Johnny Cage siempre ha sido el tipo de persona que bebe mucho, a diferencia de Kenshi, tiene un gran apetito por la diversión.

En su mansión, Johnny tenía muchas bebidas caras y exóticas, pero también se dejaba llevar por las cosas sencillas. En su despensa se podía encontrar tanto una botella común de vodka como un brandy de 2.000 dólares.

Kenshi era el único que conocía el contenido exacto de la despensa del actor. Johnny siempre le daba la libertad de beber lo que quisiera sin restricciones, siempre y cuando no bebiera en exceso. Pero lo curioso era que el que siempre terminaba bebiendo en exceso era él.

Kenshi era quien siempre le recordaba a Johnny que bebiera un vaso de agua entre cada trago de vodka. Y el actor, siempre desobediente, nunca seguía sus consejos y acababa tomando demasiadas copas.

La embriaguez hacía que Johnny no pudiera evitar reírse a carcajadas de sus propios chistes mientras su visión se nublaba y sus palabras se volvían enredadas. Johnny siempre fue un tonto hablador, por lo que era raro que hablara con sentido, sin embargo, cuando estaba borracho su tontería aumentaba el doble.

Los chistes románticos tampoco faltaban. Kenshi era el que soportaba los chistes groseros e inapropiados de Johnny. No podía hacer nada más que reírse y tratar de mantenerlo a raya. Además, Johnny tampoco podía resistirse a darle alguna que otra mordidita a sus mejillas y sus labios, aunque Kenshi no se quejaba mucho al respecto.

Cuando la borrachera de Johnny se apoderaba de él después de tantas burlas y coqueteos, siempre terminaba durmiendo en el regazo de Kenshi.