¿Qué carajos pasa?

Fue la pregunta que Yusaku se hacía igual que Ryoken, en especial después de que pasarán cosas extrañas en la mañana del 25 de diciembre, más allá de que oficialmente el omega tenía ahora 16 y como ofrenda de paz el alfa le dio un trozo de pastel de Navidad con una vela encima, cosa que a Ryoken le dio algo de gracia por lo que aceptó el pastel, estaba también la muy extraña y gran reconciliación del matrimonio Fujiki.

Yusaku, que estaba comiendo unas galletas, junto a Ryoken, que sostenía a Sasha fuertemente contra su pecho con uno de sus brazos mientras tomaba un poco de jugo, ambos estaban igual de sumergidos en un cómodo y agradable silencio cuando Serena y Ai salieron de la cocina bastantes acaramelados… causando un gran shock en su hijo.

Desde que Yusaku tenía memoria, sus padres jamás habían estado tan románticos o cursis… de hecho, incluso tenía de testigo a Ryoken, era usual que sus padres desayunaran en distintos horarios para así no tener que verse, porque en las mañanas discutían por alguna absurda razón de la que el adolescente se perdió en algún momento de la noche.

Por ende para el alfa de ojos verdes ver a sus padres abrazarse, darse pequeños, rápidos y consecutivos besos además de decirse una que otra cursilería… simplemente le era tan extraño como asqueroso.

— Quiero vomitar…

— Ahora sabes lo que sentí los tres primeros meses de embarazo… —El alfa asintió asqueado.

Ai beso a Serena una última vez antes de que está se devolviera a la cocina con una sonrisa bastante coqueta, Yusaku vio a su padre sentarse bastante agotado.

— ¿Se puede saber qué diablos le diste para que estén así de… de… —Yusaku tragó saliva, realmente le era difícil decir aquello— de… románticos?

— Sólo te diré hijo, que las farmacias y las tiendas de 24 horas venden buenos kits salva matrimonios…

Yusaku iba a preguntar a qué diablos se refería su padre cuando Ryoken le dio un manotazo para que le viera… el omega estaba manoseandole un muslo de un modo algo erótico con su mano libre… el de ojos verdes comprendió de inmediato la indirecta mientras alejaba algo avergonzado la mano de Ryoken.

(...)

— Mi padre ya está pensando en cómo decorar el cuarto del bebé…

— Apenas vas a cumplir el mes de gestación y ¿Mis tíos ya quieren hacerte un baby shower o que diablos?

El omega con lentes desvío la mirada intentando evitar la de su primo, Yusaku quiso golpearse contra una pared al descubrir que tenía razón.

Sus tíos, Flame y Ray, habían ido junto a Takeru a visitarlos por la navidad así que los menores se encerraron en el cuarto de Yusaku para dejar a los adultos hablando solos.

“Kanojo era un hermoso ser, pero al mismo tiempo era tan horrible. Su madre siempre le dijo lo espantosa que era, su padre lo reafirmaba; según el hombre Kanojo perdió la belleza que tenía en el preescolar y primaria. Kanojo se sentía horrible, sólo su profesor le daba una pizca de autoestima.”

Ryoken estaba recostado en la cama del alfa dueño de la habitación con Takeru sentado a sus pies hablando alegremente con Yusaku, que estaba sentado en la silla de su escritorio… deseaba tanto darle una patada al de mechones rojos para enviarlo al hospital y sacarlo un tiempo de la vida del alfa, pero sabía que era probable que el de ojos verdes iría iría visitar a su molesto primo así que eso no le convenía.

Para el de mechones blancos no era justo… ¿¡Por que el alfa que tanto le gustaba le ponía tanta atención al llorón que tenía por primo!? ¡Ese era el trabajo de Spectre! Aunque ahora entendería que su primo está enojado y dolido por la traición de Takeru… bueno, qué más daba. Después reconciliara a ese par sólo para alejar un poco a Takeru de Yusaku.

Yusaku era suyo, el imbécil con apellido de wisteria tenía su collar de omega guardado, por ende era suyo… o bien lo guardaba como una muestra de…

— Me voy a mi cuarto. —Yusaku vio a Ryoken levantarse, se le veía bastante furioso.

— ¿Ah? ¿Y eso?

— Estoy cansado y puedo ver que sobró, disfruten su convivencia, wisteria y llorón.

