¿Está mal querer ser un homicida?

¿Está mal querer ser un homicida?

Según sus dos amigos, Zarc y Haou, si… a menos que fuera por las razones correctas, entonces no.

Ryoken llevaba viviendo en su casa ya casi una semana y estos últimos días habían sido de lo peor para ambos.

El olor a sal marina mezclado con menta había invadido todo el segundo piso de su casa, el problema era que cada vez que intentaba ir y quejarse se encontraba al omega acurrucado en la cama llorando en voz baja pidiendo perdón…

Era una escena de ese tipo lo que le hacía preguntarse aquello.

— Yuku, haz estado viendo a la pizarra desde hace rato y estas escribiendo con el lápiz erróneo.

— Zarc, no existen lápices erróneos.

— Si existen —Haou alzó una ceja al ver la “concentración” de su amigo—, los compás se parecen bastante, pero si los usas al menos no lo hagas con la punta metálica.

El alfa de ojos verdes observó a sus amigos antes de observar su bolígrafo… que efectivamente era su compás.

Yusaku guardó el objeto blanco con detalles azules en su estuche antes de sacar su bolígrafo y anotar realmente lo que había en la pizarra.

— Un momento… yo no recuerdo que el adn celular tuviera que ver con la conquista europea…

— Yusaku… estamos en biología.

— Oh mierda… —El de cabellos azules con mechones rosas guardó su cuaderno de historia y sacó el de biología.

Sin la presencia de Ryoken en su entorno usual le era tan difícil concentrarse, en especial si sabía que la causa de su ausencia era la misma por la que estaba tan destruido emocional y psicológicamente.

Había tratado de llevar a Spectre, a pesar de que su mente le decía que lo mandará al demonio, o bien lo ignorara, pero estaba claro que al menos ver una cara conocida y confiable calmaría al omega; Spectre le explicó el porqué no podía ir pero le alegraba enterarse que su primo estaba a salvo.

Y si no fuera suficiente, Takeru andaba muy extraño.

Parecía estar más introvertido y temeroso de lo usual, ahora por alguna razón cada vez que un alfa, fuera Spectre o él, le tocaba el hombro el de lentes se ponía a temblar antes de comenzar a llorar.

No iba a negar que le pidió a Zarc descubrir qué le pasaba a su primo, si había alguien que podía descubrir los más profundos y horribles secretos o problemas de alguien… ese era Zarc y su equipo. Tuvo que enterarse del peor modo posible que el problema era realmente feo cuando el alfa de cabellos plateados y mechones verdes le confesó que sospechaba lo que ocurría con Takeru… la respuesta no era algo que quiso escuchar de los labios de su amigo por segunda vez, menos cuando el tema seguía siendo tan sensible en su familia.

— Yuku... tu primo… presenta... el mismo comportamiento de Yuya… días después de eso…

— ¿Eso? ¿Te refieres a…?

— Si, cuando lo violaron.

De nuevo el tiempo se detuvo para Yusaku.

Esta vez no fue por sorpresa, gusto o placer… fue por enojo, enojo puro y asfixiante.

¿¡Habían violado a Takeru!? ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Donde? Después se preguntaría eso, lo importante ahora era descubrir qué había pasado con Takeru… necesitaba su versión antes de darle motivos a su tío Flame de sacar al omega de mechones rojos de la escuela y tenerlo confinado el resto de su vida en su hogar.

(...)

“Ella fue un ángel. Su suicidio fue glorioso para su alma. Fue todo lo que sus compañeras dijeron al dejar las flores en su escritorio. Rieron, rieron y rieron, como las pequeñas niñas que aún eran en vida y espíritu.”

— Eso es del último capítulo ¿No?

— Si… —Takeru asintió mientras temblaba, todo su cuerpo le dolía por lo que acababa de pasar— Dojun-sensei… Ahora si… ¿terminamos el proyecto?

