El primer amanecer
El primer amanecer.
Siempre era un hermoso evento que muchos querían contemplar después de la noche de año nuevo, era probable que tanto Yusaku como Ryoken lo vieran porque llegaron rato después del amanecer.
Serena se había despertado al escuchar la puerta abrir y cerrarse casi de portazo…
— Tu madre va a matarnos…
— Cálmate, le dije que no sabía a qué hora volveríamos…
— De todos modos hacía bastante frío… y me duelen un poco las piernas…
— Si quieres luego te cargó hasta la cama… ¿Mi mamá habrá dejado algo para comer?
— ¿No piensas en otra cosa que no sea-?
— ¿Yusaku? ¿Kogami-kun? —La omega bajó hasta el primer piso algo adormilada, escuchaba, entre los ronquidos de su esposo, las voces de su hijo e invitado junto al sonido de ollas ser movidas.
Repentinamente todo se quedó en silencio, la mujer de ojos jade caminó hasta la cocina donde se encontró a ambos adolescentes…
Tal vez era el sueño residual por estar recién levantada, pero por alguna razón Serena estaba viendo a Ryoken, que la observaba apoyado desde el mesón de la cocina junto al alfa menor, usando la chaqueta y bufanda del mismo mientras que su hijo, que la observaba sorprendido y aterrado, tenía la cinta azul con campana y piedras preciosas de rosáceo color, que el omega estaba usando como decoración de pelo al salir de casa, atada en su mano izquierda donde tenía una considerable cantidad de arroz que estaba metiéndose en la boca.
— Ahma…
— Yusaku… te he dicho que no comas con la boca llena… —El alfa de ojos verdes mastico el arroz en su boca antes de tragarlo rápidamente— De todos modos… ¿Qué hora es…?
— Perdonenos, Fujiki-san… ¿La despertamos?
— Algo así… —La mayor bostezo mientras su hijo intentaba volver a tomar el arroz sobrante de la arrocera— Fujiki Yusaku, sírvete en un plato y deja de comer con la mano… como si fueras un salvaje… a menos que prefieras comenzar el año castigado...
— No mamá… no lo quiero…
— ¿Entonces…?
— Me serviré arroz en un plato…
La omega asintió antes de volver a bostezar, prefirió despedirse de ambos adolescentes, después de advertirles a ambos que no comieran mucho y se fueran a dormir pronto, el par le respondió con una afirmación mientras el mayor le acercaba un plato con sobras de anoche al menor de ojos azules.
Cuando el dúo de adolescentes escucharon la puerta de la habitación principal abrirse y cerrarse fue que se dieron el placer de volver a respirar.
— Que suerte que estaba más dormida que despierta…
— Si…
— … ¿Aún sigue en pie lo de cargarme hasta la cama? —Yusaku volteó a observar a Ryoken, que estaba comiendo un poco de las sobras que le había ofrecido antes.
— Si, lo está…
— Cuando termines de comer… ¿Puedes hacerlo? Porque en serio me duelen las piernas…
El alfa asintió antes de tomar una bola de arroz con su mano y volver a atragantarse comiendo como hace un rato, la campana resonó en un suave sonido por los movimientos del mayor, Ryoken si debía aceptar que la cinta soltaba una adorable melodía.
(...)
Tanto Ai como su esposa, de nuevo, despertaron casi tres horas desde que amaneció por primera vez, la omega decidió ir a hacer el desayuno antes de irse un rato al hospital a ver a su amiga, ella sabía que aquellos días le eran duros y ahora debía ser peor por la falta de su hijo, a pesar de los intentos del alfa mayor de que no fuera, porque no quería quedarse sólo con el par de demonios que de seguro estarían igual de extraños que ayer, 31 de Diciembre, por la falta de sueño.
— Ai…
— Linda~ es en serio —Ai beso tiernamente la nuca de Serena donde se podía ver la marca de su lazo eterno ya cicatrizada mientras la abrazaba por la espalda intentando retenerla más tiempo—, quédate y hagamos algo juntos… lo que tu quieras, como jugar Karu, Koma o lo que sea, pero no me dejes sólo con ese par… ¡Seren, por favor!
— Ya dije que no, Ai —La menor se soltó del agarre de su cónyuge que la miraba con algo de reproche— Debo ir a apoyar a Kiara, ella y sus padres eran como miembros de sangre en mi familia, no la dejaré sola en su luto...
— ¡P-pero Seren…!
— Pero nada —La omega se colocó una bata color morado después de pararse—. Te quedarás aquí con los chicos y ya no se discutirá, a menos que quieras pasar la primera semana del año durmiendo con Tori.
— No linda…
— ¿Entonces?