Después de aquello Ryoken salió del azulado cuarto para irse a su habitación, Yusaku frunció el ceño ante la actitud del omega mayor ¿Que diablos le pasaba? Takeru solamente lo observó confundido ¿Acaso se había perdido de algo?

(...)

— Personalmente… me gustaría que fuera niña —Flame asentía mientras tomaba un poco de la bebida color ámbar que tenía en su vaso—, pero considerando la situación de Takeru, mientras nazca sano y sin ninguna complicación soy feliz.

— ¿Por qué una niña?

— Porque entonces podré comprarle tanto hermosos vestidos encuentre… ¿No era obvio, Ai?

El alfa de mechones morados parpadeo ante la declaración de su hermano… la verdad si, si lo tenía.

— ¿Y tu Ray? —Serena le sonrió a su hermana que estaba recostada sobre su esposo— ¿Que esperas que sea tu nieto?

— Que nazca sano… eso es lo único que quiero… —El semblante de la omega pelirroja se tiño en melancolía antes de sacudir su cabeza y corresponder a la sonrisa de su hermana— ¿Y ustedes dos?

— ¿Ah?/¿Eh? —El matrimonio Fujiki exclamó al mismo tiempo ante la mirada de burla del matrimonio Homura.

— Ya saben… ¿Quieren un niño o una niña?

— Ah… la verdad…

Fue entonces que tanto Serena como Ai se dieron cuenta que nunca se lo plantearon realmente, a ellos no les interesaba si era una niña o un niño su futuro nieto, porque sabían que independiente de, su hijo iba a amar a esa criatura más de lo que tal vez ya lo hacía.

— Porque si es niño… imagínate que saque el carácter de su madre, Ai.

— … oh por dios… —El alfa mayor se puso pálido al imaginarse aquello, si ya de por sí el omega tenía un carácter espantosamente igual al de su madre, Kiara… entonces…

— O que sea niña y tenga el carácter de Yusaku-kun, ¿Te lo imaginas Serena?

— Bueno… —Ahora fue la omega mayor la que se puso pálida, una niña… con el carácter tan… especial… de su hijo…

Serena se largó a llorar desconsolada en lo que su esposo sostenía su cabeza y se lamentaba en murmullos.

Por un lado podía ser una adorable niña… que si obtiene el carácter de su madre, Ryoken, sería igual a una segunda Kiara… pero con sangre Fujiki… ¡Lo que lo hacia aun peor para Ai y los demás alfas! pero si obtenía el carácter de su padre… diablos, sería una inadaptada social con leves tendencias sociópatas; por el otro lado si resultaba ser un niño lo más probable es que no importaba que… terminaría siendo un doble de cualquiera de sus padres…

Y ahí entraba la tercera opción, que el niño o niña sacará parte del carácter de sus dos progenitores… lo cual era por mucho, mucho peor…

Tanto Flame como su esposa al entender el sufrimiento de sus hermanos mayores fueron directamente a consolarlos, inconscientemente los habían hecho pensar en el peor escenario posible para cualquier persona.

(Hace 5 años…)

Le enfermaba… le repugnaba en serio la cercanía entre wisteria y el llorón de su primo.

No importaba que ambos claramente fueran omegas, nadie, que no fuera él, debía ser tan cercano a Yusaku.

Se conocían desde los 4 años, sí… pero demonios ¡Él sabía casi todos los aspectos de la vida del chico de ojos verdes! Por eso mismo Ryoken ideó un plan para deshacerse del imbécil llorón de Takeru.

— ¿E-estas seguro… de esto… Kogami-kun? —El de mechones rojizos observaba de forma temerosa al de ojos azules.

Estaban frente a mitad de las escaleras que daban acceso al tercer piso, Ryoken había llamado a Takeru para enseñarle algo muy genial… claro que Spectre no le apoyaba en su idea y decidió dejarlo sólo en esto. Era una suerte que el primo de wisteria fuera un idiota.

— ¿Acaso no confías en mí, Homura-kun?

— ¿¡A-Ah!? ¡N-no es eso! Es que…

— Como sea —Ryoken se acercó un poco más al contrario y lo obligó a verlo de frente, dándole la espalda a la escalera—. Ahora cierra los ojos.

El menor asintió temeroso antes de obedecer la orden de Kogami.

Takeru debió esperarse que Ryoken lo empujará fuertemente haciéndolo caer rodando de las escaleras. De no haber sido por Spectre que sospechaba de las intenciones de su primo, tal vez Takeru no habría sido encontrado por los profesores y seguiría tirado en aquel pasillo adolorido y sangrando.