¿Que significaba ser un Kogami?
¿Que significaba ser un Kogami?
Desde que había nacido Kogami Kiyoshi creía que llevar ese apellido era sinónimo de grandeza, que nada ni nadie debía estar en su camino.
Ser alfa y ser un Kogami era la clave para tener éxito.
Tuvo que cumplir 20 años y 7 meses para darse cuenta de lo erróneo que estaba ante eso.
Conoció a Kiara cuando aún tenía el pensamiento supremacista que le habían inculcado desde que su madre y Yuna fallecieron, incluso estaba comprometido con una beta de clase alta pero la chica era tan débil que le acordaba a una omega cualquiera.
A su, ahora esposa, eso le valió un reverendo carajo.
Kiara les dio a él y a sus hermanos una paliza de tal grado que tuvieron que estar internados por días, incluso uno de sus hermanos terminó usando lentes por el daño en sus ojos, a ella no le importó su jerarquía o nombre… a ella solo le importó el hecho de que humillaban a un omega, que si lo pensaba bien, no había hecho nada más allá de caminar comiendo un plato de fideos fritos.
Ella los había humillado como ellos humillaban a los omegas.
Su padre en un principio necesitaba ver a esa alfa, al igual que sus tíos y abuelos, necesitaban ver a aquella alfa de puros genes que había masacrado a seis miembros de su familia. Si tenían suerte podrían comprometerla con Steph, alguno de los mellizos o Isamu incluso.
Fue él el que tuvo la desgracia de terminar viajando al pueblo de donde se supone provenía Kiara.
¿Que significaba tener los genes Kogami? ¿Que importaba serlo? Allá no interesaba.
Conoció las tradiciones del pueblo, descubrió la humillación de ser degradado por su jerarquía y usar un símbolo como muestra de ello, fue entonces que comprendió el mundo al que él y los demás supremacista como su familia sometían a los omegas.
Kiara le rompió la boca de una patada cuando lo entendió todo.
Ella era la “supremacista” en su pueblo. Ella vivía con el orgullo de ser alfa a pesar de las consecuencias que eso le traía, aunque Kiara tenía la opción de no usar ese símbolo debido a su madre, el linaje puro de la albina le daba cierto derechos.
Ella era igual que un omega de un alto linaje de alfas.
Kiyoshi, cada vez que la visitaba, veía el como esa niña, cachorra de un cazador alfa viudo, se volvía una mujer igual de orgullosa y hábil que a su padre. En todo ese tiempo ella le mostró el otro lado del mundo, ni siquiera supo cuando se enamoró de la menor y terminó separándose de su actual esposa para hacer a Kiara su esposa, aún cuando su hija tenía casi 5 años.
¿Que significaba ser un Kogami? Antes significaba ser superior a todos, ahora sólo significaba que venía en tus genes ser un cretino con todos.
Un cretino con tendencias a la violencia como su padre, Shigeru Kogami.
Tuvo que elegir entre proteger a su hijo o asesinar ahí mismo a sus hermanos, ni siquiera llegó a pensar en la respuesta cuando su padre usó su voz para mantenerlos sometidos un rato en lo que él iba a terminar con el error familiar.
Kiara siempre ignoraba el mundo, siempre anteponía aquello que le importaba sobre ella. Debió esperarse que, de nuevo, ella se lanzará a impedirle el paso a ese hombre para proteger a Ryoken.
Cuando ambos desaparecieron de su vista, encerró a Kyoko y a su sobrino en una habitación; Steph era una madre bastante negligente, si, pero ella tampoco iba a permitir que su hijo sufriera el mismo destino que ella y sus hermanos tendrían por desafiar a su padre.
Fue en el momento que Kiara cayó rodando por la escalera que el pánico los invadió, después fue un fuerte quejido que causó que Kiyoshi ayudará a su esposa a levantarse y sacar a Ryoken de ahí.
Ese escenario tampoco fue placentero, tuvo que soportar una paliza de su padre y permitir a Kiara salvar a su hijo.
Romper el orgullo de madre e hijo con tal de salvar a uno… era algo que ya antes había hecho, repetirlo daba igual.
Kiara se fue con Ryoken volvió bastante tiempo después, sola y con su usual sonrisa de burla.
— ¿¡Dónde está tu maldito error!?
— Lo más lejos posible de tu alcance, Kogami Shigeru.
— ¡Se supone que eres una alfa! —El imponente alfa limpió la sangre de su boca como si nada, su mirada estaba tan molesta que parecía querer golpear a Kiara, de nuevo...— ¡Tu maldita descendencia debió ser igual!
— ¡Lástima para mí tener genes de “inferiores” omegas en mi maldito adn! —Y como siempre la albina tentaba al demonio— ¡Adelante! ¡Matame! ¡Entonces nunca encontrarás al “omega” que manchó el tan puro linaje Kogami! ¡Adelanté, asesiname aquí y ahora!
