo los sais no atravesaron su cerebro.

Salvar la vida de Johnny lo dejó ciego y Johnny nunca lo olvidaría. Al principio se odiaban, discutían por cualquier cosa y Kenshi parecía reacio a tener una conversación con él, sin embargo ahora eran muy buenos amigos.

Johnny aun estaba un poco atormentado por el momento en que Kenshi perdió la vista. Revivió la escena en su mente innumerables veces, incapaz de deshacerse de la culpa. Pero Kenshi parecía tranquilo, pasó la mayor parte de la noche junto a la barra, sirviéndose trago tras trago.

Johnny se acercó a él con un vaso en la mano, bebió un poco de su vodka y tragó antes de hablarle. El espadachín se giró al notar su presencia y le sonrió.

—Realmente eres implacable, Cage —dijo Kenshi y tomó un sorbo de su tequila—. Esta reunión es maravillosa, necesitaba algo como esto.

Johnny sonrió. El murmullo de voces se sentía suave, había música lenta y un aire típico de reencuentro entre amigos que resultaba reconfortante. El actor estaba contento de tener juntos a sus nuevos aliados.

—Me alegra que te guste, tatuajes —le dijo en tono amable. Kenshi sonrió de lado y bajó un poco la cabeza.

—Qué bueno estar todos juntos, planeaste todo perfectamente.

—Qué te puedo decir, me gusta pasarla bien. —Respondió Johnny encogiéndose de hombros.

Cuando Kenshi terminó su tequila, Johnny le ofreció un poco de su vodka, el espadachín tomó con cuidado el vaso de las manos del actor y bebió el contenido de un trago. Johnny se quedó un poco sorprendido.

—Si sigues bebiendo así tendrás que pasar la noche aquí, cegatón. —Le dijo Johnny en tono cortés, puso una mano en el pecho de Kenshi, y le dio un empujón lento de manera juguetona.

Kenshi ya se sentía un poco mareado, había estado bebiendo trago tras trago desde que llegó. Johnny miró a su alrededor, Kung Lao, Raiden, Kitana y Mileena estaban sentados en los asientos de la sala, parecían muy entretenidos mientras charlaban, Kung Lao hablaba en voz alta como contando anécdotas muy divertidas que hacían reír a los demás.

Cerca de ellos había un sillón vacío.

—Vamos a sentarnos, Kenshi, allí podremos hablar más a gusto. —Dijo Johnny y caminó hacia la enorme sala con luces tenues.

Kenshi se fue detrás de él, caminó despacio mientras observaba los alrededores, todo parecía incoloro, las figuras estaban ligeramente distorsionadas, las voces de Sento sonaban extrañas. La bebida comenzaba a hacer efecto en él, un ligero cosquilleo en el estómago le hizo apretar los labios, sintió subir su bilis y arderle la garganta.

Johnny y Kenshi tomaron asiento, el espadachín se sentó con fuerza en los cojines, se sentó de lado con una pierna encima de la otra y su rostro apuntó en dirección a Cage, quien se sentó y estiró un brazo sobre el respaldo del sillón para acomodarse.

—¿No piensas comer algo? —le preguntó Johnny.

—Depende de lo que tengas.

Johnny resopló y miró la pequeña mesa de cristal en medio de los sillones. Había una gran variedad de bocadillos que los invitados podían servirse a su gusto.

—Hay mucho para comer, dime qué quieres —murmuró Johnny.

Kenshi ahogó un suspiro e inclinó la cabeza hacia la mesa. Sento le permitió ver las siluetas de los bocadillos disponibles, entre ellos había un par que llamó su atención, si Sento no le fallaba; en la mesa había brownies, que era uno de sus bocadillos favoritos.

—Cage, no me dijiste que tenías brownies. —Murmuró Kenshi y golpeó el brazo de su amigo en broma.

—Bueno, no me preguntaste.

Johnny sonrió para sí mismo, tenía los snacks en la mesa pero no recordaba haber comprado esos brownies la misma tarde que las demás cosas. Si recordaba bien, habían sido un regalo de su ex esposa, pero se los había enviado mucho después de que se separaran.

—Fueron un regalo de Cris, al parecer no pudo pasar mucho tiempo sin arrepentirse de haber roto conmigo. —Dijo Johnny.

Kenshi ignoró el comentario del actor, con cuidado tomó uno de los brownies y se lo llevó a la boca. Sin embargo, un momento después de probarlo Kenshi sintió algo extraño en su cuerpo, los mareos que sentía por el alcohol se intensificaron y sintió una especie de corriente eléctrica recorriendo su espalda. Quedó algo desconcertado por las extrañas sensaciones que estaba sintiendo.

