¿Cuándo fue que todo se volvió tan aburrido?

¿Fue cuánto tiempo después de que Ryoken se fuera de casa a la vivienda Fujiki? Spectre y Kyoko en serio necesitaba saberlo, para al menos darse una idea de cuántos días llevaba tratando las heridas de sus padres y tíos.

Desde que Ryoken se fue de casa, escapando de su abuelo, la mansión Kogami estaba siempre bastante silenciosa y calmada aun cuando sus traviesos primos fueron dados de alta… como no tenían a quien molestar estos simplemente obedecían las instrucciones médicas y se quedaban en cama descansando y a dieta.

Nadie había vuelto a entrar a la habitación del omega, Kiara había cerrado con llave ese lugar después de que se llevó a su único hijo para tenerlo a salvo del rey demonio que era Kogami Shigeru.

Spectre aún podía recordar la noche de Navidad donde toda su familia se reunió, a excepción de su padre, Earth, y Ryoken, su abuelo estaba tan decepcionado por alguna razón al no ver presente al de cabellos blancos que casi parecía estar preocupado…

— Me sorprende no ver a Ryoken aquí…

— ¿En serio? Considerando que casi lo asesinas la última vez que lo viste padre, no creo necesaria tu preocupación.

— Por supuesto que me tengo que preocupar —El alfa de cabellos negros con mechones grises por las canas sonrió antes de beber un poco de su whisky, sabía que no corría el riesgo de ser envenenado porque había obligado a sus hijos a beber con él, Shigeru sabía que ellos eran tan idiotas como para darle una bebida general y no consumir un antídoto antes—, después de todo… él traerá a este mundo a mi bisnieto.

Todos los alfas a quedaron en shock, el mayor se largó a reír con cierta ironía, Kiyoshi rogaba que su tierna y sumisa esposa no hubiera escuchado aquello o habría otra masacre y esta vez nadie tendría tiempo de salvar a los menores.

— ¿¡Como te-!?

— Tengo ojos en todos lados, Kiyoshi,  además, es un omega. Ya de por sí encuentro extraño que sea el primero y no el segundo o tercero que tenga.

— Kiara y yo hemos criado a Ryoken para que-

— No me interesa —El alfa de ojos amarillos interrumpió a su primogénito antes de beber lo poco del licor que quedaba en su vaso—. Es un omega y debiste deshacerte de él apenas lo descubriste.

— Es mi hijo.

— ¡Y un error en la familia! —Shigeru golpeó la mesa al tiempo que sus hijos y nietos bajaban la cabeza aterrados, había usado su voz— Otro error en la familia que yo debo arreglar personalmente.

— No… permitiré que… repitas lo de… Yuna…

Ese nombre alertó a los mayores, en especial a su abuelo, los menores se vieron confundidos y aterrados, por alguna razón decir aquel nombre era casi un tabú en la familia, Spectre y los demás vieron como Shigeru estaba dispuesto a golpear a Kiyoshi cuando alguien golpeó la mesa poniendo una botella rellena de una extraño líquido marrón.

Por alguna razón, Kogami Kiara, que hasta hace un rato estaba en la cocina haciendo quien sabe que, colocó una botella de vidrio con un líquido castaño que despedía un dulce y fuerte olor a alcohol.

— ¿No quiere un trago, Shigeru-sama? —La alfa sonrió mientras abría la botella tranquilamente y servía un poco de su contenido en un par de vasos con hielo que trajo.

Era oficial, ver sonreír a Kiara de un modo tan… poco psicópata, engreído o burlesco, era lo segundo más aterrador en la familia.

— Si tu me acompañas, Kuromatsu, estoy dispuesto a aceptar el trato.

— Obviamente, es más —La albina le acercó su vaso antes de tomar el suyo propio y sentarse a un lado de su esposo—, si quiere… brindamos.

El alfa mayor se rió con desdén antes de ver como la menor se tomaba de golpe el líquido e incluso se servía un poco más, era muy probable que intentara envenenarlo como lo han hecho sus hijos en el pasado… pero la alfa se veía demasiado calmada e incluso había tomado ya dos vasos casi consecutivos de aquel extraño licor.

Tenía que aceptarlo, la chica era muy lista.

