Esto era un asco...

Esto era un asco…

En especial para Ryoken.

Mañana era 25 de diciembre, su maldito cumpleaños número 16 y Navidad.

Iba a ser la primera vez que celebraría lejos de sus padres y hermana… ¿A quien engaña? Lo más probable es que lo iba a pasar sólo con su madre, como siempre. Sus tíos, y hermana, se iban a alguna cena para parejas por navidad, aunque no le interesaba mucho, y su padre trabajaba hasta tarde, como casi todos los días, la diferencia es que al día siguiente le felicitaba y le dejaba algo de dinero para que se comprara alguna cosa como regalo.

Sólo estaban él, su madre, la vista hacia la costa y un pastel envuelto de chocolate blanco, té verde y mucha crema hecho por ambos ese día.

Ahora estaría lejos de aquello debido al miedo de que un viejo alfa supremacista lo asesine por la fallida genética que lo hizo omega…

Que hermoso modo de pasar su cumpleaños.

(...)

Ai estaba caminando tranquilamente junto a sus dos hermano, Flame y Earth, los tres buscaban un regalo de Navidad y pastel del mismo para sus esposas, cuando por igual divisaron a Yusaku salir de una tienda junto a sus amigos y paquete envuelto en papel de regalo no evitaron preguntar más por las heridas en su rostro que por el paquete.

— … ¿Puedo preguntarte o al igual que tú, me saltó la pregunta, Yusaku-chan?

— No interesa… es casi igual a lo que te pasa a ti, cuando no ejerces de forma decente tu paternidad.

Ai asintió ante la explicación de su hijo, que tenía hematomas en diferentes partes de su cuerpo y una gasa pegada en la nariz, realmente lucia como el después de que su esposa casi lo asesine por ser un pésimo padre con Yusaku… claro que era del tipo de discusión pequeña.

Así que prefirió no preguntar más y seguir caminando junto a sus hermanos en una dirección distinta a la de su hijo y los amigos de este… después le preguntaría cómo obtuvo esos golpes o el porqué compro un regalo en una joyería.

La historia del porque el alfa de ojos verdes termino asi era bastante simple, Yusaku había llegado de la escuela bastante sudado, al parecer algo había pasado con las cañerías de la preparatoria que, literalmente, se quedaron sin agua poco después del mediodía. Así que todos los alumnos que tuvieron gimnasia ese día sólo se cambiaron de ropa para aún así apestar el resto de la jornada escolar.

Por esa misma razón el director tuvo que cancelar las clases para el resto del día, ya que no quería a molestos padres de prostitu-, es decir, alumnos omegas demandando a su escuela porque el olor de sus hijos tentó a sus pares.

Y como Yusaku tuvo el resto de la tarde libre decidió primero ir a su casa a bañarse y después salir con sus amigos que tuvieron la misma idea.

Serena no alcanzó a prevenir a su hijo del peligro cuando escucho un grito del segundo piso seguido de lo que pareció fue algo golpearse contra madera o las paredes.

— ¡¡Lárgate de aquí, wisteria!!

Yusaku había entrado a bañarse cuando Ryoken estaba también tomando un baño.

Los golpes fueron el omega golpeando al alfa por pervertido y mirón, cosa que Serena no contradijo e incluso lo comparó con su padre en cierta ocasión; Yusaku tuvo que esperar a que Ryoken terminara de bañarse para poder hacerlo él y cumplir sus planes para esa tarde.

Ya después de aquello, y que su madre curara algunas de sus heridas, el mayor se fue para reunirse con sus amigos prometiendo llegar para la cena.

Serena suspiró al ver a su hijo irse antes de cerrar el botiquín y guardarlo en el cajón de una pequeña cómoda que había en la sala para después irse a la cocina, no se sorprendió de encontrar al hijo de su amiga allí lavando los platos, detrás suyo, en la pequeña mesa central, había una pequeña cesta donde la muñeca de cabellos azabache reposaba cubierta por una manta polar de color rojo

La omega sonrió antes de acercarse al menos para ayudarle un poco; algo que Serena agradecía era que al menos el chico de cabellos blancos le ayudaba con las tareas domésticas en las que su hijo y esposo fallaban miserablemente.

