¿Un cofre con esmeraldas?
— ¿Un cofre con esmeraldas?
— Es bastante adorable si lo ves bien…
— ¿No tienes un acuario Yusaku? —Zarc secundo a Haou al ver el pequeño cofre redondo de plástico con pequeñas esmeraldas también del mismo material— Podrías ponerlo como decoración…
— Sí… a Sealt le gustará... —Yusaku siguió examinando aquella decoración.
Era su cumpleaños, así que esa mañana su madre le sirvió su desayuno preferido, su padre le juro por la vida de Serena que le daría su regalo en la tarde, y aún así no esperaba recibirlo por parte de Ai.
Observó el acuario de Sealt y no se sorprendió de ya no ver a los pececillos dorados que compró hace unas semanas, su axolote mascota se dio un festín devorando a cada uno.
Después de despedirse de Sealt y Sasha, cuando iba saliendo de su casa se encontró una pequeña caja blanca que decía “¼”, pero cómo iba algo tarde a la escuela se llevó la caja con él y la abrió en el camino, donde estaba la decoración de acuario.
Cuando llegó a la escuela, junto sus amigos, se encontró en el casillero de sus zapatos de interior un paquete envuelto en papel estraza con “2/4” escrito encima.
— ¿Tu acosador o acosadora volvió?
— Creí que se había ido en la secundaria…
— Zarc si publicas esto, te juro que- —El celular de Yusaku vibró junto al tema designado para los mensajes.
El de sus amigos, y otros alumnos que venían llegando, fue lo mismo.
《♡ ~ Chisme y romance en el instituto: En el cumpleaños del alfa, Fujiki Yusaku, desde primaria, recibía regalos misteriosos de un anónimo (*♡∀♡) este idiota alfa creyó que su admirador, o admiradora, se fue en la secundaria… pero acaba de recibir su segundo regalo del mismo modo que en años anteriores!♡!♡! Felicidades y feliz romance ( ´ ▽ ' ).。o♡ ~ ♡》
— … Zarc…
— Sabes que yo no uso Kaomojis… —El trío volteó a ver a una chica beta de cabellos rosas que los espiaba desde la entrada de la escuela— Pero Yuzu-chan sí… buenos días, Yuzu-chan~.
La chica guardó su celular, devolvió el saludo y se fue corriendo a algún lado.
Yusaku gruñó ante eso, ahora toda la escuela sabía de su extraño admirador.
Al principio fue en el primer año de primaria, eran pequeñas cosas como flores o pequeños llaveros de acrílico, después en secundaria fueron paquetes un poco más elaborados, como tejidos o pequeños árboles de Wisteria hechos a mano con alambre de cobre y pequeñas piedras de fantasía, que tenía de adorno en su cuarto junto a sus figuras de colección, ahora eran decoraciones para su acuario y, por el contenido del paquete, CDs de sus bandas favoritas.
— Si es el mismo, entonces el tercer regalo estará en tu bolso al mediodía.
— Está vez lo atrapare, aceptó que me gustan sus regalos, como la vez en que me dejo un trozo de pastel de frutos rojos con crema, pero ya después de casi 10 años…
— El misterio cansa ¿No? —Haou habló mientras revisaba su celular leyendo los mensajes que le llegaban.
— Exacto.
— ¿Algo nuevo en el mercado negro? —Haou negó antes de guardar el aparato.
El trío de amigos entró al aula donde ya habían varios alumnos dentro, entre ellos Takeru, Spectre y Ryoken, quien dormía sobre su pupitre usando su maletín como almohada, los dos primeros hablaban animadamente entre ellos… eso no le gustó a Yusaku.
— Oye, perro alfaldero del axolotl, alejate de mi adorable primo o te rompo la maldita cara aquí y ahora —Yusaku tomó de los hombros a Takeru de forma posesiva, Spectre se levantó dispuesto a encarar al alfa.
— Ya Yuku, dejalos… son sólo un par de enamorados que buscan sembrar su amor~.
— ¿¡Eh~!? ¡E-eso n-no es…!
— Homura-san y yo, somos primos, es normal que hablemos en la escuela —Spectre habló mientras se cruzaba de brazos bastante molesto—. Eso de que estamos enamorados es sólo un chisme que Fujiki se inventó para dejarme mal.
— Cla~ro~ y yo no dirijo las noticias escolares o Haou el mercado negro estudiantil.
— Suficiente, alejate de mi primo y ya.
Yusaku se llevó a rastras a Takeru, quien sólo bajó la cabeza de forma sumisa y se dejó llevar por el alfa de ojos verdes al otro lado del aula, donde este se sentaba junto a sus amigos.
El omega entonces recordó el cumpleaños de su primo y le entregó un pequeño paquete cuyo interior tenía un par de llaveros acrílicos de una especie de ángel, una niña de cabellos negros y ojos rojos con un traje de gato color amarillo y un chico de cabellos blancos con una extraña ropa algo medieval; Yusaku pareció emocionarse bastante al verlos.
— ¿No dijiste que te faltaban esos llaveros para tu colección?
