Especial: Galletas, pescado y limonada.
Galletas, pescado y limonada.
Eran las tres cosas que destacaban en la gran y redonda mesa de jardín que había en la terraza.
Galletas de diferentes tipo, habían glaseadas, rellenas, macarons de fresa, chocolate y menta, con chispas y algunas rellenas con mermelada; una gran variación de pescados como salmón, atún rojo, pez mantequilla y lo que parecía era tiburón; limonada con el refrescante sabor a limón complementado sabor de menta o frambuesa.
— Es idea mía ¿O tenemos menos bocadillos que en nuestras otras reuniones? —Una omega de cabellos rojos como el fuego con coletas y ojos azul-morado pregunto en lo que agarraba con unos palillos un poco del salmón servido.
— Es que con tantas cosas que han pasado Ray, hemos estado un poco estresada… —Otra omega, pero de cabello morado como la profunda noche y ojos verdes respondió mientras se servía un poco de la limonada.
— Y yo me la he pasado en el hospital. Ryoken ha estado intimidando a todos los Kogami, incluyendo a su padre —Una alfa de cabello blanco como la espuma de mar y ojos azules habló antes de tomar algunas galletas con mermelada de la bandeja.
Kogami Kiara, Fujiki Serena y Homura Ray estaban sentadas en el la terraza de la casa de la primera.
Las tres se conocían desde pequeñas, las circunstancias de cómo lo hicieron no fueron las mejores en ningún sentido, pero aún así el lazo de amistad que tenían seguía igual de fuerte.
— Lo lamento en serio… mi hijo es culpable en parte de su-
— Despreocupate Seren —Kiara interrumpió a su amiga mientras tomaba algo de pez mantequilla y lo untaba en un pequeño plato con salsa de soya—, desde antes Ryoken ya venía provocando a toda la familia. Que este embarazado sólo lo hace más frecuente, es todo.
— ¿Cómo es que estás tan relajada? Yo he estado hecha un manojo de nervios desde que Takeru me lo contó…
— Es que… ¿Para que negarlo? Ray, tu sobrino realmente tuvo las pelotas, y la estupidez, para hacer lo que hizo.
— ¿Embarazar a tu hijo? —Serena alzó una ceja en señal de burla.
— Exactamente. Tu hijo fue idiota, porque ahora tendrá un hijo con 15 años, pero bastante valiente por el simple hecho de haber domado a Ryoken, acostarse con él y salir con vida y pene.
Las dos omegas asintieron a lo dicho por la alfa, habían visto el comportamiento del hijo de la albina en varias ocasiones y se notaba a distancia que, aún siendo omega, éste intimidaba más que cualquier alfa, o su propia madre.
— Y yo que vivo preocupada por Takeru… el pobre es tan tímido que cree que Spectre lo va a rechazar —Serena se atragantó con la limonada ante lo dicho por su hermana Ray.
La omega tosía de forma escandalosa mientras se golpeaba el pecho, Ray miraba a su hermana acariciando su espalda y Kiara las observaba mientras comía salmón.
— ¿C-cómo… Ta-Takeru… duda de eso...? —Serena hablaba aún tosiendo.
— Es que cree que ni Flame o yo lo sabemos… el pobre no nota que es muy obvio, igual que Spectre…
— Me sorprende que Homura no haya armado un escándalo en contra de Steph o Kiyoshi.
— Es que Flame… vive en la negación… —La omega pelirroja suspiro antes de tomar un macaron de menta y darle una mordida— El no acepta que Takeru se haya enamorado…
— ¿De su primo?
— De un Kogami…
— Ah… entiendo —La alfa habló con claro desprecio en su voz.
Serena y su hermana miraron apenadas a su amiga alfa. Para las tres no era un secreto que tenían que mantener en privado de sus familias su gran amistad.
Aunque ellas eran amigas, eso no quitaría los roces entre los alfas de ambos linajes... roces que habían intoxicado las mentes del único par que podrían terminarlo.
— No me miren así. Yo no soy Kogami, yo no las odio, sólo tengo el nombre y a quienes despreció son los idiotas que tienen por maridos y cuñado.
— ¡Ah~! ¡La mejor parte de estas reuniones!
— Las fallas de “alficas” proporciones de nuestros maridos.
Las tres se largaron a reír al tiempo que hacían un brindis.
— Yo comienzo, el otro día me desperté en la madrugada, debían ser entre las seis o las siete de la mañana, y ¡Oh sorpresa! Kiyoshi estaba sentado a mi lado, trabajando en su computador, como siempre.
— Me recuerda a Flame… en nuestra segunda “Luna de miel”.
— El punto es que cuando nota que estoy despierta se disculpa, obviamente sin despegarse de su laptop, pero dice que me lo compensará… —Kiara tomó un sorbo de su bebida antes de seguir, se le veía irritada— Le digo que si quiere hacerlo, que deje el trabajo al menos 15 minutos y me ame como cuando éramos jóvenes…
— Déjame adivinar, se hizo el desentendido y siguió trabajando.
