Fuego prohibido
Fuego prohibido.
El omega que tanto amaba era un ser ardiente, igual que el fuego, pero estaba prohibido para él en tantos modos… que le complacía aún más poder tener la oportunidad de conseguir momentos tan cercanos.
Así que si, Spectre amaba el fuego prohibido que era su primo Takeru, o que alguna vez fue, aún así amaba el estar con él a solas; era una suerte que el sentimiento fuera mutuo.
Takeru adoraba la calma que Spectre le brindaba en los peores momentos, como en medio de las peleas de Kogami-kun y Yusaku o cuando perdió a…
— Takeru-san… ¡Takeru-san!
— ¿Ah? ¿Q-que pasa, Spectre?
— Estaba como ido… ¿Pasó algo? —El alfa de cabello plateado se acercó preocupado al omega de lentes.
Después de darle la llave a Yusaku y dejarlo en el pasillo con las instrucciones para llegar al cuarto de Ryoken, Spectre se llevó a Takeru para alejarlo del caos y estar un tiempo con él ¿para que mentir?
— No… no pasa nada. Sólo recordaba unas cosas…
— ¿Esas cosas, tienen relación con Aka-?
— ¡No lo digas! —Takeru cubrió la boca de Spectre rápidamente, una clara y obvia tristeza se veía en sus ojos— … Q-quiero decir…
— Está bien… lo entiendo, Takeru-san.
— ¿De verdad?
Spectre asintió antes de abrazar al de mechas rojas y comenzar a acariciarle la espalda, el menor correspondió al abrazo mientras ponía su mentón en el hombro del más alto, dejando que le reconfortara.
Ese nombre aún era una herida abierta en su familia.
Estuvieron así por un rato hasta que el de lentes pareció calmarse, sólo entonces se separaron y comenzaron a hablar de temas algo triviales, desde la escuela hasta lo que podría pasar con sus familias de ahora en adelante…
— Creo que… ya es hora de que vayamos a ver a Yusaku y a Kogami-kun ¿No?
— Si… dejarlos solos mucho tiempo puede terminar en desastre. —Aunque no lo quisiera aceptar, Spectre estaba algo desanimado por tener que romper esa atmósfera tan tranquila entre ambos.
Cuando Yusaku y Ryoken se unían a la escena siempre terminaba en ambos peleándose hasta matarse, por lo que obligadamente debía llevarse a Takeru para que no presenciara algo así.
Igual que sus tíos Kiyoshi y Ai, pero ese era problema de las esposas de estos.
Ambos salieron del cuarto de invitados y se encaminaron a la habitación de Ryoken…
Apenas el mayor abrió la puerta el olor metálico de la sangre y del agua salada de las lágrimas invadió sus fosas nasales.
Frente a la cama Yusaku lloraba desesperado intentando hacer reaccionar a Ryoken que lanzaba leves quejidos en el piso aferrándose lo más que podía a su vientre, Spectre se acercó rápidamente a su primo, para descubrir qué le pasaba, y fue entonces que noto la mancha carmesí que parecía aumentar su tamaño cada segundo…
— ¿¡Qué fue lo que pasó!? —Yusaku parecía estar en shock, sólo lloraba y abría su boca para dejar escapar palabras sin sonido— ¡Fujiki-san!
— ¡Spectre! —Takeru imitó al alfa y se acercó también a su primo— Yusaku está en shock, no podrá responderte ahora… lo que hay que hacer es llevar a Kogami-kun al hospital y rápido.
Spectre, con bastante enojo, para que iba a negarlo, asintió antes de tomar a Ryoken y cargarlo de forma nupcial fuera del cuarto en dirección al salón principal donde estaban los adultos, posiblemente aún distiendo.
— Takeru…
— ¿Si, Yusaku?
— ¿Q-que… que hice…? —El de ojos esmeralda aún lloraba, su voz se escuchaba tan aguda que parecía estar forzandose a emitir sonidos— Takeru… ¿... que… hice…?
Takeru abrazo a su primo con algo de lástima, el alfa no reaccionó, sólo siguió llorando en el hombro del menor repitiendo la misma oración…
(Hace 4 años…)
Se acercaba el día del examen… el dia en los examinarian a todos para determinar su sexo secundario.
La verdad Yusaku no estaba nervioso en lo absoluto, él ya había aceptado su destino como omega, su madre y abuela paterna eran omegas, además su rostro era demasiado andrógino para ser beta, y con sus antecedentes familiares era casi imposible que fuera un alfa.
La verdad, la idea de ser un omega no se escuchaba tan mal.
Sólo si era un omega podía estar con un alfa como lo era Ryoken, así fuera como sirviente o un juguete, él estaría dispuesto a aceptarlo…
Era cierto, podía pelearse y gritarse con Ryoken cada día de cada mes todo el año, pero eso sólo era por… por… ¿Por que era que se odiaban?
No lo recordaba… recordaba el día en que se conocieron hace ocho años; podía recordar totalmente una fecha de cuando tenía 4 años de edad... ¿¡Pero no lograba recordar las razones de porque se odiaba con el mismo alfa con olor a sal marina que tanto le atraía!?
¡Maldita sea, ¿por que el mundo le jodia tanto?!
— ¡Oye Wisteria! ¿Tanto te preocupa comprobar tu estatus de omega que te golpeas contra tu mesa?
— ¡Vete al demonio axolote!
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