Estas jodiendo... ¿¡Verdad!?

— Estas jodiendo… ¿¡Verdad!?

— Ai…

— Serena, una cosa es traer un omega encinta a la casa porque si… —Ai agarró de los hombros a su esposa— y otra es traer al Kogami omega a MI casa por estar inconscien-

— Termina esa oración y esta noche duermes afuera, Fujiki.

El alfa prefirió callarse, cuando su amada esposa lo llamaba por su apellido eso significaba que si seguía hablando le iba a ir muy mal.

— Además, no va a quedarse toda la noche, su madre va a venir por él en un rato.

— ¿Su madre?

— Kiara, mi amiga de la infancia ¿la recuer… das…? —La omega suspiro mientras veía a su esposo palidecer del miedo al escuchar ese nombre.

Kogami Kiara, antes Kuromatsu Kiara, era el temor viviente entre la gran mayoría de los alfas, incluyendo a Ai, sus hermanos y los alfas del clan Kogami, en especial después de que les diera una paliza a Kiyoshi, Flame y Ai por separado el mismo día con tan sólo 13 años, siendo ellos 7 años mayores… bueno en parte Ai y Flame se lo merecían por pervertidos según ella ya que estaban casi “acosando” a las amigas de 13 y 12 años de esta, Serena y Ray, Kiyoshi sólo obtuvo una paliza por ser un imbécil supremacista.

— ¿Tengo la opción de rechazar la idea de que esa mujer entre a mi casa?

— ¿En serio crees tener opción?

— … Me iré al cuarto… ¿Subirias mi cena? —Serena asintió al tiempo que Ai se iba a la habitación principal que ambos compartían.

Estaba claro que el alfa aún le temía a la “pequeña niña” alfa que le rompió la nariz de una patada por intimidar a su amiga.

(...)

La verdad es que cuando se encontra a Yusaku hablándole a un acuario y sosteniendo a una muy bonita muñeca de porcelana como si fuera un bebé no supo qué pensar... más allá de tener la necesidad de burlarse, obviamente.

— ¿Por que le hablas a un acuario mientras sostienes una muñeca, wisteria?

Yusaku se quedó en blanco.

Después de tener que cargar a Ryoken hasta el auto de su madre, estar sentado a su lado todo el camino a su casa, volver a cargarlo hasta uno de los cuartos de invitados y dejarle su saco, porque el omega estaba agarrado como koala a su saco y camisa, Yusaku se fue a su habitación a atender a Sasha y ver a Sealt.

Fueron pocos minutos cuando el omega de ojos azules entró a su cuarto, tenía el saco azul que le había dejado en su mano izquierda y una mueca de extrañeza total en su rostro, y no podía ser para menos…

Porque lo encontró cargando a Sasha y hablándole a Sealt.

— No es de tu incumben- ¡Oye! ¡No puedes entrar a mi cuart-

— Tu hiciste lo mismo en mi cuarto hace unos meses, así que cállate —Ryoken le respondió al mayor mientras se adentraba en el terreno enemigo.

Ok, eso era malo. Si recordaba eso también podría llegar a recordar lo otro...

— Cortinas, cobertor, alfombra, paredes, ropa, vestido de muñeca… todo de azul, cuanta “azulacion” wisteria.

— Me gusta el azul.

— Entonces eres un psicópata —Ryoken se sentó en la cama de Yusaku mientras dejaba el saco a los pies de esta—. Mi tía Carly, la beta esposa de mi tío Jack, es algo así como una especie de adivina o que se yo… pero se la pasa hablando del tarot, la psicología del color, la adivinación y todo eso.

— Ugh… qué horrible, esas personas son bastante extrañas.

— E idiotas —Yusaku se sentó a un lado de Ryoken quién miraba el techo como si fuera lo más interesante después del alfa con la muñeca en sus brazos—, mi tía es bastante idiota y sumisa, vive para adorar a mi tío y cuidar de mi prima.

— Y yo creyendo que mi tío Earth era el único que hacía eso con la arpía de Steph… —El alfa volteó a ver al omega que le observaba molesto y con una ceja alzada— Perdón… es que según yo la madre de Spectre es una-

— Arpía falsa, operada y doble-cara ¿Verdad?

El de ojos verdes asintió extrañado al mismo tiempo que Ryoken comenzaba a reírse como si aquello fuera la mejor broma del mundo.

— ¡Jajajaja~! ¡Lo sabía~! Jajajajaja~

— ¿Ah?

— Jajajaja~... sabía… sabía que no era… jajaja~... perdón, jajajaja~... sabía que no era el único que lo pensaba —La risa del omega fue menguando lentamente, por alguna razón la sonrisa que quedó como muestra de aquella alegría le encantó al alfa— Es que eso es, Stephani-e “Kamishiro” Kogami es una beta superficial que puede llegar a gastar casi 900 dólares en ropa, peluquería, maquillaje, botox y quién sabe qué más en un mes… y sólo porque su tarjeta tiene un límite, que si sobrepasa, mi padre le quitará y destruirá cada mugrosa tarjeta.