Mirada desafiante, llena de burla y orgullo, la misa mirada que tenía el padre de Kiara cuando Kiyoshi lo conocio, la misma mirada que desafiaba al “Rey de los demonios”, la misma mirada que desafiara siempre a la muerte.
(...)
Escucho junto a su prima, a los adultos discutir por horas, si los golpes y cosas romperse le llamábamos discusión.
Aunque Spectre podía contar fácilmente las veces que su abuelo lo había visitado antes… siempre era el mismo desastre cuando los ideales de Kogami Kiara y Kogami Shigeru se interponian.
Cuando lo último que se escuchó fueron vidrios romperse y un fuerte portazo seguido de un prolongado silencio, el alfa de cabellos plateados volteó a ver a su prima, Kyoko lucía la misma preocupación que él.
Eso jamás era buena señal.
Akio apareció y sacó de su encierro a ambos alfas un rato después, tenía golpes espantosos en su rostro, su ropa estaba destruida y también mostraba los hematomas que comenzaban a formarse.
— Vengan a ayudar, la mayoría están muy heridos… en especial... Kiara y Kiyoshi.
El par de jóvenes se observaron aterrados, cuando algunos de sus tíos llamaba por su nombre a la alfa de cabellos blancos, es que en serio había pasado algo grave.
No fue tan alejado de la realidad aquello.
Su abuelo se fue a su hotel junto a sus dos esposas, los alfas efectivamente estaban en pésimas condiciones y las dos betas apenas y podían pararse.
Spectre se acercó preocupado a su madre, estaba tirada en el piso, su rostro estaba lleno de sangre por su nariz rota y el muy obvio golpe en su mejilla, además de marcas rojizas de enormes manos en sus brazos, a pesar de tan mal aspecto la beta acarició el rostro de su hijo con ternura antes de sonreírle a duras penas.
Estaba tan feliz de que su hijo estuviera a salvo y no haya tenido que pasar por aquel infierno.
Kyoko encontró a su padre casi inconsciente en el pasillo camino al comedor, su madre estaba acostada en la enorme mesa del mismo lugar, desangrándose por un par de filosas tijeras enterradas en su hombro izquierdo, estaba susurrando incoherencia en un claro intento por mantenerse consciente.
— ¡Mamá… mamá! ¿¡Estas bien!? ¿Donde está Ryoken?
— Kyoko~ ¿Has escuchado de la enredadera que asfixia a sus víctimas~?
— ¿Ah? —La alfa de mechones naranja intentó enderezar a la mayor, su padre estaba bien, sólo adolorido y posiblemente con unos cuantos huesos rotos, nada que no haya sufrido antes en el pasado contra Kiara.
— No recuerdo su nombre… pero eran enredaderas hermosas~... Ryoken… Ryoken está allá… custodiado por hermosas enredaderas~...
Kiara se desmayó en los brazos de su hija, Kyoko pensó de inmediato en llamar y ambulancia para ella…
Al menos sabía que Ryoken estaba a salvo en algún lugar.
(Hace 15 años…)
— Tu hijo es, muy probablemente, un omega.
Aquel comentario le cayó como un balde de agua fría.
Hacía unas horas había nacido su hijo, un niño de blanquecinos mechones, que ahora descansaba en los brazos de su madre, que además hasta el momento había llorado desesperado al ver a sus tíos… bueno, él tampoco los estaba soportando últimamente así que no le importaba.
Cuando Kiyoshi entró a ver a su joven esposa, Kiara, sólo quería estar a solas con la mujer que lucía como si nada a pesar de haber parido hace relativamente poco… claro que no esperó aquella revelación.
— … ¿Ah?...
— Llámalo instinto de madre, o yo que sé, pero algo en mi interior me dice que es omega…
La mujer observó a su esposo en estado de shock, después devolvió su vista a su hijo que la observaba tan fijamente con sus pequeños ojos azules como el cielo, la alfa lo veía tan frágil y adorable como una muñeca de porcelana.
— Bueno… si es omega… ¿Que podré hacer? Ya nació, es tan hermoso como su madre y ya sabía que estaba la probabilidad. No puedo hacer nada ante eso. —La albina sonrió ante aquello mientras observaba a su esposo, Kiyoshi le devolvió aquella sonrisa antes de acariciar con cariño el rostro de la mujer.
— ¿Como quieres ponerle?
— Si será omega… entonces que tenga el honor de llamarse como el más orgulloso y reconocido omega del pueblo del árbol de Sakura.
Kiara observó asombrada a su pareja para después largarse a reír. Realmente Kiyoshi aún sabía cómo sorprenderla.
— Ryoken… tu nombre será Kogami Ryoken.
El pequeño bebé pareció estar de acuerdo, porque apenas escuchó aquello parpadeo y comenzó a estirar sus diminutas manitas hacia el rostro de su progenitora.
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