Festival de invierno y cambio.
Festival de invierno y cambio.
Ese era el curioso modo en que el par de adolescentes se refirieron al festival de año nuevo al que iban a asistir.
Al final tanto Ryoken como Yusaku cumplieron su palabra de dormir hasta tarde para disfrutar mejor el festival, aunque despertaron cerca del mediodía por un tercero que no dejó seguir descansando a su madre… así que el omega también despertó al alfa porque no encontraba justo que el sólo sufriera.
Así que ahora Serena y Ai tenían a dos adolescentes que deseaban traer la paz mundial, amables, alegres y tranquilos sentados en el comedor comiendo a medias un par de tostadas…
— ¿Deberíamos llamar a un exorcista?
— No exageres Ai… —La omega de ojos verdes volteó hacia su esposo que lucía algo aterrado por la actitud tan pacífica de aquel par… ¿pero a quien engañaba? Ella estaba igual de aterrada, pero no exageraba como su marido— Solo están cansados por dormir tanto… ya después, cuando despierten completamente volverán a ser las bestias humanas que anhelan causar tanto genocidio mundial se les ocurra…
— Me recuerdan a ti con tu hermana y Kiara a su edad…
— Por eso se que no están poseídos —Serena dejó de observar a los menores desde el marco de la puerta para encarar a su esposo—. Ahora alfa idiota ve y termina de limpiar el jardín como prometiste hacerlo desde octubre.
— Antes dame un beso~.
La omega suspiro antes de darle un beso a su pareja, que el alfa intento subir de nivel…
— ¿Tus padres saben que los vemos y escuchamos cierto?
— Me gustaría creer que sí, pero de seguro son tan idiotas que creen lo contrario…
— ¿En qué momento te acostumbras? —Ryoken dejó de observar a la pareja que seguía besando para ver al chico de cabellos azules.
— En ninguno —Yusaku imitó al albino mientras le daba una mordida a su pan tostado—. Hasta hace un par de días… mis padres estaban que se divorciaban…
— Vaya… y yo que creía que el matrimonio de mis padres estaba a medias de desmoronarse…
— ¿También se suele desmoronar por la idiotez de tu padre?
— No. Por su impotencia sexual —Ryoken se enderezó en su asiento para estirarse un poco.
— Ah… ¿También está en la edad?
— Para su desgracia… si.
— Ya veo… —El alfa de ojos verdes asintió con cierto desánimo antes de levantarse de su asiento— Iré a limpiar mi acuario, saldremos para el festival en la noche ¿Te parece por las 11?
— Diez, para cuando sean las once tal vez ya no haya buenos talismanes.
— No te creía supersticioso, Kogami.
— Soy descendiente de un sacerdote —El albino se levantó de su asiento siguiendo al mayor— y mi mamá también es originaria de un pueblo algo… extravagante… así que es algo normal.
Yusaku asintió, en cierto modo tenía sentido.
Ninguno quiso voltear cuando se escuchó el sonido de un golpe seguido de un quejido y un grito por parte de la única fémina del lugar.
(...)
Habían salido en dirección al festival hace poco, aún faltaba bastante para el templo local, y la verdad es que Yusaku ya estaba deseando volver para encerrarse toda la noche con Ryoken, sólo para evitar que alguien más viera al omega con esa bella cinta que le regaló, más bien devolvió (pero eso nadie, ni el propio omega, debían saberlo), adornando su suave y blanquecino cabello.
La cinta azul combinaba con sus ojos del mismo color, las pequeñas piedras que imitaban los pétalos de las pálidas y rosadas flores de sakura destellaban como pequeñas estrellas en el cielo por las luces que se reflejaban en ellas, junto al dulce tintineo de la campana que resonaba suavemente cada vez que el omega daba un paso, todo eso sumado más la tierna sonrisa que tenía por la emoción de volver a llevar aquella decoración en su cabello y el leve sonrojo en sus mejillas dejaban a Yusaku con el enorme deseo de romper la promesa, obligar a Ryoken a volver a su casa y encerrarlo sólo para él.
… Y ahora se sentía como un psicópata acosador…
— ¡Maldita sea!
— ¿¡Que diablos te pasa!?
— ¡Auch! ¿¡Y eso por que fue!? —Yusaku comenzó a sobarse el hombro adolorido, Ryoken le había dado un puñetazo por alguna razón que no entendía...
— ¿¡Por qué diablos gritaste!?
— Por unas cosas en las que pensaba y que no te interesan, e insisto ¿Por qué me golpeas-?
— Lo asustaste —El omega le recriminó haciendo un puchero, aun asi parecia bastante molesto—. Parece que estaba durmiendo, tu grito lo asustó y se despertó…
Yusaku observó al omega algo confundido hasta que notó el como éste acariciaba suavemente su abultado vientre.