— ¡Si! Son justos tres de los que me faltan.
— Son Shwi, Jibril y Riku… ¿Cuales te faltan Yuku?
— Me faltan Corone e Izuna —Yusaku guardo los tres llaveros en su bolso antes de sacar su cuaderno y estuche.
El resto del día el alfa recibió felicitaciones y uno que otro regalo, aunque su mayor regalo iba a hacer cuando atrapara al admirador que venía siguiéndolo desde primaria.
Minutos antes del mediodía tuvo que acompañar a su primo a comprar su almuerzo, no permitiría que anduviera sólo contra tantos alfas, Zarc se fue por una emergencia con su equipo de chismosos y Haou debió irse a atender asuntos con sus negocios. No atrapó al misterioso personaje, pero había un peluche de 40 cm de un Firewall Dragon, sentado en su pupitre, con una etiqueta con dos mensajes.
El usual “¾” y “Bonitos llaveros… de haberlo sabido antes te lo hubiera dado.”, los llaveros estaban intactos por suerte.
— Lo siento Yusaku…
— Está bien, ya lo atrapare en el último regalo.
— Ese es a la salida… ¿Cierto? —El mayor asintió mientras guardaba el peluche, Yusaku no podía negar que era muy suave al tacto.
La idea era atraparlo a la salida, para eso le pidió de favor a Zarc que su equipo estuviera atento a cualquier cosa entre ese momento y el término de las clases, a cambio exigían un descuento en las próximas respuestas de exámenes.
Cuando sonó el timbre indicando que podían irse a casa, Yusaku se hubiera esperado cualquier cosa… menos que su primo le entregará una caja blanca con un pequeño pastel de chocolate con fresas con crema dentro y un agradable olor a rosas.
— La nota decía que era para ti… lo encontramos con Arclight-sempai, en el salón de economía doméstica.
— “4/4”...
— Te ganó, Yusaku.
Al final el alfa de ojos verdes suspiro derrotado, otro año recibiendo regalos anónimos, otro año sin atrapar al responsable.
Ryoken, junto a Spectre, pasaron por al lado de aquel grupo, el de cabellos plateados le contaba como en otros países, y algunas pastelerías japonesas, usaban las flores para hacer dulces y que tal vez tome lecciones para hacerle un pastel de rosas a Takeru cuando fuera su cumpleaños en un mes.
— Para eso consigue agua de rosas o lo que sea, haz un almíbar con eso y agua, y después remoja un poco los bizcochos en el almíbar; quedarán impregnados del olor pero no será molesto o empalagoso.
— Sabe bastante de pastelería, Ryoken-sama.
— Mi mamá vivía en un pueblo, ella me contó que a veces su “madre” le hacía dulces en base a flores —El omega sacó su monedero para comprar unos Dorayakis que habían en un carrito—, ella me explicó el proceso para darle ese olor a los pasteles.
— Ya veo… entonces debería pedirle ayuda a mi tía Kiara, ya que yo no se mucho de cocina —Spectre aceptó la golosina que su primo le ofreció, aún estaban calientes las tortillas.
— Para este punto, Spectre, me preguntó si algún Kogami, que no seamos nosotros, sabe algo de cocina.
El alfa de ojos azul oscuro asintió antes de comer un poco del Dorayaki del mismo modo que lo hacía el albino, que parecía disfrutar comer aquella golosina dulce.
(Hace 10 años…)
Era su cumpleaños, su padre lo había olvidado, igual que hace un año para variar, así que se comió su desayuno especial y salió de su casa al mismo tiempo que su madre agarraba a golpes a su padre con un cucharón de madera.
Fue cuando vio la extraña y pequeña cajita blanca con un “¼” frente a la puerta de su casa.
Su instinto le decía que la ignorara o avisará a sus padres, pero en vez de eso, Yusaku la tomó y abrió, dentro había una pequeña cajita musical con una estrella dorada y brillante girando sobre su propio eje.
El niño de seis años, recién cumplidos, guardo la caja y esperó a su madre para que lo llevará a la primaria.
Al llegar, después de despedirse de su progenitora encontró el segundo regalo, que era una considerada cantidad de llaveros que Yusaku coleccionaba y justo eran los que buscaba; tenían un “2/4” escrito en el papel donde estaban.
Al medio día el tercer regalo apareció en su maletín, era un ramo de claveles y gardenias, con una pequeña tarjeta que decía “¾”.
Al final del día se había quedado tarde por ayudar a limpiar con sus amigos, el cuarto regalo, que era una pequeña pulsera con unas pequeñas flores de lavanda de plástico tenía una etiqueta que decía “4/4. Espero te hayan gustado mis regalos. Feliz cumpleaños.”.
Yusaku estaba tan confundido como alegre, realmente le habían gustado aquellos regalos, pero jamás supo quién se los dejo como para agradecerle…
Pero no importaba, porque para el niño de cabellos blancos y ojos azules que lo observaba escondido, la sonrisa de su amor secreto era suficiente agradecimiento.
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Existe una ironía aquí... la que la note, puede tomar una galleta (?) *deja una cesta con galletas en una mesa*
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