De algún modo lo engañó para beber una anormal y mortal cantidad de hierbas venenosas, pero no logró quitar del todo el sabor de la glicina.

Kogami Shigeru fue internado cuando una de sus esposas llamó desesperada una ambulancia al verlo escupir sangre… fue tan vergonzoso para el anciano que una intrusa familiar, como lo era Kiara, haya avanzado por segunda vez más en la tradición que sus propios malcriados hijos.

Había pasado más de una semana desde aquello, Spectre no pudo decirle a Ryoken que su abuelo sabía de su embarazo… estaba más preocupado por ver a Takeru, que le causaba sentimientos encontrados.

Por un lado estaba furioso, tanto con el omega de lentes le había traicionado de la peor forma posible y con el mismo, porque no tenía el derecho a enojarse con el menor, jamás habían aclarado su relación o siquiera mencionarsela a alguien… ellos no eran nada más allá de primos; entonces la frustración, se sentía tan frustrado por no haber sido el primero en la vida de su amor platónico, alguien se le había adelantado como Fujiki y Ryoken, que ni pareja eran y ya esperaban un bebé; y entonces aparecía la culpa… Spectre odiaba al ser que crecía dentro de su amado… y se sentía culpable por aquello ¿Que culpa podía tener ese niño de que él fuera un cobarde indeciso y jamás se le hubiera declarado a la persona que amaba?

(...)

— El ozoni está delicioso, Fujiki-san, Homura-san, en especial el mochi que está bastante suave.

— Muchas gracias, Kogami-san —La omega de cabellos rojizos sonrió ante el halago del de cabellos blancos.—, es muy fácil hacer mochi… si tienen habilidad claro.

— El mochi bien aplastado y con poca sangre es delicioso… ¿No creen, alfas?

Los tres alfas desviaron la mirada mientras tomaban de la sopa de mochi, aquella pregunta estaba hecha perfectamente para romper su orgullo.

Ai, que estaba sentado a un lado de su esposa, tenía un par de vendas en la cabeza, una curita en la mejilla y un muy notorio moretón en el ojo izquierdo; Flame estaba sentado de modo que su hijo quedará entre él y Ray, tenía una venda cubriendo su ojo derecho, el labio roto y su mejilla izquierda estaba hinchada; Yusaku sólo tenía una venda en su cabeza y nariz, además de su orgullo totalmente destruido.

Ryoken se estaba burlando junto a su madre, tía y primo del fracaso que tuvo con su padre y tío a la hora de hacer la pasta para la sopa ozoni, donde al final, de nuevo, tuvieron que intervenir las omegas para aplastar y moldear los mochi.

El alfa de ojos verdes quería ser a quien el omega alabara por tan buen trabajo con la pasta de arroz, no ser el objeto de sus burlas por fallar otra vez.

— De todos modos hicieron un buen trabajo.

— Es cierto…

— No podemos negarlo…

Los alfas observaron sorprendidos a los omegas, que antes se burlaban de su incapacidad para hacer una simple pasta.

— Hicieron un gran trabajo y esfuerzo esta vez...

— Salieron menos heridos que otras veces y con Ray sólo terminamos lo que ustedes ya habían hecho.

— Lo hicieron bien, papá…

Los dos mayores sonrieron emocionados antes de abrazar a sus parejas, e hijo en el caso de Flame; Ryoken y Yusaku lo observaron todo en silencio.

El de cabellos azules sólo necesito que el omega tomará su mano antes de susurrarle algo bastante simple, pero que definitivamente ánimo al alfa…

— No te preocupes… a tu hijo le encantó el mochi que hiciste...

(Hace 6 años…)

Ryoken observó cómo su madre espolvoreaba un polvo hecho de hierbas en diferentes cantidades en los platos con comida.

Su abuelo estaba de visita y su madre prometió darle una comida tan pero tan deliciosa que estaba para morirse.

La verdad es que ese día, Ryoken no olvidaría tres cosas.

La primera: su madre tenía un alto grado de conocimiento en herbolaria, había intoxicado a todos los adultos con el polvo que les sirvió; segundo: su madre tenía una gran resistencia a los venenos o parecido… porque no podía ser coincidencia que ella también haya envenenado su comida y no se intoxicara como el resto; y tercero… sólo su madre ha estado más cerca de asesinar a ese viejo maldito.