— No me jodas…

— Si. También están algunos otros de mis tíos, que consumen bastante pornografia, licor, botox o quién sabe qué más...

— Y yo creyendo que se la pasaban hablando de cómo eliminar a sus enemigos y demás —Yusaku observó como Ryoken alzaba en forma desinteresada los hombros.

En todo el rato que estuvieron ahí, sorprendentemente para ambos, hablaron de forma pacífica sobre muchos de los defectos de las familias de ambos, incluyendo el enojo de sus madre por la obvia insatisfacción sexual, o cosas curiosas de sus vidas.

Para sorpresa del alfa de ojos verdes, Ryoken en realidad era despreciado por sus tíos debido a su jerarquía, pero que fue gracias a su madre, Kiara, que ellos comenzaron a temerle; el omega no ha visto a su abuelo y ex-patriarca familiar desde los 10 años aunque tampoco tiene muchos deseos de conocerlo por ser tan supremacista que hasta a sus padres les harta su mención.

Mientras para el omega de níveos cabellos fue algo extraño que en realidad Yusaku cuidaba de la muñeca como práctica para cuando naciera el bebé porque no quería ser igual a su descuidado padre que una vez casi lo mata por dejarlo tomar agua con cloro, y de hecho ese era uno de los recuerdos menos estúpidos y letales que tenía siendo un infante conviviendo con Ai; también que había sido él el que solía hackear datos de la escuela y repartía las respuestas al mejor postor en el mercado negro estudiantil.

— Y yo que creía ser el único idiota que lo hacía…

— ¿También vendes las después de los exámenes en el mercado negro?

— Obviamente —En algún momento Ryoken terminó con la muñeca en sus brazos, con su cabeza muy cerca del pecho del omega y una pequeña manta cubriendola, estaba “amamantandola”—, la cara de enojo de mi tío Isamu es tan gratificante al ver como los más vagos de la escuela aprueban con notas máximas las pruebas más importantes…

— ¿Salvandose de la expulsión? —El omega asintió ante la mirada de burla de Yusaku, quien se largó a reír unos segundos antes de que Serena apareciera.

— Lamentó en molestarles pero Kogami-kun, tu madre ya vino por ti.

— ¿Ah sí? —La mayor asintió antes de retirarse— Bueno, ya me tengo que ir… nos vemos el lunes… wisteria…

— Sí, adiós… axolote…

Por algún motivo ninguno quiso separarse, el calmado ambiente los relajo tanto que no querían romperlo… por esa razón se dieron un abrazo de despedida, tal vez sería el único contacto físico que podían darse antes de recordar que se odiaban.

De todos modos, Yusaku no pudo evitar que Ryoken observará por un segundo a “Sealt”.

El omega llegó con su madre, quien se veía bastante alegre por el leve sonrojo y la sonrisa en el rostro de su hijo.

(Hace 9 años…)

El médico se retiró dejando solos a la pareja… o tal vez huyó al ver como la omega parecía estar a punto de matar a su marido alfa.

— Una hora, Ai… te pedí que cuidaras de Yusaku una hora, en lo que yo iba de compras…

— Serena… yo…

— ¡Te dejo una hora con mi hijo y éste resulta envenenado por tomar cloro! ¿¡Qué demonios hacías mientras mi hijo se intoxicaba!?

— L-lavaba los platos… como me lo pedis- ¡Auch! —La omega le dio una fuerte cachetada al alfa mientras pequeñas lágrimas caían de sus ojos verdes.

— ¿¡Como diablos dejaste que mi hijo se intoxicara con cloro!? ¡Contéstame Ai!

Ray se levantó de su asiento para consolar a su hermana mayor, que había comenzado a llorar desesperada.

Ese día Ray estaba de visita, junto a su esposo e hijo, en la casa de su hermana cuando, antes de que esta llegara de hacer las compras para el almuerzo, que noto el decaimiento de su sobrino, que estaba tirado en el sillón quejándose de fuertes dolores en la garganta y pecho, pero cuando intentó enderezarlo, para verlo mejor, Yusaku vómito parte de su desayuno con algo de sangre.

Fue en ese momento que Ai apareció, después de haber lavado los platos como su esposa le pidió esa mañana, que al ver a su hijo vomitar sangre lo llevo directamente al hospital.

— Yusaku… estará bien… ¿Cierto…?

— Por supuesto que lo estará, eso dijo el doctor Takeru.

— Mi hijo estará bien… tiene que estarlo…

Serena siguió llorando en los brazos de su hermana, Ai sólo se sentó al lado de Flame, quien tenía a su hijo en sus piernas sentado, mientras se jalaba un par de mechones por la frustración.

— Flame… ¿Soy un imbécil?

— ¿La verdad? Sí, lo eres. También eres un inútil en esto de ser padre.

— … me encanta el apoyo moral que me das, en serio.

— No hay de que, Ai, no hay de que.

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