—¿Ocurre algo? —preguntó Johnny, notando la incomodidad del espadachín.

—Sí —Asintió Kenshi, con los dientes apretados—. ¿Qué tenía eso?

Johnny miró a Kenshi, quien se inclinó en su lugar. En ese momento los demás voltearon a mirar a ambos un poco preocupados.

—¿Qué pasó, Cage? —preguntó la princesa Kitana quien estaba sentada junto a Kung Lao mientras bebía un poco de vino.

Johnny se levantó de su asiento, no quería arruinar la velada de los demás, así que se encargó de ayudar a Kenshi a levantarse para llevarlo a su habitación y dejarlo descansar.

—Está borracho, eso es todo. Ahora lo llevaré a dormir antes de que haga alguna estupidez.

El resto se quedó en su sitio escuchando lo que Johnny les había dicho. Mientras todos reanudaban sus charlas, el actor se preparó para sostener a Kenshi agarrándolo por la cintura y poniendo el brazo del ciego sobre su hombro. Miró hacia atrás, Liu Kang lo estaba observando, Johnny le hizo una señal amistosa de que todo estaba bien.

La habitación de Cage estaba arriba, en el segundo piso. Johnny subió las escaleras y cruzó el pasillo con dificultad, Kenshi comenzó a balbucear tonterías y soltar pequeñas risas.

—Cris, arpía, no sé qué planes tenías para mí pero Kenshi fue quien cayó en tu mal chiste. —Murmuró Johnny. Pensó en los otros brownies que habían quedado en la sala, aunque en realidad no estaba seguro si su contenido podría llegar a hacerle efecto a los Outworlders o incluso al dios del fuego.

Johnny abrió la puerta de su habitación empujándola con el hombro y cargó a Kenshi hasta la cama, lo arrojó sobre ella y este dejó escapar una sonrisa. El actor se acercó a él con cautela, el ciego meneó la cabeza y se humedeció los labios.

—Oh, Cage, acércate a mí... —susurró Kenshi y agarró a Johnny por el cuello de su camisa, el actor sorprendido por el repentino agarre, apoyó las manos contra la cama, y ajustó su posición para evitar caer encima de él.

—¿Qué pasa contigo, cieguito? —preguntó Johnny  casi alzando la voz y sintió un extraño calor subir a sus mejillas—. Esos brownies tenían algo potente sin duda.

Kenshi sonrió de nuevo y acercó a Johnny a sus labios, lo besó con fuerza y se colocó con cuidado debajo de su cuerpo. El actor abrió los ojos sin saber lo que estaba pasando, el brownie y la cerveza le hicieron efecto muy rápido.

El espadachín se sentía eufórico por todo lo que había consumido durante el encuentro. Su aliento era una mezcla de tequila con vodka y fernet. A Johnny no le desagradaba pero se sentía extraño, Kenshi estaba prácticamente drogado.

Johnny sintió los labios de Kenshi devorando los suyos, lo estaba besando con tanta fuerza y deseo que no podía dejarlo respirar. Cuando se separaron, Cage retrocedió un poco desconectado.

—Será mejor que duermas, amigo. —Dijo Johnny tratando de quitar las manos de Kenshi de su cuello, pero el ciego no se alejó de él y se mordió el labio.

—No seas malo, Cage, solo quiero pasar un rato contigo. —Murmuró Kenshi, su voz sonaba suelta y estaba arrastrando mucho las palabras.

Johnny sonrió de reojo en su típico gesto de diversión, estaba ansioso por hacer algo con Kenshi pero sentía que en ese estado no tendría mucho sentido y mucho menos porque el ciego no tenía conciencia de sí mismo.

—Fóllame, Cage, estás tardando demasiado.

Johnny se sorprendió al escuchar a Kenshi decir eso y se alejó riendo.

—Seguro que esos brownies tenían algo afrodisíaco, carajo, Cris, querías gastarme una broma muy sucia.

Kenshi se movió en su lugar, Johnny se había levantado. El ciego se quitó su saco gris, estaba vestido igual que la primera vez que apareció en la mansión. Luego se desabotonó su camisa roja, pero sólo hasta que su pecho fue lo más visible posible.

Johnny se mordió el labio y se ajustó las gafas de sol. No estaba seguro si el cuerpo de Kenshi tenía más tatuajes además de sus manos, sin duda quería saberlo, estuvo tentado de mirar más de cerca y admirar los intrincados detalles de los tatuajes, pero se contuvo, sin estar seguro de si sería apropiado.