— ¿Cuántas veces te lo ha hecho Homura?
— Muchas veces... —Ray agarró el poco salmón que quedaba en la bandeja y se lo comió— Yo recuerdo cuando era... apasionado, motivado, atrevido…
— ¿Y salvaje?
— Desde hace casi seis años que no... pero sí, lo era. Aún recuerdo cuando se me declaró después de quemar aquel edificio…
— ¡”Ju-Ray”! ¡Mi amor por ti es tan grande, apasionado y abrasivo… que ni este edificio, en oda al mismo infierno!... —Serena comenzó a monologar, con la voz más ronca que pudo, en su rostro se veía la burla.
— ¡... Se lograría comparar a lo que siento por ti! ¡Te lo ruego, Akaba “Ju-Ray”! ¡Acepta mi flamante amor y sal conmigo! —Kiara continuó el monólogo intentando aguantar su propia risa.
— ¡Oh Flameo-kun! —Ray chilló emocionada con una voz aguda, siguiéndole el juego a su amiga y hermana.
— ¡Por favor! ¡Acepta mis ardientes emociones y se mia! ¡Permíteme acariciar tu ardiente pelo rubi! ¡Contemplar cada mañana tus hermosos ojos que la noche imita! ¡Te lo ruego!
— ¡Oh Flameo-kun! ¡Eres taa~n atrevido!
— ¡Hermosa! ¡Por ti…! ¡¡Quemaría el mismo infierno!! —Serena concluyó la broma antes de que las tres se largaran a reír.
Habían interpretado, en un modo casi de Romeo y Julieta, la declaración de amor que Flame le hizo a Ray hace más de 18 años.
— Jajajaja~ ¿Cuánto… cuánto tiempo pasó para que entendiera que el infierno, ya de por sí arde?
— Le tomó 5 años hacerlo… pero no pueden negar que su detalle fue muy dulce —Ray sonrió y se sirvió más de la limonada de frambuesa.
— Y sádico. Isamu-kun aún guarda rencor contra Homura por eso… lo escuchó quejarse de cómo un día se vengará de ambos, de Homura por ganarte y de ti por despreciarlo.
— En la escuela era un perdedor, era dos años mayor, pero un perdedor a final de cuentas… sin ofend-
— No me ofendo —Kiara respondió como si fuera algo común— lo era y es un perdedor… pero de esos que son molestos y no aceptan su derrota. Como cualquier hombre, incluyó a Ryoken en esto, de la familia Kogami, sin excepciones.
— ¿Tu esposo y yerno va en el paquete? —Kiara asintió mientras daba un sorbo a su bebida.
— Pero al menos Kogami-san ha mantenido parte de su pasión ¿No?
— La pasión, amorosa e intelectual, sí, se ha mantenido… la que le falla a ese alfa ¡Es la pasión sexual! ¡Desde hace casi siete años que mi cama parece ser la tumba de mi libido!... ¿Y tu Seren?
— ¿Mantienes algo en tu matrimonio o sólo nosotras estamos condenadas?
— Es más fácil convencer a Ai de que trabaje sin interrupciones que a que lleguemos más lejos del toqueteo.
— … ¿Desde hace... cuánto? —Ray observo con tristeza a su hermana mientras sobaba su hombro, Kiara había tomado la mano de su amiga para darle algo de ánimo.
— Nueve años, a partir de enero del próximo año.
Ninguna agregó otro comentario después de aquello. Serena les había superado y por mucho.
Al final las tres llegaron a la conclusión de que a los hombres alfas en algún momento se les terminaba el deseo sexual en algún momento de la edad.
Siguieron hablando de cosas triviales hasta que se acabaron las galletas que hizo Ray, el pescado que pesco y cocino Kiara y la limonada hecha por Serena se habían terminado.
— Deberíamos reunirnos más… pero nuestros maridos son tan idiotas…
— En especial Fujiki y Kiyoshi, cuando se ven, por alguna razón, tienen la necesidad biológica de querer matarse.
— Y Flame-kun, que es tan celoso y sobreprotector que no dudará en seguir a Ai sólo para demostrar su superioridad hacia Kogami Isamu —Serena dio un sorbo del té de manzana y canela caseros que Kiara les había ofrecido.
— Si tan sólo tuvieran esa misma pasión en la cama…
Las otras dos chicas asintieron segundos antes de que sonarán sus celulares al mismo tiempo.
— ¿Ai?/¿Flame?/¿Kiyoshi?
Las tres se observaron extrañadas antes de contestar. No pasaron ni 30 segundos de conversación con sus esposos cuando salieron rápidamente en dirección al hospital… sus hijos estaban en un gran aprieto.
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Estas mujeres no son de bajar la cabeza, no del todo al menos xD
Este capítulo se desarrolla al mismo tiempo que el anterior.
Y si, Kiara no atacó a Yusaku por ser hijo de Serena, de no haberlo sido ella hubiera sido la primera en querer su cabeza (???)
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