Debían hacerlo más seguido…

Habían pasado todo el día juntos, por alguna razón ambos sentían que debían estar tanto tiempo con el otro como les fuera posible… tal vez sólo era una pequeña necesidad mutua por el embarazo.

Cuando cayó la noche trataron de ignorar por igual la horrible tensión que había entre el matrimonio Fujiki, la joven pareja veía como ambos mayores estaban muy dispuestos a matarse en cualquier momento; les recordaba a ellos en sus primeros días de esta convivencia obligada que ahora disfrutaban como nunca.

Cuando terminaron y subieron al cuarto del mayor prefirieron encerrarse al escuchar como Serena y Ai se enfrascaban en una nueva discusión…

— Parece que “la segunda Luna de miel” de tus padres terminó rápido.

— Fueron las tres semanas más extrañas de mi vida en ese sentido… —Yusaku apoyó su cabeza en el hombro del omega después de besarle la cabeza— Al menos creo que todo volverá a la normalidad entre esos dos.

— En realidad no lo creo… —Ryoken se acomodó lo mejor que pudo entre los brazos de su novio— Algo curioso es que cuando los omegas entran encinta, hay dos opciones, si no están marcados, como tu primo y yo, nuestro olor propio se intensificará para cubrir el del cachorro como medida de seguridad, sólo el padre biológico podrá olfatear el segundo olor…

— ¿Y la otra opción?

— En los omegas marcados, como tu madre y tu tía, su olor se mezcla con el de su pareja, también como medida de seguridad, para ocultar totalmente el segundo olor… —Ryoken volteó para observar a su pareja, que lo veía entre confundido y aterrado— Y por lo que yo pude olfatear, tu madre tiene el olor a café de tu padre más marcado al usual…

Yusaku se sentó rápidamente en la cama, casi empujando a Ryoken de esta, antes de llevar sus manos a su cabeza y jalarse algunos mechones de cabello desesperado intentando calmarse, si lo que Ryoken le dijo fue verdad… entonces su padre había vuelto a arruinarlo…

(...)

Al día siguiente el desayuno fue con tanta tensión en la família Fujiki que Ryoken recordó con cierta nostalgia su casa, mientras los mayores se veían con cierto enojo y Yusaku veía a su padre como si deseara matarlo.

— Muy bien, es todo —El alfa menor golpeó la mesa con enojo antes de encarar a su progenitor— ¿¡Dejaste embarazada a mamá, otra vez!? ¿¡No aprendiste nada en tus anteriores negligencias paternales!?

Ai se atragantó con su desayuno al escuchar, Serena se sorprendió un poco al oír la acusación de su hijo… fue entonces que volteó a ver al albino que parecía querer ignorar toda la situación.

— ¿Ya está demostrandose en mi olor…? —El de ojos azules asintió incómodo antes de cerrar los ojos con una expresión de dolor, la omega se acercó preocupada al menor— Kogami-kun ¿Estas bien?

— S-si… sólo me duele… cuando se inquieta…

La omega de cabellos azules bajó su vista y vio como el de cabellos blancos acariciaba su pancita, después la devolvió a su hijo y esposo que estaban discutiendo a gritos sobre su posible embarazo… ella se enojó por igual al ver que estaban asustando a su nieto.

— ¡Ustedes dos ya callense! —Ahora fue la omega la que golpeó la mesa, sorprendiendo a los dos alfas que obedecieron la orden de la mujer— Están asustando al bebé, así que o se callan o se van a discutir para afuera con los cuervos muertos; elijan.

Padre e hijo se vieron dos segundos antes de suspirar, Yusaku se volvió a sentar antes de dar una quedadita disculpa, Ai chasqueo la lengua antes de levantarse molesto.

— ¿A dónde vas?

— A algún lugar —El alfa de cabellos negros y mechones violetas caminó hasta la entrada de su hogar—, no quiero estar aquí cuando llegue- ¡Aaahh!

El mayor comenzó a gritar desesperado al tiempo que un aroma a tierra mojada se hacía presente… Ryoken gruño algo adolorido sin dejar de acariciar su vientre, Yusaku comenzó a imitarlo tratando también de calmar a su hijo mientras Serena suspiraba y tomaba la escoba del armario antes de encaminarse hacia su mirada que seguía gritando como si lo fueran a asesinar.

(...)