— Me quedaré con el par de demonios…
— Buen alfa —La omega le dio un beso en la mejilla a su pareja antes de salir de su habitación en dirección a la cocina con su esposo siguiendole—. Les dejaré a ti y a los chicos algo de comida; recibe los nengajo; si vienen tus hermanos no toquen el mochi, es para mañana cuando estemos todos donde mi hermana; asegúrate que Yusaku junto a Kogami-kun coman algo decente, no sólo chucherías, en especial Kogami-kun; ponte ropa decentes para recibir a cualquier invitado, no quiero enterarme de parte de los vecinos que recibiste a alguien con la ropa de sucio vago que usas en tus días libre; y por favor, por amor a los dioses, NO. TOQUES. EL. MOCHI ¿Comprendes?
Ai asintió antes de sentarse en su silla favorita del comedor, siempre que Serena salía, y él quedaba a cargo de la casa, ella le dejaba una lista de cosas que debía hacer, si no, sabía que podía terminar en el hospital… es una costumbre que tienen desde que Ai casi asesina por primera vez a su hijo con días de nacido al intentar darle pollo frito y Serena queda viuda por casi asesinarlo cuando este le dijo que no sabía que le iba a hacer mal a Yusaku...
— Obedece y te dejaré ser “el alfa” de la casa por dos horas.
Y esa era la recompensa usual que Serena le daba, porque nadie podía negarlo, ni su hijo ni los vecinos o sus hermanos lo hacían, él no era el “alfa” de su casa, esa era su esposa omega. Ella mandaba y él sólo obedecía para no morirse.
(...)
Cuando Yusaku despertó no esperaba que el olor a sal marina y menta le dieran casi de golpe en su olfato. Pero así fue… realmente era un buen modo de comenzar el año.
Esta vez estaban en su cama, de nuevo, Sasha entre los brazos del omega y él abrazando al omega por detrás… no sentía su brazo pero tenía al suave y blanquecino cabello de Ryoken en su cara… tapando su nuca…
La tentación de tocar aquel punto tan sensible del omega era demasiada, su padre le había contado, durante su incómoda charla, que cada omega tenía una zona suave y sensible en alguna parte de su cuello, Yusaku sabía que el de Ryoken estaba en un costado de su cuello… claro que las dos veces que intentó tocarlo terminó con la boca rota.
La primera, cuando lo descubrió, donde el menor le rompió la boca de un puñetazo y la segunda cuando… paso eso… donde esta vez fue el collar de púas que llevaba en ese momento el de ojos azules fue el encargado de destrozar sus labios y boca; pero ahora, si volvía a correr con suerte, no terminaría con la boca rota por tercera vez…
(Hace 4 años…)
— ¿Que es el punto sensible?
— ¿Ah? ¿Por qué preguntas, Haou?
— Porque mis padres han estado buscándole un collar a Jyudai, decían que tenían que encontrar uno que no irritara su punto sensible de omega…
Zarc no tuvo una respuesta, de hecho quedó casi tan confundido como su amigo lo estaba hace unos minutos. Ambos estuvieron meditando un rato antes de que aparecieran Yusaku junto a su primo… un omega con collar…
— Oye, Homura-kun…
— ¿Qué pasa, Yuki-san?
— ¿Que es el punto sensible en un omega? —El castaño tomó una de las latas de jugo que el par había traído, el de lentes parecía confundido a la pregunta mientras que Yusaku estaba asqueado y aterrado— Yusaku, acaso tu…
— Mi padre me dio una charla… me explicó todo lo que sabía de los omegas… fue horrible… muy horrible.
— Hablando de horribles… axolote entrando al salón y está cabreado.
— ¡Wisteria! —Ryoken se apareció en el aula, tenía el uniforme mojado y estaba estilando— ¡Maldita sea, ¿Fuiste tu el que me arrojó ese balde!?
— Eres un axolote, creí que refrescarte un poco con el agua del estanque te haría más agradable el resto del día.
— ¡Eres un infeliz!
Y como era usual aquel par se agarró a golpes en medio del salón, aún después de que aparecieran los demás alumnos junto a la profesora.
— ¡Fujiki, Kogami! ¡Dejen de pelear y ya sienten-
— ¡Ah~! —Todo quedó en silencio.
¿El axolote acababa de gemir?
Yusaku había mordido a Ryoken en el cuello, tan sólo fue una mordida superficial, y repentinamente el omega dejó salir aquel inesperado gemido… en medio de la clase… frente a todos sus compañeros y profesora…
Ese día, Yusaku aprendió tres cosas, primero el punto sensible en los omegas si existía y no era una extraña invención de su padre, segundo descubrió por error ese mismo punto en Ryoken y tercero… el omega si es capaz de romperle la boca si quiere, para después salir corriendo.
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