Era la prueba más difícil...

Era la prueba más difícil…

Al menos desde que tenía memoria y conocía a Kiara.

Y por el incómodo silencio, sus hermanos menores, cuñados y sobrinos estaban igual que él.

Pero no los culpaba, nadie era capaz de decirle la verdad a su esposa, ni siquiera él, sin tener el deseo de correr para sobrevivir… obviamente eso sería peor debido al instinto de cazadora de Kiara.

Todo inició un rato antes, mientras desayunaban sin Ryoken, porque era probable que durmiera hasta el mediodía, el líder del clan había estaba tomando de su café y leyendo el periódico cuando escuchó a su esposa hablarle.

— Kiyoshi… dime la verdad —El alfa mayor se sobresaltó, dejando caer un poco de su café, ante la voz de su esposa— ¿Estoy horrible?

Repentinamente toda la mesa quedó en silencio, la tentación de todas las féminas de sangre Kogami, y las que no, de reafirmar aquello era comparable con la de los hombres en darles sus pésame a Kiyoshi y salir corriendo.

Y es que Kogami Kiara era muy linda y joven por naturaleza, incluso parecía ser menor que su hija Kyoko, pero había días… en que… esa belleza natural… simplemente se esfumaba. Como ahora.

La alfa lucía unas enormes ojeras bajo sus azulados ojos, se veía espantosamente pálida, considerando que ella tenía su piel algo bronceada por trabajar tanto en el jardín como en su invernadero y pescar siempre por una parte desconocida de la costa, su lacio, largo, suave y blanquecino cabello estaba recogido en una burda trenza… y aún así se veía lo enredado que estaba.

— B-bueno, Kiara… tú…

Kiara notó la duda en el rostro y voz de su marido, estaba a punto de reclamarle que le fuera honesto en su totalidad cuando el olor a sal marina y el sonido de un par de gruñidos se hizo presente.

— Buenos días… —Nunca, jamás, desde que la mayoría recordaba, estaban tan felices de escuchar la voz de Ryoken— … mamá, papá… Kyoko, Spectre y… seres insufribles salidos… del infierno que dicen… ser mi parientes…

O parecido.

El omega había aparecido en el comedor, ignorando por completo la tensión en todo el ambiente, se notaba su cansancio por cómo arrastraba los pies y bostezaba entre las oraciones mientras se refregaba los ojos. Incluso Kyoko veía el hilo de baba seca por la barbilla de su hermanito.

— Buenos días Ryoken, pensé que dormirías hasta el mediodía.

— Si… pero- ¡Ah! —Ryoken dio un paso atrás mientras daba un leve salto, se notaba el miedo en su rostro, aparentemente se había despertado— ¡Mamá estás horriblemente espantosa!

Por alguna razón todos quisieron irse corriendo y no volver hasta la próxima semana, incluyendo a Kiyoshi y su hija Kyoko.

— … en una escala del 1 al 20… ¿Que tan mal me veo?

— Mi tía Stephani-e antes de entrar a que le inyecten botox y se ponga su medio kilo mínimo de maquillaje, mi tía Aria con el maquillaje corrido y con apariencia de callejera barata después de tres noches de trabajar sin descanso y mi tía Yumiko en las mañanas después de pelearse con su segundo ex-esposo… lucen 3 veces mejor que tú —Ryoken levantó tres dedos para hacer referencia a sus tres tías, aún mirando algo horrorizado a su madre.

Las mencionadas estaban poco menos que le gritaban al omega por insultarlas de ese modo, pero también estaba el shock y parte de la alegría por ser llamadas “lindas” por parte de su sobrino se lo impedían.

Kiara se largó a llorar segundos después de escuchar aquello, cosa que aumentó la confusión colectiva entre todos, Ryoken sólo lo ignoró se sento al lado de su madre antes de tomar un plato y servirse algo de fruta con yogurt, mermelada y varias galletas.

— Kiara… linda, Ryoken no quiso decir-

— ¡Estoy horrible! ¡Estoy más horrible que tus hermanas, Kiyoshi!

— Eh… —El alfa mayor no supo qué decir. Si lo negaba sus hermanas se iban a enojar y si lo aceptaba sus esposa iba a deprimirse aún más.

Su hijo lo dejo de manos atadas.

Fueron los segundos más largos para todos, sólo se escuchaban los lamentos de Kiara, sobre estar más fea que sus cuñadas, y tal vez los pensamientos de todos sobre cómo escapar de la situación.

Cuando el lloriqueo de la alfa comenzó a menguar, se escuchó el ruido de un puerta ser abierta para después ser cerrada de portazo.

Isamu Kogami apareció en el comedor, se le veía bastante furioso y alterado, mucho más que cuando trataba con alumnos irresponsables o con su sobrino y Fujiki después de que estos destruyeran propiedad escolar en una de sus “discusiones”; todos voltearon a ver al alfa que traía un sobre ya abierto y algo arrugado.

— Papá va a venir a la ciudad. Por las fiestas

Ahora si, todos estaban en shock, incluso Kiara dejo de llorar y estaba con la boca abierta de la impresión.

Tal vez ese era el contenido del sobre que Kiara trituro hace unas semanas...

Primero el único omega de su familia resultaba encinta por un descendiente de unas de las familias con la que juraron acabar, después tenían que soportar las continuas humillaciones que el omega junto a su campesina madre les hacían y ahora… iba a venir el alfa ex-patriarca de su familia.

— Bueno… creo que ya nada puede ser peor que eso, me voy a mi cuarto. —Fue lo último que agregó Ryoken antes de pararse con su plato, aún con comida, y caminar hacia su habitación.

Todos concordaron… ya nada podía ser peor que eso.

(Hace 5 años…)

— Y eso pasó… mi abuelo Shi, se fue hace poco… me gustaría decir que lo extraño pero…

Ryoken desvío la mirada mientras alzaba el pequeño oso de peluche que le había quitado, literalmente a golpes, a su prima de 8 años, Misty, el oso tenía cosido de una forma bastante tétrica en su cuerpo un nombre…

— La verdad es, Citric, que me alegra que ese viejo se fuera… era muy molesto y no me gustaba lo que decía de los omegas… con eso de llamarlos putas baratas, juguetes de placer alfa o incubadoras andantes… —El niño de 10 años volvió volvió fijar su mirada en la maceta que tenía una gruesa y larga estaca enterrada con una enredadera con los capullos de flores aún en formación sosteniéndose de la estaca— Yusaku-kun no será así… aceptó que será mi omega personal, pero definitivamente no sería como mis tías ¡Él es mejor que eso!

Ryoken estrujo el cuerpo del pequeño peluche, antes de volver a observarlo fijamente, agarrar con fuerza su cabeza y cuerpo con ambas manos y jalar con fuerza en sentido contrario ambas partes.

— No me gusta que alguien más moleste a Yusaku… sólo yo… puedo hacerlo… —El niño observó con desinterés como el cuello del pobre oso se iba rompiendo de a poco— Sólo yo… ¡puedo molestar a MI omega!

Entonces las costuras cedieron y ambas partes se separaron sin más remedio, parte del relleno de algodón del peluche cayeron al piso frente a los pies de Ryoken, quien parecío disfrutar decapitar al pobre oso.

— Y el que lo intenté… simplemente lo eliminare, Citric.

Ryoken arrojó a algún lado del vestíbulo la cabeza, antes de despedirse de la planta para irse a su cuarto.

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