Kiara estaba en la sala de estar charlando con Serena, ambas esperando a sus dos hijos que fueron a cambiarse de ropa para irse al hospital y después a verle algo de ropa a Ryoken junto al bebé… Ai estaba inconsciente en el pasillo con el palo de la escoba roto a su lado, así que no los acompañaría.

— Escuche que Takeru-kun intento…

— Si, Ray estaba muy mal ese día… no la veía así desde que sufrió su aborto y perdió a su hija…

— Ya veo… —La alfa bebió un poco de su té— ¿No han pensado en llevarlo a… ya sabes… un-?

— Si, Ray si, lo ha considerado y mucho… pero Flame-kun no.

— ¿Y eso?

— No confía en los psicólogos —Serena suspiró frustrada—, aunque Ai tampoco, pero con él es porque ninguno nos ha dado un diagnóstico ante la actitud tan rebelde de Yusaku.

— Serena, tu hijo es símplemente un sociópata debes aceptarlo; pero el hijo de Ray… ese chico está mal, ya es técnicamente tercera vez que intenta algo así.

— Es cierto… pero mientras Flame-kun no de su brazo a torcer no podemos hacer nada…

La alfa gruño exasperada antes de tomarse de golpe el líquido aún caliente, no le importó quemarse la lengua, necesitaba concentrarse en algo que no sea el necio marido de su amiga… como en el marcado olor a lavanda y café de Serena junto a otro leve olor...

— ¿Seren, estás encinta? —La mujer de ojos verdes se sobresaltó por aquello mientras se sonrojaba avergonzada.

— ¿Que… olfateas exactamente…?

La omega permitió a su amiga acercarsele a olfatearla, por alguna razón, desde que tenían memoria, Kiara siempre había tenido un gran olfato, igual que su padre, así que Serena sabía que si la alfa le confirmaba por su propio lo que creía… podía soportar el posible golpe de cuando se revise.

— Lavanda, tu olor natural; café, el olor de tu imbécil marido y… vainilla… ¿Estas embara-?

— No lo se —Serena dejó su taza con té en la mesa de centro antes de volver a suspirar—. Tengo una cita la próxima semana, pero es muy probable que si…

— Oh… pues felicidades… creó…

— Gracias… —Ninguna agregó algún otro comentario.

Serena ya estaba por cumplir 40 años, aunque era usual que los omegas de su pueblo tuvieran hijos hasta casi los 50, ella ya era feliz con su sociópata hijo… otro cachorro igual no lo podría soportar, además también estaba su nieto que ya tenía 20 semanas de gestación, dos bebés llorando por atención no iba a ser nada bonito cuando pasará…

La albina vio a su amiga sufrir por sus propios pensamientos, jamás le gustó eso, así que le dio un abrazo intentando calmarla.

— Tranquila Sere… no es el fin del mundo… además piensa en esto, si estás encinta al menos puedes evitar que este sea un sociópata como el mayor —La mujer de cabellos azur se rió por el comentario de la alfa mientras correspondía su abrazo.

Kiara aún sabía cómo animarla después de un mal momento.

Ninguna de las féminas noto al par de adolescentes que escuchó la mayor parte de su conversación…

— Tendrás un hermano…

— ¿Cómo es posible que mi padre aún encuentre modos de arruinarme la vida?

Ryoken le dio un manotazo a Yusaku, que estaba lamentándose por la “sorpresita” de sus padres… en realidad, lo hacía por la idiotez de su padre de embarazar a su madre teniendo bastante edad… ¿¡No pudo embarazarla antes o mejor no haberlo hecho de nuevo!? Él adoraba ser hijo único pero ahora, tal vez, tendría que soportar a otro mocoso corriendo por su casa… bueno, al menos tendría, tal vez, su propio esclavo.

(Hace 5 años…)

Su madre volvió a casa dos semanas después después que ellos. Su estómago estaba plano y no venía con su hermanita.

No lo entendía.

Su madre había engordado bastante ese tiempo, según ella iba a volver a la normalidad cuando su hermanita, Akako, llegará.

Pero Akako no llegó y su madre estaba como antes… ¿Donde estaba su hermana?

Su padre le explicó que su hermanita volvió al cielo, junto a su hermano mayor… Takeru no le entendió.

Su madre le explicó que ellos dormían… dormían en paz.

Él quería ir a su lado, quería conocerlos, pedirles volver para que sus padres estuvieran felices…

Para eso… ¿Debía dormir como ellos?

Tal vez las pastillas que su madre usaba en la noche le ayudarían…