Uno por idiota y el otro por llevar los mismos genes…

— Perdón por golpear a su hijo…

— ¿Ah? —Serena volteó para ver al contrario, que estaba enjuagando un par de tazas, se veía algo de culpa en su rostro— Está bien, no te preocupes por eso.

— ¿En serio?

— Si —La mayor guardo un par de platos en los muebles de la cocina antes de volverse a voltear para ver a Ryoken—, mi hijo sólo es tan idiota como su padre, pero al menos Yusaku tiene algo de salvación.

Ryoken se secó las manos al tiempo que asentía no muy convencido, no dijo nada, prefería darle la pequeña esperanza a la omega de que su hijo no terminaría como el padre de éste.  

La omega le agradeció el pequeño gesto.

Ryoken tomó a Sasha antes de envolverla en la manta para después irse de allí en dirección al piso de arriba. Serena encontraba adorable que el instinto maternal del omega estuviera floreciendo de a poco y lo demostrará en la muñeca, exactamente como el instinto paterno de Yusaku.

El resto de la tarde, ninguno de los dos alfas dieron señales de vida hasta entrada la noche cuando volvieron y encontraron un par de botines en la entrada junto a un dominante olor a tierra mojada.

— ¡¿En serio hizo eso!? ¡Por dios Seren, tu hijo es igual a tu esposo! —La segunda voz de una fémina, que ambos reconocerian en cualquier lado, se escuchó desde la sala.

Cuando padre e hijo se asomaron por el marco que accedía a la sala de estar, se encontraron a una joven mujer de níveos cabellos que llevaba un ajustado vestido de manga larga del mismo color sentada en un sillón.  

Ambos alfas veían a Kogami Kiara reírse mientras abrazaba a su hijo quien parecía complacido de estar en brazos de su progenitora.

Era un momento como ese donde Yusaku debía preguntarse si estaba bien sentir celos de la albina madre del omega.

— Eso es lo que más miedo tengo Kiara… que mi hijo salga igual al imbécil de su padre…

— Insisto ¿No has pensado en divorciarte?

— La verdad… —Ai escuchó a su esposa dudar un momento ¿Debería ir a comprar flores y otro regalo para Serena antes de que está lo noté?— Si… lo he pensado…

Yusaku vio con pena a su padre, que claramente pensaba en que darle a su madre para evitar un divorcio y su muerte temprana…

(Hace 4 años…)

— ¿¡Quien fue!? ¡Maldita sea, diganmelo ¿o quieren que cumpla y nos queme aquí dentro?!

— ¡Ryoken-sama! ¿No cree que exage-?

— ¡No estoy exagerando Spectre! —Ryoken volvió a prender un fosforo ante la mirada horrorizada de sus compañeros de clases— No preguntaré de nuevo… ¿¡Quién tomó mi cinta!?

Nadie emitió comentario alguno, si acusaban a alguien y resultaba ser falso, el omega se iba a encabronar más.

Desde que se reveló que Kogami Ryoken era un omega esté siempre asistía a la escuela con una hermosa cinta azul muy larga que llevaba una gran campana sosteniendola en su cabello.

Según se enteraron, por cortesía de Spectre, en el pueblo de la madre de Ryoken, Kiara, era usual que los omegas de alta alcurnia por así decirlo llevarán una cinta del color de sus ojos con una decoración en sus cabellos.

Pero la de Ryoken era un poco más especial, era la misma cinta que su “abuela” había usado cuando tenía su edad.

El sentimentalismo en esa cosa era demasiada, así que Yusaku en parte entendían que el omega esparciera un montón de algún líquido inflamable en todo el piso del aula y lanzará fósforos al mismo, que por suerte se apagaban antes de llegar al suelo.

Definitivamente este era el peor momento para que Yusaku confesara y aceptará que tomó la cinta con la campana cuando el de cabellos albinos sólo se la quitó y guardó en su mochila antes de la clase de gimnasia.

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