El alfa de prótesis robótica sonrió antes de levantarse de su cama y acercarse al pobre que omega que parecía temblar de miedo sentado a los pies de la cama, hacía poco habían dado por terminado su cuarto round.

La droga, la falta de pastillas y que se había corrido dentro del omega en cada oportunidad le daban una leve esperanza de que su plan iba sin contratiempos.

“Aún siendo Kanojo un ser impuro, yo aún puedo hacerla un dulce ángel. El bello y dulce ángel que ella ya era, no negaré mi enojo hacia sus padres por la indiferencia de su posición, pero ¿Que importa? Ella anhela tener alas…”

“Y alas le daré a mi alumna…” —Kengo volvió a sonreír al escuchar aquello del menor. Realmente había memorizado todo lo que decía el libro.

— Por supuesto que hemos terminado… por ahora, Homura-kun.

— ¿Por... ahora? —El alfa asintió.

— Dentro de dos o tres semanas, sabremos si el proyecto y las lecciones funcionaron.

— ¿Y eso... por qué? —El omega ladeo su cabeza algo confundido, las caricias de su profesor ahora le ponían más nervioso de lo usual.

— ¿No tienes tu celo en dos semanas, Homura-kun?

El de lentes se sorprendió por aquello, era cierto, su molesto celo debería llegarle la próxima semana supuestamente; la verdad jamás había experimentado el celo más que a sus 12 años y no recordaba mucho de los tres días que estuvo en cama por ello…

— S-sí… creo…

— ¿Ves? No has tomado pastillas en un buen tiempo, si no sufres de tu celo de forma natural, entonces el proyecto y tus clases extras dieron resultado.

— Oh… E-entiendo...

Kengo volvió a sonreír, a veces parecía que Takeru sólo le gustaba dejarle el camino fácil.

— Pero nunca está demás asegurarse…

El miedo y la duda se mostraron en el rostro del menor, antes de que su profesor tomará de nuevo aquel extraño frasco lleno de un líquido verdoso y se lo inyectará en el hombro donde siempre. Por alguna razón desde que comenzaron ese viernes con la fase final del proyecto, el efecto de aquel calor parecía ser cada vez menor.

Soportó el dolor de aquella cosa adentrarse en su interior, otra vez, y llenarlo con algo caliente por lo que le parecía eran horas, otra vez…

Siempre seguía las instrucciones de su profesor, según él pronto podría volverse un ángel… sólo tenía que ser paciente y seguir obedeciendole, igual que la protagonista del libro, Kanojo Shi, que a pesar de seguir impura, aún cuando ella menciona ser purificada por su padre desde primaria, y una mentirosa logró volverse un ángel.

Según su profesor, él era quien lo purificaba cada vez que hacían aquello.

Aquello le limpiaba de las mentiras lo suficiente para que cuando fuera el momento adecuado, él se volviera un ángel.

(Hace tres meses…)

— Gracias por acompañarme a ir a buscar a mis hermanos.

— Esta bien, tu me acompañaste cuando me tocaba hacerlo con Yubel.

— Y yo no tengo nada que hacer… Sin el axolote molestando tengo tanto tiempo libre…

El trío de amigos se rió por lo último, aunque fuera cierto. Sin Kogami Ryoken molestando a Yusaku, este se sentía vacío y con mucho tiempo libre, definitivamente el omega debía faltar más seguido a clases.

Cuando los tres alfas llegaron a la secundaria de Den City, donde estudiaban dos de los hermanos menores de Zarc, los mellizos Yuri y Yuya Sakaki, sólo el de cabellos morados estaba esperándolo.

Yuri dijo que Yuya se había ido porque no quería seguir esperandole...

Dos horas después Yusaku consolaba a su amigo se deseaba destruir al mundo, por aquella llamada…

Pero ese era su trabajo, como servicio de emergencias era su deber contactar con los familiares de los omegas… en especial si estos estaban tan mal después de una estúpida acusación de violación.


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