Kenshi se sentó en la cama y balbuceó algo ininteligible, no estaba en inglés, Johnny estaba seguro de que dijo algo en japonés y sonó jodidamente sexy. El actor resistió su impulso de saltar sobre el ciego, lo tenía ahí listo solo para él, pero al mismo tiempo lo veía intocable por el estado en el que se encontraba.

—Debería decir: ¿Dios? ¿O Liu Kang? —preguntó Johnny en voz alta, mirando al techo sin mover la cabeza—, como sea, ¿por qué me lo pones tan difícil, Liu Kang?

Kenshi se lamió los labios en su lugar y se levantó con cuidado, no se había quitado por completo la parte superior de su elegante atuendo, tenía la parte superior de su vestimenta llegando hasta las articulaciones de sus codos y la camisa medio abierta. Johnny se reclinó mientras fruncía los labios.

—No seas malo, Cage —murmuró Kenshi, y su voz espesa hizo eco en los sentidos más profundos de Johnny, por lo que se quedó con la espalda apoyada en la mesa de luz que estaba contra la pared a la izquierda de la puerta.

Kenshi se acercó a él, hasta que sus respiraciones se entremezclaron. Pasó su mano por el brazo izquierdo de Johnny y la bajó hasta tocar su mano, luego se lamió los labios.

—Juega conmigo. —Suplicó Kenshi, bajando un poco la cabeza. Johnny estaba seguro de que seguiría negándose, no aceptaría acostarse con un borracho.

—Cuando entres en razón y te diga esto, te morirás de vergüenza y me encantará reírme de eso. —Dijo Johnny con confianza y se acercó a Kenshi, pero en lugar de cumplir las súplicas del ciego, solo se encargó de quitarle a Sento, para que no pudiera manejarse a ciegas y dejara de molestarlo.

Kenshi solo se rió entre dientes. Para Johnny era extraño verlo así.

—No veo nada.

—Al menos eres consciente de eso, querido.

Johnny dejó a Sento en el la mesita de madera detrás de él y agarró a Kenshi por el torso para llevarlo a la cama y acostarlo nuevamente. El espadachín refunfuñó en la cama y tocó su cabeza con cuidado con su mano derecha, Johnny lo miró mientras se acercaba a él.

—Johnny, yo sólo tengo ojos para ti —balbuceó Kenshi sin moverse un poco, luego suspiró exhausto.

—No tienes ojos, Kenshi.

Kenshi se rió entre dientes y trató de levantarse pero se tambaleó en su lugar.

—Deja de insistir y duerme, por un carajo —ordenó Johnny, un poco cansado de lidiar con el ciego.

El espadachín ahogó un suspiro, sintió la bilis subirle al cuello y quemarlo, sintió ganas de vomitar pero se volvió a recostar en la cama. Cuando Johnny se acercó a él, pudo corroborar que se había quedado dormido en un instante.

Con cuidado, el actor terminó de quitarle la parte superior de su outfit y lo dejó allí sobre la cama, sería una larga noche.

Johnny cerró la puerta y bajó a la sala para seguir celebrando con sus amigos.


......


Kenshi despertó con la cabeza dando vueltas, su cuerpo estaba temblando y su estómago gruñendo, sentía un dolor incesante en sus sienes, no tenía noción del tiempo, tenía sed, estaba confundido y no tenía a Sento con él. Se incorporó con gran dificultad en la enorme cama en la que se encontraba, era casi mediodía.

Palpó los costados para encontrar la espada pero no encontró nada, se llevó una mano al abdomen y se dio cuenta que tenía la camisa medio abierta. Suspiró lentamente y trató de levantarse con cuidado mientras tocaba los espacios tangibles.

Kenshi se levantó y sintió que todo se movía, no sabía qué había pasado. La puerta de la habitación se abrió, asustando al ciego por el suave sonido al abrirse. Johnny se había levantado hacía unas horas para organizar todo el desastre que quedó de la reunión de la noche anterior. También tiró los brownies a la basura y guardó todas las botellas de bebidas alcohólicas.

Cuando el actor escuchó tropeles en la habitación de Kenshi, se fue hasta allá para atenderlo, sabia que iba a estar perdido por todo lo ocurrido.

—Finalmente despertaste, tatuajes. —Dijo Johnny parado en la puerta.

Kenshi sacudió la cabeza en su dirección y colocó una mano en el puente de su nariz en señal de cansancio.

—¿Qué pasó? ¿Estoy en tu casa, Cage?

Johnny se rió.

—Por Liu Kang, no querrás saber lo que pasó ayer. —Dijo Johnny en su típico tono de broma y agarró a Sento que todavía estaba en la mesita de madera, luego se acercó a Kenshi y se la entregó.