Diablos… había asustado, sin querer, a su hijo…
— Estaba muy tranquilo y, aunque no lo parezca, me duele un poco cuando se mueve tan abruptamente…
— Perdón… —El mayor escucho como el de ojos zafiro suspiraba antes de tomarlo de una de sus muñecas.
— Vamos… ya me compensaras comprandome algunos talismanes.
Y de nuevo el omega le mostraba una adorable sonrisa al alfa, que sólo le contemplaba embobado; a veces Yusaku deseaba saber en qué momento cada acción que hacía Ryoken lo enamoraba cada vez más…
(...)
Yusaku no solía ir a los festivales sólo porque sí, de hecho las multitudes solían desesperarlo por el simple hecho de imaginar que algún fumador, borracho o a saber qué clase de persona respiraba su mismo aire tan de cerca… le exasperaba bastante; sólo iba cuando su tía lo invitaba a acompañarlos junto a Takeru y Spectre, los cuales solían dejarlo sólo para ir a hacer quien sabe que… de hecho, si lo pensaba bien, era su madre la que usualmente le obligaba a acompañarlos.
Pero no negaría que estar junto a Ryoken le gustaba bastante, en especial porque al fin encontró a alguien con quien burlarse de los idiotas que le rogaban a los dioses que la persona que les gustaba, y nunca los había notado antes, se hiciera su pareja por la eternidad, mientras comía takoyaki o manzanas con caramelo.
— Le prometí a tu doctor que te haría comer menos dulces...
— Es tu cachorro el que quiere comer dulces, no me culpes, Fujiki.
— Lo que tu digas, Kogami.
Cuando se acercaron al altar para pedirle algo a los dioses, Ryoken creo haber visto la silueta de un zorro entrar al santuario, decidió ignorarlo antes de lanzar junto a Yusaku un par de monedas de 5 yenes como pago por cumplir su deseo...
Ambos se observaron de reojo unos segundos antes de pedir que su cachorro llegará en buenas condiciones a este mundo...
Después de aquello decidieron ir a ver algún talismán para la suerte, en una de esas le daban uno para cumplir el amor a Takeru y Spectre o uno para la suerte a sus padres para sobrevivir a sus esposas…
— ¿Puedo contarte una ironía de estos talismanes, sin que te enojes?
— ¿Que cosa?
— Hace un año, compré uno para la fertilidad —Ryoken habló mientras tomaba un talismán que aseguraba atraía el dinero, Yusaku se quedó en shock por aquello… acaso Ryoken… —, se lo regale a mi cuñado para que tuviera suerte y le diera al fin un nieto a mi padre, que parecía algo desesperado por ser abuelo...
— Parece que también te salió el tiro por la culata…
— ¿También?
— Sí… —Yusaku suspiro mientras dejaba en su lugar un talismán que aseguraba prosperidad— La historia es que hace un año mi tía Ray me invitó a acompañarla junto a mi tío y Takeru, pero yo ya planeaba celebrar el año nuevo desvelandome jugando V-Music hasta conseguir el título de Rey en mi grupo, los caballeros Hanoi, pero ese es tema aparte, el punto es que mi mamá literalmente me obligó a ir, así que viendo entre los talismanes encontré uno de fertilidad y se lo di a mi tía… que había sufrido un aborto y una muerte fetal hace unos años...
— … ¿Seguro no eres una clase de sociópata o parecido?
— La verdad no lo se, pero todos sospechan que si.
Ambos adolescentes quedaron en un agradable silencio antes de tomar y comprar algunos talismanes.
Dos eran para amor, uno para salud, dos para la fortuna y uno para un compromiso eterno…
(Hace un año…)
La verdad… debió esperarse que lo castigaran tan severamente después de aquella broma de mal gusto.
Pero es que él ya había planeado su fin de año jugando V-Music para destronar al fin al molesto líder, Revolver, con quien pareció haber armado una especie de amistad-rivalidad, tenía que superarlo pero su madre, que deseaba que no estuviera siempre tanto tiempo frente a la computadora, le armó otros planes.
Lo obligó a asistir al festival, donde casi se suicida cuando un tipo se puso a fumar a su lado ensuciando su aire… quería irse y rápido.
Fue entonces que vio los talismanes, uno llamó su atención y creyó divertido, y como perfecta venganza por interferir en sus planes, dárselo a sus tíos…
¿Por que no considero que darles un talismán de fertilidad a sus tíos, que ya aseguraban tener suerte por tener a Takeru, iba a recordarles las dos peores experiencias de su vida?
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