Kenshi levantó una ceja.

—¿Qué pasó?

Cuando sostuvo a Sento un destello de luz iluminó sus cuencas, pudo ver la silueta incolora de Johnny.

—Seguro que empezarás a recordar más tarde, ahora baja y come algo, ayer simplemente bebiste toda la noche como si fueras un adolescente al que lo acaba de dejar su novia.

Johnny salió por la puerta, caminando normalmente como siempre. Kenshi se quedó en su lugar por un momento y salió tras él.

Ambos llegaron al comedor, Johnny había preparado algo para el desayuno, aunque ya era un poco tarde para eso. Kenshi se sentó en una silla y se tocó la cabeza con cuidado, el dolor aún palpitaba en sus sienes. El actor se sentó en la silla al final de la mesa y lo miró.

—No creerías si te lo dijera, Kenshi, lo que pasó ayer fue una locura —murmuró Johnny y se apoyó en la mesa para descansar los codos. El ciego no dijo nada—. Sucedieron cosas indeseadas.

Kenshi se lamió los labios, sin mover su cabeza que estaba inclinada hacia abajo, tocó la madera de la mesa hasta encontrar un vaso.

—¿Qué? ¿Qué podría ser "indeseado"?

Johnny se reclinó en su silla y le sirvió a Kenshi un poco de agua de la jarra de vidrio que tenía sobre la mesa. El ciego bebió desesperado, le picaba la garganta de lo seca que estaba, tragó con dificultad y Johnny le sirvió agua un poco más.

—Drogarte y beber. Pero supongo que es algo que solías hacer cuando eras un yakuza, si no me equivoco.

—Qué te dije sobre nombrar a la yakuza, Cage. —Le recriminó Kenshi, apretando los dientes con enojo. Aun no se quitaba la mano de la cabeza.

—Oh, vamos, eres tú quien vive nombrándolos, igual que a Sento.

Kenshi suspiró y apoyó una mano sobre la mesa.

—Me caes bien, Johnny, has hecho mucho por mí pero todavía no te soporto del todo —admitió Kenshi y presionó sus dedos en su sien debido a un repentino escozor que le llegó—, ¿pero cómo es que me drogué?

—Es una historia increíble, es una mierda, pero increíble.

—Habla de una vez —exigió Kenshi sin girar la cabeza en dirección al actor, quien sonreía de oreja a oreja—. Oh, ¿sabes qué?, será mejor que me vaya.

—¿En este estado? No puedes dar dos pasos sin tropezar.

—¿Y qué me propones hacer? —le preguntó Kenshi, ahora un poco más tranquilo.

—Escucha mi historia, si me dedicara a hacer películas para adultos, sin duda lo que pasó anoche sería un buen guión.

Kenshi ladeó la cabeza hacia Johnny tan rápido como terminó de hablar.

—¿De qué estás hablando?

—Consumiste drogas y quisiste que te hiciera el amor.

El rostro de Kenshi se envolvió en un color rojo casi como el de la venda de sus ojos. No esperaba esa respuesta, sintió que la vergüenza inundaba lo más profundo de su ser. Johnny había estado esperando su reacción, Kenshi parecía el típico hombre fuerte y enojado que no se avergüenza de nada, pero su declaración lo había dejado estupefacto, con la mandíbula abierta por la sorpresa.

Kenshi no pudo formular ninguna palabra.

—Deja de bromear, Cage.

—No estoy bromeando. Después de todo no fue tan malo, aunque me hubiera gustado que me rogaras conscientemente por sexo.

Kenshi se levantó de su lugar enfadado, se acercó a él, apretando los dientes, y lo agarró por el cuello de su camisa con ambas manos.

—No juegues conmigo.

—Pensé que nos habíamos convertido en mejores amigos.

Johnny le sonrió suavemente y Kenshi suavizó su agarre y lo soltó. El actor le puso la mano en la cintura y, haciendo un poco de fuerza, lo hizo sentarse a horcajadas en su regazo.

—Tendré que atarte de nuevo como la primera vez o qué.

Kenshi se mordió el labio y se posó en las piernas de Johnny, se movió despacio sobre su cintura y luego puso ambas manos en el rostro del actor.

—Los mejores amigos no se piden sexo cuando están drogados.

—Oh, puedo decir que nunca has tenido un mejor amigo entonces, Tatuajes. —Dijo Johnny en tono de broma y sujetó con fuerza la cintura de Kenshi.

El ciego colocó sus manos alrededor del cuello del actor, y comenzó a besarlo. Johnny no esperaba ese tipo de respuesta ya que Kenshi seguía siendo tan malhumorado como cuando se conocieron, aunque ahora era un poco más amigable y se reía de sus chistes malos.

Se besaron con fuerza, dejando que su saliva se mezclara. Johnny acarició la cintura de Kenshi con cuidado, mientras él se movía de forma sugerente sobre su regazo, provocando que una corriente eléctrica recorriera su columna. El espadachín besó con tanta pasión que Johnny tuvo que apoyar su cabeza contra la silla, sintiendo los labios de Kenshi presionando con fuerza sobre los suyos, apenas podía respirar.

—Sería mejor volver a mi casa... —murmuró Kenshi cuando se separaron y se levantó con cuidado de la cintura de Johnny. Cuando se levantó, se hizo a un lado y se apoyó en el mostrador detrás de él, donde la noche anterior había estado bebiendo antes de que Cage viniera a hablar con él.

Johnny también se levantó, quería seguir besando al ciego pero él todavía parecía no poder encontrarle sentido a todo lo que había pasado, ni siquiera era capaz de recordar nada.

—No te vayas, Kenshi, es muy pronto para eso...

Kenshi le dedicó una sonrisa y cuando Johnny se acercó a él lo besó nuevamente. El actor rodeó la cintura del ex yakuza con ambos brazos, y se mordió el labio inferior durante el beso, haciendo que el ciego soltara un gemido de placer.

Johnny tomó a Kenshi entre sus piernas y lo sentó contra el mostrador, haciendo que el ciego tuviera su espalda contra la pared. Continuaron besándose, sus lenguas se acariciaron de manera provocativa en un abrazo apasionado. El actor rodeó al espadachín con sus brazos y lo acercó a su cuerpo. Johnny dejó que sus manos recorrieran el torso de Kenshi, bajando su camisa naranja para exponer su pecho tatuado. Una mirada de deseo llenó sus ojos mientras vislumbraba los intrincados tatuajes del contrario, antes de que una vez más sus pensamientos fueran distraídos por los dulces gemidos de placer del ciego.

Johnny no pudo resistir el impulso de besarle las clavículas.

—Quiero ver tus tatuajes, Ken —susurró Johnny con su voz ronca mientras acariciaba su piel.

Kenshi gimió por lo bajo e inclinó la cabeza hacia el techo. Johnny le desabrochó el tahalí que le cruzaba el cuello y el pecho, para quitarle la espada y dejar su cuerpo más a la disposición que deseaba.

—Te encanta alejarme de Sento, algo dentro de mí sabe que quieres recuperarla. —Murmuró Kenshi en casi un susurro y bajó la cabeza.

Johnny Cage se rió entre dientes. Kenshi suspiró, todavía rozando los costados del torso del actor con sus piernas. Su piel se erizó cuando la mano derecha de Johnny acarició su muslo derecho con deseo.

Johnny Cage se rió entre dientes. Kenshi suspiró, todavía rozando los costados del torso del actor con sus piernas.

Kenshi suspiró al sentir la mano de Johnny acariciando su muslo con un innegable nivel de deseo. Levantó la cabeza una vez más, separando los labios y suspirando. Johnny se acercó a él, incapaz de resistir la tentación por mucho más tiempo. Se inclinó y le dio a Kenshi un suave beso mientras continuaba acariciando su pierna con su mano derecha.

Sus lenguas se entrelazaron, sus labios se apretaron con entusiasmo y pasión. Cuando se separaron, todavía estaban unidos por un fino hilo de saliva que se negaba a romperse.

Kenshi aprovechó para estirar su mano derecha y la colocó sobre los pantalones de Johnny, sus dedos se deslizaron sobre la tela mientras palpaba la virilidad del actor, quien dejó escapar un gemido involuntario al sentir el sugerente toque, su cuerpo tembló reflexivamente, su polla se erizó y se puso erecta. Kenshi lo acarició con cuidado, estaba un poco sorprendido, era incluso más grande de lo que hubiera imaginado.

Johnny jadeó ante el toque del ciego, su palma se sentía caliente sobre su polla. El actor extendió la mano que sostenía la cintura de Kenshi, se quitó el cinturón y se bajó los pantalones.

Mientras Johnny lo besaba, Kenshi enderezó su espalda. Cuando decidió soltar el miembro del actor, él sostuvo sus suaves piernas, y acarició en el área de la pelvis y le bajó los pantalones también.

—¿Estás seguro de que quieres continuar esto aquí? —preguntó Kenshi. 



.........


Y se termina aquí, quizás le haga parte dos o quizás no, si quieres continuación comenta y deja tu estrellita. 

Besos. 

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